Regocíjese en la esperanza que le brindan las escrituras
1 Los fuertes en la fe debemos apoyar a los débiles, en vez de hacer lo que nos agrada. 2 Cada uno debe agradar al prójimo para su bien, con el fin de edificarlo. 3 Porque ni siquiera Cristo se agradó a sí mismo sino que, como está escrito: «Sobre mí han recaído los insultos de tus detractores.»593 4 De hecho, todo lo que se escribió en el pasado se escribió para enseñarnos, a fin de que, alentados por las Escrituras, perseveremos en mantener nuestra esperanza.
Romanos 12:12
Regocíjense en la esperanza, sean pacientes en la tribulación, sean constantes en la oración.
Existe un paralelismo entre este mensaje y el último sermón. Aquel abordaba el papel de la oración en la lucha por el gozo, y este otro el de la Biblia en la lucha por el mismo gozo. La razón por la que estamos hablando acerca de la lucha por el gozo, es Romanos 12:12: “Regocíjense en la esperanza, sean pacientes en la tribulación, sean constantes en la oración.” Y hemos visto que todo esto está al servicio del amor, que es el tema principal del párrafo.
Así que, tomando como base Romanos 12:12 y con el resto del Nuevo Testamento, la vida cristiana funciona así: La aflicción es normal en este mundo perdido (1 Pedro 4:12; Romanos 8:23). Cristo vino y se llevó nuestras penas y pecados en la cruz encerrándolos en el sepulcro, y allí los dejó; y resucitó para que ahora podamos tener una esperanza inmovible en (no en lugar de) el sufrimiento y esta esperanza da lugar al gozo. Es por eso que el versículo 12 dice, “Regocíjense en la esperanza.” Este gozo sostiene una resistencia. Es por eso que el versículo12 dice, “Sean pacientes en la tribulación” y porque Hebreos 12:12 dice que Jesús soporta la cruz, “Por el gozo puesto delante del él.” Así vemos que la resistencia nos sostiene en el sacrificio del amor, ya que la cruz fue el acto de amor más grande que se halla realizado jamás. Hemos sido comprados por la sangre. Tenemos una esperanza que exalta a Cristo, un gozo incontenible. Una paciente resistencia a la aflicción y los sacrificios del amor.
¿Qué Produce y Sostiene a Nuestra Esperanza? ¡La Oración!
Así nació la pregunta: Si la esperanza es el fundamento del gozo, la constancia, y el amor, ¿que sustenta, entonces, nuestra esperanza? ¿Qué nos mantiene esperando en Cristo? La pregunta no es, ¿”Cuál es la base de la esperanza?” ¡Esa base es Cristo! Su muerte por nosotros, su resurrección, su reino soberano sobre el mundo. Esa es la base inquebrantable. Nunca cambia. Somos nosotros quienes cambiamos. Somos vulnerables, frágiles, volubles y emocionalmente inestables. Entonces la pregunta es ¿Qué mantiene nuestros corazones firmes en Cristo, nuestra esperanza? ¿Qué produce y sostiene nuestra esperanza?
La última vez nuestra respuesta fue la oración. Basábamos esto en la oración de Pablo en Efesios 1:18-19, donde él oró por tres cosas en específico: (1) para que sepáis cual es la esperanza a que él os ha llamado. (2) cuales son las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y (3) cual es la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos”- para guardarlos para la herencia reservada en el cielo para vosotros (1 Pedro1: 4-5).
Una de las funciones de la oración es hacernos capaces de ver y saborear a Cristo como nuestra esperanza de modo que él sea para nosotros, más preciado que cualquier otra cosa. Si no hacemos esta oración habitualmente, por nosotros, por nuestros hijos y por nuestras iglesias; no debemos sorprendernos, si nuestros corazones se alejan poco a poco y comienzan a sentir que nuestra esperanza esta en el dinero, en el trabajo, en la familia y en cientos de cosas que compiten con Cristo, quien es nuestro verdadero tesoro.
¿Qué Produce y Sostiene Nuestra Esperanza? ¡La Palabra de Dios!
