Ambición santa: predicar no donde Cristo ya hubiese sido nombrado
Porque no osaría hablar sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí para la obediencia de los gentiles, con la palabra y con las obras, 19con potencia de señales y prodigios, en el poder del Espíritu de Dios; de manera que desde Jerusalén, y por los alrededores hasta Ilírico, todo lo he llenado del evangelio de Cristo. 20Y de esta manera me esforcé a predicar el evangelio, no donde Cristo ya hubiese sido nombrado, para no edificar sobre fundamento ajeno, 21sino, como está escrito: Aquellos a quienes nunca les fue anunciado acerca de él, verán; Y los que nunca han oído de él, entenderán.22Por esta causa me he visto impedido muchas veces de ir a vosotros. 23Pero ahora, no teniendo más campo en estas regiones, y deseando desde hace muchos años ir a vosotros, 24cuando vaya a España, iré a vosotros; porque espero veros al pasar, y ser encaminado allá por vosotros, una vez que haya gozado con vosotros.
Hay tres cosas en este texto en las que creo debiéramos enfocarnos. Todas tienen implicaciones directas para su vida (aún si no está al tanto de esto), y todas se relacionan directamente con Dios y sus propósitos en el siglo veintiuno. Veo, primero, una santa ambición. Segundo, una necesidad inmensurable. Tercero, una estrategia global. Así que analicemos estas tres cosas, una por una y veamos cómo se relacionan entre sí y con nosotros en nuestro mundo actual.
1. Una Ambición Santa
Verso 20: “Y de esta manera me esforcé a predicar el evangelio, no donde Cristo ya hubiese sido nombrado, para no edificar sobre fundamento ajeno”.
Pablo era controlado por una ambición santa. Digo, que era controlado porque dice en el verso 22: “Por esta causa me he visto impedido muchas veces de ir a vosotros”. Y dice al final del verso 23: “y deseando desde hace muchos años ir a vosotros”. Cuando usted desea hacer algo durante años y años, pero no lo hace, algo le está controlando. Y lo que controlaba a Pablo y le mantenía sin ir a Roma era que no había cumplido su deseo en las regiones desde Jerusalén hasta Ilírico. Pero, finalmente, dice en el verso 23: “Pero ahora, no teniendo más campo en estas regiones” y en el verso 24: “cuando vaya a España, iré a vosotros; porque espero veros al pasar”.
En otras palabras, era controlado por un deseo de predicar el evangelio, desde Jerusalén hasta Ilírico, (la actual Albania), a aquellos que no habían escuchado el nombre de Jesús, y no dejaría de realizar su anhelo hasta que lo hubiera realizado. Ahora, en esas regiones, el trabajo había sido hecho, y su anhelo es llevarlo a España. Esto le libera finalmente para hacer aquello que deseaba hacer durante años, es decir, visitar la iglesia de Roma y disfrutar su compañía por un tiempo.
Es bueno ser controlado por una santa ambición. ¿Es usted controlado por una ambición santa? La llamo santa, porque su meta es santa –ver a las personas de todas las naciones que nunca han escuchado de Jesús creer en él, obedecerle y ser salvadas, por él, de sus pecados y la ira de Dios. Llamo ‘santa’ a esta ambición porque viene de Dios y su Santa Palabra, como veremos en unos momentos. Es correcto y bueno ser controlado por una Ambición Santa.
¿Tiene usted una ambición santa? No todos deberían tener la ambición de Pablo. Uno siembra, otro riega (1ra a los Corintios 3.6-8). Cada uno tiene su propio don (1ra a los Corintios 7.7) Cada cual se levanta o cae ante su propio Maestro (Romanos 14.14). Sin embargo, creo que Dios estaría complacido si cada uno de sus hijos tuviera una ambición santa.
Ambición Santa Para Chicos Y Chicas
Pequeños niños, escúchenme cuidadosamente, por un momento. Sé que la frase ‘ambición santa’ es inusual y no la usan cada día. ‘Ambición Santa’ es algo que usted realmente quiere hacer y Dios quiere que usted haga. Algo que usted desea tanto, que hacerlo le impide hacer otras cosas que también disfruta mucho. Pablo verdaderamente quiso durante años ir a Roma. Pero no fue porque quería algo más. Quería predicar el evangelio en Asia y Grecia, donde las personas no conocían acerca de Jesús. Quería realmente, realmente, realmente hacer esto. Llamamos ‘ambición’ a este tipo de deseo. Le llamamos ‘ambición santa’ cuando es algo que Dios quiere que hagamos.
¿Tiene usted una? Probablemente no todavía. Ustedes son solo niños. Se supone que sean así. Pero algún día no serán más niños. Y una de las diferencias entre ser un niño y crecer, es que crecer como cristiano significa tener una ambición santa. La mayoría de las muchachitas, mi pequeña Talita, incluida, quieren verdaderamente jugar con muñecas. Eso es bueno. Pero el día viene, muchachitas, cuando pondrán de lado la diversión de jugar con muñecas y verán crecer al gozo supremo de cuidar a bebes verdaderos en la guardería. Y puede que incluso lideren un ministerio para cuidar a niños hambrientos muy lejos de aquí, o bebés huérfanos. Y para algunos de ustedes será esto una ambición santa. Para otros una ambición santa será algo más.
