Lo que sabe y espera la fe
Al comenzar nuestra exposición de Hebreos 11, necesitamos ver por qué está aquí este capítulo y qué tiene que ver con nuestra vida. Regrese conmigo cinco semanas y seis versículos a Hebreos 10:34. Quizá usted recuerde que algunos cristianos fueron apresados y los otros tuvieron que tomar la difícil decisión de identificarse con ellos y arriesgar sus propiedades y vidas. El versículo 34 nos dice qué sucedió: "Porque tuvisteis compasión de los prisioneros y aceptasteis con gozo el despojo de vuestros bienes, sabiendo que tenéis para vosotros mismos una mejor y más duradera posesión".
Este es el tipo de vida que desea producir todo el libro de Hebreos - una vida que mire hacia el alto precio del amor (el despojo de nuestra propiedad, quizás, o algún otro tipo de abuso o calamidad, Hebreos 13:3-6,13), y luego acepta gozosamente esa posibilidad y hace lo que demanda el amor, sin importar qué suceda. Ése es el propósito del libro a los Hebreos. Toda la gloriosa verdad que hemos visto sobre Cristo –
Dándose a Sí mismo una vez y por todas como sacrificio supremo por nuestros pecados (9:14),
perfeccionándonos para siempre mediante una sola ofrenda,
dándonos una clara consciencia mediante Su propia sangre (9:14; 10:22),
siendo nuestro sumo sacerdote compasivo ante Dios (4:14-16),
intercediendo por nosotros cada día en el cielo (7:25),
poniendo Sus leyes en nuestras mentes y escribiéndolas en nuestros corazones,
siendo nuestro Dios (8:10),
olvidando para siempre nuestros pecados (8:12),
prometiendo nunca dejarnos o desampararnos (13:5-6).
-- toda esta gran verdad que hemos estado revelando por casi un año está dirigida, prácticamente, a convertirnos en este tipo de personas: Personas que arriesgan su propiedad y vida a fin de traer el amor de Dios a otras personas. Personas que no buscan la comodidad y lo fácil y la seguridad como algo necesario en la vida. Personas que son libres de las suposiciones norteamericanas de estilo y seguridad y riquezas y ocio. Personas que saben que hay una vida para vivir y al final solo contará lo que se hace en el nombre de Cristo y para el bien eterno de los demás.
El fundamento del amor que se arriesga
Y lo que aclara el versículo 34 es que una vida cambia de dirección así, mediante una fe inquebrantable en Dios más allá de esta vida. "Aceptasteis con gozo el despojo de vuestros bienes, sabiendo que tenéis para vosotros mismos una mejor y más duradera posesión". El poder de ser personas que se sacrifican gozosamente en el sendero del amor es "saber que tenemos una mejor posesión más allá de la tumba". Si usted no vive con esta gran confianza, estará pensando, continuamente, en cuánto está perdiendo cada vez que se sacrifica por otras personas. Pero, si esta vida es una breve preparación para el gozo eterno - "una mejor y más duradera posesión"- entonces usted es libre para arriesgar su vida y su propiedad en este mundo, porque, como dijo Pablo en Romanos 8:18: "los sufrimientos de este tiempo presente no son dignos de ser comparados con la gloria que nos ha de ser revelada".
Así que todo el libro de Hebreos es escrito para dar un fundamento a la esperanza que es el fundamento de una vida de amor radical, sacrificado, que se arriesga.
¿Qué más puede decir además de lo que ya dijo para ayudarnos a tener esta esperanza de modo que vivamos este amor radical? El capítulo 11 es la respuesta: puede darnos ejemplos de personas que se aferraron a la recompensa futura de gozo con Dios, en un modo tal que ello hizo una gran diferencia en sus vidas aquí y ahora. De eso trata el capítulo 11. Tiene el propósito de profundizar nuestra confianza en las promesas de Dios, de modo que usted pueda huir de los placeres pasajeros del pecado, y vivir el tipo de amor radical que proviene de tener nuestra fe en Dios (compare Colosenses 1:4-5).
El poder de sacrificarnos y amar gozosamente
Así que el capítulo 11 comienza con una definición de fe que la enlaza con la esperanza, y luego continúa para mostrar cómo es que esta esperanza dio poder para todo tipo de obediencia radical. Leamos el texto (Hebreos 11:1-3):
Ahora bien, la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Porque por ella recibieron aprobación los antiguos. Por la fe entendemos que el universo fue preparado por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve no fue hecho de cosas visibles.
