Caminemos en la Luz de Dios
Y este es el mensaje que hemos oído de Él y que os anunciamos: Dios es luz, y en Él no hay tiniebla alguna. Si decimos que tenemos comunión con Él, pero andamos en tinieblas, mentimos y no practicamos la verdad; mas si andamos en la luz, como Él está en la luz, tenemos comunión los unos con los otros, y la sangre de Jesús su Hijo nos limpia de todo pecado. Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a Él mentiroso y su palabra no está en nosotros.
La semana pasada vimos en los versículos 3 y 4 que Juan hace del mensaje de Cristo (llamémoslo teología, o doctrina) la base de toda comunidad cristiana significativa. "Lo que hemos visto y oído, os proclamamos también a vosotros, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros". Para crear y cultivar una profunda comunión cristiana tienes que hablar de quién piensas que es Cristo y de lo que este enseñó.
Esto es lo que Juan comienza a hacer en los versículos 5–10.
Tratemos de ver la estructura completa de este párrafo primero, y luego volvamos hacia atrás para desglosar su significado.
Tres partes del razonamiento de Juan
En estos seis versículos puedo ver tres partes del razonamiento de Juan. En primer lugar, el versículo 5 brinda el mensaje de Cristo que Juan ha oído. En segundo lugar, los versículos 6 y 7 describen ciertas implicaciones prácticas para la vida que derivan de este mensaje. En tercer lugar, los versículos 8–10 responden un posible malentendido de los versículos 6 y 7, y así aclaran su significado. Por lo tanto el versículo 5 es el fundamento teológico. Los versículos 6–7 son la aplicación práctica. Y los versículos 8–10 son una aclaración necesaria.
Versículo 5: el fundamento
"Y este es el mensaje que hemos oído de Él y que os anunciamos: Dios es luz, y en Él no hay tiniebla alguna".
Versículos 6–7: la aplicación
"(Por lo tanto) si decimos que tenemos comunión con Él, pero andamos en tinieblas, mentimos y no practicamos la verdad". Esta es la implicación negativa del hecho fundamental. que Dios es luz.
"Mas si andamos en la luz, como Él está en la luz, tenemos comunión los unos con los otros, y la sangre de Jesús su Hijo nos limpia de todo pecado". Esta es la implicación positiva del hecho fundamental del versículo 5, que Dios es luz.
Versículos 8–10: la aclaración
Podría ser que la maravillosa promesa del versículo 7 fuese utilizada por las personas que tienen una visión perfeccionista de la vida cristiana. Juan había dicho "La sangre de Jesús nos limpia de todo pecado". Alguien podría decir "¿Ves que incluso el apóstol enseña que todos los pecados se dejan completamente atrás cuando te conviertes en cristiano?". Entonces Juan aclara . . .
"Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros". En otras palabras, la afirmación de impecabilidad es simple autoengaño. En vez de negar nuestra pecaminosidad, deberíamos confesar que es real y horrible. Versículo 9: "Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad".
Entonces como aclaración Juan repite el punto del versículo 8, sólo que con palabras más fuertes. Versículo 10: "Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a Él mentiroso y su palabra no está en nosotros". En otras palabras, la afirmación de impecabilidad no es sólo autoengaño, también es blasfemia. La oración "Estoy libre de pecado" equivale a decir "Dios es un mentiroso".
Estas son palabras extremadamente fuertes. Si no fuera un apóstol el que habla, puedo imaginar a alguien hoy en día diciendo "¿Tienes que usar palabras tan encendidas cuando adviertes los errores a la gente?". Juan evidentemente sintió que era tanto lo que se jugaba en la frase "Hacemos de Dios un mentiroso", que no debía ser suavizado con algo como "Disgustas a tu Padre celestial". Yo no estoy seguro de que las Escrituras se deban ajustar a nuestra era emocionalmente frágil. Creo que necesitamos endurecernos un poco.
Esta es la estructura general del párrafo:
- Fundamento: Dios es luz (versículo 5).
- Aplicación: Andamos en la Luz (versículos 6–7).
