Yo tampoco te condeno
Y cada uno se fue a su casa. Pero Jesús se fue al Monte de los Olivos. Y al amanecer, vino otra vez al templo, y todo el pueblo venía a El; y sentándose, les enseñaba. Los escribas y los fariseos trajeron a una mujer sorprendida en adulterio, y poniéndola en medio, le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo del adulterio. Y en la ley, Moisés nos ordenó apedrear a esta clase de mujeres; ¿tú, pues, qué dices? Decían esto, probándole, para tener de qué acusarle. Pero Jesús se inclinó y con el dedo escribía en la tierra. Pero como insistían en preguntarle, Jesús se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado, sea el primero en tirarle una piedra. E inclinándose de nuevo, escribía en la tierra. Pero al oír ellos esto, se fueron retirando uno a uno comenzando por los de mayor edad, y dejaron solo a Jesús y a la mujer que estaba en medio. Enderezándose Jesús, le dijo: Mujer, ¿dónde están ellos? ¿Ninguno te ha condenado? Y ella respondió: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Yo tampoco te condeno. Vete; desde ahora no peques más.
Este mensaje es del tipo que yo predicaría una vez cada diez años o algo así. Es tan poco común porque la situación en nuestro texto es poco común. En la mayoría de nuestras Biblias, usted nota que de Juan 7:53 a Juan 8:11 hay o un par de corchetes, o una nota al pie. Ello es porque la mayoría de los eruditos de Nuevo Testamento no piensan que esta era parte del Evangelio de Juan cuando fue escrito la primera vez, sino que fue añadido siglos después.
Por ejemplo...
Don Carson, quien enseña en Trinity, y quien desde mi perspectiva es uno de los mejores eruditos de Nuevo Testamento en el mundo escribe: "A pesar de los mejores esfuerzos. . . para demostrar que este relato fue parte original del Evangelio de Juan, la evidencia está en su contra, y las versiones modernas en inglés hacen bien al excluirlas del resto del texto (NIV), o relegarlo a una nota al pie (RSV)". (The Gospel According to John, 1991, p. 333)
Bruce Metzger, una de las autoridades mundiales sobre el texto del Nuevo Testamento, hasta su muerte en 2002: “Es abrumadora la evidencia de un origen no-juanino del periscopio de la adúltera”. (The Textual Commentary on the Greek New Testament, 1971, p. 219)
Leon Morris: “La evidencia textual hace imposible afirmar que esta sección es una parte auténtica del Evangelio”. (The Gospel According to John, 1971, p. 882)
Andreas Köstenberger: "Esto representa una evidencia abrumadora de que la sección no es juanina". (John, 2004, p. 246)
Y Herman Ridderbos: Las evidencias "apuntan hacia una tradición inestable que no fue originalmente parte de un texto eclesiásticamente aceptado". (The Gospel of John, 1997, p. 286) Yo creo que ellos están en lo cierto. Y esto nos da una oportunidad de dedicar un poco de tiempo a una rama de los Estudios Bíblicos detrás de estos juicios, llamados Crítica Textual, y sus implicaciones para la confiabilidad y autoridad de las Escrituras. Déjenme, por tanto, resumir las razones que dan estos eruditos para pensar que esta historia de la mujer tomada en adulterio no era parte original del Evangelio de Juan, y luego dar algunos pensamientos generales sobre la ciencia de la Crítica Textual, que nos ayudarán a dar sentido a esos argumentos.
Razones por las que esta sección no es original al Evangelio de Juan
La evidencia es algo parecido a esto:
1) La historia está ausente en todos los manuscritos griegos de Juan anteriores al siglo quinto.
2) Todos los padres de la iglesia primitiva omitieron este pasaje al comentar a Juan y pasaron directamente de Juan 7:52 a Juan 8:12.
3) De hecho, si se deja fuera la historia y se lee solo el pasaje como si la historia no estuviera ahí, el texto fluye muy bien desde Juan 7:52 a 8:12.
4) Antes del siglo X, ningún padre de la iglesia oriental citó el pasaje al lidiar con este Evangelio.
5) Cuando la historia comienza a aparecer en las copias manuscritas del Evangelio de Juan, aparece hasta en tres partes diferentes a esta (después de 7:36; 7:44; y 21:25), y en un manuscrito de Lucas aparece después del 21:38.
6) Su estilo y vocabulario son diferentes al del resto del evangelio de Juan y de cualquier otro párrafo en el Evangelio.
