El matrimonio: una representación de la gracia que guarda el pacto
Y cuando estabais muertos en vuestros delitos y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con El, habiéndonos perdonado todos los delitos, 14 habiendo cancelado el documento de deuda que consistía en decretos contra nosotros y que nos era adverso, y lo ha quitado de en medio, clavándolo en la cruz. 15 Y habiendo despojado a los poderes y autoridades, hizo de ellos un espectáculo público, triunfando sobre ellos por medio de El.
[3:12] Entonces, como escogidos de Dios, santos y amados, revestíos de tierna compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia; 13 soportándoos unos a otros y perdonándoos unos a otros, si alguno tiene queja contra otro; como Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. 14 Y sobre todas estas cosas, vestíos de amor, que es el vínculo de la unidad. 15 Y que la paz de Cristo reine en vuestros corazones, a la cual en verdad fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos. 16 Que la palabra de Cristo habite en abundancia en vosotros, con toda sabiduría enseñándoos y amonestándoos unos a otros con salmos, himnos y canciones espirituales, cantando a Dios con acción de gracias en vuestros corazones. 17 Y todo lo que hacéis, de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias por medio de El a Dios el Padre. 18 Mujeres, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor. 19 Maridos, amad a vuestras mujeres y no seáis ásperos con ellas”.
En las últimas dos semanas hemos visto que lo más fundacional que se puede decir acerca del matrimonio es que es la obra de Dios. Y lo más esencial, o elevado, que se puede decir acerca del matrimonio es que es la imagen de Dios. Estos dos puntos son presentados por Moisés en Génesis 2. Pero se hacen aun más evidentes con Jesús y Pablo en el Nuevo Testamento.
Jesús: El Matrimonio Es La Obra De Dios
Jesús asevera de la manera más evidente que el matrimonio es la obra de Dios. Marcos 10:6-9: “Pero desde el principio de la creación, Dios los hizo varón y hembra [Génesis 1:27]. 7 Por esta razón el hombre dejara a su padre y a su madre, 8 y los dos serán una sola carne [Génesis 2:24]; por consiguiente, ya no son dos, sino una sola carne. 9 Por tanto, lo que Dios ha unido, ningún hombre lo separe”. Esta es la declaración más clara en la Biblia de que el matrimonio no es solo la obra de un hombre. Las palabras “Dios ha unido” significan que es la obra de Dios.
Pablo: El Matrimonio Es La Imagen De Dios
Pablo asevera de la manera más evidente que el matrimonio está diseñado para ser la imagen de Dios. En Efesios 5:31-32, Pablo cita Génesis 2:24 y nos habla entonces del misterio que siempre ha tenido el matrimonio: “Por esto el hombre dejará a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. 32 Grande es este misterio, pero hablo con referencia a Cristo y a la iglesia”. En otras palabras, el pacto implicado en abandonar a la madre y al padre, unirse a la esposa, y volverse una carne es una imagen del pacto entre Cristo y la iglesia. El matrimonio existe, en su sentido supremo, esencial, para representar el amor que guarda el pacto entre Cristo y su iglesia.
Un Modelo De Cristo Y La Iglesia
Le pregunté a Noël si había algo que ella quisiera que yo dijera hoy. Ella dijo «es imposible sobre enfatizar que el matrimonio es un modelo de Cristo y la Iglesia». Y creo que está en lo correcto, al menos, por tres razones:
- Esta declaración eleva al matrimonio muy por encima de las imágenes de una comedia ofensiva y le confiere el magnífico significado que Dios quiso que tuviera.
- Esta declaración provee al matrimonio de un fundamento sólido sobre la gracia, ya que Cristo obtuvo y sostiene a su novia solo por gracia; y
- Esta declaración muestra que la autoridad del esposo y la sumisión de la esposa son aspectos cruciales y crucificados.
Es decir, la autoridad del esposo y la sumisión de la esposa son aspectos que están incluidos en el significado mismo del matrimonio como una representación de Cristo y la iglesia, pero ambos están definidos por la obra abnegada de Cristo en la cruz, a fin de que el orgullo y servilismo de los cónyuges fueran cancelados.
