Mi Vida es entregada para que ustedes tengan vida abundante
En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador. Pero el que entra por la puerta, es el pastor de las ovejas. A éste le abre el portero, las ovejas oyen su voz; llama a sus ovejas por nombre y las conduce afuera. Cuando saca todas las suyas, va delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque conocen su voz Pero a un desconocido no seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños. Jesús les habló por medio de esta alegoría, pero ellos no entendieron qué era lo que les decía.
Entonces Jesús les dijo de nuevo: En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que vinieron antes de mí son ladrones y salteadores, pero las ovejas no les hicieron caso. Yo soy la puerta; si alguno entra por mí, será salvo; y entrará y saldrá y hallará pasto. El ladrón sólo viene para robar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Yo soy el buen pastor; el buen pastor da su vida por las ovejas. Pero el que es un asalariado y no un pastor, que no es el dueño de las ovejas, ve venir al lobo, y abandona las ovejas y huye, y el lobo las arrebata y las dispersa. El huye porque sólo trabaja por el pago y no le importan las ovejas. Yo soy el buen pastor, y conozco mis ovejas y las mías me conocen, de igual manera que el Padre me conoce y yo conozco al Padre, y doy mi vida por las ovejas. Tengo otras ovejas que no son de este redil; a ésas también me es necesario traerlas, y oirán mi voz, y serán un rebaño con un solo pastor. Por eso el Padre me ama, porque yo doy mi vida para tomarla de nuevo. Nadie me la quita, sino que yo la doy de mi propia voluntad. Tengo autoridad para darla, y tengo autoridad para tomarla de nuevo. Este mandamiento recibí de mi Padre.
Se volvió a suscitar una división entre los judíos por estas palabras. Y muchos de ellos decían: Tiene un demonio y está loco. ¿Por qué le hacéis caso? Otros decían: Estas no son palabras de un endemoniado. ¿Puede acaso un demonio abrir los ojos de los ciegos?
Somos un pueblo que adora a Jesucristo. Meditemos en esto. Porque hay lugares en el mundo donde si usted hace esa afirmación puede hacer que le maten. Nosotros no solo lo admiramos, o lo seguimos, o juramos fidelidad a él. Nosotros adoramos a Jesús. Nosotros le adoramos como Creador, Sustentador y Redentor del universo, Omnipotente, Eterno, Omnisciente. Él es Dios, uno con el Padre y el Espíritu. Y adoramos a Dios el Padre, a Dios el Hijo, y a Dios el Espíritu, un Dios, en tres Personas divinas. Nosotros adoramos a Jesús.
Este es el contexto de Juan 10, es y esto es lo que Jesús quiere que hagamos en respuesta a lo que él dice. A medida que se desarrolla el capítulo 9, la visión del hombre ciego, a quien Jesús había sanado, se vuelve cada vez más clara. Y la ceguera de los fariseos se vuelve más y más profunda. En Juan 9:24, los fariseos dicen al hombre sanado: "Da gloria a Dios; nosotros sabemos que este hombre [Jesús] es un pecador. Pero luego mire Juan 9:38: "[El hombre sanado] entonces dijo: Creo, Señor. Y le adoró”. La división no podía ser más profunda. La blasfemia, o la adoración. A esto se resume todo. No hay un punto intermedio. No lo hay ahí, no lo hay donde está usted sentado.
De la Ceguera a hacia la maravillosa contemplación de la deidad de Jesús
Hacia allí es hacia donde Jesús llevaba al ciego, de la ceguera hacia la maravillosa contemplación de la deidad de Jesús. Y hacia allí es hacia donde nos lleva nuevamente en el capítulo 10. Jesús está loco por lo que dice, o él es Dios.
Vea la conclusión en Juan 10:19-21:
Se volvió a suscitar una división entre los judíos por estas palabras. Y muchos de ellos decían: Tiene un demonio y está loco. ¿Por qué le hacéis caso? Otros decían: Estas no son palabras de un endemoniado. ¿Puede acaso un demonio abrir los ojos de los ciegos?
¿Está él loco. . . O es Dios?
En esto se resume todo, de nuevo. O él está loco, o él es Dios. Y lo digo porque Jesús, en la forma en que describe su poder en los versículos 17 y 18, lo resumió nuevamente, todo o a su locura o a su deidad O él está loco, o él es divino. No hay un término medio aquí. No en aquella época. No ahora.
