Cómo es que la descendencia de Isaac bendice a los hijos de Ismael
Digo la verdad en Cristo, no miento, dándome testimonio mi conciencia en el Espíritu Santo, de que tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón. Porque desearía yo mismo ser anatema, separado de Cristo por amor a mis hermanos, mis parientes según la carne, que son israelitas, a quienes pertenece la adopción como hijos, y la gloria, los pactos, la promulgación de la ley, el culto y las promesas, de quienes son los patriarcas, y de quienes, según la carne, procede el Cristo, el cual está sobre todas las cosas, Dios bendito por los siglos. Amén. Pero no es que la palabra de Dios haya fallado. Porque no todos los descendientes de Israel son Israel; ni son todos hijos por ser descendientes de Abraham, sino que por Isaac sera llamada tu descendencia. Esto es, no son los hijos de la carne los que son hijos de Dios, sino que los hijos de la promesa son considerados como descendientes. Porque esta es una palabra de promesa: Por este tiempo volveré, y Sara tendrá un hijo. Y no sólo esto, sino que también Rebeca, cuando concibió mellizos de uno, nuestro padre Isaac (porque aún cuando los mellizos no habían nacido, y no habían hecho nada, ni bueno ni malo, para que el propósito de Dios conforme a su elección permaneciera, no por las obras, sino por aquel que llama), se le dijo a ella: El mayor servirá al menor. Tal como está escrito: A Jacob amé, pero a Esaú aborrecí.
Durante muchos años, al llegar a este segundo y último fin de semana, de nuestro énfasis en las Misiones Globales, y al final de los servicios, hemos llamado a algunos de ustedes para que pasen al frente, en todos los campus, y reciban oración para que Dios aclare y confirme el llamado que sienten hacia las misiones transculturales a largo plazo, especialmente entre los pueblos con poco o ningún testimonio cristiano. Al final de este servicio le invitaré a hacer lo mismo. Se lo menciono ahora para que pueda estar orando con relación a si debe pasar al frente o no.
Usted sabe lo que creemos: Están los que van, están los que envían, y están los desobedientes. Tanto los que van como los que envían son preciosos a la vista de Dios y son esenciales para la misión general de la iglesia. Y por supuesto, por el quebrantamiento de nuestra cultura, y la perdición de nuestros familiares y vecinos, los retos de los enviadores son grandes. Pero el enfoque hoy está en los que van a los pueblos del mundo que tienen pocas o ningunas oportunidades de escuchar la buena noticia de Cristo.
Un Llamado a misioneros transculturales a largo plazo
Estoy orando para que hoy sea uno de esos momentos decisivos en muchas de sus vidas (personas en sus 60, o 50, o 40, o 30, o 20, o adolescentes, o niños), uno de esos momentos en que todo lo que Dios ha estado haciendo en su vida se destilará convirtiéndose en un impulso que, a menos que lo muestre de otra forma, usted irá a las naciones. No estoy hablando aquí de misiones a corto plazo, aunque con todo nuestro corazón creemos en el valor de esas misiones. El llamado hoy es para los que sienten que el llamado de Dios hacia las misiones transculturales a largo plazo se ha vuelto acuciante hasta el grado de que irán en esa dirección a menos que Dios les muestro otro camino.
Viviendo para alcanzar a los no-creyentes
Este sermón no es una exposición de Romanos 9:1-13, sino una explicación temática desde Génesis para mostrar de dónde proviene la verdad de Romanos 9. El título del mensaje de hoy es "Cómo es que la Descendencida de Isaac Bendice a los Hijos de Ismael". Este es el trasfondo y significado de ese título. Pudiera ser que, incluso mientras hablamos, la población del planeta esté pasando a siete billones. De esos siete billones, más de un billón es musulmán.
Y como ustedes saben, decenas de miles viven en nuestros vecindarios en las Twin Citties. Y estamos contentos de que hayan venido.
Los cristianos bíblicos no tienen una mentalidad parroquial que quiere mantener a los no-cristianos fuera de nuestros barrios. Los cristianos tienen una mentalidad de reino que se regocija cuando el Rey Jesús trae a los no-cristianos, quienes una vez habían estado lejos, para que estén ahora cerca del evangelio. Los cristianos no viven para escapar de los no-creyentes; vivimos para alcanzar a los no-creyentes, cruzando el océano y cruzando la calle.