Así que lo primero en importancia que debemos ver aquí es que el poder para el sacrificio y el amor y para aceptar el despojo de nuestros bienes, que vimos en 10:34, es llamado "fe". La fe es la certeza de las cosas que se esperan - es decir, la fe es la confianza de que usted tiene "una mejor y más duradera posesión”. Este es el vínculo entre la vida de amor sacrificado en 10:34, y el panteón de la fama en el capítulo 11. El capítulo es un catálogo de personas que ilustran que este tipo de fe - la certeza de las cosas que se esperan- realmente hace una diferencia en la vida.
Certeza y convicción
Así que la primera tarea que tenemos en este nuevo capítulo es comprender más exactamente qué es la fe. Esto es lo que nos da el versículo 1 - una definición doble de la fe. Veamos las dos partes, una a la vez: "Ahora bien, la fe (1) es la certeza de lo que se espera, (2) la convicción de lo que no se ve”.
Aquí hay más de lo que se ve a primera vista. La palabra para "certeza" en la primera definición ("la certeza de lo que se espera"), y la palabra para "convicción" en la segunda definición ("la convicción de lo que no se ve"), son palabras inusuales y muy difíciles de traducir al español. Quizá usted recuerde la antigua versión Reina Valera 1909: "Es pues la fe la sustancia de las cosas que se esperan, la demostración de las cosas que no se ven". Estas palabras, "sustancia" y "demostración", son, de hecho, traducciones muy serias e importantes. ¿Cuál es la realidad detrás de estas dos palabras y estas dos definiciones de fe?
No es simplemente académica. Solo hágase esta pregunta: ¿tiene fe? ¿Sabe cómo tener fe? ¿Qué es fe, de modo que pueda saber que la tiene? ¿Qué muestra que usted tenga fe o no? Puede ver que esta pregunta es inmensamente práctica e importante para su vida. ¿"Convicción" o "demostración"?
Comencemos primero con la segunda definición: "La fe es la convicción [demostración] de lo que no se ve". La palabra para "convicción" o "demostración" no es usada en otra parte del Nuevo Testamento. Fuera del Nuevo Testamento su uso normal es "demostración" o "prueba" o "argumento" o "evidencia", se refiere a algo objetivo sobre el mundo, antes que subjetivo sobre cómo debiéramos sentirnos sobre el mundo.
Pero, ¿qué podemos decir sobre su significado aquí en el versículo 1? La mayoría de los traductores no utilizan la antigua palabra "evidencia" o "demostración" porque no parece tener sentido. ¿Cómo puede ser la fe una evidencia o demostración? La fe necesita demostración, ¿no es cierto? Pero veamos la ilustración de esta definición de fe en el versículo 3. El versículo 3 está directamente relacionado con esta definición de fe como "la demostración de las cosas que no se ven". Dice: "Por la fe entendemos que el universo fue preparado por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve no fue hecho de cosas visibles”.
¿Ve la conexión? El versículo 1 dice que la fe es "la demostración de las cosas que no se ven", y el versículo 3 dice que la fe entiende que el mundo, lo que que se ve, fue hecho de lo que no se ve: la Palabra de Dios. Así que el versículo 3 es una ilustración especifica de la definición de fe en el versículo 1b.
Esta es la cuestión: ¿Cómo sabemos que Dios hizo el mundo de nada que se vea? No solo no estuvimos allí cuando ocurrió, incluso si hubiéramos estado allí, no hubiéramos podido ver el acto de la creación, porque usted no puede ver la Palabra de Dios. Por tanto, ¿cómo podemos "entender" que el mundo fue hecho por la Palabra de Dios? ¿Cómo podemos saber que "lo que se ve no fue hecho de cosas visibles", es decir, la Palabra de Dios?
