Cómo se aman unos a otros los pecadores justificados
** Romanos 12**
Presentad vuestros cuerpos a Dios
Estoy tomando un ligero desvío desde Romanos 6, a fin de hablar acerca de los grupos pequeños en Bethlehem, a partir de Romanos 12. Usted pudiera decir: "Ese no es un pequeño desvío. Es uno inmenso". Saltar desde Romanos 6, hasta Romanos 12, es un salto bastante grande. Pero, en realidad, no lo es. Permítanme mostrarles por qué.
En Romanos 6:13, Pablo dice: " ni presentéis los miembros de vuestro cuerpo al pecado como ins-trumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia". Fíjese en la palabra "presentéis": No "pre-sentéis los miembros de vuestro cuerpo al pecado". Fíjese en la palabra "cuerpo": No presenten "los miembros de vuestro cuerpo al pecado". Y fíjese a quién tenemos que presentar nuestros cuerpos: presenten "vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia”.
Ahora, recuerde estas palabras y vea Romanos 12:1: "Por consiguiente, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, que es vuestro culto racional" ¿Qué significa este paralelo en terminología? Significa que lo que Pablo comenzó a hacer en el capítulo 6, lo hace ahora, a un nivel más práctico y detallado, en el capítulo 12. No hay un gran salto desde el capítulo 6 hasta el 12. Ambos pasajes tratan sobre cómo viven las personas justificadas y por qué no pueden continuar pecando para que la gracia sobreabunde. El capítulo 6, enfatiza el por qué más profundo, espiritual, y el capítulo 12 enfatiza los elementos prácti-cos, diarios del cómo.
Vida práctica, relacional
Por tanto, como hoy es nuestro domingo anual para alistarse en los grupos pequeños, decidí tomar este "ligero desvío" e ir a buscar la extensión del capítulo 6 en el capítulo 12, y hablar acerca de la vida relacional de los pecadores justificados. El título es "Cómo se Aman unos a Otros los Pecadores Justificados". Mi propósito es mencionar algunos fragmentos maravillosos sobre la vida cristiana re-lacional en Romanos 12, e invitarles a vivirla en amor unos por los otros en los grupos pequeños du-rante este año, y también en todas las otras formas en que ustedes se relacionan unos con otros.
Y cuando digo "unos con otros" o "unos por los otros", no solo estoy pensando en los que ya están aquí, o en su círculo de conocidos, o incluso en su círculo de cristianos. Estoy pensando, también, en aquellos que serán parte del "unos con los otros" llegando desde fuera de sus círculos de conocidos y de la fe. El conjunto "unos con los otros" en una iglesia semejante a Cristo, amorosa, en un gran centro metropolitano como las Twin Cities, nunca es estático. Siempre está cambiando y creciendo. Si su círculo de amigos es estático, entonces es una señal de profunda enfermedad espiritual en esta ciudad y en esta iglesia.
Vuélvase, por tanto, conmigo hacia Romanos 12. Está lleno de instrucciones relacionales. Si hay algún mensaje inmediato y fácil de ver en este capítulo, es este: los pecadores justificados viven en relaciones interpersonales y se esfuerzan grandemente para que esas relaciones sean durables y mu-tuamente beneficiosas. Sumerjamos, por tanto, nuestras mentes en todo este capítulo por unos minu-tos, para ver si Dios nos animará a volvernos con toda seriedad y gozo para que seamos parte, en este año, de un grupo pequeño, y para que seamos capaces de amar a las personas según lo enseña este capítulo.
¿Cómo se aman unos a otros los pecadores justificados?
Comience en el versículo 1: "Por consiguiente, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, que es vuestro culto ra-cional". Hay cerca de seis grandes verdades dignas de notarse en este versículo. Pero asegurémonos de ver dos de ellas. Primero, note la frase "por las misericordias de Dios". Toda la instrucción práctica de este capítulo es que seamos perseguidos "por las misericordias de Dios". En el capítulo 6 el mensaje es: Donde ha abundado la gracia, usted no necesita pecar para que la gracia abunde aun más. Presentad Vuestros Cuerpos a Dios Aquí, en el capítulo 12, el mensaje es: Donde las misericordias han abundado, usted no se conforma con el mundo, sino que presenta su cuerpo a Dios para que él haga su voluntad en nuestras relaciones interpersonales con otros.
Entonces, otra forma de preguntar "¿Cómo se Aman unos a Otros los Pecadores Justificados?" es de-cir: "¿Cómo se aman unos a otros las personas movidas y llevadas por la misericordia?" ¿Cómo debe ser una iglesia "movida por la misericordia"? Así que esto es fundamental. No yerre. Todo el capítulo se sostiene a partir de la frase "por las misericordias de Dios". Todo lo que se nos pide hacer en este capítulo, lo hacemos "por las misericordias de Dios"; por el efecto de las misericordias pasadas y en la esperanza de misericordias futuras.
