El Padre ha entregado todas las cosas a Jesús
El que procede de arriba está por encima de todos; el que es de la tierra, procede de la tierra y habla de la tierra. El que procede del cielo está sobre todos. Lo que Él ha visto y oído, de eso da testimonio; y nadie recibe su testimonio. El que ha recibido su testimonio ha certificado esto: que Dios es veraz. Porque aquel a quien Dios ha enviado habla las palabras de Dios, pues Él da el Espíritu sin medida. El Padre ama al Hijo y ha entregado todas las cosas en su mano. El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que no obedece al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él.
Hoy completamos nuestro análisis de los primeros tres capítulos del Evangelio de Juan. Son alrededor de 24 sermones, y de esta forma, calculo que vamos camino a terminar el Evangelio en alrededor cinco años.
Hago esta declaración, fundamentalmente, para enfatizar cuánto valoramos la Biblia como la misma Palabra de Dios. La predicación a través de todo un libro, prestando atención a cada oración, es un hecho que habla por sí solo: nosotros, el pueblo y el predicador, nos sometemos a toda la Escritura. Tratamos de no saltar partes de la Biblia que puedan parecernos incómodas. Tratamos de no jugar al entretenimiento. Creemos que toda esta la Biblia es inspirada por Dios y nos es ganancia.
Adorando Mediante este Evangelio a Nuestra Manera
Juan dijo al final de su evangelio: "pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios; y para que al creer, tengáis vida en su nombre" (Juan 20:31). Ese es nuestro gran propósito al adorar mediante este evangelio a nuestra manera: ver la gloria de Cristo y creer y tener vida eterna y gozo.
Jesús dijo: "las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida" (Juan 6:63). Y Pedro dijo a Jesús "¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna" (Juan 6:68). ¿Qué tipo de vida eterna es ésta? Es una vida eterna gozosa. Jesús dijo en Juan 15:11: "Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea perfecto”.
¿Por qué no querríamos dedicar cinco años nadando en este océano de vida y gozo?
¿Cuál Juan está Hablando?
Así que estamos aquí, en los últimos seis versículos de Juan 3, comenzando desde el versículo 31. Juan Bautista acababa de decir en el versículo 30: "Es necesario que Él [Jesús] crezca, y que yo disminuya." Note que la English Standard Version cierra con comillas la cita de Juan Bautista al final del versículo 30.
Significa que los traductores de la ESV piensan que Juan, el escritor del Evangelio, es quien comienza a hablar en el versículo 31. Algunas versiones continúan la cita de Juan Bautista hasta el fin del capítulo. No hay manera posible de estar seguros. En los manuscritos originales no se usaban comillas.
Al final, no parece hacer mucha diferencia, porque si quien habla es Juan el escritor del Evangelio, está tomando en cuenta lo que acaba de decir Juan Bautista. Y si aun está citando a Juan Bautista, lo hace para enfatizar su argumento al escoger estas palabras. De cualquier forma, estamos recibiendo las palabras del escritor inspirado de Dios.
Exaltando a Jesús
En resumen, esto es lo que Juan nos da (¡cualquiera de los dos!). Vemos otra expresión de Juan 1:14 y 16. "Y el Verbo se hizo carne [es decir, el Hijo de Dios, vino al mundo como el Dios-Hombre, Jesús el Mesías], y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad. . . Pues de su plenitud todos hemos recibido, y gracia sobre gracia".
Esto es lo que está sucediendo, de una forma u otra, en cada texto de este Evangelio. Jesús es exaltado, glorificado (magnificado, mostrado como espléndido, supremo), lleno de gracia y verdad. Y cuando podemos verle como realmente es, Dios derrama un torrente de gracia sobre gracia sobre nuestras vidas. Y Jesús se convierte, para nosotros, en la realidad más preciosa del mundo (perdonando todos nuestros pecados, proveyendo toda nuestra justicia, y convirtiéndose en un Tesoro totalmente satisfactorio, y un Amigo).
Jesús: Proveniente de Dios, Lleno de Dios, Como Dios
Esto es lo que está ocurriendo en Juan 3:31-36: Jesús nos es presentado como proveniente de Dios, y lleno de Dios, y hablando y gobernando como Dios; de manera que la eternidad se divide entre aquellos que certifican que Dios es veraz y aquellos que ven a Dios como a un mentiroso. Unos tienen vida eterna, y otros permanecen bajo la ira de Dios. Ése es el resumen de todo lo que vemos aquí.