- Aclaración: No afirmar que no tenemos pecado (versículos 8–10).
Ahora volvamos y ampliemos parte de su significado.
Fundamento: Dios es luz
En primer lugar, el versículo 5: "Dios es luz y en Él no hay tiniebla alguna" ¿Qué quiere decir Juan cuando afirma que Dios es luz?
Verdad
Una respuesta sería que Dios es VERDAD. Esto proviene del versículo 6: "Si decimos que tenemos comunión con Él pero andamos en tinieblas, mentimos y no practicamos la VERDAD". Él podría haber dicho, "Cuando caminamos en la oscuridad, no vivimos de acuerdo con la LUZ". Pero él dice verdad en lugar de luz. Por lo tanto parece que la verdad virtualmente es lo mismo que la luz. (Véase también 5:20.)
En otras palabras, Dios es luz significa que Dios es el origen y la medida de todo lo que es verdadero. Otra forma de expresarlo sería que nada es realmente comprendido hasta que es comprendido en la luz de Dios. Por esto el Antiguo Testamento dice "El temor del Señor es el principio de la sabiduría" (Proverbios 1:7). Ni siquiera llegas a la primera etapa del conocimiento de la verdad si no tienes a Dios en cuenta. Razón por la cual la educación secular es un gran espejismo de esperanza en el páramo contemporáneo de nuestra cultura. DIOS es luz. Es decir, DIOS es verdad. Él es el origen de todo lo que es verdadero y todo lo que es verdadero lo es porque se ajusta a Él.
Verdad llena de gozo y esperanza
Pero Juan elige la palabra luz, no verdad, en el versículo 5. Y pienso que elige la palabra luz porque tiene una connotación positiva que la palabra verdad tal vez no tenga siempre. Para algunos lectores la palabra verdad puede dejar abierta la posibilidad de que la verdad de Dios es una verdad oscura—una verdad premonitoria, una verdad que no invita. Entonces Juan elige la palabra luz porque promete que la verdad de Dios es una verdad llena de gozo y esperanza. Puedes ver esto si reflexionas por un momento sobre el valor de la luz.
¿Cuál es el valor principal de la luz? Negativamente, te ayuda a evitar el peligro. Positivamente, te ayuda a llegar a lo que está después. Cuando caminas en la oscuridad, puedes tropezar con un tronco, o pisar una serpiente de cascabel, o caer en un precipicio, o golpear la cabeza contra una rama baja. La oscuridad está llena de amenazas. Frustra tu capacidad para alcanzar el objetivo. Pero la luz cambia todo eso. Expone el peligro y te libera de su poder acechante. Abre el camino hacia tu objetivo. Está llena de esperanza y promete el logro dichoso de tu objetivo.
Sin trasfondos ocultos, sin letra pequeña
La primera imagen de Dios que Juan desea poner delante de nosotros es esta imagen de Dios como luz. "Dios es luz y en Él no hay tiniebla alguna". Eso significa que si tú te acercas a Dios, no encontrarás una verdad oscura y premonitoria. Hallarás libertad y esperanza y gozo. En Dios los obstáculos representados por los troncos, las serpientes de cascabel, los precipicios y las ramas bajas están todos expuestos y estamos a salvo de ellos. Nuestro objetivo de alegría suprema y eterna está asegurado en Dios porque no hay oscuridad en Dios. Es decir, no hay sombras acechantes en Dios. No hay trasfondos ocultos, no hay letra pequeña. Él es luz, y en Él no existe la oscuridad.
Ir hacia Dios no es como comprar un Computador Personal IBM. Cuando ves que en el Tribune se anuncia que una tienda de informática está liquidando el PC de IBM por menos de $2.000, te puede sonar muy prometedor. Puede parecer que se están eliminando los obstáculos y se está abriendo el camino para alcanzar nuevos logros en el procesamiento de palabras. Puede sonar como un nuevo amanecer. Pero cuando llegas a la tienda y lo pruebas, descubres que hay cierta oscuridad: ese precio no incluye monitor— ¡no hay nada sino oscuridad hasta que tengas una pantalla con tu computador!
