Llamados a sufrir y regocijarnos: Para que podamos ganar a Cristo
Filipenses 3:1-14
Por lo demás, hermanos míos, regocijaos en el Señor. A mí no me es molesto escribiros otra vez lo mismo, y para vosotros es motivo de seguridad. Cuidaos de los perros, cuidaos de los malos obreros, cuidaos de la falsa circuncisión; porque nosotros somos la verdadera circuncisión, que adoramos en el Espíritu de Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no poniendo la confianza en la carne, aunque yo mismo podría confiar también en la carne. Si algún otro cree tener motivo para confiar en la carne, yo mucho más: circuncidado el octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; 6 en cuanto al celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia de la ley, hallado irreprensible. Pero todo lo que para mí era ganancia, lo he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y aún más, yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor, por quien lo he perdido todo, y lo considero como basura a fin de ganar a Cristo, y ser hallado en El, no teniendo mi propia justicia derivada de la ley, sino la que es por la fe en Cristo, la justicia que procede de Dios sobre la base de la fe, y conocerle a El, el poder de su resurrección y la participación en sus padecimientos, llegando a ser como El en su muerte, a fin de llegar a la resurrección de entre los muertos. No que ya lo haya alcanzado o que ya haya llegado a ser perfecto, sino que sigo adelante, a fin de poder alcanzar aquello para lo cual también fui alcanzado por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no considero haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante, prosigo hacia la meta para obtener el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
La Biblia promete el sufrimiento para el pueblo de Dios
En estas semanas nos estamos enfocando en la necesidad de prepararnos para el sufrimiento. Esto no solo se debe a que siento que los días son malos y el camino de justicia costoso, sino a la promesa de la Biblia de que el pueblo de Dios sufrirá.
Por ejemplo, Hechos 14:22 dice que Pablo dijo a todas sus jóvenes iglesias: "Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios". Y Jesús dijo: "Si me persiguieron a mí, también os perseguirán a vosotros" (Juan 15:20). Y Pedro dijo: "Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que en medio de vosotros ha venido para probaros, como si alguna cosa extraña os estuviera aconteciendo" (1ra de Pedro 4:12). En otras palabras, no es extraño, debemos esperar que ocurra. Y Pablo dijo (en 2da a Timoteo 3:12): "Y en verdad, todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús, serán perseguidos".
Así que asumo que una verdad bíblica es que mientras más fervientemente nos proponemos ser la sal de la tierra, y la luz del mundo, y alcanzar a los pueblos inalcanzados del mundo, y exponer las obras de las tinieblas, y liberarnos de las ataduras del pecado y de Satanás, más sufriremos. Es por ello que debemos prepararnos. Y es por eso que estoy predicando sobre estos textos en estas semanas, para que nos ayuden a prepararnos.
Los mensajes lidian con cuatro propósitos que Dios tiene en nuestro sufrimiento a Su servicio. Uno es el propósito moral o espiritual: en el sufrimiento llegamos a esperar más plenamente en Dios y ponemos menos confianza en las cosas del mundo. Segundo, está el propósito de intimidad: llegamos a conocer mejor a Cristo cuando participamos en sus sufrimientos. Ése es nuestro enfoque hoy.
El propósito de mayor intimidad con Cristo
Dios nos ayuda a prepararnos para el sufrimiento, al enseñarnos y mostrarnos que mediante el sufrimiento debemos profundizar en nuestra relación con Cristo. Usted llega a conocerlo mejor cuando participa en su dolor. La persona que más profunda y dulcemente escribe sobre la belleza de Cristo es quien ha sufrido profundamente con Él.
*El sufrimiento en la vida de *Jerry Bridges **
Por ejemplo, el libro de Jerry Bridges: Trusting God, Even When Life Hurts [Confiando en Dios, incluso cuando vida duele], es un libro profundo y útil sobre el sufrimiento que profundiza en Dios mediante la aflicción. Y por eso no es sorprendente aprender que cuando él tenía 14 años de edad, escuchó a su madre gritar en el cuarto de al lado, sorpresivamente, y llegó para verla dar su último aliento. Él también tiene condiciones físicas que le impiden participar los deportes normales. Y solo unos años atrás su esposa murió de cáncer. Servir a Dios con los Navigators no le ha guardado del dolor. Él escribe con profundidad sobre el sufrimiento porque ha profundizado con Cristo en el sufrimiento.