Encendiendo el horno de nuestros sueños
El Islam es una inmensa realidad en nuestros días, y nuestro Señor Jesús crucificado, resucitado y reinante, está listo y disponible para guiar a su pueblo hacia una misión de amor a fin de alcanzar a los pueblos musulmanes del mundo. Pero, aunque hay una referencia consciente a los musulmanes en este mensaje, no crea que se relacione solo con los musulmanes. La idea central de Romanos 9, y de este mensaje, es que Dios elije y llama incondicionalmente a los pecadores, ninguna identidad judía o musulmán restringe o previene esta elección y llamamiento. Así que este mensaje tiene el propósito de encender el fuego de nuestros sueños de que Dios puede usarnos para alcanzar a los que debemos alcanzar.
El Islam y los "Hijos de Ismael"
Este es el significado del mensaje "Cómo es que la Descendencia de Isaac Bendice a los Hijos de Ismael". Históricamente, los musulmanes originales se ven a sí mismos como los descendientes de Ismael, el primer hijo de Abraham. Mahoma trazó su propia ascendencia a través de los pueblos árabes hasta los príncipes y tribus nacidos a Ismael. Dios dijo a Abraham en Génesis 17:20:
Y en cuanto a Ismael, te he oído; he aquí, yo lo bendeciré y lo haré fecundo y lo multiplicaré en gran manera. Engendrará a doce príncipes y haré de él una gran nación.
Esos príncipes son nombrados en Génesis 25:12-18. Así que cuando me refiero a los "Hijos de Ismael", esa es solo una manera corta de referirme a los musulmanes, según su propia manera de verse a sí mismos. Y, por supuesto, no implico que haya algo automático en la relación entre ser árabe y ser musulmán. Una persona puede ser musulmana, y no ser árabe, y una persona puede ser árabe, y no ser musulmana. Pero, en general, los musulmanes trazan, mediante Ismael, su bendición de vuelta hasta Abraham y su pacto.
La Descendencia de Abraham y la bendición para todas las familias
Pero con los judíos y cristianos es muy diferente. El libro de Génesis enseña que Dios no vió a Ismael como el heredero mediante el cuál se cumpliría la promesa a Abraham. Dios había dicho a Abraham, en Génesis 12:3: "Y en ti serán benditas todas las familias de la Tierra". Y eso se explicó mejor en Génesis 17:7-8:
Y estableceré mi pacto contigo y con tu descendencia después de ti, por todas sus generaciones, por pacto eterno, de ser Dios tuyo y de toda tu descendencia después de ti. . . . y yo seré su Dios
Así que Dios promete que habrá un heredero, y que a través de este heredero habrá un pueblo que tendrá al Dios de Abraham como su Dios. Habrá un pueblo que será salvado mediante este heredero, y pertenecerá a Dios para siempre. ¡Dios no es Dios de los muertos, sino de los vivos (Maros 12:27)! Esa es la promesa que Abraham recibió. Mediante él y su heredero, vendría la salvación para todas las familias de la tierra.
Así se desarrolla la historia del cumplimiento.
Un Hijo nacido a una esposa estéril
En Génesis 15, Abraham se queja ante Dios por estar viejo y no tener hijo y que su esclavo Eliezer será su heredero. Dios dice en Génesis 15:4: "uno que saldrá de tus entrañas, él será tu heredero". Abraham no pudo ver cómo podría ser esto, pues Sara, su esposa, era estéril y anciana.
Así que él y Sara acordaron tener un hijo a su manera, utilizando a Agar, la criada de Sara. Así Sara da a Agar a Abraham, y en Génesis 16:16, Agar tiene un hijo de Abraham, Ismael, cuando Abraham tiene 86 años de edad. Ahora Abraham piensa que tiene la descendencia necesaria para que se cumpla la promesa.
Pero en Génesis 17, cuando Abraham tiene 99 años de edad y Sara 90, Dios dice 'no'. En Génesis 17:18, Abraham clama a Dios: "¡Ojalá que Ismael viva delante de ti!" Y Dios dice en el versículo 19: "No, sino que Sara, tu mujer, te dará un hijo, y le pondrás el nombre de Isaac; y estableceré mi pacto con él, pacto perpetuo para su descendencia después de él".
La Promesa de Dios a Abraham: a la manera de Dios
En otras palabras, Dios deja en claro que el pueblo de la promesa no vendrá de una descendencia que representa el esfuerzo y el logro humanos (Ismael), sino mediante una semilla que representa un milagro sobrenatural, y una acción absolutamente soberana de parte de Dios (Isaac).
