No tendrás sed jamás
Por tanto, cuando el Señor supo que los fariseos habían oído que Él hacía y bautizaba más discípulos que Juan (aunque Jesús mismo no bautizaba, sino sus discípulos), salió de Judea y partió otra vez para Galilea. Y tenía que pasar por Samaria. Llegó, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, cerca de la parcela de tierra que Jacob dio a su hijo José; y allí estaba el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó junto al pozo. Era como la hora sexta. Una mujer de Samaria vino a sacar agua, y Jesús le dijo: Dame de beber. Pues sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar alimentos. Entonces la mujer samaritana le dijo: ¿Cómo es que tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana? (Porque los judíos no tienen tratos con los samaritanos.) Respondió Jesús y le dijo: Si tú conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: “Dame de beber”, tú le habrías pedido a Él, y Él te hubiera dado agua viva. Ella le dijo: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo; ¿de dónde, pues, tienes esa agua viva? ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio el pozo del cual bebió él mismo, y sus hijos, y sus ganados? Respondió Jesús y le dijo: Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed, pero el que beba del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré se convertirá en él en una fuente de agua que brota para vida eterna. La mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que no tenga sed ni venga hasta aquí a sacarla.
Esta historia en Juan 4, sobre el encuentro de Jesús con la mujer samaritana en el pozo, revela una verdad trágica sobre nosotros mismos, y una verdad maravillosa sobre Jesús. Y la verdad maravillosa que revela sobre Jesús nos da esperanza en nuestra trágica condición.
Por tanto, no cortocircuite la maravillosa obra de Jesús por usted y en usted, al no captar claramente cuán trágica es su condición sin Cristo. La Biblia nos da noticias trágicas sobre nosotros para que la grandeza de la gracia y la grandeza de la salvación se sientan tan maravillosas como realmente son. Y ese es el tema fundamental de esta historia. ¡No es sobre nosotros, sino sobre Jesús!
Jesús: Lleno de Propósitos, Relacional, y Superior
La verdad acerca de Jesús en que quiero enfocarme en los versículos 1-14 es: 1) que Él es una persona llena de propósito en la gracia, 2) que Él es una persona que establece relaciones interpersonales llenas de gracia, y 3) que Él es superior con la gracia. La repetición, tres veces, de la palabra "gracia," es intencional. Nos recuerda la estrella polar (el principio guía) que aparece en los versículos de Juan 1:14, 16: "Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad. . . . Pues de su plenitud todos hemos recibido, y gracia sobre gracia". Cuando ve, como realmente debe, la gloria de Jesús en estas historias (la gloria del Unigénito del Padre), experimenta gracia.
Y una de las primeras experiencias que tenemos en esta luz brillante es la certeza de que sin Él, somos como niños de cuatro años tratando de comprender el significado del matrimonio con todas sus intimidades. "¡Señora, le voy a dar agua viva!" "Pero señor, usted no tiene una cubeta". Esos somos nosotros.
Comencemos, por tanto, con la transición entre los capítulos 3 y 4.
1) Jesús es Una Persona Llena de Propósitos por la Gracia
En Juan 3:34-35, Juan acababa de decir: "Porque aquel a quien Dios ha enviado habla las palabras de Dios, pues Él da el Espíritu sin medida. El Padre ama al Hijo y ha entregado todas las cosas en su mano”. Estas son palabras impactantes. Dios envió a Jesús. Jesús habla las mismas palabras de Dios. Dios le da el Espíritu sin medida, y siempre lo ha hecho. El Padre le ama. El padre le ha entregado todas las cosas en sus manos. Así que Jesús es el gobernador enviado de Dios, amado de Dios, que habla las palabras de Dios, permeado con el Espíritu, que tiene toda autoridad sobre todas las cosas.
Ahora, al iniciar el capítulo 4, se nos dice que Jesús deja el sur de Judea y se dirige al norte de Galilea, y lo hizo a través de Samaria. Pero la forma en que Juan nos lo dice da lugar a algunas interrogantes. Dice, en los versículos 1-4:
Por tanto, cuando el Señor supo que los fariseos habían oído que Él hacía y bautizaba más discípulos que Juan (aunque Jesús mismo no bautizaba, sino sus discípulos), salió de Judea y partió otra vez para Galilea. Y tenía que pasar por Samaria.
Jesús dejó Judea, según Juan, porque sabía que los fariseos sabían algo. Ellos sabían que Jesús tenía más seguidores que Juan Bautista (versículo 1). ¿Por qué esta situación impulsó a Jesús a irse?
¿Qué Hizo que Jesús Abandonara Judea?