Dios no es así. Él es luz y en Él no hay oscuridad alguna. No hay letra pequeña que modifique el resplandor de su gloria. No faltan tableros ni monitores ni sistemas operativos. No tienen absolutamente nada que lamentar aquellos que se acercan a Dios con todo su corazón. Él es todo luz. Él es el camino hacia la felicidad perfecta y eterna sin desilusiones. En la luz de Dios no serás destruido por la serpiente de cascabel del pecado; no caerás del precipicio al infierno.
La luz es la promesa de esperanza y alegría. La oscuridad es la amenaza de desesperación y miseria. Y Dios es luz y en Él no existe la oscuridad. Este es el mensaje que Juan oyó de Jesús. Jesús vino al mundo para revelarlo. Es el mensaje fundamental de este libro.
Aplicación: Andar en la luz
Los versículos 6 y 7 extraen la aplicación práctica de esta verdad acerca de Dios. El versículo 6 presenta el lado negativo de la aplicación: "Si decimos que tenemos comunión con Él pero andamos en tinieblas, mentimos y no practicamos la verdad".
Andando en las tinieblas
¿Qué significa caminar en las tinieblas?
Los versículos 8-11 del capítulo 2 brindan algunas indicaciones realmente claras. Allí se dice que quien aborrece a su hermano está en la oscuridad y quien lo ama reside en la luz. Caminar en la luz significa ser una persona de amor y caminar en las tinieblas significa ser una persona de odio. Pero hay algo más básico que eso.
El versículo 8 del capítulo 2 dice (al final) "Las tinieblas van pasando y la luz verdadera ya está alumbrando". ¿Qué son estas tinieblas que van pasando? Advirtamos que las mismas palabras se usan en 2:17 "El mundo pasa, y también sus pasiones". De esto puedo concluir que caminar en las tinieblas significa ser controlado por los deseos de este mundo en vez del deseo de Dios.
La razón por la que se llama caminar en las tinieblas es que la única manera en que las personas puedan desear más las cosas que a Dios es que sean ciegos a la luz de Dios. Para elegir piedras en vez de diamantes tienes que estar ciego. Recuerda la ilustración del hombre en un cuarto oscuro. Él siente una pelaje cálido y suave con una mano y un frío borde afilado con la otra, y se acerca al abrigo y la suavidad de la piel.
Pero cuando la luz se enciende, él ve que la cálida y suave piel es el vientre de un horrible monstruo caníbal, y el borde frío y afilado es la espada del majestuoso Cristo lista para salvar. La razón por la que fue controlado por su deseo hacia el monstruo caníbal es que estaba en tinieblas. Cualquiera que ame al mundo más que a Dios está en tinieblas. Sólo que son tinieblas voluntarias, porque como se dijo en Juan 3:19 "La luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, pues sus acciones eran malas".
Cuando caminas en tinieblas, estás controlado por los deseos de los suaves y cálidos vientres del prestigio, el poder y los placeres efímeros (ver Santiago 4:14). Esto es todo lo contrario de lo que significa tener comunión con Dios. Comunión con Dios significa que tú ves las cosas de la manera que las ve Él y tienes los mismos deseos que tiene Él. Si somos controlados por deseos del mundo en vez de deseos de Dios, no importa si decimos que tenemos comunión con Dios o no; no la tenemos. En cambio, caminamos en las tinieblas. "Si decimos que tenemos comunión con Él pero andamos en tinieblas, mentimos y no practicamos la verdad".
Caminar en la luz
Ahora el versículo 7 nos da el aspecto positivo de la aplicación del versículo 5. "Mas si andamos en la luz, como Él está en la luz, tenemos comunión los unos con los otros, y la sangre de Jesús su Hijo nos limpia de todo pecado”.