El versículo 3 responde: "por la fe". "Por la fe entendemos que el universo fue preparado por la palabra de Dios”. Ahora, esto comienza a sonar un poco más como que la antigua traducción de la Reina Valera 1909 pudiera tener sentido después de todo. Si la fe es "la demostración de las cosas que no se ven", entonces pudiera tener sentido decir: "Por la fe (por demostración) entendemos que el universo fue preparado por la palabra de Dios". Pero si tomamos la traducción más nueva (la fe es "la convicción de lo que no se ve"), y decimos: "por convicción entendemos que el mundo fue preparado por la Palabra de Dios", entonces suena solo como si estuviéramos razonando en círculos: Tengo la convicción de que Dios creó el mundo, por tanto entiendo que Él sí creó el mundo. Y comprendo que creó el mundo, por tanto tengo la convicción de que Él creó el mundo.
¿Cómo es la fe una "demostración"?
Así que la pregunta crucial es: ¿Cómo es la fe una "demostración" de lo que no se ve, es decir, de que Dios creó el mundo por Su Palabra? Tomo mi criterio de la única otra parte en el Nuevo Testamento donde los atributos invisibles de Dios se dicen verse "con toda claridad" por el hombre, a saber, Romanos 1:20. "Porque desde la creación del mundo, sus atributos invisibles [los de Dios], su eterno poder y divinidad, se han visto con toda claridad, siendo entendidos por medio de lo creado, de manera que no tienen excusa". La palabra "entendidos" aquí, en Romanos 1:20, es la misma palabra que en Hebreos 11:3: "Por la fe entendemos que el universo fue preparado por la palabra de Dios”.
Así que aquí, en Romanos 1:20, dice, "entendemos los atributos de Dios mediante lo que Él ha hecho". Y aquí, en Hebreos 11:3, dice, por fe entendemos la Palabra de Dios detrás de la creación. Romanos 1:20 parece decir que las cosas hechas son la demostración de que Dios creó el mundo, ellas apuntan claramente a un Creador. Hebreos 11:3 parece decir que la demostración de que Dios creó al mundo es la fe. Ahora, piense en ello por un momento. ¿Qué haremos con esto? Esto es lo que haremos: La fe, al menos en parte, es la visión espiritual, o percepción espiritual de las huellas dactilares de Dios sobre las cosas que Él ha hecho. Ahora, las huellas de Dios sobre las cosas que Él ha hecho -el orden, la belleza, la grandeza, la "complejidad irreducible" (como dice Michael Behe, en el libro "La caja negra de Darwin"), son demostraciones de que Dios hizo el mundo. Por tanto la visión de estas huellas dactilares un tipo de demostración. Es solo el otro lado de la moneda. Si usted me pregunta: "¿Cómo sabe usted que la oficina central de 'Enfoque en la Familia' está en Colorado Springs"?, yo diría, "la vi el martes". Mi visión es la demostración de que está allí.
Creo que es así como la fe es la demostración de las cosas que no se ven. Todos miramos las mismas huellas, pero algunos las ven y otros no. Los que ven tienen la demostración -el testimonio- en sí mismos. ¿Cómo puede ser?
¿Color y Caos o una visión más profunda?
Aquí hay una analogía al nivel físico. Hace unos pocos años, una de las fiebres que había era las imágenes 3-D ocultas. Estas son piezas de arte que, en un nivel, son una cosa, pero en otro nivel son algo bastante diferente. A primera vista, todo lo que usted ve es la presentación de superficie. Pero si usted deja que sus ojos se enfoquen más profundamente, o más distanciadamente, podrá ver un tren o un canguro boxeador, o un globo, no solo apareciendo, sino realmente como si saliera de la página. Ahora, algunas personas miran estas páginas por muchos minutos y no ven más que color y caos. Pero otros, casi inmediatamente ven la cabeza de Beethoven o un cordero. Si alguien dice: "¿Cómo sabes que hay un cordero allí?", la respuesta es: "lo veo". El verlo es la demostración. Quizás ellos no lo ven, pero eso no no cambiará nuestra mente.
Ahora, así es también para algunos cuando miran la creación de Dios. Algunos ven color y caos. Otros tienen una visión más profunda y repentina de las huellas de Dios que saltan a la vista. ¿Qué demostración pueden ofrecer? Las ven. Es tan indudable como un cordero en una imagen 3-D. Nadie puede disuadirnos de ello.