Ahora, decir todo esto asume varios hechos de los que muchos de ustedes simplemente no tienen idea. Y nadie espera que los conozcan. Este es un campo inmensamente técnico de erudición que en los niveles más elevados requiere no solo la habilidad de leer lenguajes antiguos, sino la habilidad de leerlos en tipos de manuscritos antiguos que son muy exigentes. Por tanto, déjenme darles solo lo suficiente para darles sentido a estas razones.
La Ciencia de la crítica textual
El Nuevo Testamento que conocemos fue escrito originalmente en griego. La primera versión griega del Nuevo Testamento, que vino de una prensa de impresión, fue publicada por Erasmo en 1516. Trastornó al mundo. Si quiere una mayor perspectiva d este período y del heroísmo que produjo, lea la Biografía William Tyndale por David Daniell.
Esto significa que por 1500 años, los manuscritos de los libros bíblicos fueron pasados a nosotros mediante copias escritas. Así es como tenemos acceso a las palabras actuales que los escritores del Nuevo Testamento escribieron con sus propias manos. No se tiene conocimiento de que exista alguno de los primeros manuscritos originales, los que es probablemente justo también, pues probablemente lo convertiríamos en un ídolo y le pediríamos a las personas dinero para venir a adorarlo.
Así que los libros del Nuevo Testamento fueron preservados para nosotros por copistas fieles, que trabajaron manualmente. Algunas de esas copias estaban en letras llamados unciales (refiriéndose a manuscritos que usaban solo letras mayúsculas), otros estaban en letras llamadas minúsculas (refiriéndose a manuscritos con pequeñas letras griegas). Un grupo menor eran llamados papiros, porque son muy antiguos y estaban escritos en el material especial parecido al papel, hecho de la planta papiros que prevalecía en el delta del Nilo. Un último grupo de manuscritos es de los leccionarios, que eran colecciones de textos para la lectura en la adoración pública.
Lo simplemente sorprendente
Ahora esto es lo sorprendente. La abundancia de estos manuscritos del Nuevo Testamento, o partes del Nuevo Testamento, cuando son comparados con la cantidad de manuscritos de cualquier otro libro antiguo, es simplemente asombrosa.
Hay 10 manuscritos existentes de las Guerras Gálicas de Julio César (escritos entre el 58 y el 50 d.C). Y todos esos datan del siglo diez o posterior.
Hay 20 manuscritos de la Historia Romana de Livy, escrito aproximadamente durante el tiempo en que Jesús estaba vivo.
Existen solo dos manuscritos de las Historias de Tácito y los Anales que fueron escritos alrededor del 100 d. C. -uno del siglo IX y otro del siglo XI.
Hay solo ocho manuscritos de la Historia de Thucydides, quien vivió en el 460-400 d.C.
Compare esos números con los manuscritos completos y parciales del Nuevo Testamento. Las siguientes cifras son del Instituto para la Investigación Textual del Nuevo Testamento en Muenster, Alemania, que es la colección más autoritativa de esa información en el mundo. Hay 322 textos unciales, 2907 textos minúsculos, 2445 porciones leccionarias, y 127 papiros, para un total de 5801 manuscritos. Son todas copias del Nuevo Testamento escritas a mano, o partes del Nuevo Testamento preservadas en librerías alrededor del mundo y capturadas ahora electrónicamente. Ningún otro libro antiguo se acerca a este tipo de rica diversidad de preservación.
Problemas y soluciones
Esta riqueza crea problemas y soluciones al mismo tiempo. Estas copias no están todas de acuerdo en cuáles palabras había en el manuscrito original. Así que mientras más manuscritos se tienen, más variaciones se encuentran. Por otro lado, mientras más manuscritos se poseen, mayor control se tiene sobre qué lecturas son las originales. Mientras más manuscritos usted tiene, más variaciones encuentra, sin embargo, más tienden a auto-corregirse.
Por ejemplo, si usted tuviera solo dos manuscritos antiguos del Evangelio de Juan, y uno tuviera la historia de la mujer tomada en adulterio y el otro no, le sería difícil elegir. Pero si tiene cien manuscritos de Juan, aunque pueda encontrar más variaciones, podrá decir, por el número y la edad y la diversidad geográfica de los manuscritos si la historia estaba ahí o no. Esto es lo que la ciencia de la Crítica Textual ha hecho con cientos de variaciones en los manuscritos.