Así que ahora oro para que usted tenga oídos para oír, mientras muestro a Jesús como proveniente de Dios, y lleno de Dios, y hablando y gobernando como Dios. Preste atención a cómo escucha. En este momento, Dios está llamando y confirmando a sus ovejas. Juan 10:27: "Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen". O Juan 8:47: "El que es de Dios escucha las palabras de Dios; por eso vosotros no escucháis, porque no sois de Dios."
Así que les estimulo, con toda la solemnidad que puedo: escuchen la Palabra de Dios, y vean en ella la Palabra de Dios. "Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad" (Juan 1:14). Esa es mi oración para todos nosotros.
1) Jesús Proviene de Dios
Primero, Jesús es presentado ante nosotros como proveniente del cielo, de Dios el Padre.
Versículo 31: "El que procede de arriba está por encima de todos; el que es de la tierra, procede de la tierra y habla de la tierra. El que procede del cielo está sobre todos”. Versículo 34: "Porque aquel a quien Dios ha enviado habla las palabras de Dios". Por tanto, de tres formas diferentes Juan nos dice que Jesús no tiene su origen en la tierra, sino con Dios, en el cielo. Versículo 31, al principio: "de arriba". Versículo 31, al final: "del cielo". Versículo 34 y al comienzo: "ha enviado". Y en el contexto del capítulo 3, Juan sólo puede referirse a Jesús.
El Único que Proviene del Cielo Arriba
Para dejar claro qué significa esta distinción, en el versículo 31, Juan contrasta a Jesús con el resto del mundo: "el que es de la tierra, procede de la tierra y habla de la tierra”. Ello incluiría a Juan Bautista distinguiéndolo de Jesús, y a todos los demás.
El versículo dice literalmente: "el que es de la tierra, procede de la tierra". La idea es idéntica a la de Juan 3:6, donde Jesús dijo a Nicodemo: "Lo que es nacido de la carne, carne es, y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es". En otras palabras, todo el mundo ha nacido de un modo natural a través de la carne, y carne es todo lo que somos, o cómo dice Juan aquí: "de la tierra". Naturales. Terrenales, no espirituales. Sin vida sobrenatural. Somos simplemente humanos y caídos, y necesitados de un nuevo nacimiento. Ese es el mensaje. Esta categoría incluye a todas las personas, exceptuando a Jesús.
Jesús y Adán
Escuche esta sorprendente explicación de parte de Pablo sobre lo que Jesús dice aquí. Vea 1ra a los Corintios 15:47-49:
El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre es del cielo. Como es el terrenal, así son también los que son terrenales; y como es el celestial, así son también los que son celestiales. Y tal como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.
De modo que Pablo y Jesús ven dos categorías de personas: Adán y Jesús. Uno terrenal. El otro "del cielo", tal como dice Juan. Todos llevamos la imagen de Adán y de su condición pecaminosa. Adán es la cabeza de la raza humana terrenal. Y todos los que creen en Jesús llevan su imagen y su condición de justicia. Jesús es la cabeza de una nueva raza humana: la familia de Dios.
Así lo dice Pablo en Romanos 5:17 y 19:
Porque si por la transgresión de uno, por éste reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por medio de uno, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia. . . Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno los muchos serán constituidos justos.
Alguien que es Infinitamente Diferente
Volvamos ahora a Juan 3:31: "El que procede de arriba está por encima de todos; el que es de la tierra, procede de la tierra y habla de la tierra”. Se refiere a Jesús y al resto de nosotros. "Lo que es nacido de la carne, carne es" (Juan 3:6). Si el Hijo de Dios no ha sido enviado "de arriba", "del cielo", "de Dios", todos permaneceríamos en nuestro pecado y bajo la ira de Dios. Así que Juan está diciendo: Hay alguien que es infinitamente diferente. No comparte el pecado de Adán. No es simplemente "de la tierra".
"En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. . . . Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros" (Juan 1:1, 14). Él proviene de arriba, del cielo, de Dios, y él ha venido al mundo, sin pecado, en una misión de rescate para los pecadores (Juan 3:17).
2) Jesús está Lleno de Dios
Segundo, Él no solo proviene de Dios, también está lleno de Dios.
Hay algo muy profundo y muy misterioso y muy maravilloso al final del versículo 34 y al comienzo del versículo 35. Leamos los dos versículos, y relacionen ustedes el final y el comienzo de los versículos.