*El sufrimiento en la vida de *Horatius Bonar **
Hace cien años Horatius Bonar, el pastor escocés y escritor de himnos, escribió un libro llamado Night of Weeping, or, When God's Children Suffer [Noche de sufrimiento, o cuando los hijos de Dios sufren]. En él dice que su meta era: "ministrar a los santos. . . buscar llevar sus cargas, vendar sus heridas, y secar al menos algunas de sus muchas lágrimas". Es un libro tierno y sabio. Así que no es sorprendente escucharle decir:
Está escrito por alguien que busca beneficiarse por juicio, y tiembla por miedo a pasar como el viento sobre la roca, dejándola tan dura como siempre; por alguien que en cada pena se acerca a Dios para poder conocerle mejor, y quien no está dispuesto a confesar sino que aún conoce poco.
Bridges y Bonar nos muestran que el sufrimiento es un sendero profundo hacia el corazón de Dios. Dios tiene revelaciones especiales de Su gloria para Sus hijos sufrientes.
*Las palabras de Job, Estaban, y Pedro *
Después de meses de sufrimiento, Job dice finalmente a Dios: "He sabido de ti sólo de oídas, pero ahora mis ojos te ven" (Job 42:5). Job había sido un hombre piadoso y justo, agradando a Dios, pero la diferencia entre lo que sabía de Dios en la prosperidad y lo que supo de Él mediante la adversidad era la diferencia entre escuchar y ver.
Cuando Esteban fue arrestado y juzgado por su fe y se le dio una oportunidad para predicar, el resultado fue que los líderes religiosos se enfurecieron y clavaron sus dientes sobre él. Estaban a punto de arrastrarle fuera de la ciudad y matarle. Y en ése mismo momento, Lucas nos dice: "Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, fijos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús de pie a la diestra de Dios" (Hechos 7:55). Hay una revelación especial, una intimidad especial, preparada para quienes sufren con Cristo.
Pedro lo dijo de este modo: "Si sois vituperados por el nombre de Cristo, dichosos sois, pues el Espíritu de gloria y de Dios reposa sobre vosotros" (1ra de Pedro 4:14). En otras palabras, Dios reserva una manifestación especial y la morada de Su Espíritu y Su gloria sobre Sus hijos que sufren en Su nombre.
Tres observaciones partiendo del texto
De modo que el enfoque del mensaje de hoy está en el factor de esta intimidad en el sufrimiento. Uno de los propósitos del sufrimiento de los santos es que su relación con Dios pueda volverse menos formal y menos artificial y menos distante, y se vuelva más personal y más real y más íntima y cercana y profunda.
En nuestro texto (Filipenses 3:5-11) quiero que veamos, al menos, tres verdades:
Primero, la preparación de Pablo para sufrir al invertir sus valores;
Segundo, la experiencia de Pablo en el sufrimiento y la pérdida, como costo de su obediencia a Cristo;
Tercero, el propósito de Pablo en todo esto, a saber, ganar a Cristo: conocerle y estar en Él y tener comunión con más intimidad y realismo que que tenía con sus mejores amigos Bernabé y Silas.
1. La preparación de Pablo para sufrir
En los versículos 5 y 6 Pablo enumera las peculiaridades que disfrutó antes de volverse cristiano. Menciona su pedigrí étnico como un hijo pura sangre de Abraham, un hebreo de hebreos. Ésto le dio gran ganancia, una gran sensación de importancia y certeza. Era un israelita. Entonces hace tres declaraciones que van directo hacia el corazón de la vida de Pablo antes de ser cristiano (al final del versículo 5): "circuncidado el octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; en cuanto al celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia de la ley, hallado irreprensible".
*Los valores de Pablo antes de conocer a Cristo *
Ésta era la vida de Pablo. Ésto era lo que le daba significado e importancia. Era su ganancia, su fortuna, su gozo. Hay diferentes cosas impactantes para diferentes personas, y la de Pablo era pertenecer al escalón supremo de los guardadores de la ley, los fariseos, y que entre ellos él era tan celoso que dirigió la persecución de los enemigos de Dios, la iglesia de Jesús, y además que guardaba meticulosamente la ley. Se sentía impactado por pertenecer, por sobresalir, impactado por Dios (o así lo pensó él), debido a su cuidado irreprochable de la ley.
