La última encrucijada: vida eterna o ira eterna, parte 2
Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo. Mas sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas es según verdad. ¿Y piensas esto, oh hombre, tú que juzgas a los que tal hacen, y haces lo mismo, que tú escaparás del juicio de Dios? ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento? Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, el cual pagará a cada uno conforme a sus obras: vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad, pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia; tribulación y angustia sobre todo ser humano que hace lo malo, el judío primeramente y también el griego, pero gloria y honra y paz a todo el que hace lo bueno, al judío primeramente y también al griego.
El Juicio de Dios es Imparcial
En Romanos 1:18-3:19, Pablo se está esforzando para demostrar que tanto los judíos como los gentiles están bajo el poder del pecado, y que si no reciben el regalo de la justicia de Dios mediante la fe en Cristo, no tendrán excusa en el día del juicio. Romanos 3:9 es el verso fundamental para resumirlo: “¿Qué, pues? ¿Somos nosotros mejores que ellos? En ninguna manera; pues ya hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos están bajo pecado”. De acuerdo a Romanos 3:19, el objetivo es: “que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios”.
De modo que en Romanos 1:18-32 Pablo trata con los gentiles y muestra que el mundo completo carece de excusa ante Dios porque la verdad está disponible y es conocida, pero es detenida y desobedecida. Luego en Romanos 2:1-5, Pablo muestra que aquellos que tienen acceso a una revelación especial y pueden juzgar a los paganos inmorales están en el mismo problema, porque juzgan a otros pero hacen lo mismo.
Ahora llega a los versículos del 6 al 10 y describe el futuro juicio que todos, judíos y gentiles, afrontaremos. Y en lo que hace hincapié es que el juicio no será conforme a orígenes étnicos, religiosos o al conocimiento. Porque entonces Dios tendría que ser parcial. Pero el versículo 11 dice, “Porque no hay acepción de personas para con Dios.” En lugar de ello dice que el juicio para la vida o la ira eterna es “conforme a obras.” Leamos la exposición del versículo 6 en los dos pares que están en los versículos 7-10.
“[Dios] el cual pagará a cada uno conforme a sus obras: 7vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad [pagará con vida eterna], 8pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia [pagará con ]; 9tribulación y angustia sobre todo ser humano que hace lo malo, el judío primeramente y también el griego, 10pero gloria y honra y paz a todo el que hace lo bueno, al judío primeramente y también al griego”.
De modo que el punto principal es que tanto los judíos como los griegos (es decir, “gentiles”) tendrán “vida eterna” (versículo 7), o “ira y enojo” (versículo 8) no atendiendo a si son judíos o no, ni a sus características hereditarias; sino “conforme a sus obras”. Puede que sean los judíos los primeros en ir al cielo y los primeros en ir al infierno, pero ya sea que vayan a un lado o a otro, será decidido de la misma forma para ellos que para cualquier otro. Ese es el punto principal del texto.
“Conforme a Obras”, Lo que No Está en Duda
Pero aquí hay una pregunta urgente. ¿Cómo es que recibir la vida eterna o la ira eterna “conforme sus obras” tiene relación con recibir la vida eterna mediante la fe en Jesucristo sobre las bases de la justicia de Dios, y no de la nuestra? En general hay dos respuestas posibles a esta pregunta. Pero antes de dárselas permítanme asegurarme de que vean qué es lo que está en duda y lo que no.
Esto es lo que no esta en duda. No estamos cuestionando si somos justificados, considerados justos ante Dios y asegurados eternamente, no sobre las bases de nuestras obras, sino sobre las bases de la propia justicia de Dios que nos es imputada solo mediante nuestra fe en Cristo.
Así, por ejemplo, Romanos 3:28 dice, “Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley.” La fe es el lazo que une a una persona con Cristo, quien es él mismo la base de la justificación.
La clave de la fe está aún más clara en Romanos 4:5, “mas al que no obra, sino cree [o sea “confía” “tiene fe”] en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia.” Así que la fe sirve para unirnos a Cristo antes de que tengamos las buenas obras de la piedad, y esta fe es tratada como si fuera nuestra justicia porque nos une a la justicia de Dios.
Una vez más en Romanos 5:1 dice, “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.” Así que la justificación -estar en buenas con Dios- es mediante la fe, no mediante obras.