Porque aquel a quien Dios ha enviado habla las palabras de Dios, pues Él da el Espíritu sin medida. El Padre ama al Hijo y ha entregado todas las cosas en su mano.
Recuerde ignorar, tanto como pueda, las divisiones de versículos. Tome la última parte del versículo 34 y la primera parte del versículo 35 sin pausas: "Él da el Espíritu [al que él envió] sin medida. . . . El Padre ama al Hijo" (dos oraciones en presente: El Padre siempre está dando el Espíritu sin Medida al Hijo y siempre está amando al Hijo).
La Cima de un Iceberg Trinitario
Les mostraré la cima del iceberg de lo que creo que vemos aquí, y luego les retaré a verlo en otras partes de las Escrituras. Al quien envió, Dios le da el Espíritu sin medida. ¿Qué significa?
Significa que hay una diferencia infinita entre la forma en que el Hijo recibe al Espíritu de Dios, y la forma en que nosotros recibimos al Espíritu. La diferencia es que Él lo recibe "sin medida". El Hijo de Dios recibe el Espíritu de Dios desmesuradamente. No puede ser medido. ¿Por qué no? Porque es infinito. Dios comunica, imparte, concede infinitamente Su Espíritu al Hijo. Mientras haya Espíritu para dar, habrá Hijo para recibir. Jesús le tiene de todas las formas en que puede tenerle. Jesús conoce y disfruta al Espíritu de Dios en la forma más plena en que puede ser disfrutado y conocido el Espíritu, en toda su plenitud.
¿Cuál es el Espíritu de este Espíritu?
Ahora, aquí hay una interrogante. Jesús dice en Juan 4:24: "Dios es espíritu”. Si Dios es espíritu, ¿qué es Su Espíritu? ¿Cuál es el Espíritu de este ser espiritual? ¿Qué significa que un espíritu otorgue su Espíritu sin medida a Su Hijo?
Mi respuesta es que el versículo 35 señala la respuesta. "El Padre ama al Hijo". Dios, quien es espíritu, da el Espíritu a Su Hijo sin medida, el Padre ama al Hijo. ¿Por qué Juan menciona la dádiva del Espíritu al Hijo y a continuación escribe del amor del Padre por el Hijo?
El Amor de Dios Personificado
¿Es posible que el Espíritu de Dios fuera la Tercera Persona completamente divina de la Trinidad que personifica el amor de Dios? Es decir, cuando Dios, quien es espíritu, comunica (completa e infinitamente) Su amor a su Hijo, ¿no está dando acaso el Espíritu Santo sin medida? En otras palabras, el Espíritu de Dios (el Dios quien es espíritu), es amor. Y este amor para el Hijo es tan pleno, y conlleva tanta plenitud del Padre, que es el mismo Dios (el amor de Dios encarnado, en la Segunda Persona de la Trinidad).
El amor eternal del Padre por el Hijo conlleva tanto de Sí mismo que su amor es la plenitud de la deidad en la Segunda Persona de la Trinidad. De la misma forma en que el Hijo es la manifestación del conocimiento propio del Padre, el Espíritu es la manifestación del amor propio del Padre. Y este conocimiento y amor están tan llenos del Padre que prevalecen desde toda la eternidad, sin comienzo, como Dios pleno (Dios el Hijo y Dios el Espíritu). El Hijo es la plenitud del Padre como Su imagen perfecta. Y el Espíritu es la plenitud del Padre amando a su imagen, el Hijo.
Así que lo segundo que Juan hace en este texto es dirigir nuestra atención hacia el hecho de que Jesús, el Hijo de Dios, es infinitamente diferente a nosotros; no sólo porque proviene de Dios, y nosotros de la tierra, también porque Jesús está lleno de Dios. Él tiene el Espíritu sin medida. El Padre le ha dado el Espíritu infinitamente desde toda la eternidad, es decir, Él le ha amado eternamente con todo su ser. Y todo lo que Él es en este amor es la persona del Espíritu Santo.
3) Jesús Habla y Gobierna Como Dios
Tercero, Jesús es presentado delante de nosotros no solo como proveniente de Dios, y lleno de Dios, también hablando y gobernando como Dios.
Primero, habla como Dios. Versículo 32: "Lo que Él ha visto y oído, de eso da testimonio." ¿Quién es Él? Él es "El que procede de arriba [y] está por encima de todos". Así que lo que él ha visto y oído, es lo que ha visto y oído en el cielo, en Dios. Él está hablando las palabras de Dios.