Ahora bien, hoy volvemos a preguntarnos, ¿Qué produce y sostiene nuestra esperanza? Ya que la esperanza alimenta al gozo y el gozo a la resistencia y la resistencia al amor, y el propósito de toda la enseñanza de Pablo es el amor (1 Timoteo 1:5), La gran batalla para el cristiano es alimentar su esperanza de gozo en Cristo. Tenemos que ver nuestro futuro en Cristo como algo más preciado y satisfactorio que cualquier otro tesoro. Eso es lo que significa “regocijarse en la esperanza;”es estar satisfecho con todo lo que Dios es y será, para nosotros en Cristo.
Así que la segunda respuesta que podemos dar a está pregunta (¿Cómo mantenernos viva esta esperanza de gozo?) es que leamos, meditemos y memoricemos las Escrituras. Dios ha designado estos dos medios, por encima de todos los otros, para despertar y alimentar nuestra esperanza: Orar y meditar en la palabra de Dios. Si usted descuida la oración, su esperanza en Cristo disminuirá. De igual manera, si descuidamos la palabra de Dios, nuestra esperanza disminuirá.
Demostración Implícita de Pablo de que las Escrituras Despiertan y Sostienen a la Esperanza.
¿De qué manera explica Pablo esta idea? Él lo hace tanto implícita como explícitamente, mostrándonos la inmensa importancia de la palabra de Dios; primero mediante el hecho de que “escribe” como apóstol de Cristo, creando la Escritura para nosotros, y al escribir las Escrituras “cita” las Escrituras del Antiguo Testamento que ya estaban escritas. Sólo como un ejemplo, tome Romanos 12:29. En este nuevo llamado al amor Pablo dice, “No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: “Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor” ¡“Cómo está escrito!”. Entonces cita la Escritura (Deuteronomio 32:35). Y lo que cita es una promesa: ¡Dios saldará vuestras cuentas! Dios es justo, y Dios no barrerá el pecado bajo a la alfombra del universo. Todas las cuentas serán saldadas. Esa dice la Escritura. Eso es algo que aprendemos cuando leemos la Biblia.
¿Cuál es el efecto de leer la Biblia? Meditar en la Palabra de Dios levanta las cargas que la venganza pone sobre nuestros hombros. Nosotros no necesitamos llevarla. Dios lo hará. Él promete que ningún mal contra nosotros será pasado por alto. El mal será vengado en la cruz si él que abusó de nosotros se arrepiente y cree, o será vengado en el infierno. Usted no necesita llevar una carga que es de Dios. Usted puede esperar en Él. Usted puede descansar en la justicia futura. Y en esa esperanza usted puede regocijarse, resistir y amar-- aun a aquellos que abusen de usted (Lucas 6:28).
Así Pablo ilustra de manera implícita mediante su propio uso de las Escrituras, cómo debemos utilizar las Escrituras. Leámosla, meditemos en ella, memoricémosla y después obtengamos de ella gozo, resistencia y amor. Si no hacemos esto, seremos conforme al mundo. Pero si diariamente nos entregamos a leer, meditar en, memorizar y orar desde la Palabra, seremos transformados por la renovación de nuestras mentes, nuestra esperanza será fortalecida y nuestro gozo no será conmovido, aun en medio del sufrimiento.
Esa es la demostración implícita de Pablo acerca de cuan importante son las Escrituras para darnos esperanza, gozo y amor, para librarnos, en este caso, de la venganza. Ahora vayamos a Romanos 15 para ver la explícita y franca declaración de cuán vital es la Biblia para despertar y sostener la esperanza.
Demostración Explícita de Pablo de que la Escritura Despierta y Sostiene la Esperanza.
Vea los versículos 2 al 4: “Que cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación.” En otras palabras, él nos está diciendo de nuevo, que nos amemos los unos a los otros. Esto es lo que hace el amor. Ahora él hace algo que para mí es simplemente asombroso. Lo que no es asombroso es que en este punto Pablo tome a Jesús como ejemplo: Cristo, por supuesto, escoge el dolor para que nosotros podamos ser bendecidos. Actúen ustedes de la misma manera. Si usted tiene un buen par de piernas, no parquee en el estacionamiento de la iglesia. Ceda su lugar a los ancianos y a los visitantes. Parquee un poco más lejos, etc. Por eso no es asombroso que Pablo utilizara el propio sacrificio de Jesús, como un ejemplo para agradar a nuestro prójimo antes que a nosotros mismos.
