Para que nada sea obstáculo de vuestras oraciones
Y vosotros, maridos, igualmente, convivid de manera comprensiva con vuestras mujeres, como con un vaso más frágil, puesto que es mujer, dándole honor como a coheredera de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no sean estorbadas.
Las palabras de Pedro sobre la oración
En su primera carta – en la que hemos estado centrándonos desde el último septiembre – Pedro menciona la oración tres veces. Lo que es notable con respecto a estas tres instancias es que hay algo en común a cada una de ellas. Permitan que lo lea y vean si pueden detectar la trama común que hay entre ellas.
La primera mención
Primero, Pedro le habla a los esposos sobre la oración y la relación con sus esposas (3:7):
Vosotros, maridos, igualmente, convivid de manera comprensiva con vuestras mujeres, como con un vaso más frágil, puesto que es mujer, dándole honor como a coheredera de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no sean estorbadas.
La segunda mención
Segundo, en el siguiente párrafo, (v.8), Pedro le habla a todos los creyentes acerca de ser fraternales, compasivos y humildes y, (v.9), sobre no devolver mal por mal, sino bendecir. Luego, para respaldar estas tres exhortaciones, cita Salmos 34 en los versículos 10-12:
El que quiere amar la vida y ver dias buenos, refrene su lengua del mal y sus labios no hablen engaño. Apartese del mal y haga el bien; busque la paz y sigala. Porque los ojos del Señor estan sobre los justos, y sus oidos atentos a sus oraciones; pero el rostro del Señor esta contra los que hacen el mal.
La tercera mención
Tercero, En 1 Pedro 4:7 dice:
Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed pues prudentes y de espíritu sobrio para la oración. [literalmente: por el bien de la oraciones].
¿Cuál es la trama común?
¿Cuál es la inusual trama común que hay entre estas tres referencias a la oración? Lo que me impactó es que las tres no nos enseñan que orar nos ayuda a vivir correctamente, sino que vivir de la manera correcta nos ayuda a orar. Es verdad que la oración es una de las maneras que Dios ha designado para ayudarnos a vivir de la manera que debemos (ver Colosenses 1:9-10). Pero, en cada uno de estos textos, Pedro enfatiza que también es cierto lo contrario: Dios ha designado para nosotros una manera de vivir que nos ayudará a orar. Hay formas de vivir que obstaculizan las oraciones y hay una forma de vivir que ayuda a las oraciones.
Vivir correctamente nos ayuda en nuestra oración
Observemos nuevamente estas similitudes y preguntémonos ahora: ¿Qué nos está diciendo Pedro sobre cómo la forma en que vivimos ayuda a la oración?
Cómo viven los maridos con sus esposas
En 3:7, la primera nos habla a los maridos sobre una forma de vivir con nuestras esposas que puede obstaculizar nuestras oraciones y una manera de vivir con ellas que va a ayudar a nuestras oraciones.
Vosotros, maridos, igualmente, convivid de manera comprensiva con vuestras mujeres, como con un vaso más frágil, puesto que es mujer, dándole honor como a coheredera de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no sean estorbadas.
Si queremos que nuestras oraciones reciban ayuda y no que sean obstaculizadas, hemos de vivir de cierta manera con nuestras esposas. Tenemos que hacer un esfuerzo por entenderlas y conocer sus necesidades. Tiene que haber una preocupación especial por su fragilidad y por lo que necesitan especialmente de nosotros. Tiene que existir un reconocimiento de que ella es coheredera de la gracia de la vida y un otorgamiento de honor que lo acompañe, en lugar de cualquier menosprecio o menoscabo. Cuando nosotros, maridos, vivimos así (de manera comprensiva, con cariño tierno y respeto) nuestras oraciones no se verán obstaculizadas. Si no vivimos así, nuestras oraciones encontrarán obstáculos.
Esta es la manera en que lo expresa un buen comentario:
Tan interesado está Dios en que los maridos cristianos vivan con sus esposas de una manera comprensiva y cariñosa, que “interrumpe” su relación con ellos cuando no lo hacen. Ningún esposo cristiano debe dar por sentado que va a conseguir algún bien espiritual en su vida sin un ministerio de oración efectivo. Ningún esposo puede esperar una vida de oración efectiva a menos que viva con su esposa de una “manera comprensiva, dando honor”. La voluntad de Dios es que se tome el tiempo para desarrollar y mantener un buen matrimonio; es algo que sirve a Dios; es una actividad espiritual que es agradable a sus ojos. (Wayne Grudem, 1 Pedro, p.146).
Hay una forma de vivir con nuestras esposas que obstaculiza nuestras oraciones y arruina nuestro impacto espiritual. Y hay una forma de vivir con nuestras esposas que libera nuestras oraciones y ayuda a potenciar nuestro impacto espiritual.