Los verdaderos cristianos son personas movidas por la misericordia, llevadas por la misericordia, moldeadas por la misericordia. Todos nuestros grupos pequeños debieran tener este significado: son reuniones de personas moldeadas por la misericordia. Vivimos por misericordia y ministramos por misericordia. Todos necesitamos misericordia, y cuando la obtenemos, la compartimos. "de gracia recibisteis, dad de gracia", dijo Jesús, cuando envió a sus discípulos al ministerio (Mateo 10:8). Somos pecadores justificados por gracia. Gracias a la misericordia tenemos nuestra vida. Y vivimos por misericordia. Nuestras amistades son moldeadas por la misericordia. Nuestros matrimonios son moldeados por la misericordia. Nuestra paternidad es moldeada por la misericordia. Nuestra responsabilidad cívica es moldeada por la misericordia. Nuestras relaciones interraciales son moldeadas por la misericordia. Nuestras relaciones con los vecinos son moldeadas por la misericordia. Nuestros deberes vocacionales son moldeados por la misericordia. Nuestras misiones son moldeadas por la misericordia.
¿Cómo debe verse la misericordia?
Ahora, ¿cómo se ve la misericordia en las relaciones interpersonales? Ese es el tema principal de Romanos 12.
Salte hasta el versículo 9. Volveré a algunos de los versículos intermedios, pero miremos primeramente los versículos 9ss. No haremos más comentarios sobre ellos, solo véalos y pregúntese cómo lo está haciendo usted y si Dios debiera animarle a participar del gozo y justicia de pertenecer a un grupo pequeño en este otoño.
** Sin hipocresía **
Versículo 9: Una vida moldeada por la misericordia, ama sin hipocresía. “El amor sea sin hipocresía". Si vivimos por la misericordia, si nuestros grupos pequeños son reuniones de personas moldeadas por la misericordia, entonces nuestra vida relacional será real, auténtica, genuina. No hay vergüenza, no hay fraude, ni pretensiones, ni poses, ni posturas, no hay falsificación, no hay duplicidad, ni engaño. Lo que ves es lo que es. Ámense unos a otros y sean reales.
Necesitamos grupos pequeños donde las personas sean reales y donde las personas estén seguras. Hay dos razones por las que nos ponemos máscaras: una es que no hemos sido satisfechos en la miseri-cordia de Dios, y por tanto tememos lo que el hombre piense de nosotros. Nuestra vida interior no está sustentada por la preciosa y totalmente satisfactoria misericordia de Dios, y por tanto tenemos que afirmarnos con la aprobación de otros y ello significa usar una máscara que apruebe la gente. Esa es una razón para ser hipócritas.
La otra razón es que no confiamos en las personas para que nos muestren misericordia si somos sin-ceros con nuestras debilidades y fallos. Ahora, probablemente no debiera importarnos tanto cómo piensen los demás de nosotros, con misericordia o no. Dios es por nosotros; ¿quién puede estar contra nosotros? Pero en el mundo real, tenemos miedo (correcto o incorrecto, esa es la realidad). Y debemos mostrar misericordia unos a otros. Los grupos pequeños, las clases de Escuela Dominical, y las con-versaciones en las áreas públicas deben estar moldeadas por la misericordia, y ser seguras; sin temor al rechazo, sin temor a la murmuración, sin temor al racismo, o al prejuicio.
Por tanto, cuando Pablo dice en el versículo 9: " El amor sea sin hipocresía", está llamándonos, al menos, a dos posturas. Una es que estemos satisfechos en la misericordia de Dios y no necesitemos las caricias y aprobaciones de otros. Seamos libres, por las misericordias de Dios, del anhelo de apro-bación. La otra postura, a la cuál Pablo nos llama, es que seamos tan moldeados por la misericordia que hemos recibido, que nos sintamos presionados a mostrar misericordia a otros. Usted pudiera decir: todos debiéramos estar tan contentos en la misericordia de Dios, que no necesitemos misericordia unos de otros. Pero no es así como funciona. No es la forma en que Dios diseñó la iglesia. Más bien, debiéramos decir: mostrémonos tanta misericordia que todos veamos la realidad de la misericordia de Dios unos en otros y nos sintamos contentos en él. Así es como Dios ha diseñado la iglesia. Usted, por sí mismo, no llegará a ser todo lo que debe ser, y luego lo lleva a la iglesia y a su grupo pequeño; al contrario, usted llega a la iglesia y a la comunión de los pecadores justificados, movidos por la mi-sericordia, y allí llega a convertirse en aquello que se supone que será. Luego sale y lo muestra al mundo.
No podemos dedicar demasiado tiempo en estas maravillosas exhortaciones para nuestras relaciones interpersonales. En unos pocos años, nos detendremos, Dios mediante, un poco más en estas exhorta-ciones. Pero hagamos unas breves sinopsis de algunas de ellas.
** Afecto y honor crecientes **
Versículo 10: "Sed afectuosos unos con otros con amor fraternal; con honra, daos preferencia unos a otros". En nuestras relaciones interpersonales debiera haber una devoción y afectos crecientes, unos por los otros. Pero no puede ocurrir de esta misma forma en un grupo de dos mil personas. Debe haber grupos más pequeños donde pueda vivirse esta exhortación. El "amor fraternal", y los sentimientos "afectuosos", no están carentes de emociones. Son el afecto creciente de una buena familia. Llevemos a las personas a experimentar una familia. Jóvenes, ancianos, casados, solteros, ricos, pobres, de diferentes trasfondos étnicos. Vuélvanse familia unos por los otros. Esto es lo que Jesús dijo que ocurriría a los que le siguieran: "hermanos, y hermanas, y madres, e hijos", cien veces más, si le seguimos.