En los dos primeros mensajes nos detuvimos en la primera de estas tres razones: expusimos el fundamento del matrimonio como una imagen del pacto de amor de Dios. El matrimonio es un pacto entre un hombre y una mujer en el que prometen ser fieles como esposo y esposa en una nueva unión de una-carne, mientras ambos vivan. Este pacto, sellado con votos solemnes y con la unión sexual, ha sido diseñado para mostrar la gracia que guarda el pacto de Dios.
Un Sólido Fundamento En La Gracia
Ese es el título de hoy: “El matrimonio: Una representación de la gracia que guarda el pacto”. Así que estamos avanzando hacia la segunda razón por la que creo que Noël está en lo correcto al decir que es imposible sobre enfatizar que el matrimonio es un modelo de Cristo y la iglesia: en específico, porque provee al matrimonio de un sólido fundamento sobre la gracia, ya que Cristo obtuvo y sostiene a su esposa solo por gracia.
En otras palabras, la idea central hoy es: ya que el nuevo pacto de Cristo con su iglesia es establecido y sostenido por la gracia comprada por sangre, entonces los matrimonios humanos fueron creados para representar ese nuevo pacto de gracia. Y los matrimonios representan esta verdad al descansar en la experiencia de la gracia de Dios y transformarla desde una experiencia vertical con Dios a una experiencia horizontal con el cónyuge. Es decir, en el matrimonio, usted vive cada momento en una feliz dependencia del perdón, la justificación y la gracia venidera de Dios, y en cada instante, transforma esta experiencia a favor de su cónyuge (como una extensión del perdón, la justificación y la ayuda prometida de Dios). Ese es el mensaje principal de hoy.
La Posición Central De La Gracia Que Justifica Y Perdona
Estoy consciente de que se espera que todos los hombres hagan esto en sus relaciones (no solo los cristianos): que vivan en cada instante por la gracia de Dios, que justifica, provee, y perdona, y que transformen esa gracia hasta aplicarla a todas las otras personas de sus vidas. Y Jesús dice que toda nuestra vida es una representación de la gloria de Dios (Mateo 5:16). Pero el matrimonio está diseñado para ser una imagen única del pacto de la gracia de Dios, porque, a diferencia del resto de las relaciones humanas, el esposo y la esposa son enlazados por un pacto para vivir la relación más íntima posible mientras duren sus vidas. En el matrimonio hay roles únicos de autoridad y sumisión que deben desempeñarse, pero ese no es mi énfasis hoy, eso vendrá después. Hoy considero que el esposo y la esposa son cristianos per se1, y no sobre la base de la analogía de la cabeza y el cuerpo. Por tanto, un hombre y una mujer pueden decidir vivir los roles únicos de autoridad y sumisión (bíblicamente y por la gracia), ellos deben descubrir el significado de estos roles para edificar sus vidas con la experiencia vertical del perdón, la justificación, y la ayuda prometida; y entonces deben acomodar esta experiencia a la relación horizontal con el cónyuge. Este es, por tanto el enfoque de hoy.
O, para expresarlo en los términos que utilizamos en el mensaje de la semana pasada: La clave para estar desnudos y no sentir vergüenza (Génesis 2:25), cuando de hecho, un esposo y una esposa hacen muchas cosas de las que se deberían avergonzar, es experimentar verticalmente el perdón y la gracia justificadora de Dios, y adaptarlos horizontalmente el uno hacia el otro, y hacia el mundo.
La Ira Venidera De Dios
Veamos brevemente, el fundamento para esta verdad en Colosenses. Comenzaremos con Colosenses 3:6: “Pues la ira de Dios vendrá sobre los hijos de desobediencia por causa de estas cosas”. Si usted dice «de lo último que quiero escuchar hablar en mi atribulado matrimonio es de la ira de Dios», entonces es semejante al pescador frustrado en la costa occidental de Indonesia el 26 de diciembre de 2004 diciendo «de lo último que quiero escuchar hablar en mi atribulado negocio de pesca es de un tsunami». Precisamente lo que muchos matrimonios necesitan es un temor y entendimiento profundo de la ira de Dios, porque sin ella, el evangelio es diluido hasta convertirse en simples enseñanzas útiles para las relaciones humanas, y pierde su gloria bíblica. Y sin esa gloria, usted será tentado a pensar que su propia ira –su enojo- contra su cónyuge es sencillamente demasiado grande para ser soportada, porque en realidad nunca ha experimentado una ira infinitamente mayor, que es vencida por la gracia, y estoy hablando de la ira de Dios contra usted.