Pero lo que es realmente asombroso es la manera en que Pablo ilustra el propio sacrificio de Jesús. Él pudo haberlo ilustrado a través de una docena de eventos en la vida de Jesús, donde Jesús se sacrificó por amor. ¿Pero que hace Pablo? Él cita una Escritura de mil años antes de la venida de Cristo. Versículo 3: “Porque ni aún Cristo se agradó a sí mismo antes bien, como esta escrito (entonces él cita los Salmos de David 69:9), “Los vituperios de los que te vituperaban, cayeron sobre mí.” Yo creo que esto sí es asombroso.
Pablo está diciendo: Trátense los unos a los otros con amor y niéguense a ustedes mismos. Entonces él apoya esta exhortación con la vida de Jesús. Pero en vez de narrarnos un instante de la vida de Jesús cuando él actuaba de esta manera (al lavar los pies a los discípulos, Juan 13:1-2), Pablo describe la vida de Jesús citando las escrituras (versículo 3): “Como está escrito, los vituperios de los que os vituperaban cayeron sobre mí.” Jesús aceptó los vituperios que pertenecían a nosotros. La sanción que era nuestra, ahora se volvía suya.
Por tanto podemos tener esperanza al saber que Jesús soporta nuestros vituperios. El evangelio del sufrimiento de Jesús por nosotros es nuestra gran razón de ser, de nuestra esperanza. Y esta esperanza nos llena de gozo y el gozo sostiene la auto negación en un comportamiento amoroso: “Que cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificarle.” Pero he aquí un hecho ratifica a la Escritura como la base de nuestra esperanza: Pablo no cuenta una historia sobre el amor de Jesús. Él cita las Escrituras del Antiguo Testamento que hablan de Jesús.
Ahora bien, usted pudiera preguntar, ¿cómo sabe usted que Pablo estaba haciendo un señalamiento acerca de la importancia de las Escrituras en la lucha por una esperanza caracterizada por gozo? La respuesta es aun más asombrosa en este texto. Pablo interrumpe el fluir de su exhortación acerca de cómo los fuertes deben amar a los débiles para comentar sobre el papel de la Escritura en la vida cristiana. Piense en esto. Está avanzando por los capítulos 14 y 15 tratando de ayudar a creyentes que tienen grandes divergencias, acerca de qué comer, qué beber y como conducirse el día Domingo, y usted busca su arma más fuerte es decir, la muerte de Jesús por nosotros, como una motivación, pero en vez de contar una historia de la vida de Jesús, usted cita Salmos 69:9, y de repente usted interrumpe el fluir de su exhortación, para comentar sobre el porque usted citó del Antiguo Testamento.
Ese es el versículo 4, y es uno de los versículos más importantes de la Biblia, acerca del rol de la Escritura en su vida. Pablo dice, “Esta bien, yo he citado las escrituras para ilustrar el amor de Cristo. ¿Piensa usted que eso es extraño? ¡Bien puedo ver que sí! Así que me detendré aquí, en medio de mí exhortación acerca de cómo debe ser el amor entre el fuerte y el débil, y les contaré porqué argumento de este manera. Les diré porqué yo saturo mí Escritura con las Escrituras. Helo aquí. Está es la declaración explícita de Pablo, de que las Escrituras son para despertar y alimentar la esperanza, la cual sostiene el gozo, que sostiene la resistencia, que sostiene al amor. Él dice, “Porque (esa palabra “porque” señala que está dando las bases por las que acaba de citar las Escrituras) las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza.” Ahora bien, esto es aún más asombroso que el hecho de que Pablo halla citado las Escrituras para ilustrar el amor de Cristo. Aquí se dice algo tan radical acerca del Antiguo Testamento, que ello debería ponerlos a leer su Biblia todo el año con una vigilancia rigurosa. Pablo dice, todas las cosas-- todas las cosas-- se escribieron para despertar y sostener su esperanza.
