Contando a las generaciones venideras Tus obras
Una generación alabará Tus obras a otra generación,
y anunciará Tus hechos poderosos.
La responsabilidad de cada generación para con la siguiente
Es el deber bíblico de cada generación de cristianos velar que la próxima generación escuche de los portentosos hechos de Dios. Dios no deja caer una nueva Biblia desde el cielo en cada generación. Su propósito es que la vieja generación le enseñe a la nueva a leer y pensar, a confiar, a obedecer y a regocijarse. Es cierto que Dios se acerca personalmente a cada nueva generación de creyentes, pero lo hace a través de las verdades bíblicas que éstos aprenden de las generaciones anteriores. Podría decirse que el Espíritu desciende vertical donde la verdad de Dios se imparte horizontal.
Pero además existe otra razón por la que Salmos 145:4 tiene tanta relevancia para nuestro tema esta mañana: no sólo habla de impartir la verdad de una generación a otra, sino que también enseña sobre una cierta manera de impartir. Es un impartir con exultación (regocijo triunfal) y para exultación. Noten las palabras: no dice "Una generación meramente enseñará Tus obras a la otra", sino que dice "Una generación alabará Tus obras a otra generación". Alabar es exultarse (regocijarse) en Dios. La educación de la próxima generación no sólo ha de enfocar exultación, debe implicar exultación, gozo triunfante.
Padres y maestros que no se exultan en Dios durante sus enseñanzas no traerán aprendizaje sobre la exultación en Dios. Una enseñanza seca, no emotiva, indiferente sobre Dios - ya sea en el hogar o en la iglesia - es en el mejor de los casos una verdad a medias. ¿Por qué? Porque dice una cosa sobre Dios y presenta otra. Es inconsistente. Dice que Dios es maravilloso, pero enseña como si Dios no lo fuera.
Salmos 145:4 nos enseña otro camino: Una generación alabará Tus obras a otra generación. Permitan que las alabanzas lleven la verdad a la próxima generación porque la esencia de la verdad es adoración. El propósito de la educación es exultación. Así pues, permitamos que la educación modele exultación en la manera como se ejecuta.
Apasionados con el Reino
Permítanme construir un puente desde el mensaje de la semana pasada hasta este. La semana pasada expresé que nuestro propósito en las décadas venideras será criar niños y jóvenes aquí en Belén, quienes estén rendidos de manera radical a Jesús y que tengan compromiso radical a Su causa de evangelización mundial. Por "compromiso radical" significamos entrega total, compromiso tan hondo, que ningún precio es tan alto como para pagarlo y seguir a Jesús dondequiera que Él nos lleve, no importa cuán distante o cuán peligroso.
Uno de ustedes me envió una cita del diario de Jim Elliot para subrayar este objetivo y decir Amén. A los 22 años de edad, Jim Elliot tenía un ministerio prometedor delante de sí en los Estados Unidos. Probablemente hubiera sido pastor muy exitoso o evangelista o maestro. Sus padres no estaban muy emocionados con su llamado de ir a los quichuas, en América del Sur. Le escribieron y así se lo hicieron saber.
Su respuesta fue cruda. "No me sorprende saber que se han entristecido sobre la noticia de mi ida a América del Sur," respondió en Agosto 8. "Esto no es más que lo que el Señor Jesús advirtió cuando dijo a sus discípulos que debían apasionarse de tal manera con el reino y seguirlo, que toda otra lealtad parecería como si no fuera más. Y Él nunca excluyó el lazo familiar. De hecho, esos amores que nosotros valoramos como cercanos, Él nos dijo que se convertirían en odio al compararlos con nuestro deseo de ayudar en Su causa. No hagáis duelo, pues, si vuestros hijos parecieran desertar de su lado, más bien regocíjense y vean en ello la voluntad de Dios cumpliéndose alegre. ¿Recuerdan cómo describió el salmista a los niños? Como herencia del Señor, y que cada hombre debiera ser feliz si tuviera su aljaba llena de ellos. ¿Y de qué se llena una aljaba sino con flechas? ¿Y para qué son las flechas sino para disparar? Así pues, con los fuertes brazos de la oración, tensemos la cuerda del arco y dejemos nuestras flechas volar - todas ellas, directo, contra las huestes del Enemigo".
"Da tus hijos para transportar el mensaje glorioso, Da de tus riquezas para acelerar sus caminos. Viertan sus almas por ellos en oraciones victoriosas. Y todo lo que gastaren Jesús lo pagará." (Elisabeth Elliot, Sombra del Todopoderoso: La Vida y Testamento de Jim Elliot, [New York: Harper & Brothers, Publishers: 1958] P. 132; Cita del Himno "Oh, Zion Haste").
De esto trata Educación para la Exultación - en la próxima generación: criar esa clase de niños y adolescentes y adultos jóvenes. ¿De dónde vendrán? Este tipo de veinteañeros no crece en los árboles. ¿De dónde vienen? De eso quiero hablar hoy. La respuesta es que proceden de Dios, Dios hace corazones así. Él es soberano: Él puede crear tal corazón en una familia disfuncional y en una iglesia fallida. Pero esa no es Su forma ordinaria de proceder, y no es la forma que Él manda. Su manera ordinaria es criar corazones así en familias que exalten a Dios y en iglesias donde "Una generación alabará Tus obras a otra generación".