Y cuando Isaac hubo nacido, contra todas las posibilidades humanas, Dios dijo a Abraham en Génesis 22:12: "Por Isaac será llamada tu descendencia". En otras palabras, aunque Ismael es tu hijo, y lo bendeciré en muchas formas, la descendencia (mediante la cual vendrá la promesa de una bendición salvadora para el mundo), es Isaac, no Ismael.
Y entonces, para dejar en claro lo que hacía al elegir la línea de Isaac por encima de la línea de Ismael, Dios hace lo mismo cuando Isaac tiene su primer hijo. Rebeca, su esposa, como Sara, es estéril (Génesis 15:21), e Isaac ora y Dios le concede que conciba. Hay gemelos en su vientre, Jacob y Esaú. Y antes de que hubieran hecho algo bueno o malo, Dios decidió cuál sería la línea de la promesa. Dios elige incondicionalmente mediante quién vendrá el hijo de la promesa de salvación y la bendición de las naciones, a saber: Jacob. Dice en Génesis 25:23: "el mayor servirá al menor".
La Decisión de Dios: no se basa en los logros humanos
Usted puede ver lo que Dios está haciendo. Él está mostrando con claridad que su elección de quién será parte del linaje del pacto no se basa en los logros o distintivos humanos. Es incondicional. Y está haciéndolo más claro con Jacob y Esaú que con Isaac e Ismael.
Isaac e Ismael tenían dos madres diferentes, y Agar era una egipcia (Génesis 16:1), así que alguien pudiera pensar que Isaac fue elegido porque él tenía una madre judía. Por tanto, para mostrar claramente que ése no era el caso, Dios prepara Jacob y Esaú de modo que tengan la misma madre y el mismo padre; tienen el mismo vientre al mismo tiempo, no han vivido o hecho algo para demostrar que uno es mejor que el otro; y luego, contrario a toda cultura y expectativas, Dios decreta que el mayor servirá al menor, es decir: Esaú entregará su primogenitura; y Jacob se convertirá en el linaje de la promesa y el padre de las doce tribus de Israel, no Esaú. Jacob se volverá padre del pueblo judío. Y mediante el pueblo judío, vendrá el Mesías Y mediante el Mesías, la bendición de Abraham vendrá a las naciones, incluyendo, la descendencia de Ismael.
Estrechando para expandir
Así que la promesa a Abraham comienza en Génesis 12:3: "Y en ti serán benditas todas las familias de la Tierra", ¡increíblemente, globalmente, más allá de toda etnia! De alguna forma, el estrechamiento de la elección de Dios (Isaac, pero no Ismael, Jacob, pero no Esaú, las doce tribus de Israel, pero no las naciones), de alguna forma todo ese estrechamiento, toda la obra de Dios enfocándose en un solo pueblo: los judíos, explotaría un día para bendición de todas las familias del mundo, incluyendo las familias de Ismael y Esaú, es decir, incluyendo los árabes y musulmanes, y a usted y a mí.
¿Cómo ocurrió esa explosión? Ocurrió mediante el estrechamiento supremo de la elección hasta la semilla prometida, la descendencia prometida, el Mesías, Jesucristo, cuyo linaje se traza en el evangelio de Mateo, regresando por Jacob e Isaac hasta llegar a Abraham (Mateo 1:1-2). Mediante esta descendencia de Isaac, todas las familias de la Tierra, incluyendo los hijos de Ismael, son benditas. Y todo ello ha estado ocurriendo durante 2000 años de misiones.
Jesús es la descendencia
Así es como Pablo lo explica en Gálatas 3:16: "Ahora bien, las promesas fueron hechas a Abraham y a su descendencia. No dice: y a las descendencias, como refiriéndose a muchas, sino más bien a una: y a tu descendencia, es decir, Cristo" No piense que Pablo estaba siendo gramaticalmente simplista (como si no supiera que la descendencia era un verbo colectivo). Lo que Pablo ve aquí es que había dos descendencias (Ismael e Isaac), Dios eligió uno. Y nuevamente había dos descendencias (Esaú y Jacob), Dios eligió uno. Y ve en esto un señalizador de la decisión suprema de Dios: Jesucristo la descendencia.