Muchachos, escuchen, si ustedes son como yo era, lo que ustedes realmente quieren es una pelota, un camión, una pistola y alguien con quien jugar. Nunca he tenido un arma verdadera (excepto un rifle de perles). Pero le disparé a muchos tipos malos con mi pistola Matt Dillon y con mi Lukas McCain rifle. Me encantaba jugar football con mis amigos y construir carreteras a través de la calle para mis camiones y sacar mi pistola tan rápido que usted no lo hubiera visto. Era divertido. Y era bueno.
Pero algún día, ya no serás un muchachito. Y una de las diferencias entre ser un muchachito y crecer es que crecer como cristiano significa que usted obtiene una ambición santa. Y esto significa que la diversión de las pistolas, camiones y pelotas se vuelve pequeña y el gozo de pelear por la justicia y salvación crece. Crecer significa obtener una ambición santa para esgrimir poderosamente la espada del Espíritu, manejar un camión lleno de amor para los necesitados y patear a Satanás en el nombre de Jesús.
Mamá y papa, personas solteras, jóvenes y ancianos: Los cristianos deben tener una ambición santa. Algo que usted quiera mucho, mucho para la gloria de Dios. Algo que le controla, que le ayuda a decidir no ir a Roma todavía. Esto provee un enfoque eterno y pasión para su vida.
La Fuente De La Ambición Santa
¿De dónde viene? Una parte crucial de esta respuesta es dada en la unión entre los versos 20 y 21. “Y de esta manera me esforcé a predicar el evangelio, no donde Cristo ya hubiese sido nombrado, para no edificar sobre fundamento ajeno, 21sino, como está escrito [Pablo cita a Isaías 52.15]: Aquellos a quienes nunca les fue anunciado acerca de él, verán; Y los que nunca han oído de él, entenderán”.
Ahora vemos aquí algo relevante y sorprendente para nosotros. Sabemos por Hechos 9, 22 y 26 que Pablo fue llamado por el Cristo resucitado en el camino a Damasco. Jesús le dio a Pablo su misión en Hechos 26.18: “te envío, [a los gentiles, a las naciones] 18para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados”. Así que el Cristo vivo, resucitado, soberano fue quien le llamó a ser luz entre los gentiles.
Pero esto no es lo que dice en Romanos 15.21. No dice: ‘tengo la ambición de ser luz a las naciones que no conocen porque Cristo me llamó en el camino a Damasco”. Dijo: “tengo esta ambición (estoy controlado por una pasión a predicar donde Cristo no haya sido nombrado) porque Isaías 52.15 dice: ‘Aquellos a quienes nunca les fue anunciado acerca de él, verán; Y los que nunca han oído de él, entenderán’.
¿Qué tiene que ver eso? He aquí la importancia de esto. Cuando Jesús llamó a Pablo en el camino a Damasco para llevar el evangelio a los gentiles que nunca habían escuchado, Pablo fue al Antiguo Testamento y buscó una confirmación y explicación para este llamado, para ver cómo encajaba en el plan universal de Dios. Y lo encontró, y por amor a nosotros lo dice de esta manera. No solo se refiere a su experiencia en el camino a Damasco, una experiencia que nunca tendremos. Se refiere a la Palabra Escrita de Dios que sí tenemos. Y sobre esta Palabra establece su ambición.
Así que mi respuesta a la pregunta ¿de dónde viene la ambición santa? Es: viene de un encuentro personal con el Cristo vivo (no necesariamente tan dramático como el del camino a Damasco) perfilado, informado e inundado de poder por la Palabra escrita de Dios. A medida que usted medita en la Ley del Señor día y noche (Salmo 1.2) –a medida que se sumerge en la Palabra de Dios- él se vuelve, toma un poco de la verdad de esa palabra y lo imprime con fuego en su corazón hasta que se vuelve una ambición santa. Si eso no ha sucedido todavía, satúrese con la Palabra de Dios y pídaselo.
2. Una Necesidad Inmensurable
Dios no nos guía a ambiciones sin sentido –de las que usted se arrepentirá al final de su vida. Siempre hay una necesidad que suplir –no una necesidad en Dios, sino en el mundo- por una ambición santa. Las ambiciones santas no tienen que ver con la auto exaltación. Son siempre una forma de amor. Ellas siempre suplen la necesidad de alguien.
Ahora, ¿cuál es la necesidad inmensurable a la que Pablo se refiere en este texto? Verso 20: “Y de esta manera me esforcé a predicar el evangelio, no donde Cristo ya hubiese sido nombrado”. Esto significa que Pablo ha endurecido su rostro para predicar el evangelio a personas que nunca habían oído hablar de Cristo. Ellos ni siquiera conocen su nombre.