Caminar en la luz es lo opuesto de caminar en las tinieblas. Significa ver la realidad como es y estar controlado por los deseos que concuerden con la luz de Dios. Si Dios es luz y en Él no hay tinieblas, entonces Él es el brillante sendero hacia la concreción de todos nuestros anhelos más profundos. Él es el que nos libra de todos los oscuros peligros y obstáculos hacia la alegría. Él es el infinitamente deseable.
Si en su propia luz Él brilla como un Ser de valor infinito, entonces Él es la estrella de la Gloria que fuimos hechos para admirar y valorar. Si Dios abre los ojos de nuestros corazones para ver todo eso, nuestros deseos están capturados por la incomparable gloria de Dios que supera a todo lo que el mundo tiene para ofrecer, y caminamos en la luz porque Él está en la luz.
Hay un camino, hay un estilo de vida, que necesariamente resulta del milagro de un nuevo nacimiento en el que se nos dan los ojos para ver el incomparable valor de la luz de Dios. Juan 1 está escrito para describir cómo es ese estilo de vida y cómo este es el resultado de la luz de Dios y de nuestro nuevo nacimiento.
Según el versículo 7 dos cosas acompañan el camino en la luz: "Si caminamos en la luz", 1) "tenemos comunión los unos con los otros", y 2) "la sangre de Jesús el Hijo de Dios nos limpia de todo pecado".
Tener comunión los unos con los otros
¿Quiénes son "los unos y los otros"? El versículo 6 sugeriría que es Dios y el creyente. "Si decimos que tenemos comunión con Dios, pero andamos en tinieblas, mentimos y no practicamos la verdad; mas si andamos en la luz, como Él está en la luz, tenemos comunión los unos con los otros”, es decir, entre Dios y nosotros mismos. El versículo 6 muestra lo que destruye la comunión con Dios—caminar en las tinieblas. Y el versículo 7 muestra lo que preserva la comunión con Dios—caminar en la luz.
Pero el versículo 3 sugeriría que la "comunión los unos con los otros" del versículo 7 se refiere a la comunión con otros creyentes. Juan dice que su deseo es proclamar a Cristo a fin de que sus lectores puedan tener comunión con él. Entonces yo podría concluir que probablemente los "unos con los otros " del versículo 7 se refiere tanto a Dios como a los otros creyentes. Caminar en la luz es la condición de la comunión no sólo con Dios sino también con otros creyentes.
Tú sabes cómo es esto. Tienes un amigo muy querido—tal vez incluso una esposa—con quien tienes en común los mismos anhelos por Dios. Ambos viven en la luz de su incomparable valor. Ambos están dedicados a su causa. Ambos depositan esperanza en sus promesas y evitan el pecado por la luz de Su Palabra. Entonces sucede algo.
Un día descubres que tu amigo parece extrañamente fascinado por cierta tendencia, extrañamente preocupado por un libro, una película, una moda, un cantante, una carrera o una parcela junto a un lago. Luego adviertes que se evita el tema de Dios. La oración falta o es superficial. No se hacen más comentarios sobre la dulce hora en la Palabra de Dios. La iglesia y los cristianos parecen estar en el extremo del sarcasmo periódico. El celo en tiempos de guerra por la causa global de Cristo se ha marchitado hasta convertirse en una búsqueda egocéntrica de placeres efímeros. Y la antigua comunión se ha terminado. No porque tú así lo deseas, sino porque es imposible a menos que ambos caminen en la luz.
Así que el versículo 7 enseña que la única forma de preservar la preciosa alhaja de la profunda unidad con Dios y con otros creyentes es caminar en la luz—para ver cosas en la luz de Dios, para dejar que Dios sea tu brillante sendero hacia la alegría.
Limpieza del pecado
La otra cosa que acompaña el caminar en la luz en el versículo 7 es la limpieza del pecado. "Si andamos en la luz, como Él está en la luz . . . la sangre de Jesús su Hijo nos limpia de todo pecado".
Tres preguntas importantes
Aquí Juan hace una conexión entre la forma en que caminamos y la efectividad de la sangre de Cristo para limpiarnos de pecado. Por lo tanto debemos formularnos tres preguntas:
- ¿Qué es este caminar?