Por eso el Padre me ama, porque yo doy mi vida para tomarla de nuevo. Nadie me la quita, sino que yo la doy de mi propia voluntad Tengo autoridad para darla, y tengo autoridad para tomarla de nuevo.
Ahora un simple mortal pudiera decir: "Yo tengo autoridad para dar mi vida". Puedo elegir cometer un crimen capital. Puedo elegir saltar de un precipicio. Puedo elegir saltar entre tú y la bala. Pero nadie puede decir: "Tengo autoridad para darla, y tengo autoridad para tomarla de nuevo". Si usted está muerto, no tiene autoridad para dejar de estar muerto. No puede revivirse a sí mismo. Pero Jesús dijo que podía. Así que está loco. O no es un simple mortal.
Así que lo digo de nuevo. Es hacia aquí hacia donde Jesús nos lleva de nuevo. O él está loco, o él es Dios. Hacia esa idea nos lleva en Juan 10:1-21. Sigámosle y escuchemos con todo nuestro corazón y alma y mente, y fuerzas, porque todo en nuestras vidas depende de dónde terminemos después de escucharle a él.
Versículos 1-18 en tres partes
Juan 10:1-18 puede dividirse en tres partes: versículos 1-6; 7-10, y 11-18. Los versículos 1-6 ponen a prueba a los fariseos nuevamente con lo que Juan llama (versículo 6) una "alegoría". Una especie de parábola, una imagen con palabras. Es muy general, con un aprisco, ovejas, una puerta, un pastor, un portero, y un desconocido. Jesús no se identifica explícitamente con alguno de ellos. Lo deja a los fariseos, y a nosotros.
Entonces, en los versículos 7-10, dice: "Yo soy la puerta" (versículos 7 y 9), y explica lo que eso significa para nosotros. Luego, en los versículos 11-18, dice: "Yo soy el buen pastor" (versículos 11 y 14), y explica lo que ello significa para nosotros.
Una manera de resumir estas tres partes sería decir que en los versículos 1-6 Jesús está reuniendo un rebaño, un pueblo para sí mismo, escogido de entre los judíos. En los versículos 7-10 está explicando por qué está reuniendo este rebaño, para que ellos pudieran tener vida y tenerla en abundancia (versículo 10). Y en los versículos 11-18 explica cómo está reuniendo y dando vida a este rebaño, entregando su vida por ellos, y tomándola de nuevo.
Ese es el resumen, pero, ¡hay mucho más! Sigámosle y escuchémosle cuidadosamente.
No Hay un puente que nos traiga desde el Capítulo 9
Recuerde, él está hablando a los fariseos. Otros escuchan (lo sabemos por el 10:21), pero él está hablando directamente a los fariseos. Vea el puente entre los capítulos 9 y 10. No, no puede. No hay un puente. Usted no necesita un puente donde no hay una ruptura. Vea como los versículos 9:40-41 van hacia el capítulo 10.
Algunos de los fariseos que estaban con El oyeron esto y le dijeron: ¿Acaso nosotros también somos ciegos? [41] Jesús les dijo: Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; pero ahora, porque decís: “Vemos”, vuestro pecado permanece. [10:1] En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador.
Aquí no hay una ruptura. Es algo inequívoco. Los fariseos son los ladrones. Ellos tomaron posiciones de liderazgo similar al de los pastores, pero sin la bendición del Portero. No son pastores fieles. Son el "desconocido" del versículo 5: "Pero a un desconocido no seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños". Las ovejas que pertenecen a verdadero Pastor (las "suyas", versículo 3) no serán controladas por los fariseos.
El Legítimo Pastor
El pastor legítimo viene al redil con la bendición del portero, y cuando habla, conoce a sus ovejas y las llama por nombre, y ellas reconocen su voz y le siguen afuera. Versículos 2-4:
Pero el que entra por la puerta es el pastor de las ovejas. A él le abre el portero. Las ovejas oyen su voz; llama a sus ovejas por nombre y las conduce afuera. Cuando saca todas las suyas, va delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque conocen su voz.
Aunque Jesús, en estos versículos, nunca dice que él es el pastor, es evidente por el contexto de lo que acaba de ocurrir en el capítulo 9. Jesús acababa de llamar al ciego y lo había convertido en un adorador. Pero los fariseos son insensibles con el hombre. Reclaman autoridad, pero no les importa esta oveja. Juan 10:1-6 es una metáfora de lo que ocurrió en el capítulo 9.