La relación con el capítulo 3 es importante porque rige nuestro temor. Pudiéramos pensar que Jesús pensó que los fariseos verían su creciente popularidad y tratarían de aplastarle, de modo, que por miedo a los fariseos, Él huye. Pero Juan había dicho en 3:35: "El Padre. . . ha entregado todas las cosas en su mano”. Jesús no es la víctima de un capricho humano. Nadie puede tocarle sin su permiso. "Nadie me la quita [mi vida], sino que yo la doy de mi propia voluntad" (Juan 10:18).
Así que no está yéndose de Judea por miedo a los fariseos. Está haciéndolo por sus propios propósitos. Puedo pensar en cuatro posibilidades. Todas son probablemente más o menos ciertas (y en todas, Jesús es una persona llena de propósitos en la gracia).
Primero, pudiera ser un asunto de tiempo. Sí, los fariseos pudieran incitar algún problema para librarse de Jesús. Pero su hora aún no había llegado. "Procuraban, pues, prenderle; pero nadie le echó mano porque todavía no había llegado su hora" (Juan 7:30; 2:4; 8:20). Él conocía la hora de su muerte, y sabía cómo vendría. Los fariseos no estaban a cargo de ella. Jesús sí. Y todavía no era el tiempo. Así que se va.
Segundo, quizás se fue porque los fariseos pudieron haber usado esta popularidad de Jesús para desacreditar a Juan. Juan había avergonzado a los fariseos porque aun a ellos los llamó a arrepentimiento y a bautizarse. No era que ellos favorecieran a Jesús, pero esta sería una buena manera de mostrar que Juan era sólo una moda religiosa.
O, tercero, Jesús quizás vio que los fariseos habrían desacreditado los dos movimientos, el suyo y el de Juan, porque eran grupos divididos sin un fundamento estable.
¿Una Cita que Atender?
O, cuarto, como un suplemento a estas tres razones para irse, quizás Jesús sintió un impulso divino de ir a Galilea a través de Samaria, porque Dios tenía una cita divina allí. ¿Las palabras "tenía" en el versículo 4 sólo significan que aquel camino era geográficamente más corto? Versículo 4: "Y tenía que pasar por Samaria”. Era posible ir a Galilea por una ruta indirecta, que escogían algunos judíos porque pensaban que los samaritanos eran inmundos. Pero Juan dijo que Jesús "tenía que pasar por Samaria" ¿Era porque tenía una cita que atender?
Es difícil estar seguros de cuál de estos propósitos estaba guiando a Jesús, o si había otros que desconocemos. Pero como sabemos que el Padre "ha entregado todas las cosas en su mano" (3:35), sabemos que Él no estaba siendo controlado por las circunstancias, sino que estaba a cargo de las circunstancias. Por tanto, no estaba simplemente reaccionando. Estaba accionando con propósito. Y cada uno de esos cuatro propósitos está lleno de gracia. Hay gracia en que Él cuide su momento predeterminado para la cruz. Hay gracia en que Él busque que Juan no sea desacreditado públicamente más de lo necesario. Hay gracia en que Él guarde la unidad de los dos movimientos, el suyo y el de Juan. Y es gracia que Él se haya sentido comprometido a atender una cita divina en Samaria con una mujer adúltera reincidente.
Multipropósitos ¡Millones de Millones!
Uno de los beneficios gloriosos de tener un Salvador soberano es que Él siempre tiene multipropósitos, y sus propósitos siempre tienen gracia para los que confían en Él. Nombramos cuatro propósitos posibles por los cuales Jesús abandonó Judea y se dirigió hacia Galilea. Realmente, hay miles. De hecho, si pudiéramos ver lo que Dios puede ver (nunca podremos porque nunca seremos infinitos), veríamos millones de millones de propósitos en cada acción del Hijo de Dios.
Dios nunca está haciendo sólo una cosa en lo que hace con nosotros. Siempre está haciendo miles de cosas que no podemos ver. Nunca tiene un sólo propósito en lo que hace. Siempre tiene miles de propósitos en todo lo que hace. Él es infinitamente sabio, y todo lo que hace se relaciona con todo lo demás que hace, más tarde o más temprano. Para los que le aman y son llamados para su propósito, todo, ¡todo lo que hace!, obra para bien.
Por tanto, yo sólo dirijo nuestra atención, primero, al hecho de que Jesús, en esta historia, está lleno de propósito en la gracia, y siempre es así.
2) Jesús es Una Persona de Relaciones Interpersonales Llenas de Gracia
La relación interpersonal principal, no es la única, en esta historia, es la relación interpersonal entre Jesús y la mujer en el pozo de Samaria. Esta semana y la siguiente (Dios mediante), veremos cuán implacablemente llena de gracia es esta relación . Cuando vemos a Jesús, más adelante en el relato, sabiendo cuántos esposos había tenido esta mujer (4:18), quedamos con la impresión definida de que nada aquí ocurre por accidente. Jesús está buscando la salvación de esta mujer, sabiendo todo acerca de ella.