Así es como F.F. Bruce lo dijo hace una generación: "Si el gran número de manuscritos incrementa el número de errores de los escribas, incrementa proporcionalmente los medios para corregir esos errores, de modo que el margen de duda restante en el proceso de recuperar el original exacto es..., en realidad, sorprendentemente pequeño" (The New Testament Documents, p. 19).
Ninguna doctrina es amenazada
Pero lo más significativo para la confiabilidad y autoridad del Nuevo Testamento es que las variaciones de las que la Crítica Textual está insegura no son del tipo que cambiarían alguna doctrina cristiana. Por ejemplo, en nuestro pasaje de Juan 7:53-8:11, no se cambia verdad alguna del Evangelio si se omite esta historia. Bruce dice: "Las diversas lecturas sobre las que queda alguna duda entre los críticos textuales del Nuevo Testamento no afectan pregunta material alguna de un hecho histórico, o la fe y práctica cristiana• (The New Testament Documents, p. 20).
Nada ha cambiado, en esencia, durante la última generación desde que F.F. Bruce escribió esto en 1943, excepto, quizás, que personas como Bart Ehrman, de la Universidad de Carolina del Norte, se han vuelto muy populares cuestionando la confiabilidad del Nuevo Testamento al darnos el original que escribieron sus autores.
Una Razón para adorar a Dios
En 2006, Paul D. Wegner reafirmó la declaración de F.F Bruce (A Student's Guide To Textual Criticism of the Bible, Downers Grove: InterVarsity): "Es importante mantener en perspectiva el hecho de que solo se cuestiona una parte muy pequeña del texto. . . . En ella, la mayoría de las variaciones hacen muy poca diferencia en el significado de cualquier pasaje".
Entonces, termina su libro citando a Fredic Kenyon: "Al final, encontrar que el resultado general de todos estos descubrimientos y de todo este estudio solo fortalece la prueba y autenticidad de las Escrituras, es una reafirmación, y es nuestra convicción de que tenemos en nuestras manos, en una integridad sustancial, la verdadera Palabra de Dios" (Frederic G. Kenyon, The Story of the Bible, 2nd ed. (Grand Rapids: Eerdmans, 1967), p. 113, citado en Wegner, p. 301).
Así que cuando estoy de acuerdo con la mayoría de los estudiosos en que la historia de la mujer tomada en adulterio no estaba en el Evangelio de Juan, usted no debiera pensar: "¡Oh! Todo quedó claro ahora". O: "¿Cómo puedo confiar hora en algún texto?" Por el contrario, usted puede estar agradecido porque Dios ha, en su providencia soberana sobre el proceso de transmisión de 2000 años, ha ordenado todo para que las pocas incertidumbres que quedaren no alteraran la doctrina o la fe cristiana. Eso es realmente sorprendente cuando usted lo piensa bien, y debiéramos adorar a Dios por ello.
¿Qué debe hacer un Predicador?
Ahora, la pregunta es: ¿Qué debiera hacer yo, predicador, con esta historia? Tanto Don Carson como Bruce Metzger piensan que la historia probablemente ocurrió. En otras palabras, creen que este fue un evento real en la vida de Jesús, que la historia circuló y luego fue añadida en el Evangelio de Juan. Metzger dice: "El registro tiene todas las características de la veracidad histórica" (Textual Commentary, p. 220). Y Carson dice: "Hay pocas razones para dudar que haya ocurrido el evento que se describe aquí" (The Gospel According to John, p. 333).
Quizás-- a mí me gustaría pensar que ocurrió. ¿A quién no le gusta esta historia? Pero ello no le da la autoridad de pertenecer a las Escrituras. Por tanto, lo que haré es tomar su aspecto más sobresaliente y mostrar lo que es cierto sobre la base de otras partes de la Escritura, y así dejar que esta historia no sea la base de nuestra autoridad, sino un eco y puntero de nuestra autoridad, es decir, de las Escrituras, que enseñan lo que dice ahí.
El Aspecto más sobresaliente
El aspecto más sobresaliente de esta historia es que Jesús se exalta a sí mismo por encima de la Ley de Moisés, cambia el castigo que destinado, y restablece la justicia sobre el fundamento de la gracia. No dudo que sea por esta razón que se preservó la historia. Es una historia sorprendente. Permítanme mostrarle de dónde obtuve esa lección, y por qué creo que es un eco fiel del resto del Nuevo Testamento.