Cómo viven todos los creyentes
Segundo, Pedro continúa en los versículos 8 y 9 para convocarnos a todos, no sólo a los esposos, a ser comprensivos, fraternales, bondadosos y humildes, y también a no devolver mal por mal, sino a bendecir a aquellos que no son buenos con nosotros. Luego, nos da el motivo por el cual debemos vivir de esa manera. Es una cita de Salmos 34, y en el versículo 12 el motivo llega al punto culminante con la misma clase de argumento que en 3:7, es decir, las oraciones encuentran obstáculos si no vivimos así. Dios tiene una actitud abierta especial para las oraciones de aquellos que buscan la paz, cuyas palabras son puras y que no usan la astucia (engaño). Versículo 12: “Porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos atentos a sus oraciones; pero el rostro del Señor esta contra los que hacen el mal”.
Dios escucha las oraciones de aquellos que viven así: que mantienen su lengua lejos del mal, que se abstienen del engaño, que buscan la paz, que hacen el bien. Pedro nuevamente nos dice aquí cómo evitar que nuestras oraciones se vean obstaculizadas. Es lo mismo que Jesús estuvo enseñando en el Padre Nuestro cuando nos dijo que oráramos: “Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores” (Mateo 6:12). No perdonar a los que se arrepienten va a bloquear nuestras oraciones. Ese es el punto de Pedro también. Hay una forma de vivir que obstaculiza nuestras oraciones y otra que ayuda a nuestras oraciones.
Esfuerzos especiales que podemos hacer
Tercero, en 4:7 él dice que existen esfuerzos especiales que podemos hacer para que nuestras oraciones sean ayudadas y no obstaculizadas:
Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed pues prudentes y de espíritu sobrio para la oración.
Dos cosas: primero, sean prudentes por el bien de sus oraciones; segundo, sean sobrios por el bien de sus oraciones. En otras palabras, existe una forma de pensar y de vivir que va a obstaculizar sus oraciones y una forma de pensar y de vivir que va a ayudar a sus oraciones.
La verdad en estos textos
En estos textos, hay una doctrina – una verdad bíblica – que podemos afirmar con una gran confianza:
Los cristianos deben esforzarse por vivir de una manera que no obstaculice sus oraciones.
Esto tiene tres partes:
- Implica que las oraciones pueden ser obstaculizadas. Nuestra vida de oración puede verse obstruida, bloqueada.
- Frecuentemente, lo que bloquea la oración es nuestra vida- nuestra manera de vivir, la forma en que nos relacionamos con las esposas, los maridos, los niños, los padres, los colegas o los vecinos.
- Abrir el camino de la oración a Dios implica un esfuerzo consciente. En cada uno de estos textos, Pedro nos dice que resolvamos hacer algo para que nuestras oraciones no sean obstaculizadas.
En otras palabras, una vida de oración libre, abierta, verdadera y satisfactoria no es automática. No sucede cuando estamos pasivos. Si así fuera, estos tres textos no tendrían sentido. En 1994, nuestra vida de oración depende, en parte – mediante Dios y su gracia que lo hace posible (1 Corintios 15:19) – de cómo elijamos vivir en nuestros hogares, en el trabajo y en la vida privada en soledad.
Por lo tanto, otra manera de expresar la doctrina, que hemos visto en estos versículos sería: hagan lo que tienen que hacer para que sus oraciones no sean obstaculizadas. Mientras predico, tomen ahora mismo la resolución en sus corazones de no permanecer pasivos con respecto a su vida de oración este año; de tomar una serie de medidas para hacer que sea buena.
¿Por qué es importante?
Voy a hacerles una pregunta que podría aumentar el incentivo para hacerlo. ¿Por qué es importante que su vida de oración no sea obstaculizada? Hay muchas respuestas tremendamente importantes para contestarlo. La semana próxima, hablaremos sobre una que relaciona la pequeñez de sus vidas con la grandeza del Cielo y el fin del mundo. Pero, hoy les voy a dar una respuesta que se aproxima a mi propia experiencia.
Tenemos que evitar que nuestras oraciones encuentren obstáculos porque cuando los encuentran, significa que no estamos conectando con Dios, y Dios mismo comienza a parecer distante e irreal.
Para un no creyente que nunca ha conocido el caminar pacífico y personal con Dios, eso no sería inusual. A menos que el Espíritu Santo esté obrando en sus vidas, están insensibilizados a ese respecto. Pero, para una persona que ha conocido a Dios, lo ha amado, ha probado la dulzura de su paz, su amistad y el sentido de estar bien con Él, nada es más aterrador que la creciente impresión de que Dios no parece estar más allí.