Usted pudiera preguntar: "¿Sería eso la fe?" ¿No dijo Pablo (en 2da a los Corintios 5:7), "por fe andamos, no por vista"? ¿Cómo es que la fe puede ser "vista"? Pablo quiso decir que Cristo no está físicamente presente en la tierra para que lo veamos con ojos físicos, sino en el cielo. No quiso decir que no haya una percepción espiritual de la realidad de Dios. Hebreos 11:1 dice: la fe es " la convicción [o mejor, la demostración] de lo que no se ve". Y entonces el escritor lo ilustra en el versículo 3 cuando dice que "por la fe entendemos" que Dios creó el mundo. En otras palabras, la fe no es solo un acto de respuesta del alma; también es el acto de percepción, o asimiento o entendimiento. Es un acto espiritual que ve las huellas dactilares de Dios. Esto no significa que usted cree que las cosas surgen. Eso sería un pensar con muchos deseos - el poder del pensamiento positivo. Esa no es la fe auténtica. La fe real está basada en la Verdad real. Ella mira profundamente al mundo que Dios ha hecho, mira a través de él, por así decirlo, y por la gracia de Dios ve la gloria de Dios (como dice el Salmo 19:1) mirando la creación desde fuera como a una imagen 3-D.
La sustancia de las cosas que se esperan
Ahora, esto nos deja solo unos minutos para enfocarnos en la otra parte de la definición de fe en el versículo 1: "Ahora bien, la fe es la certeza [o sustancia] de lo que se espera". Pudiera ser que esto solo significare que la fe es una confianza profunda en que las promesas de Dios se volverán verdad de modo que podemos confiar en ellas. Ello sería suficiente para liberarnos de los temores y codicia y mundanalidad que bloquean el flujo del amor sacrificado que toma riesgos. Si tenemos una fuerte convicción de que Dios cuidará de nosotros y nos traerá a gloria y cumplirá todas Sus promesas a nosotros por siempre, entonces seremos libres de la auto-indulgencia y seremos libres para servir a otros.
Pero pienso que significa más o quizás esto es solo un modo de llenar este significado con todo lo que realmente hay allí. La palabra "certeza" aquí puede significar "naturaleza" o "sustancia" o "realidad" o "esencia" en otros lugares. Por ejemplo, Hebreos 1:3 ("la expresión exacta de su naturaleza [de Dios]"). Si esto es lo que significa aquí, entonces debiéramos pensar de esta forma.
¿Qué podría significar la "sustancia" o "naturaleza" de lo que se espera? Pienso que pudiera significar que la fe captura tan claramente la bondad y dulzura de lo que Dios promete, que esta bondad y dulzura están sustancialmente presentes en la fe. En otras palabras, la fe retiene -se aferra a- tan firmemente la belleza de Dios que en la fe misma está la sustancia de la bondad y dulzura prometida. La fe no crea lo que espera, eso sería solo un juego mental. La fe es una captura espiritual, o percepción espiritual, o degustación, o sensación de la belleza y bondad y belleza y bondad de lo que Dios promete -especialmente para Su propia comunión, y el disfrute de Su propia presencia.
La fe no solo se siente confiada porque ello va a venir algún día. La fe se ha aferrado espiritualmente y percibido y probado que es real. Y ello significa que la fe tiene la sustancia o la naturaleza de lo que espera. La fe disfruta la promesa y es un tipo de pago por anticipado de la realidad que viene.
Prueba y Ve
Esto es lo que sucede cuando se predica el evangelio. Es lo que sucede ahora mismo para muchos de ustedes. La palabra de Dios es hablada, partida como pan dulce y derramada como agua refrescante, y entonces se despierta el paladar espiritual de nuestro corazón, y sabemos que hay más aquí que la simple opinión de un hombre, como dice en Hebreos 10:34, "sabiendo que tenéis para vosotros mismos una mejor y más duradera posesión”.
En resumen entonces, la fe es un tipo de degustación espiritual de lo que Dios prometió, de modo que sentimos una certeza profunda, sustancial de las cosas que esperamos; y la fe es un tipo de perspectiva espiritual de las huellas invisibles de Dios en las cosas que ha creado. Por una conocemos el poder y la sabiduría de Dios para crearnos, y por la otra sabemos de Su bondad y gracia para salvarnos.
Por tanto, digo con el Salmo 34:8: "Probad y ved que el Señor es bueno. ¡Cuán bienaventurado es el hombre que en El se refugia!”