- ¿Qué significa ser limpiados de todo pecado por la sangre de Jesús?
- ¿Cuál es la conexión entre las dos?
1. ¿Qué es este caminar?
Ya hemos respondido a la primera pregunta: caminar en la luz significa vivir bajo el deseo dominante de Dios en vez del del mundo—la clase de vida que vives si ves las cosas a la manera de Dios y compartes sus valores. Pero ten en cuenta, se trata de un "caminar"—es decir, una forma de vida, no sólo una idea, no sólo una "posición" en Cristo (como alguno podría decir). Caminar significa vida.
2. ¿Qué significa ser limpiados de todos nuestros pecados por la sangre de Jesús?
¿Significa que cuando caminamos en la luz, la sangre de Jesús nos impide pecar? ¿O que mientras caminamos en la luz, la sangre de Jesús cubre y anula nuestro pecar? En otras palabras, ¿se refiere a la santificación progresiva o a la experiencia en curso de la justificación?
Me parece que hay buenas razones para decir que se refiere a ambas. 1) Se refiere al efecto justificador de la sangre derramada de Cristo que anula todos nuestros pecados y nos da la absolución y la eterna aceptación de Dios. 2) Y se refiere a la fuerza moral de la sangre de Jesús para ayudarnos a vencer la tentación para que al final todos nuestros pecados sean realmente superados y estemos realmente puros y libres de pecado frente a Dios (Filipenses 1:6).
La razón por la que creo que se refiere a la santificación progresiva es el fuerte énfasis en 3:8–9 acerca del propósito de Cristo de acabar con el pecado en nuestras vidas. "El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo ha pecado desde el principio. El Hijo de Dios se manifestó con este propósito: para destruir las obras del diablo. Ninguno que es nacido de Dios practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios".
En otras palabras, la razón de la venida de Cristo no fue simplemente para cubrir el pecado, sino para vencer al pecado. Él no vino sólo para justificar sino también para santificar. No sólo para absolver sino también para reformar. Y si derramó su sangre para cumplir con su propósito, entonces su sangre purifica no sólo porque cubre sino también porque vence al pecado. El efecto continuo de la sangre de Cristo es purificar nuestros corazones de tal manera que no podamos estar contentos de continuar pecando.
Como dice Hebreos 9:14, "La sangre de Cristo . . . purificará vuestra conciencia de obras muertas para servir al Dios vivo". Este es el efecto moral de la sangre de Cristo. Es un trabajo progresivo en el corazón del creyente y, como dice Filipenses 1:6, Dios "la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús". Si caminamos en la luz, todos los pecados serán purificados al final.
Pero también creo que la purificación mencionada en el versículo 7 se refiere a los efectos actuales de la justificación. Es decir, se refiere al hecho de que si caminamos en la luz, todos nuestros pecados ya están cubiertos y perdonados por Dios debido a la muerte de Jesús.
La evidencia más cercana de esto es el versículo 9. "Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad". Notemos que en el versículo 7 el pecado es limpiado. En el versículo 9 los pecados son perdonados. La condición para la purificación del versículo 7 es caminar en la luz. La condición para el perdón del versículo 9 es confesar nuestros pecados.
Pienso que esto implica que una parte esencial de caminar en la luz es confesar el pecado conocido. Caminar en la luz no significa perfección, ya que entonces el versículo 7 no tendría absolutamente ningún sentido—"¡si andamos en la luz, se nos limpia de todos los pecados!" Si caminar en la luz significara perfección, no habría necesidad de purificación. Además, el versículo 8 advierte no pretender estar libre de pecado mientras se camina en la luz.
Caminar en la luz significa ver las cosas del modo que las ve Dios y responder del modo en que Él lo hace. Caminamos en la luz cuando odiamos el pecado en el que caemos y lo nombramos como la horrible cosa que es, cuando estamos de acuerdo con Dios acerca de él y nos apartamos de él. Por lo tanto confesar los pecados es una parte crucial de caminar en la luz. Y el versículo 9 hace que el perdón de los pecados dependa de caminar en la luz. Por lo tanto existe justificación para entender que la purificación del versículo 7 se refiere al perdón y no solo a la santificación.