Cuando Jesús le dice, en el versículo 23: "... los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque ciertamente a los tales el Padre busca que le adoren", es difícil no pensar: Jesús es el sabueso celestial. El Padre busca (¡demanda!) la adoración de aquella mujer. Y la está buscando mediante Jesús. Esta es la versión del hijo pródigo que hace Juan (Lucas 15), sólo que aquí es una hija pródiga. Y el Padre busca su adoración. Por tanto, de la misma forma en que Jesús comió con recolectores de impuestos y pecadores en Lucas 15, Él desea compartir una copa con una adúltera samaritana. Ésta es la idea que tengo en mente cuando hablo de que Él es una persona de relaciones interpersonales llenas de gracia.
Los Judíos Evitaban a los Samaritanos
El versículo fundamental para comprender el trasfondo de esta relación es el versículo 9: "Entonces la mujer samaritana le dijo: ¿Cómo es que tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana? (Porque los judíos no tienen tratos con los samaritanos)." ¿Por qué? Esta es la descripción que Don Carson hace de la situación:
Después que los asirios capturaron Samaria [la capital del Reino del Norte de Israel] en el 722-21 a.C., deportaron a todos los israelitas importantes y llenaron la tierra con extranjeros, quienes se casaron con los israelitas sobrevivientes y se adhirieron a una forma de su antigua religión (2da de Reyes 17-18). Después del exilio [del reino del Sur hacia Babilonia], los judíos, retornando a su tierra. . . vieron a los samaritanos no sólo como los hijos de rebeldes políticos, sino como a híbridos raciales, quienes tenían una religión contaminada con varios elementos inaceptables. . . . Cerca del 400 a.C., los samaritanos erigieron un templo rival en el Monte Gerizim. (D. A. Carson, The Gospel According to John, 216)
Así que tenemos problemas étnicos, raciales, y religiosos aquí, los que hacían que los judíos sintieran desdén por los samaritanos. Eran ceremonialmente inmundos. Eran racialmente impuros. Eran religiosamente heréticos. Por tanto, eran evitados.
Para sentir la fuerza de lo que Jesús hizo en los versículos 6-8, pudiera ayudar la comparación de esta historia con la situación racial en mi pueblo natal unos 50 años atrás. En Walgreens, Kresges y Woolworths, había dos fuentes de agua en la pared con señales sobre ellas: "Blancos" y "Negros". Apenas podrá usted imaginar algo más humillante que edificar todo el sistema de plomería a partir de la indisposición de tomar de la misma fuente. ¿Qué decir a los niños cuando pregunten por qué?
Pero No Era Todo
Había una fuente en Sicar. Y el letrero sobre ella decía: "Samaritanos-Negros". Los versículos 6-8 dicen:
"... y allí estaba el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó junto al pozo [literalmente “sobre el pozo"]. Era como la hora sexta [mediodía]. Una mujer de Samaria vino a sacar agua, Jesús le dijo: Dame de beber. Pues sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar alimentos.
Fíjese en lo que hizo Jesús. Primero, fue por Samaria. Segundo, envió a los discípulos a comprar comida (presumiblemente tocada y preparada por samaritanos impuros), para poder estar solo. No tenían que haber ido todos. Tercero, se sentó en el pozo, para ser claramente visible e inevitable. Cuarto, pidió de beber a una mujer, de quién sabía que era una samaritana inmunda, impura, hereje, desacreditada. No le pidió permiso para beber, sino para beber de su cubeta.
Él está junto a la fuente marcada "negros" mirando a una mujer negra llenando su botella de agua y entonces, para que todos lo vean dice: "¿Puedo beber de su botella de agua?". Ella le dice, al final del versículo 9: "los judíos no tienen tratos con los samaritanos". Pero más literalmente dice: los judíos no "usan las mismas cosas" que los samaritanos. Usted no puede estarme pidiendo que usemos la misma cubeta. Aun no es todo.
Dios Buscando a la Adúltera
Jesús está buscando establecer esta relación interpersonal inaceptable. Dios está persiguiendo a esta mujer. Quiere tenerla en el cielo. Es una relación interpersonal por la gracia. Todo es intencional. No está simplemente sucediendo. Está diseñado así. "Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Él" (Juan 3:17).