La Remoción Del Castigo De Dios
Así que comenzaremos con la ira de Dios y su remoción. Vayamos atrás a Colosenses 2:13-14: “Y cuando estabais muertos en vuestros delitos y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con El, habiéndonos perdonado todos los delitos, 14 habiendo cancelado el documento de deuda que consistía en decretos contra nosotros y que nos era adverso, y lo ha quitado de en medio, clavándolo en la cruz”.
Esas últimas palabras son las más importantes. A este –este documento de deuda que consistía en decreto contra nosotros- Dios lo ha quitado de en medio, clavándolo en la cruz. ¿Cuándo sucedió? Hace dos mil años. No sucedió en el interior de usted, y no sucedió con alguna ayuda suya. Dios lo hizo para ustedy sin contar con usted, y lo hizo antes de que naciera. Esta es la gran objetividad de nuestra salvación.
El Documento De Deuda Cancelado En La Cruz
Asegúrese de ver la más maravillosa y sorprendente de todas las verdades: Dios tomó el documento que registraba todos los pecados que nos hacían deudores de ira (los pecados son ofensas contra Dios que producen su ira), y en lugar de levantarlo en frente de nuestro rostro y usarlo como una orden judicial para enviarnos al infierno, lo puso en la palma da la mano de su Hijo y lo atravesó con un clavo en la cruz.
¿Los pecados de quién fueron clavados a la cruz? ¿Los pecados de quién fueron castigados en la cruz? Respuesta: Mis pecados. Y los pecados de Noël –los pecados de mi esposa y los míos- los pecados de todos los que perdieron la esperanza de salvarse a sí mismos y confían solo en Cristo. ¿Las manos de quién fueron clavadas en la cruz? Las manos de Jesús. Hay un nombre hermoso para esto y es: substitución. Dios condenó mi pecado en la carne de Cristo (Romanos 8:3). Esposos, confíen en esta verdad, porque nunca podrán excederse en la confianza que depositan en esta verdad; Esposas, no hay manera de que se excedan en la fe que depositan sobre esta verdad.
La Justificación Va Más Allá Del Perdón
Y si volvemos hacia atrás y dirigiéramos hacia este lugar todo lo que entendemos sobre la justificación de acuerdo al libro de los Romanos, todavía pudiéramos decir más. La justificación va más allá del perdón. No solo somos perdonados gracias a Cristo, Dios también nos declara justos, gracias a Cristo. Dios demanda dos cosas de nosotros: el castigo por nuestros pecados, y la perfección de nuestras vidas. Nuestros pecados deben ser castigados y nuestras vidas deben ser justas. Pero no podemos llevar nuestro propio castigo (Salmos 49:7-8), y no podemos proveernos nuestra propia justicia. No hay justo, ni aún uno (Romanos 3:10).
Por tanto, Dios, por su amor inmensurable hacia nosotros, dio a su propio Hijo para que hiciera las dos cosas. Cristo lleva sobre sí nuestro castigo y Cristo realiza nuestra justicia. Y cuando recibimos a Cristo (Juan 1:12), todo su castigo y toda su justicia es contada como nuestra (Romanos 4:4-6; 5:19; 5:1; 8:1; 10:4; Filipenses 3:8-9; 2da a los Corintios 5:21).
La Justificación Proyectándose Hacia Afuera
Esta es la realidad vertical que debe ser proyectada horizontalmente hacia nuestros cónyuges si el matrimonio debe representar la gracia de Dios que establece y guarda el pacto. Lo vemos en Colosenses 3:12-13: “Entonces, como escogidos de Dios, santos y amados, revestíos de tierna compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia; 13 soportándoos unos a otros y perdonándoos unos a otros, si alguno tiene queja contra otro; como Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros”.
