Yo Soy la Luz del Mundo
Jesús les habló otra vez, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. Entonces los fariseos le dijeron: Tú das testimonio de ti mismo; tu testimonio no es verdadero. Respondió Jesús y les dijo: Aunque yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio es verdadero, porque yo sé de dónde he venido y adónde voy; pero vosotros no sabéis de dónde vengo ni adónde voy. Vosotros juzgáis según la carne; yo no juzgo a nadie. Pero si yo juzgo, mi juicio es verdadero; porque no soy yo solo, sino yo y el Padre [1] que me envió. Aun en vuestra ley está escrito que el testimonio de dos hombres es verdadero. Yo soy el que doy testimonio de mí mismo, y el Padre que me envió da testimonio de mí. Entonces le decían: ¿Dónde está tu Padre? Jesús respondió: No me conocéis a mí ni a mi Padre. Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre”. Estas palabras las pronunció en el lugar del tesoro, cuando enseñaba en el templo; y nadie le prendió, porque todavía no había llegado su hora.
Entonces les dijo de nuevo: Yo me voy, y me buscaréis, y moriréis en vuestro pecado; adonde yo voy, vosotros no podéis ir. Por eso los judíos decían: ¿Acaso se va a suicidar, puesto que dice: “Adonde yo voy, vosotros no podéis ir”? Y Jesús les decía: Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que yo soy, moriréis en vuestros pecados. Entonces le decían: ¿Tú quién eres? Jesús les dijo: ¿Qué os he estado diciendo desde el principio? Tengo mucho que decir y juzgar de vosotros, pero el que me envió es veraz; y yo, las cosas que oí de El, éstas digo al mundo. No comprendieron que les hablaba del Padre. Por eso Jesús dijo: Cuando levantéis al Hijo del Hombre, entonces sabréis que yo soy y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo estas cosas como el Padre me enseñó. Y El que me envió está conmigo; no me ha dejado solo, porque yo siempre hago lo que le agrada. Al hablar estas cosas, muchos creyeron en El.
Al llegar al final de este texto de Juan 8:12-30, vemos la respuesta de muchos del pueblo en el versículo 30: "Al hablar estas cosas, muchos creyeron en El”. Esto es una buena noticia. Porque Jesús había dicho en el versículo 24: "si no creéis que yo soy, moriréis en vuestros pecados”. Así que aquí tenemos una escena de personas que están pasando de muerte a vida. No morirán en sus pecados. Serán perdonados. Sus pecados no serán expuestos en contra de ellos. Y cuando mueran, irán a donde Jesús fue (al Padre) a diferencia de los que no se arrepienten, como dice Jesús en el versículo 21: "adonde yo voy, vosotros no podéis ir". Y por ello, estos creyentes tendrán luz y gozo eternos.
Por eso es que Jesús vino al mundo. Por eso es que habló estas palabras en nuestro texto. Y es por eso que estoy predicando este mensaje. Quiero que lo mismo que ocurrió al pueblo en el versículo 30 les ocurra a ustedes: "Al hablar estas cosas, muchos creyeron en El". Note: fueron las palabras de Jesús las que Dios usó para producir la fe. Él no estaba haciendo milagros en este momento. Estaba hablando. De hecho, estaba discutiendo con los fariseos y con la multitud, con quienes eran ciegos para ver lo que Jesús decía. Y mientras escuchaban sus palabras, creyeron. La fe viene por el oír - la Palabra de Cristo (Romanos 10:17).
Eso puede suceder aquí. Usted puede comenzar a escuchar este mensaje como incrédulo. Y llegar al final de este mensaje como creyente. Le ocurrió a ellos. Puede ocurrirle a usted. Así que voy a tratar de dejar que Jesús hable mientras recorro este texto con él, en el mismo orden en que viene.
Un Desvío que no es un desvío
Sin embargo, pudiera ser útil decir algo acerca del propósito general de este pasaje. El pasaje comienza en el versículo 12, con Jesús diciendo: "yo soy la luz del mundo". "Jesús les habló otra vez, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida". Y sorprendentemente no menciona nuevamente la luz en todo este capítulo. Es como si se desviara por una objeción que ellos hicieron.
