Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos
Malaquías 4:4-6 (LBLA)
Acordaos de la ley de mi siervo Moisés, de los estatutos y las ordenanzas que yo le ordené en Horeb para todo Israel. He aquí, yo os envío al profeta Elías antes que venga el día del SEÑOR, día grande y terrible. El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que venga yo y hiera la tierra con maldición.
Algo esperado y algo inesperado
Nos acercamos al fin de año, al final del libro de Malaquías, y al final del Antiguo Testamento. En estos versículos finales hay algo que podríamos esperar, y algo que creo no podríamos esperar.
Un puente entre lo viejo y lo nuevo
Esperaríamos una especie de puente entre lo viejo y lo nuevo, entre lo que Dios ha dicho y hecho en el pasado y lo que dirá y hará en el futuro. Y eso es exactamente lo que sucede.
- En el versículo 4 se nos ordena que miremos hacia atrás y recordemos la ley de Moisés: “Acordaos de la ley de mi siervo Moisés, de los estatutos y las ordenanzas que yo le ordené en Horeb [= Sinaí] para todo Israel”.
- Mirar hacia atrás siempre será una parte crucial de la fe bíblica. ¿Cómo podríamos saber el camino a la futura bendición de Dios si Él no hubiera hablado en el pasado y nos hubiera indicado el camino? Dios ha hablado, y siempre debemos mirar atrás hacia esa palabra segura, fija e infalible que nos orienta y da esperanza.
- Sin embargo, el puente no sólo se extiende hacia la palabra de Dios en el monte Horeb, sino que también en estos versículos se extiende hacia el gran día del Señor, el día en que Dios traerá la historia a un clímax decisivo en victoria sobre aquellos que han permanecido en rebelión contra Él y en vindicación a todos sus súbditos leales.
- El versículo 5 dice: “He aquí, yo os envío al profeta Elías antes que venga el día del SEÑOR, día grande y terrible”.
- En otras palabras, conforme termina el Antiguo Testamento, Dios da a conocer que de ninguna manera ha terminado con su plan para el mundo o para Israel. El gran día de la victoria viene y habrán preparativos para que el pueblo de Dios esté listo.
Eso es lo que esperaba al final del Antiguo Testamento, un puente entre lo viejo y lo nuevo, una mirada hacia la obra fiel de Dios en el pasado y una mirada hacia la victoria final.
Lo que la predicación “de Elías” hará
Pero lo que no esperaría como la última palabra en el Antiguo Testamento es el enfoque específico y señalado sobre las relaciones entre padres e hijos. De todas las cosas que Malaquías nos pudo haber dicho sobre la predicación del futuro “Elías”, él elige decirnos en el versículo 6 que “él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que venga yo y hiera la tierra con maldición”.
Tres áreas de enfoque
Así que aquí a finales de 1987, me gustaría dejar que el final del Antiguo Testamento dirija nuestros pensamientos sobre Dios en estos tres aspectos.
- Primero, del versículo 4 consideramos mirar atrás hacia la palabra revelada de Dios.
- Segundo, del versículo 5 consideramos mirar adelante hacia la victoria final de Dios y hacia Elías quien prepara el camino.
- Tercero, del versículo 6 consideramos el efecto de la palabra de Dios en las relaciones entre padres e hijos.
1. Mirando atrás hacia la palabra revelada de Dios
Al tomar la frase, “¡Acordaos de la ley!” al comienzo del versículo 4, ¿qué significa eso? Tal vez, la mejor manera de encontrarle el sentido a esta orden es por medio de algunas analogías.
“¡Acordaos de la mujer de Lot!”
En Lucas 17:32 Jesús apela a un sentido de urgencia en el último día y advierte contra el intento de salvar nuestra vida amontonando valores mundanos. Para hacer entender esto, dice, “¡Acordaos de la mujer de Lot!” ¿Por qué? Porque el recuerdo puede salvarlos de un destino similar.
Hay muchas personas que han sido tomadas de la mano y sacadas de la ciudad de la destrucción, quienes luego miraron hacia atrás con una malagradecida nostalgia por los caminos del pecado, y en ese momento se endurecieron como una estatua de sal. Pero Jesús dice: “¡Acordaos de la mujer de Lot!” ¡Dejen que ese recuerdo viva y sea poderoso en sus vidas! La memoria es un medio de salvación.
“¡Recuerden el Álamo!”