Por ende, entonces, la continua limpieza de la sangre de Jesús en nuestras vidas se refiere a dos cosas. En primer lugar, se refiere a la experiencia de que se perdonen todos nuestros pecados, para que Dios no tome en cuenta ninguno de ellos contra nosotros. Es la experiencia de ser absuelto o justificado, como dice Pablo en Romanos 5:9 “Entonces mucho más, habiendo sido ahora justificados por su sangre, seremos salvos de la ira de Dios por medio de Él". Y Efesios 1:7 "En Él tenemos redención mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados". ¡Ser limpiado por la sangre de Jesús significa, en primer lugar, que todos nuestros pecados (pasados, presentes y futuros) sean perdonados!
En segundo lugar, la limpieza se refiere al efecto moral continuo de la sangre de Cristo en nuestra conciencia, que nos aparta del pecado, nos da la libertad de su poder y nos esclaviza más y más a la alegría de la rectitud. Algún día, cuando Jesús vuelva, este proceso de santificación será completado y finalmente habremos sido limpiados de TODOS los pecados . . .
¡SI CAMINAMOS EN LA LUZ!
3. ¿Cuál es la conexión entre los dos?
Hemos formulado dos de las tres preguntas del versículo 7. ¿Qué es caminar en la luz? ¿Y qué es ser limpiado por la sangre de Jesús? Ahora la tercera pregunta que debemos responder es: ¿Cuál es la conexión entre las dos? Juan las conecta con una construcción "si . . . entonces". "Si andamos en la luz . . . entonces la sangre de Jesús nos limpia de todo pecado" ¿Qué significa esto?
En este punto Juan no explica con detalle cómo se relacionan en realidad caminar en la luz y ser limpiados de los pecados. Se contenta con decir que no hay limpieza de pecado para la persona que no camina en la luz. Esto no responde a la pregunta ¿qué viene primero? o ¿cuál ocasiona al otro? Lo que sí establece es que hay una forma de vida en la que funciona el efecto limpiador de la sangre de Cristo y una forma de vida en la que no funciona el efecto limpiador de la sangre de Cristo.
Si no estamos caminando en la luz, no tenemos justificación para creer que nuestros pecados están cubiertos. No hay garantía de salvación mientras se está viviendo en desobediencia. "No os dejéis engañar, de Dios nadie se burla; pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará. Porque el que siembra para su propia carne, de la carne segará corrupción, pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna". (Gálatas 6:7–8). "¿Por qué me llamáis: 'Señor, Señor', y no hacéis lo que yo digo?" (Lucas 6:46).
¿Cómo puede ser esta enseñanza buenas nuevas? Algunas personas piensan que la única forma de hacer que el evangelio sea de verdad una buena noticia es negar que los cambios son necesarios en nuestras vidas. Dicen que eso quita la posibilidad de tener la seguridad de la salvación. Dicen que el modo en que vivimos después de poner nuestra fe en Cristo no tiene nada que ver con nuestra salvación.
Yo respondo que un evangelio sin poder no es una buena noticia. Un evangelio que solo gana un servicio de labios, no es diferente de todas las otras filosofías del mundo. Un evangelio de ese tipo produce una cristiandad que es un juego de palabras. Estimula a los feligreses poco entusiastas a creer que están a salvo de la ira de Dios debido a cierta conformidad mental heredada hacia el amor de Dios.
Tal evangelio justifica cómo 40 millones de personas pueden afirmar que han vuelto a nacer en América mientras que nuestra condición moral está en su peor punto de corrupción tanto dentro como fuera de la iglesia.
El mensaje de Juan 1—que caminar en la luz no es opcional, sino necesario para la salvación—es una buena noticia porque crea la atmósfera moral de urgencia necesaria para no tomar a Dios a la ligera. Da el sabor de la eternidad a todo lo que decimos y hacemos. Milita contra la astucia religiosa. Honra el propósito de Dios en Cristo para destruir las obras del diablo. Toma seriamente la necesidad de glorificar a Dios en nuestros cuerpos. Conduce a la gente a la fe real en vez de alentarlos a conformarse con un discurso vacío que no puede cambiar y no puede salvar.