"Como Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros" –a su cónyuge. Como el Señor le soporta a usted, así también debe soportar a su cónyuge. El Señor le soporta cada día mientras usted deja de hacer su voluntad. De hecho, la distancia entre lo que Cristo espera de usted y lo que usted logra es infinitamente mayor que la distancia entre lo que usted espera de su cónyuge y lo que su cónyuge logra. Cristo siempre ha perdonado más y ha soportado más de lo que nosotros perdonamos y soportamos. Perdone como ha sido perdonado. Soporte como también ha sido perdonado. Así debe ser, sea que esté casado con un creyente o con un incrédulo. Permita que la medida de la gracia de Dios para usted en la cruz de Cristo, sea su propia medida de gracia hacia su cónyuge.
Y si está casado con una persona que no cree, puede añadir esto: Mientras el Señor le tenga como alguien justo en Cristo, aunque no lo sea según su comportamiento o actitud actual, así también tiene a su cónyuge como una persona justa, aunque no lo sea. En otras palabras, Colosenses 3 dice: tome la gracia vertical del perdón y la justificación y acomódela horizontalmente hacia su cónyuge. Para esto fue creado el matrimonio, esencialmente para representar la gracia que guarda el pacto de Cristo.
La Necesidad De Una Sabiduría Enraizada En El Evangelio
Ahora, en este punto emergen cientos de situaciones complejas que claman por una sabiduría espiritual profunda enraizada en las verdades del evangelio y en muchos años de dolorosas y fieles experiencias. En otras palabras, no hay manera de que yo pueda aplicar este mensaje a todas las necesidades particulares. Además de predicar necesitamos al Espíritu Santo, necesitamos oración, necesitamos meditar por nosotros mismos en la Palabra, necesitamos leer las ideas de otros, necesitamos el consejo de amigos sabios que hayan experimentado el dolor, necesitamos que la iglesia nos sustente cuando todo se derrumba. Por eso, no tengo la ilusión de poder decir todo lo que debe ser dicho para ayudarles.
Vivir Verticalmente, Para Después Acomodarnos Hacia El Exterior
Sería de gran ayuda terminar dando muchas razones por la que enfatizo que el pacto de amor es el perdón y la justificación de otros ¿No creo que podemos deleitarnos en otras personas? Sí, lo creo, tanto la experiencia como la Biblia me llevan a esta conclusión. Para estar seguros: Jesús está casado con su novia la iglesia, y evidentemente es posible y bueno agradar al Señor (Colosenses 1:10). Y él es ciertamente infinitamente digno de nuestro deleite en él. Este es el matrimonio ideal: dos personas que se humillan a sí mismas y buscan cambiar por medio de métodos piadosos para agradar a su cónyuge y satisfacer las necesidades físicas y emocionales del otro, o agradarle con toda buena acción. Sí, la relación de Cristo y la iglesia incluye todo esto.
Pero las razones por las que enfatizo la necesidad de vivir verticalmente a partir de la gracia de Dios, y luego acomodarnos horizontalmente en perdón y justificación hacia el cónyuge es:
- Porque habrá un conflicto basado en el pecado y la peculiaridad de cada uno (y no podrán ponerse de acuerdo con respecto a lo que es simplemente diferente en el otro y a lo que es pecado).
- Y porque el duro trabajo de soportar y perdonar es lo que hace posible que los sentimientos florezcan cuando parecen haber muerto.
- Y porque Dios recibe gloria cuando dos personas diferentes y muy imperfectas forjan una vida de fidelidad al confiar en Cristo en medio del horno de la aflicción.
En Cristo, Dios Le Ha Perdonado, A Usted –Y A Su Esposa
Ahora, la próxima vez reanudaré desde aquí y les diré de un descubrimiento que Noël y yo hicimos. Predigo que el sermón se llamará “El sermón de la pila de abono”.
Hasta entonces, esposos y esposas, dirijan sus propias consciencias hacia estas grandes verdades –verdades que son mayores que cualquier otro problema matrimonial– que Dios ha “perdonado todos los delitos, 14 habiendo cancelado el documento de deuda que consistía en decretos contra nosotros y que nos era adverso, y lo ha quitado de en medio, clavándolo en la cruz”. Crea en esta verdad con todo su corazón y amóldese con esta verdad en su relación con su esposa
1 Per se (Lat.):De por sí. Diccionario General de la Lengua Española VOX.