El dinero: la moneda para el hedonismo cristiano
1 Timoteo 6:6-19
6Pero la piedad, en efecto, es un medio de gran ganancia cuando va acompañada de contentamiento. 7Porque nada hemos traído al mundo, así que nada podemos sacar de él. 8Y si tenemos qué comer y con qué cubrirnos, con eso estaremos contentos. 9Pero los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo y en muchos deseos necios y dañosos que hunden a los hombres en la ruina y en la perdición. 10Porque la raíz de todos los males es el amor al dinero, por el cual, codiciándolo algunos, se extraviaron de la fe y se torturaron con muchos dolores.
11Pero tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la perseverancia y la amabilidad. 12Pelea la buena batalla de la fe; echa mano de la vida eterna a la cual fuiste llamado, y de la que hiciste buena profesión en presencia de muchos testigos. 13Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Cristo Jesús, que dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato, 14que guardes el mandamiento sin mancha ni reproche hasta la manifestación de nuestro Señor Jesucristo, 15la cual manifestará a su debido tiempo el bienaventurado y único Soberano, el Rey de reyes y Señor de señores; 16el único que tiene inmortalidad y habita en luz inaccesible; a quien ningún hombre ha visto ni puede ver. A El sea la honra y el dominio eterno. Amén.
17A los ricos en este mundo, enséñales que no sean altaneros ni pongan su esperanza en la incertidumbre de las riquezas, sino en Dios, el cual nos da abundantemente todas las cosas para que las disfrutemos. 18Enséñales que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, generosos y prontos a compartir, 19acumulando para sí el tesoro de un buen fundamento para el futuro, para que puedan echar mano de lo que en verdad es vida.
El dinero es la moneda del Hedonismo Cristiano en el sentido de que lo que haces con él – o deseas hacer con él – puede construir o destruir tu felicidad para siempre.
1 Timoteo 6:6-19 nos dice con mucha claridad que lo que haces con el dinero puede destruirte (v.9); o puede asegurar tu vida eterna (v.19). Me parece a mí que este texto nos enseña a usar nuestro dinero de la mejor manera, de tal forma que podamos alcanzar ganancias más grandes y duraderas. Así que el texto aboga a favor de lo que he llamado hedonismo cristiano: – El punto de vista no nada más permitido, sino también ordenado por Dios, en nuestro intento de alcanzar nuestro completo y más duradero gozo; y que todos los males del mundo vienen no porque nuestro anhelo por felicidad es muy fuerte sino porque es muy débil, al punto que nos conformamos con placeres pasajeros que no satisfacen nuestra alma en lo más profundo sino que la destruye.
Pablo le escribe a Timoteo unas palabras de advertencia acerca de algunos engañadores astutos que descubrieron que podían enriquecerse en el avivamiento evangelístico de Efeso. Según Efesios 6:5 estos asumían que la piedad era un medio de ganancia. Eran tan adictos al amor al dinero que la verdad no tiene lugar en sus afectos. No se regocijan en la verdad. Sino, se regocijan en la evasión de impuestos. Están dispuestos a aprovecharse de cualquier nuevo interés popular para ganarse unos centavos. Nada le es sagrado. Si sus beneficios son grandes y gordos, las estrategias publicitarias son un asunto indiferente. Si la piedad es popular, entonces vendamos piedad. El sexo siempre vende, pero la piedad viene y se va. Tienes que tomar la cresta de la ola para poder aprovecharla. Vivimos en tiempos buenos para sacar beneficios de la piedad. El Mercado de la piedad está caliente para los vendedores de libros, crucifijos plateados, hebilla de peces, madera de olivo, etiquetas engomadas para carros, cruces de la buena suerte con agua bendita por dentro para el bingo y con garantía de 90 días o si no te devuelven el dinero. Vivimos en tiempos buenos para la ganancia en la piedad.
Pablo pudo haber respondido a este intento de convertir la piedad en ganancia diciéndoles: ‘Timoteo, no les sigas, porque los cristianos no viven para las ganancias. Los cristianos hacen lo bueno porque es correcto. Los cristianos no son motivados por las ganancias.” Pero eso no fue lo que Pablo le dijo en el verso 6. El dijo “la piedad es medio de gran ganancia acompañada de contentamiento.”
En vez de decir que los cristianos no viven para las ganancias, él dice que los cristianos debieran vivir para mayores ganancias que los centavos; que es por lo que viven los engañadores astutos. La piedad es el medio para conseguir esta gran ganancia pero sólo si estamos dispuestos a vivir contentos con la sencillez y no con la avaricia por las riquezas. “La piedad acompañada de contentamiento es una gran ganancia.” Si tu santidad te ha librado del anhelo de ser rico y te ha permitido estar contento con tu actual condición, entonces la piedad ha sido medio de gran e inmensa ganancia en tu vida (1 Tim 4:8). La piedad que vence el anhelo de tener abundancia material es una gran ganancia espiritual. Así que el verso 6 nos está diciendo que es gran ganancia no perseguir las riquezas materiales.