Pero en definitiva simplemente no depende de nosotros decidir si el evangelio es el tipo de buenas noticias que quisiéramos que fuera. A nosotros simplemente nos corresponde escuchar y someternos a la Palabra de Dios. Y la Palabra de Dios dice que "si andamos en la luz cómo Él está en la luz. . . la sangre de Jesús su Hijo nos limpia de todo pecado". Si caminamos en la oscuridad, nos aislamos de los efectos limpiadores de la sangre de Cristo. Y si nos aislamos de la sangre de Cristo, ¡dónde se hallará la esperanza!
Aclaración: No digamos que estamos libres de pecado
Hemos visto las bases en el versículo 5—que Dios es luz y en Él no hay tinieblas. Y hemos visto la aplicación en los versículos 6–7—que por lo tanto debemos caminar en la luz de Dios para ser limpiados por la sangre de Jesús. Ahora debemos analizar la aclaración en los versículos 8–10.
Juan acaba de decir en el versículo 7 que la sangre de Jesucristo nos limpia de todo pecado si caminamos en la luz. Esto podría ser mal utilizado para enseñar que los cristianos no pecan más. Juan sabe que algo de lo que dice podría caer directamente en las manos de los falsos maestros perfeccionistas. Véase especialmente 3:9.
Como de costumbre, la verdad es un filo de navaja entre dos errores—el error que dice que tu conducta luego de la conversión no tiene nada que ver con tu salvación, y el error que dice que tu conducta luego de la conversión debe ser perfecta.
Juan rebate el primer error en los versículos 6 y 7, y luego rebate el segundo error en los versículos 8–10.
La luz revela la oscuridad restante
Versículo 8: "Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros".
La pretensión de estar libre de pecado es auto-engaño. Y la razón por la que estamos tan engañados es que la verdad no ha hallado espacio en nosotros. Cuando una persona se convierte, la verdad se instala en su corazón. O podríamos decir que la luz de Dios entra en su corazón. Y lo que dice Juan aquí no es que toda la falsedad y el pecado se expulsan de inmediato. Se trata de una batalla que dura toda la vida. ¡Lo que él dice es que cuando entra la verdad, su luz revela el pecado! ¡La marca de la santidad no es la ausencia de pecado sino la conciencia del pecado! La evidencia de la verdad establecida es la exposición del error. El amanecer de la luz de Dios en el corazón es la revelación de la oscuridad restante.
En esta vida nunca vamos más allá de la conciencia del pecado restante. Por lo tanto uno de los grandes signos de madurez en Cristo es una profunda y perdurable ruptura con el pecado.
Se habla mucho hoy día acerca de la estimación de nosotros mismos como nuevas criaturas en Cristo. Y es lo que somos. Pero nuestra novedad consiste en esto: que la luz verdadera está brillando en nuestros corazones revelando el horror de nuestros pecados restantes y la abundancia de la gracia de Dios. Nuestra gran alegría es que nuestro pecado es perdonado en Cristo. Y nuestro gran pesar es que gran parte de este pecado permanece y envilece.
La marca de la nueva criatura en Cristo no es un concepto de nosotros mismos color de rosa. Es el quebrantamiento por el pecado restante mezclado con una gozosa confianza en la superabundante gracia de Dios en Cristo.
Edwards sobre el corazón del verdadero santo
¡Oh, cómo me gustaría poder hacer que todos lean el sexto signo de gracia titulado "Las emociones espirituales siempre existen lado a lado con la humildad espiritual” en Los afectos religiososde Jonathan Edwards. Estas 30 páginas de profunda exploración bíblica y psicológica del corazón del verdadero santo convierten la mayor parte de la conversación contemporánea sobre la autoestima cristiana en el parloteo inútil y endulzado que es.