Y finalmente, Romanos 8:33-34 muestra que lo que está en juego y es ciertamente, el juicio final y la vida eterna, como en Romanos 2.7: “¿Quién acusará a los escogidos de Dios? [Tiempo futuro, es decir, ¡en el día del juicio!] Dios es el que justifica”. En otras palabras, nadie va a ser capaz de anular el juicio de Dios que declarará a sus elegidos como inocentes por la muerte de Cristo en su lugar. Después Pablo expone esa base en el versículo 34, “¿Quién es el que condenará? [Implícito: ¡nadie! ¿Por qué? Porque…] Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros”. De modo que la muerte de Cristo en lugar de la nuestra, y la justificación (la justicia que Dios imputa) es la base del regalo de la vida eterna, no de nuestras obras. Esto es lo que no está en duda.
“Conforme a Obras”- Lo que Está en Duda
Lo que está en duda es: ¿cómo el juicio “conforme a sus obras”, en Romanos 2:6-10, se relaciona con eso? Dije que en general, hay dos posibles respuestas a esta pregunta. Una dice que la vida eterna se basaría en una perfecta obediencia si alguien la tuviera, pero nadie la tiene, y así la única vía hacía la vida eterna es mediante la fe en Cristo. La otra vía dice que Dios nunca prometió vida eterna basándose en las buenas obras, sino que siempre hace que las buenas obras sean la evidencia de la fe que nos une a Dios en Cristo, quien es la base de la vida eterna.
Permítanme decirlo en otra manera, utilizando el versículo 7 en particular. El versículo 7 dice, “[Dios dará] vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad.” ¿Qué quiere decir esto?
La primera respuesta diría: significa que Dios dará vida eterna basándose en una perfecta obediencia si alguien la tuviera. Pero nadie la tiene, y de ese modo el objetivo del versículo es simplemente acentuar la desesperanza del hombre sin el evangelio de la gracia.
La otra respuesta diría: significa que de cierto Dios da vida eterna a los que perseveran en la obediencia, no porque esta obediencia sea perfecta o porque sea la base o mérito para la vida eterna, sino porque la fe salvadora siempre cambia nuestras vidas en el poder del Espíritu Santo para que los verdaderos creyentes perseveren en hacer el bien. En otras palabras, una vida cambiada, dirigida hacia la obediencia de la verdad de Dios (versículo 8) no es la base de la vida eterna, sino la evidencia de una auténtica fe, que nos une a Cristo, y es la base de la vida eterna.
Ahora bien, pienso que la segunda manera de ver estos versículos es correcta. Es por esto que el versículo 6 dice, “[Dios] pagará a cada uno conforme a sus obras,” no “basándose en sus obras” o “debido al mérito de sus obras”. La vida eterna siempre está basada en Jesucristo y es mediante nuestra fe. Pero ya que la fe, mediante el Espíritu Santo, siempre nos santifica y nos cambia a imagen de Cristo (un grado a la vez, 2 Corintios 3:18), habrán obras que “estén de acuerdo con” esta fe salvadora. De modo que si bien la vida eterna será concebida solamente para los creyentes, será concebida “de acuerdo con” (habrá un de acuerdo con) sus obras. Habrá un modo de vida que Dios pueda exponer para demostrarle al mundo que la fe de estas personas era real.
Esa es la forma en que yo interpreté estos versículos. Permítanme darles algunas razones para esta interpretación.
No es Ganada por Obras.
1. La primera razón es simplemente que los versículos no parecen ser hipotéticos. No suenan así. Se expresan clara y directamente a los efectos de que Dios da vida eterna, no de que daría, sino de que la da, a los que tienen “perseverancia en las buenas obras”. Esta parece la forma más natural de entender los versículos.
2. En los 4b y 5 hay una pista de que Pablo, en estos versículos, no tiene en mente una obediencia perfecta como el sendero hacia la vida eterna. “…ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento? 5Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira… ”. Note la importancia del arrepentimiento.
Es porque tienen corazones no arrepentidos que están atesorando ira para el día del juicio. Así que si tuvieran corazones arrepentidos, no atesorarían ira para el día del juicio. Este es un indicador del hecho de que Pablo no está pensando en una vía de todo o nada acerca de la justicia. Está pensando que Dios es bondadoso y misericordioso, y que tiene la voluntad de perdonarles los pecados a las personas si ellas se arrepienten y se vuelven hacia él buscando misericordia. Todavía no hace hincapié en que la base de esa misericordia está en la muerte de Cristo, sino que demuestra que “perseverar en hacer el bien” incluye un corazón arrepentido que depende de la misericordia para que le sean perdonados sus pecados. Ese es el sendero a la vida eterna.
3. Consideren Romanos 6:22. Allí describe la vida cristiana y como la misma se relaciona con la santidad y con la vida eterna. dice, “Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación [o santidad], y como fin [la meta, telos], la vida eterna.” Note ahora como se relaciona la vida eterna con la vida de un creyente. Es la meta o el “fin”. ¿De qué? de ser siervos de Dios (mediante la fe, argumentaría yo) lo cual trae como resultado el fruto de la santidad.