Lo que sigue en los versos 7-10 son tres razones del por qué no debemos perseguir las riquezas. Primero permítame insertar una clarificación o nota de balance. Vivimos en una sociedad donde muchos negocios legítimos dependen de enormes concentraciones de capital. No se puede construir una nueva planta de manufactura sin millones de dólares en capital. Por lo tanto los gerentes financieros en grandes negocios comúnmente tienen la gran responsabilidad de acumular reservas, por ejemplo, vendiendo acciones de la empresa. Cuando la Biblia condena el deseo de ser rico no está necesariamente condenando un negocio en particular que busca expandirse y aumentar su capital. Puede ser que los administradores de la empresa sean codiciosos de ganancias personales, o puede ser que tengan nobles motivaciones para que el crecimiento de la empresa beneficie a más personas. Y aún cuando un empleado se le ofrece un mejor salario y lo acepta, eso no es suficiente para condenarlo por anhelar ser rico. Quizás aceptó el trabajo porque anhela fervientemente el poder, estatus y los lujos que da el dinero, o quizás esté contento con lo que tiene y piensa usar el dinero extra para construir un orfanato, o dar una beca, o mandar a un misionero, u ofrendar para una nueva obra urbana.
Estar trabajando para ahorrar dinero para la causa de Cristo no es lo mismo que anhelar ser rico. Lo que Pablo nos está advirtiendo no está relacionado con el deseo de ahorrar dinero con fines de suplir nuestras necesidades y las de otros; sino que nos advierte del peligro de anhelar tener más y más dinero para elevar el ego y los lujos.
Veamos ahora las 3 razones que Pablo da en los versos 7 al 10 del por qué no debemos desear ser ricos.
1. Primero, en el verso 7: “Porque nada hemos traído al mundo, así que nada podemos sacar de él”. O como dice Flossie O’Connor: “En el carro fúnebre no hay espacio para maletas”.
Supongamos que alguien entre a un museo de arte frente a todos en una gran ciudad y comience a tomar para sí las pinturas de las paredes y ponerlas debajo de sus brazos. Tú te acercas a él y le dices: ¿Qué haces? Y el responde:- “Me estoy convirtiendo en un coleccionista de arte”; y le dices: ¡Pero no te pertenecen, y además no te permitirán salir con todo eso! ¡Tienes que salir igual como cuando entraste!
Pero el responde una vez más: ¡Claro que son mías! ¿No te das cuenta que las tengo debajo de mis brazos, y que la gente me ve como un importante coleccionista? Yo no me preocupo de cuando vaya a salir. No me dañes el momento. A tal hombre le llamaríamos un necio, apartado de la realidad. Así es todo aquel que se gasta a sí mismo para enriquecerse en esta vida. Saldremos de la misma manera en que entramos.
O imaginemos 269 personas entrando a la eternidad en un accidente de avión. Antes del accidente había un político, un ejecutivo corporativo millonario, un ‘playboy’ y su mujer, un niño de un misionero volviendo a casa después de haber visitado a sus abuelos. Después del accidente están parados frente a Dios desnudos de toda Master Card, chequera, línea de crédito, ropa de último modelo, exitosos libros y reservaciones del Hilton.
El político, el ejecutivo corporativo millonario, el ‘playboy’ y su mujer, y el niño están al mismo nivel, con absolutamente nada en sus manos y solamente lo que llevan en su corazón. Cuán absurdo y trágico será la apariencia en ese día de aquel que ama el dinero; como el hombre que se pasó la vida coleccionando entradas al tren y al final tan preocupado que pierda la salida del tren. No trates de enriquecerte: “Porque nada hemos traído al mundo, así que nada podemos sacar de él.”
2. Segundo, verso 8: “Y si tenemos qué comer y con qué cubrirnos, con eso estaremos contentos” El cristiano puede y debe de estar contento con tener las necesidades sencillas de la vida. Mencionaré 3 razones del por qué la sencillez es posible y buena: Primero, porque cuando tienes a Dios cerca de ti y para ti, no necesitas el dinero o cosas extras para tener paz y seguridad.
Hebreos 13:5-6 dice, “Sea vuestro carácter sin avaricia, contentos con lo que tenéis, porque Él mismo ha dicho: NUNCA TE DEJARÉ NI TE DESAMPARARÉ, de manera que decimos confiadamente: EL SEÑOR ES EL QUE ME AYUDA; NO TEMERÉ. ¿QUÉ PODRA HACERME EL HOMBRE?”