Y luego se menciona esta "honra". Versículo 10b: "con honra, daos preferencia unos a otros". Sí debe crecer la cercanía familiar y el afecto. Pero la intimidad y el afecto no son la única forma en que nos relacionamos, también está la honra. Hay una dignidad en cada ser humano creado a la imagen de Dios, una dignidad que nuestra cultura no conoce. La persona más necesitada en nuestro grupo pe-queño debe ser honrada. Y si usted dice: "Ah, pero la dignidad está tan distorsionada por el pecado. . .", entonces está olvidando el encabezado del capítulo: Os ruego por las misericordias de Dios... que se honren unos a otros. La misericordia cubre los defectos que han entrado en la dignidad dada por Dios, y trata a los demás tanto con un sentido de intimidad como de honra.
** Satisfaciendo las necesidades y siendo hospitalarios **
Y pudiéramos seguir hablando mucho más. Versículo 13: "contribuyendo para las necesidades de los santos”. Oh, seamos prácticos en nuestro amor, y satisfagamos las necesidades de los demás. Mi carro se rompió el viernes en la noche y fui remolcado a un garaje. Yo quería que el carro estuviera en casa para trabajarlo. En sábado, seis o siete hombres que habían asistido al seminario Desiring God, lo empujaron desde la Avenue Washington hasta la Sixth Street, hasta que otro obtuvo una cuerda con la cuál halarlo. Así es como aman los pecadores justificados. Es lo que hacen entre sí los pequeños grupos moldeados por la misericordia.
Versículo 13b: "practicando la hospitalidad" ¿Puede creer cuán amplia es la perspectiva de la preocu-pación de Pablo? Desde las alturas y profundidades de la justificación y el pecado original, en los capítulo 1-5, hacia la común, ordinaria, y extremadamente rara práctica de la hospitalidad. ¿Está abierto su hogar? Solteros, ¿extienden un lugar en la mesa para amigos y parejas? Casados, ¿atienden a los solteros, a los jóvenes, a los mayores, a los no tan viejos? ¿Ponen un plato de sopa el sábado en la noche, de modo que puedan orar para que Dios les guíe a nuevas personas el domingo y puedan invitarles a almorzar (con platos de polietileno y cucharas plásticas)?
** Devolviendo bien por mal **
Luego, hay un gran énfasis, en Romanos 12, a no devolver mal por mal, sino bendición a los que nos tratan pobremente, y haciendo nuestro mejor esfuerzo, en lo que depende de nosotros, para vivir en paz con todos. Versículo 14: "Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis". Versículo 17: "Nunca paguéis a nadie mal por mal”. Versículo 18: "Si es posible, en cuanto de vosotros dependa, estad en paz con todos los hombres”. Versículo 21: "No seas vencido por el mal, sino vence con el bien el mal" ¿Por qué hay un énfasis tan fuerte en tratar bien a aquellos que nos tratan mal? Respuesta: ¡Porque ese es el significado de la misericordia! ¡Esa es la misericordia! La respuesta a nuestros adversarios será la mejor manera en que mostraremos si somos, o no, una iglesia moldeada por la mi-sericordia.
Bien, trabajen ustedes en el resto de estas exhortaciones específicas de Romanos 12, sobre las rela-ciones moldeadas por la misericordia.
En Cristo
Termino volviendo a los versículos 4-5, para enfatizar algo. "Pues así como en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, que somos muchos, somos un cuerpo en Cristo e individualmente miembros los unos de los otros".
Fíjese en el versículo 5, la frase: "un cuerpo en Cristo". "En Cristo", significa que la unión con Cristo que hizo posible que tuviéramos su justicia (2da a los Corintios 5:21), y que fuéramos justificados, es la misma unión que hace posible que nos volvamos un cuerpo y seamos unificados. Romanos 8:1 dice: "no hay ahora condenación para los que están en Cristo Jesús". Así que "en Cristo" nuestra conde-nación es quitada y somos justificados. Y aquí Pablo dice: "así nosotros, que somos muchos, somos un cuerpo en Cristo". Así que en Cristo somos justificados, y "en Cristo" somos unificados.
Porque en él es donde está la misericordia: en Cristo. Sin él todos estamos sin esperanza, e incomple-tos, injustificados, inaceptados, sin salvación, sin perdón, y sin él no tendremos la dulzura de unas amistades saturadas por la misericordia. Si no hay Cristo, no hay justicia. Si no hay Cristo, no hay iglesia. Por tanto, los pecadores justificados se aman unos a otros en una unidad ordenada por Dios, creada por Cristo, moldeada por la misericordia, llamada la iglesia (el cuerpo de Cristo). Y los grupos pequeños de la iglesia son encuentros de personas moldeadas por la misericordia.
Oro para que usted sea parte de un grupo pequeño.