Pero hemos visto antes (por ejemplo, en Juan 4:16-21) que cuando Jesús deja que alguien le desvíe, él toma ese desvío en una forma que realmente ilumina el punto de inicio y el destino. Así que, después de todo, no termina siendo un desvío.
El Enfoque: La relación interpersonal de Jesús con el Padre
El enfoque dominante en el desvío aparente de los versículos 13-29 (el desvío desde "yo soy la luz del mundo"), es que el testimonio y los juicios de Jesús son verdaderos debido a su relación interpersonal con Dios, el Padre. Al menos diez veces en este pasaje, Jesús señala el hecho de que él proviene del Padre, y habla con la autoridad del Padre, e irá al Padre, y nada hace de sí mismo. Él reclama, en otras palabras, que su autoridad no se debe a un origen humano. Se debe a su relación interpersonal con Dios el Padre.
Imagine la mayor autoridad humana que pueda, y él está diciendo. No pretendo tenerla. Lo que digo es que hablo de parte de Dios y para Dios y como Dios. No testifico de alguna grandeza humana autónoma. Lo que afirmo (en todo lo que digo y hago) es que "Yo Soy". Yo Soy uno con Dios, el gran "Yo Soy" (Éxodo 3:14). Versículo 24: "Si no creéis que yo soy, moriréis en vuestros pecados" Versículo 28: "Cuando levantéis al Hijo del Hombre, entonces sabréis que yo soy"".
La Idea general de este texto
Y la razón por la que hago este énfasis en que la relación interpersonal de Jesús con el Padre no es, en realidad, un desvío del versículo 12 ("yo soy la luz del mundo", es que el modo en que Jesús es la luz del mundo es precisamente siendo uno con el Padre. Jesús es la luz del mundo porque él proviene del Padre y habla por el Padre y va hacia el Padre y es uno con el Padre. Así que estas palabras de interacciones con los judíos lucen como un desvío desde "yo soy la luz del mundo" pero, en realidad, son un señalamiento constante de la forma en que él es la luz del mundo, viniendo del Padre y yendo hacia el Padre y siendo uno con el Padre.
Esa es la idea general del texto, es lo que Jesús quiere que veamos y creamos y atesoremos en estas palabras. Quiera el Señor hacer lo mismo por usted mientras le escucha a él.
Un Versículo que cambia vidas
Comencemos, por tanto, en la afirmación del versículo 12: "Jesús les habló otra vez, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida".
Este es un versículo que cambiará su vida si lo ve por lo que es; si le ve a él por quien él es. Dice que seguir a Jesús es más que etiquetarnos con él. Significa seguirle por quien él es y ser tan llevado por él que usted se une a sí mismo a él.
Cuando le seguimos, le tenemos
Y note que cuando usted le sigue, entonces le tiene, le tiene como la luz de la vida. Yo soy la luz. . . el que me sigue… tendrá la luz. . ." Me tendrás a mí, dice, como tu luz. Si me sigues, me tendrás a mí. Yo seré tuyo. Yo soy tu Pastor y tu Sacrificio y tu Agua Viva y tu Pan del Cielo y tu Dios y tu Luz.
Note la última frase del versículo 12: "Tendrá la luz de la vida". ¿Cuál es la relación entre luz y vida? Juan 1:4 da la respuesta: "En El estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres". La vida da la luz, La vida que Jesús tiene, y la vida que él comparte con los que le siguen, les da luz. Es decir, estamos muertos y ciegos a la luz, hasta que la vida de Jesús nos es impartida por el Espíritu de Dios, y entonces vemos. Los ojos de nuestros corazones son abiertos, y la luz divina fluye hacia nuestros espíritus vivos. Y así tenemos la luz de vida. La luz que proviene de una nueva vida espiritual, que abre los ojos, una vida que da vista al alma ciega, vida eterna, visión eterna.