- Despertarse en la mañana o ir a dormir en la noche, estar tendido mirando el techo y sentir: “No es real. Él no me escucha.”
- Sentir que en sus mentes todo está aflojándose y no pueden mantenerlo lo suficientemente sujeto para concentrarse en nada, ni mucho menos en Dios. Solamente hay una agitación y un movimiento de inestabilidad inquietos.
- Tratar de formular una oración y sentir que es absolutamente fingida porque la mente está tan llena de cosas terrenales, sentimientos mundanos y deseos carnales que una comunión dulce, confidente y apacible con Dios en la oración parece casi tan imposible como volar a la luna.
Estas son experiencias aterradoras para un cristiano que ha conocido la paz con Dios y una comunión sin obstáculos con Él. Y lo que digo es que Pedro quiere evitarles eso. Yo quiero evitarles eso. Yo mismo quiero evitarlo a cualquier precio.
Decidan tomar seriamente las enseñanzas de Pedro
Pedro nos dice: esfuércense por vivir de una manera que no obstaculice sus oraciones (Noten: casi no hace falta mencionar que esto no es un esfuerzo para ganar la paga de Dios, sino uno por seguir la prescripción amorosa de nuestro Buen Doctor ya que confiamos en Él). En esta mañana resuelvan que, durante la Semana de Oración, van a tomar esta enseñanza en serio y buscar hacer lo que sea necesario para desbloquear sus oraciones y liberarlas.
- Puede ser que necesiten hacer cambios en sus hogares. Nada es más importante que desbloquear el flujo y el poder de las oraciones que se ven obstruidas en el hogar.
- Puede ser que necesiten hacer cambios en un círculo más amplio de relaciones en las que hay amargura o engaño.
- O puede ser que tenga que ocurrir un simple despertar relacionado con el patrón de oración en sus vidas. Cuando Pedro dice en 4:7: “sed pues prudentes y de espíritu sobrio para la oración”, quiere decir que hay disciplinas de la mente y del espíritu que pueden mantener desbloqueada la oración en nuestras vidas.
Creo que esto es lo que Dios quiere que especialmente escuchen de este mensaje en esta mañana: hagan de la Semana de la Oración 1994 una semana con una prudencia despierta y renovada respecto a lo que obstaculiza la oración en sus vidas y una semana de sobriedad de espíritu respecto a la oración. Prudencia. Espíritu sobrio.
Jesús no besa a una esposa ebria
Jesús no le da un beso a una esposa ebria. La puede sacar de la calle y llevarla de vuelta a la cama. Puede ser inmensamente paciente con ella, servirle café caliente y ofrecerle un nuevo comienzo. Pero no besaría a una esposa ebria.
¿Qué quiero decir? Quiero decir que cuando la novia de Cristo, la iglesia, está ebria del mundo, puede volverse a Él con un breve beso de oración, pero su aliento expresa tanta mundanalidad que Él voltea la cara.
Nadie llega a la sobriedad sin esfuerzo
“Sean sobrios por el bien de sus oraciones”, dice Pedro. Pero, ¿quién se vuelve sobrio sin esfuerzo? Nadie llega a la sobriedad sin esfuerzo. Ni a la sobriedad física ni a la espiritual. La sobriedad tiene lugar cuando comenzamos a usar el buen juicio respecto a nuestras vidas. Buen juicio sobre qué hacemos con nuestro tiempo. Buen juicio acerca del clima espiritual de nuestros hogares. Buen juicio sobre la mundanalidad de nuestro tiempo libre. Buen juicio con respecto a la música que escuchamos, las películas que vamos a ver, la televisión que miramos.
Nadie se vuelve sobrio sin dar pasos intencionales para sacar las botellas de mundanalidad de los estantes, de la alacena, y de la casa. Cuando eso sucede, entonces el aliento espiritual comienza a ser más limpio y el beso de la oración no encuentra obstáculos.
Ayudarse unos a otros con este fin
Hay muchas maneras en las que podemos ayudarnos unos a otros en este aspecto. Hay muchas cosas que Dios les ha enseñado a algunos últimamente, varios de ustedes me contaron ejemplos. Esta noche, quiero que nos enseñemos, exhortemos, alentemos y, si es necesario, nos reprendamos unos a otros. Los invito, esta tarde, a orar sobre lo que Dios querría que nos dijeran esta noche. También les invito a compartir sus preguntas y sus luchas. Necesitamos escuchar acerca de la verdadera batalla que están confrontando.
Voy a compartir con ustedes algunas cosas que me ayudaron en la lucha por orar sin obstáculos. Pero espero plenamente que lo que digan esta noche sea lo que Dios utilice más. Oren. Vengan. Hablen desde la debilidad o la fuerza. Alguien estará aquí necesitando exactamente lo que Dios les motiva a decir.