Observen una palabra clave en la explicación de Jim Elliot para sus padres. Les dijo, "[Jesús] enseñó a los discípulos que debían ser tan apasionados con el reino y seguirlo que todas las demás alianzas debían ser como si ya no fueran." ¿Por qué la palabra "apasionados"? Porque el Cristianismo es más que pensar correctamente sobre el reino. También es sentir correctamente sobre el reino. Es lealtad correcta hacia el reino. No es sólo educación sobre seguir a Cristo; es exultación en seguir a Cristo.
Esta es la conexión con Salmo 145:4: "Una generación alabará Tus obras a otra generación y anunciará Tus hechos poderosos." Lo que queremos de la próxima generación no es sólo cabezas llenas de hechos correctos sobre las obras de Dios; queremos cabezas llenas de hechos correctos y corazones que arden con el fuego del amor por el Dios de esos hechos - corazones que deseen vender todo lo que tengan para seguir a Jesús hacia los lugares más duros del mundo.
Convicciones que Moldean la Manera en que Educamos
Entonces, ¿cómo hacer esto? ¿Cómo educar y exultar para la próxima generación en nuestra Iglesia? Mencionaré 3 convicciones o principios que darán forma a la manera en que buscamos modelar niños y jóvenes. Intentaré mostrar pasajes bíblicos que den base a estos 3 principios. Salmos 145:4 nos da el propósito principal: "Una generación alabará Tus obras a otra generación." Otros textos nos dicen cómo.
Los padres educan a sus hijos
Fundamental a todo nuestro ministerio de niños y jóvenes es que la manera ordinaria de Dios de moldear niños en personas entregadas radicalmente, que tomen riesgos, contraculturales, sabias, pensantes, amorosas, maduras, cristianas en este mundo, es a través de padres que enseñen y muestren a sus hijos una visión del mundo centrada en Dios y saturada de Biblia. ¿Por qué comenzar con esta convicción? Porque Deuteronomio 6:4-7 dice,
"Escucha, oh Israel, el SEÑOR es nuestro Dios, el SEÑOR uno es. Amarás al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y diligentemente las enseñarás a tus hijos, y hablarás de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes." (Ver también Deuteronomio 11:19)
Siglos después, Asaf escribe en Salmo 78:5-7:
"Porque El estableció un testimonio en Jacob, y puso una ley en Israel, la cual ordenó a nuestros padres que enseñaran a sus hijos; para que la generación venidera lo supiera, aun los hijos que habían de nacer; y éstos se levantaran y lo contaran a sus hijos, para que ellos pusieran su confianza en Dios, y no se olvidaran de las obras de Dios, sino que guardaran sus mandamientos."
Y en el Nuevo Testamento, Efesios 6:1-4 dice:
"Hijos, obedeced a vuestros padres en el Señor, porque esto es justo. HONRA A TU PADRE y a tu MADRE (que es el primer mandamiento con promesa), PARA QUE TE VAYA BIEN, Y PARA QUE TENGAS LARGA VIDA SOBRE LA TIERRA.Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en la disciplina e instrucción del Señor."
El patrón bíblico es que los padres, especialmente la parte masculina, no cedan su rol como los maestros primarios y formadores de la mente y el corazón de sus hijos - ni siquiera a la iglesia. El patrón bíblico es que los padres impartan a sus hijos una visión, para todo en la vida, centrada en Dios y saturada de Biblia. Educación para exultación no es una visión primaria de cómo reemplazar padres con la iglesia, sino cómo restaurar los padres a su rol ordenado por Dios. Esto explica por qué David y Sally Michael son llamados Pastor y Ministro para Discipulado de Padres y Niños, y no simplemente Pastor y Ministro para Niños.
Este es el principio #1: Padres eduquen a vuestros hijos.
La Iglesia es compañera de los padres en la educación de los niños
Hay muchas razones que lo hacen importante. Razones prácticas incluyen hechos como: 1) algunos niños no tienen padres creyentes; 2) algunos hogares con padres solteros sufren tanto estrés y trabajo que necesitan toda la ayuda que puedan obtener; 3) existe un amplio rango de competencias en madres y padres que pudieran ameritar suplemento en el mundo como es (o en la manera que debiera ser); 4) incluso la mejor enseñanza casera se beneficiará de refuerzos en el contexto corporativo; 5) algunos aspectos del carácter de Dios pudieran entenderse mejor en un contexto corporativo más grande que en el hogar.