Reuniendo un rebaño
Así que la idea de los versículos 1-6 es que Jesús está reuniendo un rebaño, un pueblo, de entre las ovejas del redil de Israel. "Llama a sus ovejas por nombre y las conduce afuera" (versículo 3). Eso es lo que Jesús estaba haciendo entonces. Es lo que está haciendo hoy. Es lo que está haciendo en la habitación donde usted está sentado, escuchando. O usted escucha la voz de un loco, o la voz de Dios.
En el versículo 6, Juan llama a estas palabras, en los versículos 1-5 una "alegoría". ¿Por qué les dijo Jesús esto a los fariseos? Él les estaba probando, dándoles otra oportunidad de mostrar si realmente eran o no ciegos. El capítulo 9 termina con Jesús diciendo a los fariseos: "decís: "vemos"" ¿Ustedes ven? Ahora les dibujaré una imagen con palabras. Díganme que ven.
¿La ven ellos? ¿Son ciegos? Versículo 6: "Jesús les habló por medio de esta alegoría, pero ellos no entendieron qué era lo que les decía". Ellos no sabían lo que él les decía. Esta alegoría carecía de significado para ellos, porque estaban ciegos. Y eran culpables. ¿Lo es usted ahora? ¿Qué ve?
Aclarando las cosas - y siendo más ofensivo
¿Cómo responde Jesús a esta ceguera? Desde un punto de vista, usted pudiera decir: él sigue explicando. Y desde otro punto de vista, él se hace ver como un necio (un loco). Ya lo hizo antes en el capítulo 6. Cuando se llamó a sí mismo el pan de vida (6:35), y ellos murmuraron: ¿Cómo puede ser él el pan del cielo? Sus palabras significaban nada para ellos, lo mismo que aquí. Él continuó e hizo que le vieran absolutamente grotesco: "El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él" (Juan 6:56). Y cuando ellos tropezaron con sus palabras en esta frase (6:60-61), dijo: "Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí si no se lo ha concedido el Padre” (6:65).
En cierto sentido, Jesús estaba aclarando las cosas, y en otro sentido, estaba haciendo que las cosas fueran más ofensivas. Y es lo que hace aquí.
La Multitud se divide
¿Ustedes no reciben mi alegoría de las ovejas y la puerta y el pastor y los desconocidos y los ladrones? Bueno, prueben esto: Yo soy la puerta y yo soy el pastor. Y la multitud se divide. Siempre habían estado divididos. Está dividida donde usted está sentado.
Un grupo dice: "Eso es necedad. Tú no puedes ser una puerta y un pastor". Y otro grupo dice: "¡Oh Jesús, dinos, dinos cómo eres la puerta y qué significa para nosotros! Y dinos, dinos cómo eres el pastor y qué significa para nosotros". A los que voluntariamente son ciegos, él les ofrece necedad. A los desesperados por ver, les ofrece esperanza.
Jesús la puerta
Entonces, ¿qué dice Jesús sobre ser la puerta y ser el pastor?
Primero, Jesús como la puerta. Dinos, Jesús, ¿qué significa para nosotros que tú seas una puerta? Versículos 7-10:
En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que vinieron antes de mí son ladrones y salteadores, pero las ovejas no les hicieron caso. Yo soy la puerta; si alguno entra por mí, será salvo; y entrará y saldrá y hallará pasto. El ladrón sólo viene para robar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
Jesús está diciendo lo mismo que dijo en Juan 14:6: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí". Yo soy la puerta. Si crees en mí, y confías en mí como el único camino hacia Dios, te prometo dos cosas (versículo 9): Serás salvo, y entrarás y encontrarás pasto.
Salvos y seguros
Salvos de los lobos y ladrones que vienen a matar y a destruir (versículo 10). Salvos de cada enemigo que pueda destruirte. Entren a través de mí y estarán seguros para siempre. Salvos.
Pero ninguno de nosotros solo quiere estar seguro. No fuimos creados solo para ser salvos. El corazón humano quiere mucho más que seguridad infinita. Oh sí, la seguridad es básica y necesaria. Queremos estar protegidos de lo que puede destruirnos. Queremos vida. Vida. Pero queremos más que simple vida. Queremos vida abundante. Vida sobreabundante. Una vida profunda. Una vida con valor. Una vida con gozo. No solo queremos sobrevivir. Queremos estar muy bien. En cada nivel de nuestra humanidad. Fuimos creados para esto.