Él quebró tabúes existentes durante siglos. Buscó estar sólo en Samaria. Se sentó en el pozo. Habló y no permaneció en silencio. Habló con una samaritana. Habló a una mujer. Habló a una adúltera. Pidió beber. Y el único envase disponible era el de ella. "Hemos visto su gloria, como la gloria del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad. . . . Pues de su plenitud -nosotros, quienes somos orgullosos, críticos, lujuriosos, avaros, mundanos, perezosos, temerosos, tímidos. . . nosotros- todos hemos recibido, y gracia sobre gracia".
Quizás usted fue quien instaló las fuentes de agua unos 50 años atrás, o quien trató de disparar a los judíos la semana pasada en el Museo al Holocausto en Washington, o quizás sea el judío que siempre paga las consecuencias, o el que ha sido forzado a beber de la fuente para "negros", pero en este momento, en este texto, Dios, en Jesús, quiere que usted se sienta perseguido por la gracia. Dios está buscando una relación interpersonal con usted, llena de gracia. Ese es el significado de esta escena en el pozo.
Él es una persona llena de propósitos en la gracia, y Él es una persona que busca relaciones interpersonales llenas de gracia. Y ahora. . .
3) Jesús Es Una Persona Superior con la Gracia
Jesús no tiene algo más que decir acerca de la división entre samaritanos y judíos. Ha derribado esa pared con su propio comportamiento, y va hacia asuntos más importantes en el versículo 10: "Respondió Jesús y le dijo: Si tú conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: “Dame de beber”, tú le habrías pedido a Él, y Él te hubiera dado agua viva”. En otras palabras, mujer, que Dios abra tus ojos, porque estás hablando con el Hijo de Dios, quien tiene en sí mismo el don de Dios, y te lo ofrece en este momento: agua viva.
Versículo 11: "Ella le dijo: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo; ¿de dónde, pues, tienes esa agua viva?". Todavía no entiende. Es como Nicodemo. Jesús le dijo: "tengo un nuevo nacimiento para ti (agua viva)", y Nicodemo dice: "¿Dónde hay una mujer con el vientre lo suficientemente grande para que yo entre?". La mujer en el pozo dice: "Tienes agua viva para mí (nuevo nacimiento), ¿dónde está tu cubeta?" Es una imagen para nosotros. Ciegos. Incapaces de ver la gloria del Unigénito de Dios.
Mayor Que Jacob
Aquí, ella siente cierto reclamo de superioridad, así que dice en el versículo 12: "¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio el pozo del cual bebió él mismo, y sus hijos, y sus ganados?" ¿Es Jesús mayor que Jacob? ¿Cree usted que Él sea mayor?
¿Por qué? Él responde: Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed, pero el que beba del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré se convertirá en Él en una fuente de agua que brota para vida eterna" (versículos 13-14).
"Sí, señora, yo soy superior a Jacob. Y mi don es superior. Y mi agua es superior. Y mi pozo es superior. Y mis hijos e hijas son superiores, porque nunca mueren".
El Agua que Ofrece Jesús
No deje de notar las cinco características que menciona sobre el agua que le da y ofrece hoy a usted.
- Es el don de Dios (versículo 10: "Si tú conocieras el don de Dios").
- Es agua viva (versículo 10b: "El te hubiera dado agua viva").
- Si usted la bebe no tendrá sed jamás, es decir, esta agua siempre está disponible para satisfacerle cuando su alma anhelante esté sedienta (versículo 14: "pero el que beba del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás").
- Esta agua se vuelve una fuente de agua, un pozo de agua (versículo 14: "el agua que yo le daré se convertirá en él en una fuente de agua"). Por esa razón usted nunca tendrá sed de nuevo. No es porque un sorbo sea suficiente; es porque un sorbo verdadero produce un pozo para una eternidad de sorbos.
- Esta agua da vida eterna (versículo 14: ". . . una fuente de agua que brota para vida eterna").
"Mi Superioridad Es Su Salvación"
Sí, señora, yo soy superior a Jacob. Pero no soy superior con arrogancia. Soy superior con gracia. Mi superioridad es su salvación. Usted debe disminuir; yo debo crecer. Yo tengo el agua de vida. Usted tiene sed. Y para vivir, necesita lo que yo tengo. Si bebé, si cree en mí como en su Tesoro que todo lo satisface, vivirá para siempre.
Pero ella no comprende. No lo prueba. Versículo 15: "La mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que no tenga sed ni venga hasta aquí a sacarla". Me encantaría esa agua, porque esta cubeta es pesada. ¡Igual que Nicodemo!
Así que debemos esperar. ¿Qué será necesario para traspasar su corazón? Jesús no se rendirá. Usted puede esperar hasta la próxima semana para probar y ver, para creer y recibirle. Pero quizás no tenga que esperar hasta la semana que viene. Venga al agua, usted que no tiene dinero, venga compre y beba (Isaías 55:1-3).