Y entonces conoció a Cristo, el Hijo del Dios viviente, en el camino a Damasco. Cristo le dijo cuánto tendría que sufrir (Hechos 9:16). Y Pablo se preparó a sí mismo.
*Pablo contaba sus valores anteriores como pérdida *
El modo en que se preparó a sí mismo es descrito en el versículo 7. "Pero todo lo que para mí era ganancia, lo he estimado como pérdida por amor de Cristo”. Pablo mira su posición en los escalones más elevados de la sociedad religiosa (los fariseos), mira la gloria de pertenecer a la élite de ése grupo con todos sus reconocimientos y aplausos; mira el rigor de su cuidado de la ley y la sensación de orgullo moral que disfrutaba; y se prepara para sufrir tomando todo su mundo y poniéndolo de cabeza, invirtiendo sus valores: "Pero todo lo que para mí era ganancia [es decir, lo que está en los versículos 5-6], lo he estimado como pérdida".
Antes de ser cristiano tenía un libro con dos columnas: una decía ganancias, y la otra decía pérdidas. En el lado de la ganancia estaba la gloria humana de los versículos 5-6. En el lado de la pérdida estaba la terrible posibilidad de que este movimiento de Jesús pudiera salirse de las manos y Jesús demostrara ser real y ganar el día. Cuando conoció al Cristo viviente en el camino a Damasco, Pablo tomó un gran lápiz rojo y escribió "PÉRDIDA" en grandes letras rojas a todo lo largo de su columna de ganancias. Y escribió "GANANCIA" con grandes letras sobre la columna que solo tenía un nombre en ella. Cristo.
Y no solo éso, mientras más pensaba en los valores relativos de la vida en el mundo y la grandeza de Cristo, más se alejaba de las pocas cosas mencionadas en los versículos 5-6 y ponía todo, menos Cristo, en ésa primera columna: Versículo 8: "Y aún más, yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor". Comenzó valorando como pérdida sus más preciosos logros, y terminó valorando todo como pérdida, menos Cristo.
*Cristianismo normal *
Éso es lo que significa ser cristiano, para Pablo. Para no pensemos que él era único o peculiar, note que en el versículo 17 él dice con toda su autoridad apostólica: "Hermanos, sed imitadores míos". Esto es el cristianismo normal.
Lo que Pablo hace aquí es mostrar cómo debe vivirse la enseñanza de Jesús. Por ejemplo, Jesús dijo: "El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en el campo, que al encontrarlo un hombre, lo vuelve a esconder, y de alegría por ello, va, vende todo lo que tiene y compra aquel campo" (Mateo 13:44). Volverse cristiano significa descubrir que Cristo (el Rey), es un Tesoro de gozo santo, y es escribir "PÉRDIDA" sobre todo lo demás en el mundo a fin de ganarle a Él. "vende todo lo que tiene y compra aquel campo".
O, de nuevo, en Lucas 14:33, Jesús dijo: "Así pues, cualquiera de vosotros que no renuncie a todas sus posesiones, no puede ser mi discípulo". En otras palabras, volverse discípulo de Jesús significa escribir "PÉRDIDA" en grandes letras rojas sobre todas nuestras posesiones, y todo lo demás que ofrece este mundo.
*¿Qué significa en la práctica? *
Ahora, ¿qué significa en la práctica? Pienso que tiene cuatro significados:
Significa que cada vez que soy llamado a elegir entre algo en este mundo y Cristo, elijo a Cristo.
Significa que lidiaré con las cosas de este mundo en modos que me acerquen a Cristo, a fin de ganar más de Cristo y disfrutar más de Él según yo uso al mundo.
Significa que siempre lidiaré con las cosas de este mundo en modos que muestren que no son mi tesoro, sino que Cristo es mi Tesoro.
Significa que si pierdo alguna o todas las cosas que este mundo puede ofrecer, no perderé mi gozo o mi tesoro o mi vida, porque Cristo lo es todo.
Ahora, éso era lo que Pablo reconocía en su alma (v.8): "Yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor". Cristo es todo y todo lo demás es pérdida.