Por lo cual decimos confiadamente “El SEÑOR está a mi favor; no temeré. ¿Qué puede hacerme el hombre?”
No importa la dirección en que se esté moviendo el Mercado, Dios siempre es mayor que el oro. Así que con la ayuda de Dios podemos estar contentos con las necesidades sencillas de la vida.
Segundo, podemos estar contentos con las necesidades sencillas de la vida porque la satisfacción de los deleites más profundos que Dios nos da a través de la creación son dones gratis de la naturaleza y relaciones de amor con otras personas. Después que tus necesidades básicas han sido suplidas con dinero comienza a disminuir tu capacidad de disfrutar estos placeres en vez de aumentar. El comprar cosas no contribuye absolutamente nada a la capacidad del corazón a gozarse.
Hay una gran diferencia entre el entusiasmo temporal de un nuevo juguete y el de un abrazo de bienvenida a un amigo devoto. ¿Cual de las dos crees que tendría la satisfacción de gozo más profunda en la vida, el que paga $100.00 por quedarse una noche en una suite del piso 40 del edificio más lujoso de la ciudad, fumando en un bar lleno de mujeres extrañas y tomando tragos de 10 dólares; o un hombre que se queda en un Motel 6 al lado de una finca de girasoles y escribiendo cartas de amor a su esposa en lo que aprecia el amanecer?
Tercero, podemos estar contentos con las necesidades sencillas de la vida porque podemos invertir el resto del dinero en las cosas que en realidad tienen valor. Tres billones de personas desconocen a Jesucristo. De esos 2 de cada 3 no tienen un cristiano viable que pueda predicarles. Si han de llegar a escuchar (Cristo manda a predicarles) misioneros de distintas culturas deben ser mandados y eso requiere dinero.
Todas las riquezas necesarias para mandar a estos nuevos escuadrones de embajadores pueden ser encontradas dentro de la iglesia estadounidense. Si nosotros como Pablo, nos contentamos con las simples necesidades de la vida, entonces miles de dólares en Bethlehem (‘Belen’ La Iglesia que Pastorea J. Piper) y millones de dólares de la Conferencia General de Bautistas, y cientos de millones de dólares en la Iglesia Protestante se desprenderían para llevar el evangelio a las naciones.
Y la revelación de gozo y libertad que produciría localmente sería el mejor testimonio imaginable. El llamado bíblico es que tú puedes y debes estar contento con las necesidades básicas de la vida. Así que, no trates de enriquecerte.
3. La tercera razón para no perseguir la riqueza es por que perseguirla terminaría en la destrucción de tu vida (v. 9-10).
Aquellos que desean ser ricos caen en tentación, en un engaño, en muchos deseos sin sentido dañinos que llevan al hombre a la ruina y la destrucción. Por que el amor al dinero es raíz de todos los males. Es a través de este anhelo que muchos se han extraviado de la fe y han torturado sus corazones con muchos dolores.
Ningún Hedonista cristiano desea caer en la ruina y la destrucción y ser torturado con muchos dolores. Así que ningún hedonista cristiano desea ser rico. Prueba eso en ti mismo. La actitud que tienes hacia el dinero, ¿lo aprendiste de la Biblia o lo has aprendido del mercantilismo moderno?
Cuando estás en un avión y lees las revistas, casi cada página nos empuja a ver las riquezas opuesto a como lo enseña el verso 9. El verso 9 hace vivido, la perdición que es desear ser rico. Esas revistas explotan y promueven ese deseo de tener una imagen de riqueza.
Por ejemplo, en la revista de la aerolínea UNITED edición de Septiembre 1983 aparece una página completa promocionando las sillas reclinables marca LA-Z-BOY. La promoción muestra a un hombre en su oficina cómodamente sentado y las siguientes frases: Arriba “Sus trajes son a la medida. Su reloj es de oro. Su silla es LA-Z-BOY.” Y Abajo “He trabajado duro y tuve un poco de suerte: Mi negocio es un éxito. Deseaba que mi oficina reflejara eso y creo que lo hace. Para mi oficina escogí una LA-Z-BOY reclinable ejecutiva. Encaja en la imagen que deseo… Si no puede decir eso del asiento de tu oficina, ¿no es ya tiempo de que te sientes en una LA-Z-BOY? Además, ¿no has pasado ya demasiado tiempo sin una?