Léalo de nuevo y piense en ello: “Porque todas las cosas que se escribieron antes (todas las cosas-- el Antiguo Testamento completo). Para nuestra enseñanza se escribieron a fin de que la paciencia y la consolación de las escrituras, tengamos esperanzas.” Todo el Antiguo Testamento fue escrito para despertar y sostener nuestra esperanza.
La Palabra de Dios y la Oración.
La última vez vimos que la oración era el medio designado por Dios para despertar y sostener nuestra esperanza. Y hoy vemos que las Escrituras son el medio designado por Dios para despertar y sostener nuestra esperanza. Si queremos obedecer lo que dice Romanos 12:12, “Regocíjense en la esperanza sean pacientes en la tribulación,” tenemos que leer las Escrituras, meditar en ellas y memorizarlas. Ellas son el medio que Dios nos ha dado para despertar y sostener nuestra esperanza.
Cuando oramos, “OH Señor, alumbra los ojos de nuestro entendimiento, para que sepamos cual es la esperanza a que él nos ha llamado, y cuales las riquezas de la gloria en el cielo” (Efesios 1:18), Dios dice, “Combine está oración con lectura, meditación y memorización, y yo despertaré y sostendré su esperanza. Yo abriré sus ojos para que vean maravillas en mi Palabra. Y estas maravillas harán que aumente la esperanza en sus almas.
De modo que mi súplica, como uno de los pastores que cuida de sus almas, y ya sea que usted viva en esperanza, gozo, resistencia y amor en la aflicción, es que usted se nos una en las dos iniciativas de este año: El programa de memorización de Versículos De Lucha (Fighter Verse memory program) y en el plan “A través de la Biblia en un Año.” (Las cuales fueron entregadas la semana pasada y que están disponibles en la iglesia o el sito web de la iglesia.)
¡Piense en la iniciativa de Dios a favor de su esperanza! Todo-- todo lo que ha sido escrito en la Biblia es para despertar y sostener nuestra esperanza. “Las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de la escritura tengamos esperanza.”
Esto es especialmente necesario en los tiempos buenos cuando usted es tentado a tener esperanza en este mundo, y en tiempos de gran sufrimiento, cuando usted es tentado a creer que la soberanía de Dios no es creíble, y por lo tanto la razón de ser de su esperanza se esfuma. Leer su Biblia le dará el poder para mantenerse firme en la esperanza en tiempos como estos.
Nuestra Doble Aflicción en Estos Días.
Desde que sobrevino el Tsunami (26 de Diciembre, 2004), nuestra aflicción se ha redoblado. Primero, existen los indecibles sufrimientos y las muertes. Una iglesia completa en la costa de Tamil Nadu, la India fue barrida por el mar, mientras adoraban a Dios. De toda la iglesia solamente hubo un sobreviviente. Historia tras historia rompe nuestro corazón.
Luego hay una segunda aflicción: Las personas religiosas alrededor del mundo, incluyendo a algunos cristianos suelen decir muchas cosas que le restan importancia a Dios. Como un artículo en el Wall Street Journal, que decía: “Ningún cristiano está autorizado a decir aborrecibles banalidades acerca de la inescrutable opinión de Dios o blasfemas sugerencias de que todo esto, misteriosamente, sirve a los buenos propósitos de Dios.” (David B. Hart,” “Tremors of Doubt,” (Temblores De Dudas) WSJ, 31 de Diciembre, 2004). Tales comentarios malsanos solo complican la situación.
La esperanza y el amor en medio de la calamidad son apoyados de muchas maneras por la Biblia. La mas importante es que Cristo vino a nuestro sufrimiento y lo conquistó de modo que el sufrimiento ya no tenga la última palabra. Pero cuantas otras cosas tiene la Biblia de hablarnos, de modo que las calamidades no nos alejen de nuestra esperanza en la soberana sabiduría, poder y bondad de Dios. ¿Cómo pudo alguien, que leía y creía en su Biblia, decir lo que este hombre dijo? ¡Y David Hart emite su criterio como teólogo cristiano!.