Los Gentiles No Tienen Excusa
Ahora, tenemos una pregunta: Si esta gente ni siquiera conoce el nombre de Jesús, entonces, ¿son responsables de creerle para salvación? Y si no, entonces ¿no sería más seguro dejarles en su ignorancia y creer que Dios tendrá misericordia de ellos y serán salvos porque nunca han escuchado de Jesús? ¿Por qué, Pablo, sufre tanto para predicar el evangelio a personas que nunca han escuchado el nombre de Jesús?
Pablo responde en Romanos 1.18-24. Lea lentamente y sobriamente conmigo y sienta el peso de esto de la manera en que probablemente lo debió sentir Pablo. Estas palabras son escritas acerca de todas esas personas y naciones que nunca han escuchado el nombre de Jesús a quienes la ambición santa de Pablo le guiaba a alcanzar.
Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; 19porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. 20Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa [estas son las palabras fatales que definen la necesidad inmensurable que Pablo ve; las naciones que nunca han escuchado de Jesús no tendrán excusa en el día del juicio]. 21Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. 22Profesando ser sabios, se hicieron necios, 23y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.
Pablo dice en Romanos 2.12: “Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados”. Todos serán juzgados de acuerdo a lo que tienen acceso. Y todo aquel que no ha escuchado el evangelio perecerá, porque todos suprimen la verdad que tienen en el corazón y viven en rebelión contra Dios. Solo hay una esperanza: escuchar y creer el evangelio de Jesucristo.
La necesidad de las naciones que no conocen el nombre de Jesús es inmensurable. Es infinita. La mayor necesidad que puede ser imaginada es la que tienen las naciones de escuchar el evangelio de Jesucristo y creer. Porque el evangelio de Jesús es “poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego” (Romanos 1.16) y nadie puede ser salvo sin esto.
No cualquiera es llamado como Pablo, pero usted no puede ser una persona amorosa y no querer que su vida cuente para suplir esta necesidad.
3. Una Estrategia Global
A algunos de ustedes Dios les llama a unirse a Pablo personal y vocacionalmente en esta estrategia global específica. He aquí la estrategia, y es sorprendente. Si usted es nuevo en Bethlehem, escuche cuidadosamente cómo comprendemos las misiones. He aquí las sorprendentes declaraciones de Pablo.
Primero, verso 19b: “desde Jerusalén, y por los alrededores hasta Ilírico, todo lo he llenado del evangelio de Cristo”. Esto es desde Jerusalén, a través de Siria, Asia Menor (Turquía), y abajo hacia Grecia en el lado este y arriba al oeste del norte de Italia, donde se encuentra la Albania actual. Pablo dice que ha llenado estos lugares del evangelio. Y subraya esta asombrosa declaración en el verso 23 al decir: “no teniendo más campo en estas regiones”. Y entonces dice en el verso 24 que irá a España.
¿Qué quiso decir cuando dijo que no tenía más campo desde Jerusalén hasta Ilírico? No es riesgoso decir que había decenas de miles de personas todavía por evangelizar en esas regiones. Sabemos esto porque Pablo escribe a Timoteo en Éfeso (en esta misma región) y le ordenó “haz obra de evangelista” (2da a Timoteo 4.5). En otras palabras, allí todavía había personas que necesitaban ser evangelizadas. Y Pablo dice que su trabajo en esa región estaba terminado.
Tomamos esto para decir: Pablo no es un evangelista local; es un misionero fronterizo, un misionero pionero. Es decir, su llamado y ambición no era hacer evangelismo donde una iglesia ya había sido plantada. Ese era trabajo de esa iglesia. El llamado de Pablo y su ambición es predicar el evangelio donde no hay iglesia evangelizadora, no hay cristianos. Ni siquiera conocen el Nombre.
Misiones, Evangelismo, Y Ambición Santa
La terminología no es lo crucial. Lo que es crucial es la distinción. Hay misioneros pioneros o fronterizos y hay evangelistas. Los misioneros cruzan culturas y aprenden idiomas. Los misioneros fronterizos derraman sus vidas “con la palabra y con las obras, 19con potencia de señales y prodigios, en el poder del Espíritu de Dios” para quebrantar miles de años de oscuridad y reino satánico sobre las personas que no conocen al Rey de reyes y Salvador del mundo.
Esta es la ambición de Pablo. Y como la gran comisión para hacer discípulos a todas las naciones es válida todavía y existen personas hoy que no conocen el evangelio, entonces cada iglesia debería orar para que Dios levantara muchos misioneros fronterizos y nos haga evangelistas a todos.
No puedo imaginar –de hecho oro- que dentro de diez años –quizás diez de ustedes- escribirán una carta a casa desde un pueblo inalcanzado diciendo: “Estoy aquí para predicar el evangelio a aquellos que nunca han escuchado, porque como está escrito en Romanos 15.20: “me esforcé a predicar el evangelio, no donde Cristo ya hubiese sido nombrado, para no edificar sobre fundamento ajeno”. Dios imprimió con fuego esa palabra en mi corazón convirtiéndola en una ambición santa para la Iglesia Bautista de Bethlehem en Agosto del 2006”
Señor, por favor, haz eso. Amén.