La Luz Del Mundo
¿Y qué podemos decir acerca de la frase "luz del mundo"? Versículo 12: Jesús dice: "Yo soy la luz del mundo". ¿Qué significa "del mundo"? Todo el mundo no está siendo iluminado, al menos no todavía. De hecho, él dice: "el que me sigue no andará en tinieblas". Esto significa que si no le seguimos, andamos en tinieblas. ¿Y dónde están esas tinieblas? En el mundo y en nuestros corazones. Así que ser la "luz del mundo", no significa quitar todas las tinieblas del mundo a medida que caminamos por el mundo.
Esto es lo que creo que significa:
1) Que Jesús sea la "luz del mundo" significa que el mundo no tiene otra luz que él. Si va a haber una luz para el mundo, será Jesús. Es Jesús o las tinieblas. No hay una tercera alternativa. No hay otra luz.
2) Significa, por tanto, que todo el mundo, y todos en él, necesitan a Jesús como su luz.
3) Significa que el mundo fue hecho para esta luz. No es una luz extraña. Es la luz del Hacedor del mundo. Cuando esta luz viene, no solo descubre el pecado como algo extraño y feo, también hace que todo lo bueno en el mundo resplandezca con su luz plena y verdadera. Este mundo fue hecho para ser iluminado por esta luz. Esta luz de Cristo es nativa para el mundo.
4) Y finalmente, que Jesús sea la "luz del mundo" significa que un día este mundo será lleno de esa luz como las aguas cubren el mar, y toda tiniebla, y todas las obras de tinieblas, y todos los hijos de las tinieblas, serán echados fuera. Por eso es que Jesús llamó al infierno "las tinieblas de afuera" (Mateo 8:12; 22:13; 25:30). En ese día, todo será luz. Jesús, el resplandor del Padre, llenará el mundo, y todo será hermoso con la luz de Cristo.
Luz para los tsunamis, terremotos, sufrimientos, y muerte
En estas formas gloriosas, Jesús es la luz del mundo. Si le sigue ahora, le tendrá como su luz en adelanto de aquel gran día. Cierto, él revelará nuestros pecados, lo que es un precioso regalo, como el diagnóstico prematuro afortunado de un cáncer mortal. Pero aún más, él revelará todo lo que es hermoso. Él será la luz en que usted verá a Dios, la luz en que verá la historia de la redención y la obra de la salvación.
Él será la luz en que usted verá montañas y valles y océanos y ríos y árboles y animales y pueblos. Nada será igual cuando le tenga a él como su luz. Todo se ve diferente a la luz de Cristo. Sí, incluso los terremotos y tsunamis y el sufrimiento y la muerte. Hasta que su luz llene la tierra como las aguas cubren el mar (hasta que desvanezca el pecado y la enfermedad y el dolor y los terremotos y las tinieblas de afuera) hasta entonces, incluso ahora, su luz le ayudará a usted a llevar las penas de las tinieblas. Será un resplandor suave para confortarle en su cuarto desolado después de una pérdida devastadora. Será una lámpara en su sendero de preocupaciones. Revelará el rostro amoroso y sabio de Dios detrás de cada providencia incomprensible.
La Oferta de luz que Jesús nos hace a todos
Y por ello digo con Jesús en Juan 12:36: "Mientras tenéis la luz, creed en la luz, para que seáis hijos de luz”. Cuando usted cree en Jesús como su preciosa luz, cuando le sigue a él como su verdad y sabiduría y su camino y su belleza, entonces tiene su vida, entonces es hijo de luz. Usted ha sido engendrado en la familia de luz. Y esta luz nunca se apagará. En el momento de muerte, cuando el mundo piensa que "todas las luces se apagan", usted será la luz del cielo.
Así que aquí es donde Jesús comienza en el versículo 12. Todo eso les ofrece, a ellos y a nosotros. ¡Y qué gran oferta es esta! Oro para que usted la acepte.
