Las profundidades de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios
¡Oh, profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios e inescrutables sus caminos! Pues, ¿quien ha conocido la mente del Señor?, ¿o quien llegó a ser su consejero?, ¿o quien le ha dado a El primero para que se le tenga que recompensar? Porque de El, por El y para El son todas las cosas. A El sea la gloria para siempre. Amén.
Uno de los momentos más importantes en mi corta carrera de enseñanza de seis años en el departamento de Estudios Bíblicos en Bethel College, fue la primavera de 1977. Había dedicado todo el semestre a Romanos 9-11, dirigiendo a cerca de una docena de estudiantes de griego avanzado a través de la rigorosa exégesis de estos tres capítulos. Era la última clase del año y yo estaba dibujando el arco final sobre la pizarra para resumir todas las relaciones que existían entre todas las unidades. Dibujé un último arco sobre los tres capítulos, desde un extremo de la pizarra hasta el otro, y subrayé Romanos 11:36 como la declaración suprema de toda la sección: "Porque de El, por El y para El son todas las cosas. A El sea la gloria para siempre”. Antes de que pudiera volverme, estos doce estudiantes, algunos de los más brillantes que tuve nunca (incluyendo a Tom Steller comenzaron a cantar la doxología).
No les pedí que lo hicieran. No lo planifiqué. Simplemente pasó. Y así ocurrió para Pablo cuando lo escribió. Llega al final de estos tres capítulos sobre los propósitos supremos de Dios de mostrar las riquezas de su gloria sobre los vasos de misericordia, y rompe en una doxología mientras termina. Toda teología, correctamente aceptada dirige a la mente y el corazón hacia una doxología. La historia de Dios es acerca de la gloria de Dios. Toda revelación de los caminos de Dios nos llevará a exultarnos en las maravillas de Dios. Eso es lo que nos muestra hoy la sección final en Romanos 11:33-36.
Hoy nos enfocamos en el versículo 33, y Dios mediante, terminaremos el párrafo la próxima vez.
"¡Oh, Profundidad...!"
Versículo 33a: "¡Oh, profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios!"
Las riquezas y el conocimiento de Dios son descritos como indescriptiblemente profundos. "¡Oh, profundidad...!" significa que la profundidad es bien profunda. Es tan profunda que simplemente surge un "¡oh!" del corazón del apóstol inspirado, y busca en el abismo de las riquezas y sabiduría y el conocimiento de Dios. Las profundidades aquí son indescriptiblemente profundas.
A la mente vienen tres palabras con esta expresión de la profundidad de las riquezas y la sabiduría y el conocimiento de Dios.
1. Algo Escondido e Inefable
Primero, Escondido. Daniel 2:21-22 dice: "[Dios] da sabiduría a los sabios, y conocimiento a los entendidos. El es quien revela lo profundo y lo escondido; conoce lo que está en tinieblas”. Fíjese la relación entre "profundo" y "escondido". "¡Oh, profundidad...!", significa: No hay dimensiones para las riquezas y la sabiduría y el conocimiento de Dios. Ellos son profundos en el sentido de que están fuera de la vista, inalcanzables. No podemos descender allá. Siempre habrá profundidades de Dios que no conozcamos, porque él es infinito y él es finito. Constantemente estaremos viendo más por siempre.
2. Realidad Objetiva
Segundo, además de "escondido", "profundidad" implica "realidad". Hay algo allá abajo. Si nada real hay allá abajo, entonces las riquezas y sabiduría no son profundas. Son una ilusión. Lo menciona aunque es obvio, por la cantidad de negaciones públicas y sofisticadas de lo que obviamente sucede hoy. El viernes en la noche, escuché en MPR una entrevista a una mujer quien dijo con un aire sofisticado y autoritario hacia sí misma, la "Teología es Poesía". Y el entrevistador amedrentado dijo: "es un hermoso pensamiento, díganos más acerca de él". Lo que ella estuvo feliz de hacer, concluyendo con: "Después de todo, la religión es una forma de arte humana". Francamente, me dieron deseos de vomitar. Pero cuando pasó la náusea moral, oré para que Dios pudiera abrir sus ojos a fin de que no hablaran más como niños de tres años que llaman a sus padres imaginarios mientras comen la comida que papá compró y mamá preparó. No era un pensamiento hermoso. Era un pensamiento trágico y horrible. Las riquezas y la sabiduría y el conocimiento de Dios reveladas en las Escrituras no son una forma de arte humano, y la teología bíblica no es un producto poético de la imaginación humana. Cuando Pablo dice: "¡Oh, profundidad...!", quiere decir que hay algo allá abajo. Él ha revelado una parte. Sabe que hay más. Está hablando de una realidad objetiva, que Dios conoce y nosotros conocemos en parte.