Este es uno de los párrafos más maravillosos que he leído fuera de la Biblia.
Todos los graciosos afectos, que son un dulce aroma a Cristo, que llenan el alma de un cristiano con fragancia y dulzura celestiales, son afectos con el corazón apesadumbrado. Un verdadero amor cristiano, ya sea a Dios o a los hombres, es un humilde amor apesadumbrado. Los deseos de los santos, si bien fervientes, son deseos humildes; su esperanza es una esperanza humilde; y su alegría, aun cuando es indescriptible y llena de gloria, es una alegría humilde, apesadumbrada, que deja al cristiano más pobre de espíritu, más como un niño pequeño, y más dispuesto a una humildad universal de comportamiento. (Edición Yale, p. 339)
Mientras no podamos decir "estamos libres de pecado", no podremos ser simplistas acerca de nuestra corrupción.
Confesión y Perdón
El versículo 9 ya lo hemos analizado en relación con el versículo 7. Pero repasemos su significado. Los podemos ver mejor cuando colocamos los versículos 6–7 y los versículos 8–9 en columnas paralelas para mostrar sus similitudes.
Versículos 6–7 | Versículos 8–9 |
Si decimos que | Si decimos que |
tenemos comunión con Él, pero andamos en tinieblas, | no tenemos pecado |
mentimos | nos engañamos a nosotros mismos |
y no practicamos la verdad. | y la verdad no está en nosotros. |
Si andamos en la luz como Él está en la luz | Si confesamos nuestros pecados |
tenemos comunión los unos con los otros | Él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados |
y la sangre de Jesús su Hijo nos limpia de todo pecado | y limpiarnos de toda maldad. |
Una de las muchas cosas que comprendemos de estos paralelismos es que negar nuestro pecado es parte de lo que significa caminar en la oscuridad, y confesar nuestro pecado es parte de lo que significa caminar en la luz. Lo que implica todavía más que negar nuestro pecado nos separa de la comunión con Dios (exactamente lo opuesto de lo que somos propensos a sentir), y confesar nuestro pecado abre el canal del perdón y la limpieza.
Algunas personas dicen que un cristiano nunca debería orar por el perdón porque todos sus pecados están perdonados en Cristo. Todo se ha cumplido en la cruz y no hay más perdón posible. Hay verdad en esto. Pero para mí tiene un ligero sabor artificial. Al menos deberíamos decir "Padre, he pecado y no soy digno de ser llamado tu hijo. Por favor, aplica la sangre de Cristo a este pecado mío y cuéntalo entre los que perdonaste cuando Él murió por mí en la cruz".
Pero si esto es demasiado complejo, estoy seguro de que el Padre recibiría con agrado las palabras "Perdona nuestros pecados como nosotros perdonamos a quienes nos ofenden."
Llamar a Dios Mentiroso
Por ultimo, el versículo 10 repite el versículo 8 con una advertencia más fuerte: “Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a Él mentiroso y su palabra no está en nosotros." La afirmación de la ausencia de pecado no es sólo autoengaño, sino blasfemia. Equivale a llamar mentiroso a Dios.
Esto significa que la evaluación que hace Dios de nosotros no es positiva. Él nos llama el mal. Si negamos nuestro mal, lo llamamos mentiroso. Juan usa palabras fuertes, por lo tanto seremos personas fuertes.
Permite que tu mente absorba estas verdades simples, sencillas, importantes, y tendrás un gran lastre para evitar que tu barca zozobre en los vientos de las modas y las tendencias pasajeras contemporáneas.
En Resumen:
Versículo 5: Fundamento— Dios es luz y en Él no hay tiniebla alguna. Su verdad es brillante y llena de esperanza para todos quienes acuden a Él.
Versículos 6–7: Aplicación—Por lo tanto, caminemos en la luz de Dios para que podamos disfrutar su comunión y experimentar la purificación de la sangre de Cristo.
Versículos 8–10: Aclaración—No obstante, no presumas de afirmar ausencia de pecado cuando caminas en la luz, sino que confiesa tus pecados a Dios.