Entonces llega el desvío
Pero ahora comienza este aparente desvío. Versículo 13: "Entonces los fariseos le dijeron: Tú das testimonio de ti mismo; tu testimonio no es verdadero". ¿De dónde viene esto? Viene de Juan 5:31, donde Jesús dijo, tomando sus palabras muy estrictamente: "Si yo solo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no es verdadero". Los fariseos tomaron estas palabras exactas de lo que él dijo, y dijeron: "¿Ves? te contradices a ti mismo y por eso tu testimonio es falso, porque estás dando testimonio de ti mismo. Acabas de decir: "Yo soy la luz del mundo”.
Esta respuesta de los fariseos (Tú das testimonio de ti mismo"), prepara la base para todo lo que ocurre en los siguientes 17 versículos de nuestro texto. El desvío está definido por estas palabras y Jesús está dispuesto a ir por este desvío. Él lo utiliza para llamar toda la atención a su relación con el Padre, porque esa relación es la clave para verle a él como la luz del mundo, así que, al final, esto no resulta ser un desvío.
¿Atrapado en una contradicción?
¿Atraparon a Jesús en una contradicción? Él realmente sí dijo en Juan 5:30: "Si yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no es verdadero" RVA. Pero, ¿qué quiso decir él en ese contexto? Quiso decir: Si mi testimonio proviene de mí, si se origina en mí, si yo soy un testigo de mí mismo separado del Padre, entonces soy falso.
Pero los fariseos no lo oyeron en contexto. Ellos lo oyeron aislado, y ahora lo utilizan para desviar la atención del trágico hecho de que cuando Jesús dice: "Yo soy la luz del mundo", ellos no ven luz.
Una Imagen de lo que está ocurriendo
Esta es una imagen de lo que está ocurriendo. Es como si usted me oyera decir ayer en una conversación con un amigo británico: "Yo no uso la palabra antorcha". Y luego hoy le encuentro a usted perdido en un peligroso túnel, totalmente a oscuras. Y le trajera una antorcha brillante, ardiente, que pueda mostrarle el camino de salida. Y dijera: "Tengo una antorcha para usted. Allí está el camino. Síguelo para ser libre". Y usted no mirara la antorcha, sino que dijera: "Ayer te escuché decir que no usas la palabra antorcha. Así que tu testimonio de que tienes una antorcha es falso".
¿Qué debiera decir yo en respuesta? Yo pudiera explicarte: "En gran bretaña nombran a las linternas diciéndoles antorchas. Yo estaba diciendo ayer que no uso la palabra antorcha en ese sentido. Usted no entendió el contexto. Aquí hay una antorcha Tómela. Salga de aquí mientras pueda". Pero si usted es como los fariseos, responderá: "No hay una antorcha ahí. Te contradices a ti mismo".
Viendo no ven
Ahora, usted debiera responder a esta ilustración diciendo: "Eso es absurdo. La antorcha estaba justo frente de mí. Y yo la necesitaba para salir". Correcto. Y Jesús, la luz del mundo, la luz divina, auténtica en sí misma para el mundo, estaba justo frente de ellos. Y ellos dijeron: "te contradices a ti mismo. Aquí no hay luz alguna ardiendo".
Los ojos de sus corazones estaban ciegos. Viendo no vieron. La luz de Cristo no es una inferencia de las premisas. Es el resplandor de Dios brillando sobre la retina del alma humana. Usted sabe que está ahí no porque llegue a esa conclusión partiendo de un argumento, sino porque la ve con los ojos de su corazón.
¿Qué significa ser "la luz del mundo"?
Jesús responde a los fariseos en el versículo 14: "Respondió Jesús y les dijo: Aunque yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio es verdadero, porque yo sé de dónde he venido y adónde voy; pero vosotros no sabéis de dónde vengo ni adónde voy". En otras palabras: "Yo vengo de Dios. Voy a Dios. Y ustedes no conocen a Dios. Y por esa razón no me pueden ver como la luz de Dios. Porque el hecho de que yo provengo de Dios es lo que significa para mí ser la luz del mundo".
Continúa en el versículo 15: "Vosotros juzgáis según la carne", es decir, ustedes no tienen vida espiritual, así que no pueden ver la luz. Lo que es nacido de la carne, carne es, y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. Ustedes, como Nicodemo, necesitan nacer de nuevo (Juan 3:6-7). Para tener la luz de vida, necesitan vida. Pero son solo carne. Sus espíritus están muertos.