Y por eso Jesús dice más: "Yo soy la puerta. Si alguno entra por mí, será salvo [sí y mucho más, oh tanto más]; y entrará y saldrá y hallará pasto". El sentido de decir esto es que el pastorado mismo representa seguridad y protección. Pero las ovejas no quieren quedarse ahí. De hecho, morirán si se quedan en la seguridad del redil. Quieren pastos verdes y aguas tranquilas.
Gracias, Jesús
Y pienso que cuando Jesús dice, en el versículo 10: "yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia", quiere decir: "vine para que puedan ser salvos, y salir y venir, y encontrar buenos pastos". Protección y Plenitud Una seguridad sólida y una profunda satisfacción del alma. La vida abundante no es solo tener cosas. Es tener paz. Tener gozo. Tener a Dios.
Así que te agradezco Jesús, por ser una puerta para nosotros. Creemos que tú eres la única puerta hacia la seguridad eterna. La única puerta hacia los pastos que satisfacen nuestra alma. La única puerta hacia Dios. Entramos. Gracias.
Jesús como pastor
Eso es lo que significa Jesús como puerta. Ahora, ¿qué podemos decir sobre Jesús como pastor? ¿Es ese el por qué? ¿Qué podemos decir del cómo? ¿Cómo reúnes un rebaño de ovejas pecaminosas que tienen vida abundante? Dinos Jesús, ¿Cómo eres pastor y qué significa para nosotros?
Hay demasiado aquí en los versículos 11-18 para cubrirlo en el tiempo que queda. Así que planifiqué enfocarme la próxima semana de nuevo en estos versículos. Lo que quiero hacer en los pocos minutos que nos quedan es solo seguir rápidamente a Jesús hasta el final. Dejaremos algunos de los pasos para la próxima vez, especialmente el versículo 16, que es el versículo escrito sobre la tumba del famoso explorador y misionero David Livingstone en la Abadía Westminster: "Tengo otras ovejas que no son de este redil; a ésas también me es necesario traerlas, y oirán mi voz" El versículo es inmensamente importante para las misiones mundiales y para doctrina de la soberanía de Dios. Ése solo versículo merece un sermón.
El Pastor que pone su vida
Pero la respuesta corta a la pregunta de qué significa que Jesús sea nuestro pastor, y la respuesta a la pregunta de cómo está reuniendo a un pueblo que tiene vida abundante, es que él da su vida por las ovejas. Versículos 14-15: "Yo soy el buen pastor; conozco mis ovejas y las mías me conocen, de igual manera que el Padre me conoce y yo conozco al Padre, y doy mi vida por las ovejas”.
Él está comprometido con sus ovejas, y comprometido con su Padre. No puede perderlas, como tampoco puede perder al Padre. Y para salvarlas da su vida. Pero Dios sabe, y Jesús sabe, y usted sabe, que si un pastor muere, las ovejas quedan a merced de los lobos. Serán esparcidas y morirán.
¿Por qué tenemos protección y pastos?
Es por eso que dice en el versículo 18: Nadie me la quita, sino que yo la doy de mi propia voluntad Tengo autoridad para darla, y tengo autoridad para tomarla de nuevo. Este mandamiento recibí de mi Padre. El Padre le envió para morir por sus ovejas. Y el Padre ordenó que no abandonara sus ovejas, sino que se levantara de entre los muertos. Y lo hizo.
Es por eso que podemos ir y salir con él. Él murió por nuestros pecados, de modo que somos perdonados y tenemos acceso a Dios. Y fue resucitado para ser el Gran Pastor de las ovejas (Hebreos 13:20-21). Hoy Vive. Guiándonos una y otra vez hacia la protección y hacia los pastos. Vida. Y vida abundante.
El Vórtice de la vida abundante
Y el vórtice de la vida abundante es la adoración de Jesucristo. Hacia allá es hacia donde nos ha estado llevando. Cuando dice, soy la Puerta, soy el Pastor, tengo autoridad para dar mi vida, y muerto, tengo autoridad para volverla a tomar, él o está loco o es Dios.
Y estas cosas están escritas para que ustedes puedan creer. Oro para que crean. Vengan a él como su Puerta. Su Pastor. Su Vida.