Versículo 34: "Porque aquel a quien Dios ha enviado habla las palabras de Dios". No está hablándoles de la forma en que yo les hablo. Yo soy dependiente de Jesús para saber qué piensa Dios en el cielo. Pero Jesús proviene del cielo. Él tiene al Espíritu de Dios en una cantidad infinita. Él proviene de Dios, y está lleno de Dios, y es Dios. Así que cuando Él habla, habla las palabras de Dios. Cuando usted escucha a Jesús, escucha a Dios.
Y Él no sólo habla como Dios, también gobierna como Dios. Versículo 31: " El que procede de arriba está por encima de todos". Por encima de todos (queriendo decir que está por encima de ellos en poder y autoridad y en cualquier otro modo, excepto en pecado).
Todas las Cosas en sus Manos
Versículo 35: "El Padre ama al Hijo y ha entregado todas las cosas en su mano”. Todas las cosas son dadas por Dios a las manos de Jesús. Él ha recibido a todo el planeta, y al pequeñísimo bebé, y a usted, y a mí, hermano, en sus manos. Cuando usted tiene algo en su mano, algo que Dios puso allí por Dios, usted está gobernando ese algo.
Así que Juan está exaltando a Jesús como gobernador de todas las cosas. Pablo dijo: "Y Él es antes de todas las cosas, y en Él todas las cosas permanecen" (Colosenses 1:17). Hebreos 1:3 dice: "Él [...] sostiene todas las cosas por la palabra de Su poder”.
Entonces, ¿qué está tratando de hacer Juan? Jesús proviene de Dios y está lleno de Dios, y habla y gobierna como Dios. Nosotros somos de la tierra, y hablamos de la tierra (versículo 31), y sin Él, no gobernamos nada. ¿El propósito? Como siempre: revelar "Su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad”. Y mostrar que nosotros necesitamos Su plenitud, que es exactamente aquello que le llena: "gracia sobre gracia" (Juan 1:14, 16).
La Eternidad se Divide en Jesús
Así que Juan muestra nuevamente, como ha hecho más de una vez, que justo aquí, en la presencia de este magnífico Jesús, la eternidad se divide. Una persona cree, y certifica en Jesús: "Dios es veraz". Otra persona desobedece, es decir, rehúsa creer en Jesús y de esta forma afirma que Dios es mentiroso.
Versículo 32-33: "Lo que Él ha visto y oído, de eso da testimonio; y nadie recibe Su testimonio. El que ha recibido Su testimonio ha certificado esto: que Dios es veraz". "nadie recibe". Luego, "el que ha recibido" ¿Qué hará usted?
Usted Necesita Nacer de Nuevo
Es lo que Jesús dijo a Nicodemo cuando estaba confundido con el nuevo nacimiento. Juan 3:11: "En verdad, en verdad te digo que hablamos lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero vosotros no recibís nuestro testimonio”. Usted necesita nacer de nuevo. En otras palabras, aquí, en 3:32-33, Juan quiere decir que nadie recibe el testimonio de Jesús en su condición natural: "de la tierra". Es necesario nacer de nuevo. Pero el que ha nacido de nuevo, "que ha recibido Su testimonio ha certificado esto: que Dios es veraz".
Como Jesús está lleno de Dios, recibir a Jesús y creer en Jesús es decir sí a Dios y a toda su Palabra. Hay una unión tan grande entre Jesús y Dios que cuando decimos sí a Jesús, ponemos nuestro certifico, nuestro sello, nuestra aprobación en todo lo que Dios es y dice.
Certificando a Dios como Veraz o No
Lo opuesto es hacer mentiroso a Dios. 1ra de Juan 5:10: "El que cree en el Hijo de Dios tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, ha hecho a Dios mentiroso”.
Y el efecto resultante de certificar a Dios como veraz en Jesús o de hacer a Dios mentiroso en Jesús es la diferencia entre la vida eterna y la ira eterna. Versículo 36: "El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que no obedece al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él".
Vea Su Gloria
Así que yo exalto a Jesús ante usted una vez más, orando para que usted vea Su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y verdad, y para que de Su gloria usted reciba gracia sobre gracia (en Él quien es Dios, y está lleno de Dios, y habla y gobierna como Dios y vino al mundo a morir por los pecadores), y para que creyendo en Él tenga vida eterna.