La mujer es atrapada en adulterio y traída a Jesús. En los versículos 4-5, los escribas y fariseos ponen a prueba a Jesús. Ya lo hemos visto antes en los Evangelios. Esto tiene el anillo de la verdad. Esto es lo que dicen: "Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo del adulterio. Y en la ley, Moisés nos ordenó apedrear a esta clase de mujeres; ¿tú, pues, qué dices?". Así que es una prueba abierta para ver si Jesús contradirá la Ley.
Los Fariseos apuntando hacia Jesús
La Ley dijo: "Si se encuentra a un hombre acostado con una mujer casada, los dos morirán" (Deuteronomio 22:22; vea Levítico 20:10). Ya es sospechoso que solo se haya traído a la mujer. No existe el adulterio con un solo culpable. Pero hay una mujer y ningún hombre. Así que, ¿cuán comprometidos están realmente estos escribas y fariseos con la Ley? ¿O es la Ley un pretexto para su prejuicio contra Jesús?
El versículo 6 hace explícitos sus motivos, así que no esperamos mucha justicia: "Decían esto, probándole, para tener de qué acusarle”. Ellos la estaban usando, y a la Ley, para librarse de este problemático.
La Ley cumplida en el amor
En el versículo 7, Jesús dice: "El que de vosotros esté sin pecado, sea el primero en tirarle una piedra”. Ahora, por supuesto, éso no funcionaría sobre la base de la justicia social. Ningún criminal podría ser traído a la justicia si los jueces debieran ser sin pecado. Es por eso que Jesús va a restablecer la justicia. Él lo hará sobre el fundamento de la gracia. Por ahora, no hay gracia, no hay humildad, y no hay compasión, lo que significa que no hay cumplimiento de la Ley.
A todo lo largo de los evangelios vemos a Jesús enfrentando la perspectiva que los fariseos tenían de la ley, y diciendo, en efecto: "Mas id, y aprended lo que significa: “Misericordia quiero y no sacrificio”" (Mateo 9:13-12:2). O: "Y si para no violar la ley de Moisés un hombre recibe la circuncisión en el día de reposo, ¿por qué estáis enojados conmigo porque sané por completo a un hombre en el día de reposo?". (Juan 7:23). En otras palabras, "Porque toda la ley en una palabra se cumple en el precepto: Amaras a tu prójimo como a ti mismo" (Gálatas 5:14; cf. Mateo 7:12).
Jesús restablece la justicia
Así que Jesús los forzó a exponer su propio uso indebido de la Ley. Todos se fueron. La idea no es que los jueces y ejecutores deben ser sin pecado. La idea es que la rectitud y la justicia deben estar fundadas en un espíritu de gracia, y si no es así, lo que se obtiene es la hipocresía insensible del fariseísmo. Ésa es la idea en los Evangelios, no solo aquí. Cuando todos se fueron, Jesús terminó la historia diciendo a la mujer: "Yo tampoco te condeno. Vete; desde ahora no peques más" (Recuerde Juan 5:14). No dice: Yo tampoco te condeno, así que no importa si cometiste adulterio. Sino: Estoy restableciendo la justicia en tu vida, y para los fariseos también, si la reciben, sobre la base de la gracia. No cometas más adulterio. No porque temas ser apedreada, en primer lugar. Sino porque has conocido a Dios, y has sido rescatada por su gracia, ¡salvada por gracia!
Ven por gracia, No peques más
La historia quizás no pertenezca al Evangelio de Juan. De hecho, quizás nunca haya ocurrido la historia. Pero esta verdad de la historia es inconmoviblemente cierta. Este es el mensaje del Nuevo Testamento. Jesús se exaltó a sí mismo sobre la Ley. ¡Él la escribió! Jesús alteró algunas de sus sanciones. Señaló hacia la meta suprema de un amor que exalte a Cristo. Y restableció la justicia sobre la base de una experiencia de la gracia.
La historia nos señala hacia el mensaje de todo el Nuevo Testamento: Somos llamados a ser santos, como Dios es santo. Dios odia el pecado. Pero la búsqueda de santidad, sin una profunda experiencia de gracia en nuestras propias vidas, produce hipocresía y una crueldad doctrinaria. Jesús vino al mundo para proveer esa gracia mediante su cruz, y para establecer la santidad, la justicia, y la rectitud sobre el fundamento de nuestra experiencia de su gracia. Por tanto, venga a él por gracia, y propóngase no pecar más.