*¿Por qué es éste un modo de prepararse para sufrir? *
Ahora, alejémonos un momento y orientémonos. Aún estoy lidiando con el primer punto, a saber, que este es el modo de Pablo de prepararse para el sufrimiento. ¿Por qué lo digo? ¿Por qué es que volverse cristiano, y escribir "PÉRDIDA" sobre todo en nuestra vida menos Cristo, es un modo de prepararse para sufrir?
La respuesta es que el sufrimiento es nada más que la remoción de las cosas malas o las cosas buenas que el mundo ofrece para nuestro regocijo: la reputación, la estima entre iguales, el trabajo, el dinero, la esposa, la vida sexual, los hijos, los amigos, la salud, la fortaleza, la vista, el oído, el éxito, etc. Cuando estas cosas son quitadas (por fuerza de las circunstancias o por elección), sufrimos. Pero si hemos seguido a Pablo y a la enseñanza de Jesús, ya hemos estimado todo como pérdida ante el incomparable valor de ganar a Cristo, y entonces estamos preparados para sufrir.
Si cuando usted se vuelve cristiano, escribe en rojo "PÉRDIDA" sobre todas las cosas en el mundo, excepto Cristo, entonces cuando Cristo le llama a perder algunas de esas cosas, no es algo extraño o inesperado. El dolor y la pena pueden ser grandes. Las lágrimas pueden ser muchas, como las de Jesús en Getsemaní. Pero estaremos preparados. Sabremos que el valor de Cristo sobrepasa todas las cosas que el mundo puede ofrecer y que al perderlas ganamos más de Cristo.
2. La experiencia del sufrimiento de Pablo
Así que en la segunda mitad del versículo 8 Pablo va, de la preparación para el sufrimiento, hacia el sufrimiento como tal. Va desde la estimación de todas las cosas como pérdida, en la primera mitad del versículo 8, hasta sufrir realmente la pérdida de todas las cosas en la segunda mitad del versículo. ". . . por quien [es decir, Cristo] lo he perdido todo, y lo considero como basura a fin de ganar a Cristo". La próxima semana lo veremos: Pablo había experimentado tanta pérdida real de los beneficios normales y de las comodidades en el mundo, que podía decir que ya no estimaba las cosas como pérdida, él estaba sufriendo la pérdida. Se había preparado al invertir sus valores, y ahora estaba siendo probado. ¿Valoramos a Cristo por encima de todo?
3. La meta de Pablo (y el propósito de Dios) en el sufrimiento
Así que permítanme concluir remachando nuestra atención en la meta de Pablo y el propósito de Dios en este sufrimiento. ¿Por qué Dios ordenó y Pablo aceptó las pérdidas que significaban ser cristiano para él?
Pablo da la respuesta una y otra vez en estos versículos, para que no la pasemos por alto. Él no es pasivo en esta pérdida sufriente. Él tiene un propósito. Y su propósito es ganar a Cristo.
Versículo 7: "lo he estimado como pérdida por amor de Cristo".
Versículo 8a: "Yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor".
Versículo 8b: "por quien lo he perdido todo".
Versículo 8c: "y lo considero como basura a fin de ganar a Cristo. . . ".
Versículo 9: "... y ser hallado en El [de manera que tenga la justicia de Dios, no la mía propia]. . . ".
Versículo 10a: (mostrando todavía su propósito al aceptar la pérdida de todas las cosas) "... y conocerle a El".
Versículos 10-11: (seguido por cuatro especificaciones de qué significa conocer a Cristo)
". . . [conocer] el poder de su resurrección"; y
"y la participación en sus padecimientos";
"llegando a ser como El en su muerte";
"a fin de llegar a la resurrección de entre los muertos".
En otras palabras, lo que sostiene a Pablo en el sufrimiento, en la pérdida de todas las cosas, es la confianza de que, en su pérdida de los bienes preciosos del mundo, él está ganando a alguien más precioso: Cristo.
Y dos veces esa ganancia es llamada conocimiento -versículo 8a: ". . . en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor" Versículo 10: "y conocerle a El". Este es el factor de intimidad en el sufrimiento. ¿Queremos conocerle? ¿Queremos tener una relación más personal y profunda y real e íntima con Él, tanto como para estimar todo como pérdida a fin de ganar el mayor de todos los tesoros?
Si es así, estaremos listos para sufrir. Si no, nos tomará por sorpresa y nos rebelaremos. ¡Que el Señor abra nuestros ojos al incomparable valor de conocer a Cristo!