3. El Fundamento Supremo
Tercero, las palabras "¡Oh, profundidad...!" significan que esta realidad es fundacional. Él pudo haber dicho: ¡Oh, las alturas de las riquezas y la sabiduría y el conocimiento de Dios! También sería cierto. Es la diferencia entre las raíces profundas y las elevadas ramas de un árbol infinito. Es la diferencia entre las profundas causas y los elevados efectos. Es la diferencia entre los comienzos y las metas. Aquí Pablo está diciendo: Dios está en lo más profundo de todas las cosas. Es cierto también que Dios está en lo más elevado de las cosas. Todas las cosas tienen sus raíces en Dios, y todas las cosas van hacia Dios. Como dice el versículo 36: "Porque de El. . . y para El son todas las cosas”. Las infinitas profundidades son suyas, y las elevadas alturas son suyas. Él es el fundamento, y él es el destino de todas las cosas. No hay interpretación más allá de Dios. No importa cuán profundo usted vaya, allí solo está Dios. Él es la última explicación si usted desciende al origen, o asciende hacia los propósitos.
Así que sus palabras iniciales: "¡Oh, profundidad...!", significan al menos: algo escondido e inefable, una realidad objetiva, y el fundamento supremo.
Entonces Pablo menciona las tres cosas acerca de Dios que inspiran su exultación: riquezas, sabiduría, y conocimiento. "¡Oh, profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios!"
"Las Riquezas"
Tomemos primeramente las "riquezas" de Dios. Dios es rico en al menos tres sentidos.
1. Dios lo Posee Todo
Primero, Dios posee todo lo que existe y no es Dios. El Salmo 24:1, es la declaración más conocida de esta verdad: "Del Señor es la tierra y todo lo que hay en ella, el mundo y los que en él habitan". Pero Deuteronomio 10:14 es mucho más arrasadora: "He aquí, al Señor tu Dios pertenecen los cielos y los cielos de los cielos, la tierra y todo lo que en ella hay". Así que Dios no solo posee la tierra y todo lo que en ella hay, incluyéndole a usted, él también posee los confines del espacio y los cielos más allá de los cielos con todas sus huestes angelicales. En otras palabras, nada existe fuera de Dios que no sea de Dios. Él lo posee, y, como su posesión, puede hacer con ello lo que desee. La riqueza humana, comparada con la riqueza de Dios es ridículamente minúscula y risible para jactarse. Bill Gates es un indigente y nada tiene comparado con la heredad más pobre de Dios (Romanos 8:17).
2. Dios lo Construye Todo
Segundo, Dios es rico en el sentido de que él hizo todo lo que existe y de la nada puede hacer cualquier cosa que desee y tantas como desee. "En el principio creó Dios los cielos y la tierra" (Génesis 1:1; Salmo 8:3; 104:24). En otras palabras, sus recursos son infinitos porque la nada es el recuso a partir de cual puede hacer cualquier cosa, y hay una incalculable "cantidad" de nada. O, para decirlo más simplemente, si usted puede hacer lo que desee sin esfuerzo, a partir de la nada, entonces sus riquezas no tienen límites, porque su creatividad no está limitada a los materiales en bruto. Usted no necesita materiales en bruto. Dios es infinitamente rico, porque posee todo lo que es, y porque puede hacer más de nada cuando por nada quiere.
3. Dios es el Tesoro Infinito del Universo
Tercero, Dios es rico en el sentido de que él mismo es el Tesoro infinito del universo. Dios no necesita crear algo o poseer algo para ser rico. Él mismo es un valor infinito. Y como existe como una Trinidad de Personas en un Dios, él ha podido disfrutar las riquezas de su propia gloria desde toda la eternidad existente en las otras Personas de la divinidad.
Cuando Pablo habla en otros lugares acerca de las riquezas de la gracia de Dios (Efesios 1:7), y de las "riquezas de su bondad" (Romanos 2:4), y de las "riquezas de su gloria" (Romanos 9:23), este es su mensaje fundamental: Dios se está entregando libremente a sí mismo en gracia y bondad para nosotros, para nuestro disfrute de su gloria que todo lo satisface para siempre.
O, la manera más personal y suprema de hablar de la riqueza de Dios es llamarla las " inescrutables riquezas de Cristo" (que Pablo utiliza en Efesios 3:8), no solo las riquezas que Cristo da, sino las riquezas que Cristo es. Como dice Pablo en Colosenses 1:27: "las riquezas de la gloria (...), que es Cristo en vosotros, la esperanza de la gloria". Cristo mismo es la garantía presente y el regalo futuro de la gloria de Dios. Cuando Cristo murió, él compró y se convirtió en nuestro mayor Tesoro. Él mismo es el regalo y la grandeza de la gloria de Dios.
"Sabiduría y Conocimiento de Dios"
Y nos lleva desde el término riquezas hasta los términos sabiduría, y conocimiento aquí en Romanos 11:33, porque en Colosenses 2:3, Pablo dice que en Cristo "están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento”. Parte de lo que hace tan rico a Dios es la infinita sabiduría y el conocimiento que tiene.