Continúa en el versículo 15: "yo no juzgo a nadie", es decir, no juzgo por mí mismo. No origino los juicios. Yo solo doy eco a los juicios de mi Padre. Explica. Versículos 16-18: "Pero si yo juzgo, mi juicio es verdadero; porque no soy yo solo, sino yo y el Padre que me envió. Aun en vuestra ley está escrito que el testimonio de dos hombres es verdadero. Yo soy el que doy testimonio de mí mismo, y el Padre que me envió da testimonio de mí".
Cuando llegue Su hora - Y no antes
Versículo 19: "Entonces le decían: ¿Dónde está tu Padre? Jesús respondió: No me conocéis a mí ni a mi Padre. Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre". En otras palabras, Jesús dice: "El Padre y yo estamos tan unidos que si ustedes aman o conocen a cualquiera de los dos, conocerían y amarían al otro".
Estas son declaraciones peligrosas y explosivas que él está haciendo acerca de sí mismo y de Dios. Así que Juan hace una pausa en el versículo 20, ¡cuán sorprendente es que nadie esté apedreándole o arrestándole!: "Estas palabras las pronunció en el lugar del tesoro, cuando enseñaba en el templo; y nadie le prendió, porque todavía no había llegado su hora”. Él irá cuando llegue su hora, no antes.
Él les advierte del infierno
Ahora dice una de las implicaciones de su ceguera. Versículos 21-24: "Entonces les dijo de nuevo: Yo me voy, y me buscaréis, y moriréis en vuestro pecado; adonde yo voy, vosotros no podéis ir. Por eso los judíos decían: ¿Acaso se va a suicidar, puesto que dice: “Adonde yo voy, vosotros no podéis ir”? Y Jesús les decía: Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que yo soy… moriréis en vuestros pecados”.
Cuando Jesús dice en el versículo 21 que se irá, se refiere a morir y a resucitar de nuevo e ir al Padre. Cuando dice que morirán en sus pecados, y que no le pueden seguir a dónde él va, quiere decir: Cuando mueran, no irán al Padre. Les está advirtiendo, que si persisten en su ciego rechazo a él como la luz del mundo, perecerán lejos de Dios, eternamente en el infierno.
Pero ofrece esperanzas
Pero les ofrece esperanzas - y le ofrece esperanzas a usted. Versículo 24: "Si no creéis que yo soy… moriréis en vuestros pecados”. Crean, y no morirán. "Crean que yo soy, que yo soy del Padre. Yo y mi Padre somos uno. Abran sus ojos y vean que yo soy la luz del mundo, y recíbanme como su luz. Y no perecerán".
Jesús continúa diciéndolo una y otra vez en este pasaje; que él proviene del Padre y que él habla lo que el Padre habla. Pero la situación llega a un clímax en el versículo 28 donde él, finalmente, les dice cómo es que eventualmente enfrentarán lo que no pueden ver. Versículo 28: "Por eso Jesús dijo: Cuando levantéis al Hijo del Hombre, entonces sabréis que yo soy".
Ven y cree
Eso no significa que en la crucifixión de Jesús ellos se volvieron creyentes. Significa que ustedes mismos, inconscientemente, me ayudarán a terminar siendo la luz del mundo. Ustedes me levantarán. Van a crucificarme. Y cuando yo sea crucificado, estará asegurado mi papel como Salvador, Redentor, Creador, y Luz del mundo. Y resucitaré y reinaré por siempre. Y llegará el día en que ustedes lo sabrán. Pueden saberlo ahora y recibir perdón de pecados. O pueden ser los que me crucifiquen y mueran en sus pecados, y descubrir la verdad solo después, cuando sea muy tarde.
Y así es con usted y conmigo: Le vemos y le recibimos como la luz del mundo ahora. O morimos en nuestros pecados, y le vemos solo cuando es demasiado tarde. ¡Quiera Dios concederles ver y creer ahora!