Todas las familias son benditas en Jesús
Cuando Jesús vino, y adquirió todas las promesas salvadoras de Israel, por amor de todas las naciones (Apocalipsis 5:9), el tiempo había llegado para que se cumpliera Génesis 12:3, en usted, Abraham, es decir en su descendencia, en Jesús, "serán benditas todas las familias de la tierra". ¿Cómo? Cada uno, judío, musulmán, hindú, que invoque el nombre de Jesús será salvo. (Romanos 10:13).
¿Por qué? Porque todo el que recibe a Jesús se vuelve heredero de Abraham con Jesús. Gálatas 3: 8, 9, 29:
Y la Escritura. . . anunció de antemano las buenas nuevas a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones. Así que, los que son de fe son bendecidos con Abraham, el creyente". . . . Y si usted es de Cristo, entonces es descendencia de Abraham, heredero según la promesa.
Más espacio en el salón de banquetes
Desde el día de Jesucristo, cuando él hizo la gran obra expiatoria en su muerte y resurrección, y adquirió la promesa de salvación para todo el que cree, el estrechamiento ha resultado en una expansión. No será Ismael, sino Isaac; no será Esaú, sino Jacob; no serán las naciones, sino los judíos; no serán los judíos, sino un judío; la única simiente, el ungido, el único Dios-hombre. ¿Y qué hizo? "Tú fuiste inmolado, y con tu sangre compraste para Dios a gente de toda tribu, lengua, pueblo y nación" (Apocalipsis 5:9). Por tanto, "Id" dice "haced discípulos de todas las naciones (Apocalipsis 28:19). ¡A todas ellas! Diles a todas que vengan. La puerta está abierta. El salón de banquetes tiene más espacio del que puedas imaginar:
Sal enseguida por las calles y callejones de la ciudad, y trae acá a los pobres, los mancos, los ciegos y los cojos.” Y el siervo dijo: “Señor, se ha hecho lo que ordenaste, y todavía hay lugar.” Entonces el señor dijo al siervo: “Sal a los caminos y por los cercados, y oblígalos a entrar para que se llene mi casa. (Lucas 14:21–23)
La Invitación es para todos
La invitación va hacia cada pueblo, nación, lengua. Vengan hijos de Ismael. Vengan, hijos de Esaú. Vengan, hijos de Jacob. "Todos los sedientos, venid a las aguas; y los que no tenéis dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad vino y leche sin dinero y sin costo alguno" (Isaías 55:1). "Y el Espíritu y la esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que desea, que tome gratuitamente del agua de la vid" (Apocalipsis 22:17).
Todo aquel -todo Ismael, Esaú, Jacob, árabe, asiático, africano, americano, todos- que invoque el nombre del Señor será salvo" (Romanos 10:13).
La Tarea delante de nosotros
Esto nos trae ahora, a usted y a mí, a la gran tarea misionera delante de nosotros.
¿Cómo, pues, invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no son enviados? Tal como está escrito: ¡Cuan hermosos son los pies de los que anuncian el evangelio del bien! (Romanos 10:14–15).
Dios está llamándonos, a todos, a tener pies hermosos, a ser las personas que cuentan la buena noticia de salvación a todo el que conocemos. Pero el enfoque, al terminar, está en quienes Dios está haciendo algo más. Quizás lo ha estado haciendo por largo tiempo. O quizás comenzó hoy. Él está impulsándoles a traspasar una cultura -un idioma diferente, un modo de vida diferente, un grupo diferente de relaciones interpersonales, de peligros, de desconocidos- porque Dios envió a su Hijo a traer la bendición de Abraham a las naciones, y quiere hacerlo mediante usted. ¡Qué llamamiento!
Yendo en la presencia y poder de Jesús
No implico que usted tenga todas las respuestas sobre su futuro, o que sepa que ciertamente irá, o a dónde irá, o cuándo irá. Y no prometo que Bethlehem puede sustentarle. Ello dependerá parcialmente de cuán radicales sean los enviadores. Pero sí le prometo la presencia y poder de Jesús quien dijo: "Toda autoridad en el cielo y en la tierra es mía. . . Estaré con ustedes hasta el fin del mundo".
Las personas a quienes me gustaría invitar a venir son los que simplemente sienten que a menos que Dios cambie algo, están de camino hacia un servicio a largo plazo en las naciones.
Quiera Dios usar este mensaje y este momento para ayudarles a sentir Su guía. Permítanme orar, y luego les invitaré a venir, para poder orar por ustedes.