¿Cuál es la diferencia entre la sabiduría y el conocimiento? Algunas veces en la Biblia ellas son casi intercambiables. Pero generalmente, el conocimiento es la consciencia de hechos, y la sabiduría es la consciencia de cómo utilizar esos hechos para buenas obras.
Pablo dice que el conocimiento de Dios es indescriptiblemente profundo. Él conoce todos los hechos registrados, todos los hechos almacenados en todas las computadoras y en todos los libros de todas las librerías del mundo. Pero más vastamente que eso, él conoce todos los eventos en el macro-nivel, todo lo que sucede en la tierra y en la atmósfera y en todos los lugares más recónditos del espacio en cada galaxia y estrella y planeta. Y todos los eventos en el micro-nivel, todo lo que sucede en las moléculas y los átomos y los electrones y protones y neutrones y quarks. Conoce todos sus movimientos y dónde se encuentran, y la condición de cada partícula del universo en cada nano-segundo de tiempo. Y conoce todos los eventos que ocurren en las mentes humanas y sus voluntades, todos los eventos volitivos y emotivos y espirituales, todos los pensamientos y elecciones y sentimientos.
Y eso incluye el pasado, el presente, y el futuro. Conoce cada evento que ha ocurrido alguna vez, y que ocurrirá en cada nivel de la existencia: físico, mental, volitivo. Y conoce como todos los hechos y todos los eventos, de cada tipo, se relacionan entre sí y se afectan unos a otros. Cuando un evento ocurre, no solo lo ve, sino que ve la eterna cadena de efectos que surgen como consecuencia, y la de todos los millones de eventos que son desencadenados en cada evento. Lo conoce todo sin el más mínimo esfuerzo de su mente. Ese es el significado de ser Dios.
Y Pablo dice que no solo el conocimiento de Dios es indescriptiblemente profundo, su sabiduría también. Dios es infinitamente sabio. Es decir, él siempre ha podido concebir y desarrollar planes que tienen buenas metas y que hacen uso de todo el conocimiento para que sus propósitos ocurran. Sabe cómo utilizar todos los hechos del universo, y guiar todos los eventos del universo para alcanzar el mejor propósito, es decir, la demostración de la plenitud de su gloria magnificada en la alabanza encendida más allá del rojo vivo por un pueblo comprado por sangre.
Y todos los tesoros de esta sabiduría y conocimientos están escondidos en Cristo Jesús (Colosenses 2:3). Cristo es el creador de toda realidad creada: "Todas las cosas fueron hechas por medio de El, y sin El nada de lo que ha sido hecho, fue hecho" (Juan 1:3). Y Cristo es el sustentador de toda realidad creada. Colosenses 1:17: "El es antes de todas las cosas, y en El todas las cosas permanecen”. Y toda realidad creada tiene el propósito de hacer que Cristo sea amado y conocido: "todo ha sido creado. . . y para El" (Colosenses 1:16).
Por tanto, todo conocimiento y toda sabiduría y toda riqueza originada en él son mantenidos en existencia por él, y tienen el propósito de que él sea conocido. Por tanto, Cristo es el significado supremo de toda realidad.
Lo que significa que nada puede ser conocido plena o correctamente, sino es conocido en relación a Jesucristo: "[En Cristo] están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento" (Colosenses 2:3). Tesoros. Sabiduría. Conocimiento. "¡Oh, profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios! (Romanos 11:33).
Las riquezas son finalmente Jesús mismo ofrecido a nosotros como nuestro Tesoro que todo lo satisface (Colosenses 1:27). "Y aún más, yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer [más profunda, personal, y gozosamente] a Cristo Jesús, mi Señor [mi Tesoro, mi Riqueza]" (Filipenses 3:8).
La sabiduría de Dios es, finalmente, Jesús mismo, crucificado y resucitado y reinante, una piedra de tropiezo para los judíos y necedad para los gentiles, pero para los llamados, poder y sabiduría de Dios (1ra a los Corintios 1:23-24). Cristo es el Camino de Dios, la Verdad de Dios, y la Vida de Dios. Él es el propósito sabio y la meta de todas las cosas.
Y el conocimiento indescriptible de Dios, también está en Cristo Jesús. Todos los hechos y eventos provienen de él. Todos los hechos y eventos son sustentados por él. Todos los hechos y eventos le señalan a él. Él es el significado de todo conocimiento. No hay conocimiento verdadero que no esté relacionado con Cristo. Cada pensamiento en una mente humana, o en la mente de un demonio, acerca de cualquier hecho, o evento en el mundo, que no está realmente relacionado con Cristo, es un pensamiento de rebelión contra la Verdad, y contra Dios. No hay conocimiento verdadero fuera de Cristo. Así es como debiera ser toda una vida que radicalmente exalta a Cristo.
"¡Oh, profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios!". Que la revelación del Hijo, y la revelación de sus caminos, le inspiren a levantarse en temor reverente ante él, y que ustedes le conviertan en el principio, el centro, y el propósito de todo lo que piensan y hacen. ¡Oh, vengan adorémosle y postrémonos!