¿No creeremos en el Dios que destruyó a Sodoma y Gomorra? Génesis 19:24-- entonces Jehová hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de Jehová y desde los cielos”. Génesis 13:10- “Él Señor destruyó a Sodoma y Gomorra”.
¿No creeremos y adoraremos al Dios de Éxodo? Éxodo 13:15--en la última plaga de Egipto, Éxodo dice, “El Señor mató a todo primogénito en la tierra de Egipto.” La gente de Dios en aquellos días sabía mucho mejor que nosotros lo que Moisés escribiría más tarde en Deuteronomio 32:39. Así dice el Señor: “Veo ahora que yo, yo soy, y no hay dioses conmigo; yo hago morir y yo hago vivir; yo hiero y yo sano; y no hay quién pueda librar de mí mano.”
¿No confiaremos y reverenciaremos al Dios de Josué? (Josué 10:11). Los amorreos se juntaron contra Israel pero el versículo dice, “Jehová arrojó desde el cielo grandes piedras sobre ellos hasta Azeca, y murieron; y fueron más los que murieron por las piedras del granizo, que los que los hijos de Israel mataron a espada.”
¿No temeremos y adoremos ante el Dios de David? 2 Samuel 12:15-- cuando David cometió adulterio y Bernabé quedó embarazada, el texto dice, “Jehová hirió al niño … y enfermó gravemente…y murió.” Dios es dueño de toda vida. Da y quita según su propia sabiduría y mezcla la justicia y la misericordia en perfecta proporción. No debe la vida a nadie. (Job 1:21).
Vez tras vez en las Escrituras vemos descripciones del juicio de Dios sobre las naciones y sobre su propio pueblo. Por ejemplo Amos 4:10 donde Dios hace recordar a Israel lo que El ha hecho: “Envié contra vosotros mortandad tal como en Egipto; maté a espada a vuestros jóvenes, con cautiverio de vuestros caballos, e hice subir el hedor de vuestros campamentos hasta vuestras narices; mas no os volvisteis a mí, dice Jehová.”
O, a la vez Isaías 37:36 describe lo que Dios hizo a Senaquerib y los asirios cuando vinieron contra su pueblo: “Salió el ángel de Jehová y mató a ciento ochenta y cinco mil en el campamento de los asirios; y cuando se levantaron por la mañana, he aquí que todo era cuerpos de muertos.”
Y he aquí lo que el libro de Apocalipsis dice que sucederá durante los días finales de la ira de Dios contra este mundo. Por ejemplo Apocalipsis 16:9 describe un golpazo del omnipotente contra la tierra. “Y los hombres se quemaron con el gran calor, y blasfemaron el nombre de Dios, que tiene poder sobre estas plagas, y no se arrepintieron para darle gloria.” ¡Que no seamos nosotros descubierto entre aquel número!
Paradójicamente, historias como estas, del Antiguo y Nuevo Testamento, nos protegen de ser noqueados por las calamidades de nuestros días. Estas historias guardan los sólidos fundamentos de la soberanía de Dios bajo nuestra esperanza. Ellas sostienen la esperanza. Las calamidades que en nuestros tiempos conmueven nuestros corazones, no son nuevas y no se han acabado. No sabemos todo lo que Dios está haciendo a través de ellas, pero decir que Dios no puede estar en ellas, o que la “inescrutable opinión” de Dios no está funcionando, y que este sufrimiento no “sirve misteriosamente a los buenos fines de Dios” demuestra que (para usar las palabras de Jesús), “Usted ni conoce las Escrituras, ni el poder de Dios” (Mateo 22:29).
Oh cuanto estoy orando para que Dios dirija sus corazones hacia su Palabra en este año. Que pueda usted leer la Biblia completa-- toda ella ha sido escrita para sostener su esperanza en medio de calamidades tanto globales como personales. Que pueda usted meditar en ella día y noche. Que pueda usted unírsenos a memorizar la Palabra, semana tras semana. Y que Dios sustente su esperanza, y que su esperanza sustente su gozo, y que su gozo sustente su resistencia, y que su resistencia sustente su sacrificio de amor mientras usted llora con los que lloran y se entrega usted mismo y su dinero para aliviar el sufrimiento de otros.