Esto se acerca mucho a lo que Romanos 2:7 dice. Allí se dice que Dios dará vida eterna a los que perseveran en hacer el bien. Aquí se dice que la vida eterna es el resultado de la santidad que viene de haber sido liberados del pecado y hechos siervos de Dios.
4. Consideren Romanos 8:12-13. “Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne; 13porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.” ¿Qué está en juego aquí? Lo que está en juego es la muerte y la vida, y el significado es claramente espiritual y eterno, no temporal (porque sobre unas bases muy diferentes a las que dicen estos versículos, las personas viven y mueren temporalmente). Así que estos versículos están describiendo el sendero que lleva a la vida eterna.
¿Y qué es esto? Versículo 13: “Si vivís [este comportamiento actual que se está teniendo en cuenta] conforme a la carne, moriréis; pero si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne [percátense de que el asunto es una batalla práctica contra el pecado en nuestras vidas carnales], viviréis”. Así que de nuevo el objetivo es el mismo que en Romanos 2:7. Allí se dice que Dios dará vida eterna a los que perseveren en hacer lo bueno; aquí se dice que Dios dará vida eterna a los que hagan morir las obras de la carne. Es así como perseveramos en hacer lo bueno. Vivimos por el Espíritu mediante la fe. Las buenas obras no conceden vida eterna. Ellas son el fruto de depender del poder del Espíritu en la fe.
5. Finalmente, consideren Gálatas 6:8-9. Gálatas es el libro más cercano a Romanos atendiendo al argumento que desarrolla acerca de la justificación mediante la fe. Así que estamos en la misma esfera de pensamiento. A medida que leo esos dos versículos observen como llega a los cristianos la vida eterna. Pablo le está hablando a la iglesia: “Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción [lo opuesto a inmortalidad], mas el que siembra para el Espíritu, [ver Romanos 8:13] del Espíritu segará vida eterna. No nos cansemos, pues, de hacer el bien; porque a su tiempo segaremos [vida eterna] si no desmayamos.”
Esto es, en razonamiento, idéntico a Romanos 2:7. Allí Dios le da vida eterna a los que perseveran en hacer el bien. Aquí, en el versículo 9, si no “nos cansamos de hacer el bien” (que es lo mismo que “perseverar en hacer el bien”) segaremos. ¿Qué segaremos? Versículo 8: “El que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna”.
Ahora bien, en ninguno de estos textos se dice que la vida eterna es ganada, merecida, o basada en las buenas obras. Simplemente dicen, de hecho, que el veredicto final será conforme a las buenas obras. Van juntas, y la razón por la que van juntas no es que las obras han reemplazado a la fe, o que el mérito ha reemplazado a la gracia, sino porque el evangelio de la justificación mediante la fe es poder de Dios para salvación. No es algo débil. El evangelio no entra a una vida y la deja bajo el dominio del pecado. El evangelio viene en el poder del Espíritu Santo. Y donde es creído, donde se confía en él y se le ama, produce lo que Pablo llama “la obediencia de la fe” (Romanos 1:5; 16:26). Y la vida eterna siempre es de acuerdo con eso.
Confíe en Cristo Para que le Lleve al Padre
Lo que esto implica es claro: ¡Tiemblen ante la magnitud de lo que está en juego en sus vidas! ¡Y confíe en Cristo para que lo lleve al Padre! ¿Ven ustedes lo que esto implica?
1. Una de las razones por la que existe una falsa fe es que algunas personas piensan que están confiados en Cristo para que los lleve al Padre, cuando ni siguiera quieren al Padre. Ellos quieren que sus pecados les sean perdonados y quieren librarse del infierno, pero no quieren a Dios. No lo aman. La misma noción de conocerle, y de amarle, y de quererle por encima de todas las cosas les es extraña. Y pueden decir que están confiando en Cristo para que los lleve hacia el Padre, pero, en verdad, están tratando de usar a Cristo para conseguir el regalo de Dios. No hagan eso. Amen a Dios. Quieran a Dios. Atesoren a Dios. Deléitense en Dios. Dios mismo es el contenido y la meta de la fe salvadora.
2. Finalmente, cuando usted confía en Cristo para que lo lleve hacia el Padre, confía en él para que lo capacite en lo que sea necesario para llegar al Padre. Si hay buenas obras que se necesiten hacer, no se apartará de la fe para ir hacia las obras. Se apoyará lo más que pueda en Cristo, quien obrará en usted lo que sea placentero a los ojos de Dios. Cuando Cristo murió por usted, no solo compró la justificación, sino la santificación. Si se necesita santidad, la santidad será otorgada a los que en él confíen.
Confíen en Él.