Para aquellos que tienen oídos para oír, hay una filosofía del dinero en esos comentarios que dice más o menos lo siguiente: Te lo has ganado, sólo un necio se negaría a reflejar imagen de riqueza. Si el verso 9 es verdad y el deseo de ser rico nos trae a la trampa de Satanás y la destrucción del infierno, entonces esta publicidad que explota y promueve ese deseo es del demonio y es tan destructiva a una vida bíblica como cualquier publicidad sexual que leas en el periódico.
¿Estás tú despierto y libre de la clara maldad en el mercantilismo moderno? ¿O quizás esta omnipresente mentira te ha engañado al punto que el único pecado que relacionas con el dinero es el robar? Yo creo en la libre expresión y libre comercio porque no tengo fe alguna en la capacidad moral de un gobierno civil a mejorar las instituciones creadas por ciudadanos pecadores. Pero por amor a Dios usemos nuestra libertad como cristianos para decirle que NO al deseo de las riquezas y decirle que SI a la verdad.
Hay gran ganancia cuando estamos contentos con las simples necesidades de la vida.
Las palabras en los versos 6 al 10 son a personas que no son ricos pero que pueden ser tentados a ser ricos. En los versos 17 al 19 Pablo se dirige a un grupo en la iglesia que ya es rico. ¿Qué debe hacer un rico con su dinero si se convierte al cristianismo? La respuesta del verso 19 es un resumen de las enseñanzas de Jesús.
Jesús dijo que no hiciéramos tesoros en la tierra sino en el cielo (Mt. 6:19-20). Él dijo que debemos usar el dinero para proveer beneficios que no envejecen y un tesoro celestial que no perece (Lc 12:33). Él dijo que debemos usar el dinero para asegurar una bienvenida en la morada celestial.
Pablo dice en el verso 19 que los ricos deben de usar su dinero de manera que “acumulen para sí tesoro de un buen fundamento para el futuro, para que puedan echar mano de lo que en verdad es vida.” Hay una manera de usar el dinero que falsifica la vida eterna – no porque la vida eterna puede ser comprada, sino porque el uso del dinero muestra donde está nuestra esperanza.
Pablo le da tres direcciones a los ricos de cómo usar el su dinero y asegurar su futuro. Primero (v.17), no dejes que el dinero produzca orgullo en ti. ¡O que tan engañoso es! Cada uno de nosotros ha sentido la arrogancia de sentirse superior que emerge después de haber hecho una buena inversión o una nueva adquisición o gran logro.
La atracción principal del dinero es el poder que da y el orgullo que alimenta. Pablo nos dice que no dejemos que eso suceda.
Segundo (v.17), él le dice a los ricos, “…no pongan su esperanza en la incertidumbre de las riquezas, sino en Dios el cual nos da abundantemente.” Para los ricos esto no es fácil de hacer. Por eso dijo Jesús que es difícil que un rico entre al Reino (Mr. 10:23). Es difícil mirar a toda la esperanza que ofrecen las riquezas y alejarse de eso y descansar toda la esperanza en Dios.
Es difícil no amar el regalo y olvidar al Dador. Pero esta es la única esperanza para el rico. Si no pueden hacerlo están perdidos. Deben de esperar en Dios más de lo que esperan en sus regalos. Y lo que sea que disfruten en la tierra deben de hacerlo para Él.
Finalmente (v.18), los ricos deben de usar su dinero para buenas obras y deben de ser abiertos y generosos. Después de haber sido liberados del imán del orgullo y después que su esperanza está puesta en Dios y no en el dinero, sólo hay una cosa que puede suceder: Su dinero fluirá libremente para multiplicar los múltiples ministerios de Cristo.
Los pobres serán alimentados, los enfermos sanados, los ignorantes enseñados y el evangelio llegará a las personas en las fronteras misioneras. Y así como el viejo Saqueo, el amor cambiará la lujosa vida de oro por una de cobre, sencilla y duradera.
Me parece a mí que nuestro último énfasis debe de ser que en ambos textos Pablo quiere que abracemos la vida eterna y que no la perdamos. Pablo nunca pierde tiempo en lo que no es esencial. Él vive a un paso de la eternidad. Por eso él ve todo tan claro. El se para como el portero de Dios y nos trata como piadosos hedonistas cristianos.
¿Tú quieres la vida que es en verdad, no (v.19)? ¿Tú no quieres ruina y destrucción y tortura en tu corazón (v.9-10)? ¿Tú si quieres toda la ganancia que hay en la piedad?
Entonces usa la moneda del Hedonismo Cristiano sabiamente: no desees ser rico, sino conténtate con tener las simples necesidades de la vida. Pon tu esperanza completamente en Dios, cuídate del orgullo y deja que el gozo de Dios sobreabunde con riquezas de liberalidad para los perdidos y necesitados del mundo.