Sobre este último punto consideren Deuteronomio 31:10-13:
"Entonces Moisés les ordenó, diciendo: Al fin de cada siete años, durante el tiempo del año de la remisión de deudas, en la fiesta de los tabernáculos, cuando todo Israel venga a presentarse delante del SEÑOR tu Dios en el lugar que El escoja, leerás esta ley delante de todo Israel, a oídos de ellos. Congrega al pueblo, hombres, mujeres y niños, y al forastero que está en tu ciudad, para que escuchen, aprendan a temer al SEÑOR tu Dios, y cuiden de observar todas las palabras de esta ley. Y sus hijos, que no la conocen, la oirán y aprenderán a temer al SEÑOR vuestro Dios, mientras viváis en la tierra adonde vosotros vais, cruzando al otro lado del Jordán para poseerla." (énfasis añadido).
Observen las palabras del verso 13 "Y sus hijos, que no la conocen…" ¿Significa esto que Moisés asume que los padres son reacios, y que una reunión corporativa cada siete años hará la diferencia? Probablemente no. En cambio, significa que hay algunas cosas que serán aprendidas y vistas y sentidas en este tipo de reunión que no serían aprendidas de ordinario en el hogar. Peter Craigie sugiere que el significado es:
"La función de la ceremonia sería educacional… La generación más joven, sin embargo, aprendería por primera vez el total significado del pacto (v. 13). Aunque lo supieran de antemano, el significado se revelaría por completo cuando dejaran sus casas y aldeas y oyeran la lectura pública de la ley en la presencia de todo Israel" " (cf. v.11). (Peter C. Craigie, El Libro de Deuteronomio, [Grand Rapids: William B. Eerdmans Publishing Co., 1976], p.371)
Una lección derivada es que la educación eclesiástica puede ser suplemento importante y refuerzo a la tarea de los padres en casa. Por tanto, el compañerismo entre padres e iglesia es la imagen que vemos para nosotros aquí en Belén.
Hay un indicador en el Nuevo Testamento de que el pueblo judío no entendió los pasajes acerca de que la enseñanza en la casa reglamentara la educación suplementada por otros que tuvieran pericia especial. En Hechos 22:3, Pablo establece su defensa ante los judíos, y dice, "Yo soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero criado en esta ciudad, educado bajo Gamaliel en estricta conformidad a la ley de nuestros padres, siendo tan celoso de Dios como todos vosotros lo sois hoy" - "bajo Gamaliel" o literalmente "a los pies de Gamaliel". Este era el lugar usual para los estudiantes más jóvenes de un rabino dotado, sentados a sus pies mientras eran instruidos. Esto no significa que los padres fueran reacios a enseñar. Quiere decir que cuando estipulamos que los padres tienen responsabilidad primaria en moldear las mentes y corazones de sus niños, no decimos que ellos no deben o no debieran auxiliarse de maestros dotados para suplementar sus propios esfuerzos.
Tenemos entonces, principio #1: Padres educan sus hijos.
Principio #2: la Iglesia es compañera de los padres en educar a sus niños. Y ahora el principio #3…
La Iglesia ayuda a capacitar padres para educar a los niños
Cuando los niños crecen y se convierten en adultos, no cesan de aprender y crecer - al menos, no debieran (véase 2 Pedro 3:18; 1 Corintios 14:20). Y cuando algunos avanzan y se convierten en padres y enseñan a sus niños, debieran continuar enseñanza y formación Bíblica, y la iglesia tiene un alto llamado para velar que esto suceda.
Moisés dice al pueblo (en Deuteronomio 4:9), "Por tanto, cuídate y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, y no se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; sino que las hagas saber a tus hijos y a tus nietos." Primero, Moisés ministra a las personas y ellos han de cuidarse y guardar sus almas. Sólo entonces serán capaces de enseñar a sus hijos.
Así, en el Nuevo Testamento, Pablo dice en Efesios 4:11-12, "Y El [Cristo] dio a algunos el ser apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y maestros, a fin de capacitar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo." Pastores y maestros capacitan los santos para realizar la obra del ministerio - el ministerio de ser padres y el ministerio de enseñar Escuela Dominical y la Conexión Infantil, y cientos de otras maneras de nutrir a otros, jóvenes y ancianos.
Lo que significa, en resumen, que Educación para la Exultación - en la próxima generación, tiene tres componentes: 1) padres educan sus hijos; 2) la Iglesia es compañera de los padres en la educación de sus niños; y 3) la Iglesia ayuda a capacitar los padres y a otros para educar los niños.
Y si tenemos ojos para ver, sabremos que en el último inciso todos estamos incluidos. La iglesia que educa niños sólo con verdades bíblicas se tornará más y más superficial, hasta que la reserva de doctrina Bíblica sea tan pequeña que nadie podrá beber y encontrar palabras de vida. Y donde quizá hubo alguna vez una Iglesia con una robusta enseñanza Bíblica que exaltaba a Cristo y con mente misionera, ahora tan sólo hay una Cristiandad que descuida la Biblia, que empequeñece lo que Dios es y que busca tan sólo lo social.
Cuidarnos de esto, mantener la reserva de verdad y doctrina, llena y honda y pura lo suficiente como para beber - para todas las edades -, es el objetivo de Educación para la Exultación - en la próxima generación. Mi esperanza y oración es que tú seas parte también.