Recordarán la historia de la Revolución de Texas. En diciembre de 1835 los revolucionarios de Texas tomaron la ciudad de San Antonio. El fuerte de allí se llamaba el Álamo y estaba custodiado por 150 hombres cuando Santa Anna, con las fuerzas mexicanas, vino contra la ciudad el 26 de febrero del siguiente año. Con 32 refuerzos, los tejanos retuvieron al enemigo hasta el 6 de marzo, cuando el ataque terminó en un combate sangriento cuerpo a cuerpo y todos los tejanos murieron, incluyendo a Jim Bowie y Davy Crocket.
El coraje de los tejanos inspiró al resto de la resistencia, y seis semanas más tarde en San Jacinto, los tejanos derrotaron a los mexicanos bajo el impresionante clamor, “¡Recuerden el Álamo!"
¿Por qué recordar el Álamo? Porque el pasado ejerce poder sobre el presente a través del don del recuerdo. Recordar es poder. Quien dice que la historia es una tontería, o que el pasado se ha ido y lo único que importa es el presente, no sabe mucho sobre la vida real. En la vida real, el recuerdo tiene un tremendo poder para inspirar y guiar.
“¡Acordaos de la ley!”
Cuando Dios dice: “¡Acordaos de la ley!” creo que debería sonar de la misma manera que “¡Recuerden el Álamo!” sonó en los oídos de los revolucionarios de Texas. Significa, “¡No olvides lo que pasó en Horeb! ¡Cómo te saqué de Egipto sobre alas de águila! ¡Cómo descendí con poder y gloria sobre el monte Horeb, y revelé mi amor y santidad, e hice un pacto con vosotros de entre todos los pueblos de la tierra, y os enseñé el camino de la vida y el gozo eterno con buenos mandamientos y estatutos y ordenanzas sabios sólo para su bien!".
Significa, “Estamos en guerra. Los poderes de las tinieblas tratarán constantemente de apagar la luz de la verdad en sus vidas. Peleas mundanas en sus mentes todos los días. Pero ¡quiero que se defiendan! ¡Luchen por la libertad de su mente y sólo hay una esperanza para el éxito: ¡ACORDAOS DE LA LEY!”.
El precio es grande y hay mucho en juego
¿Qué pasa si un soldado de la milicia de Texas se desanima durante el entrenamiento militar, y actúa cobardemente en varias escaramuzas, y cuando su capitán le dice: “¡No recuerda el Álamo!” él responde, “Lo siento, capitán, es que lo sigo olvidando”, qué diría el capitán?
Él podría decir: "Bueno, si le es tan difícil que la muerte de 182 camaradas queden marcadas en su corazón, entonces usted no puede servir en la milicia”. Estoy seguro de que es lo que Dios le dirá a algunos que profesan ser cristianos y a quienes la muerte de Jesús hizo tan poca diferencia en sus vidas. Pero no sin antes ser misericordioso.
El capitán puede que primero diga algo como esto: “Escuche, soldado, si no recuerda el Álamo, esta noche cuando vaya a casa, ¡cuéntele la historia a sus hijos! Hable de ello cuando se levante por la mañana. Hable de ello cuando se siente en su casa y cuando ande en el camino, cuando se acueste y cuando se levante. Átelo como una señal en su mano, y cuélguelo entre sus ojos de ser necesario. Escriba las palabras en los marcos de las puertas y en las puertas de su casa. Haga lo que tenga que hacer. ¡Haga lo que deba hacer! No hay excusa. El precio fue muy grande. ¡Recuerde el Álamo!”
Eso es exactamente lo que Dios dice sobre la ley en Deuteronomio 6:4-9. Y así, finalizando 1987, me permito instarles a que tomen un poco de tiempo en los próximos cuatro días para planificar ¿cómo continuarán recordando la Palabra de Dios durante 1988? Hay mucho en juego. Mucho más que la liberación de Texas.
2. Mirando adelante hacia la victoria final de Dios
Ahora veamos el versículo 5 y cambiemos nuestro enfoque del pasado al futuro, y del recuerdo a la esperanza.
He aquí, yo os envío al profeta Elías antes que venga el día del SEÑOR, día grande y terrible.
Hay por lo menos dos cosas sobre el futuro que tenemos que ver desde este versículo. Una es que Dios será victorioso, y la otra es que Dios es misericordioso.
Dios será victorioso
Vemos la profecía de la victoria en la frase, “el día del Señor”. ¿Qué significa “día del Señor”?
En Lucas 22:53, los sumos sacerdotes, los oficiales del templo y los ancianos salieron al Jardín de Getsemaní para arrestar a Jesús en la oscuridad. Jesús toca su conciencia con las palabras, “¿Habéis salido con espadas y garrotes como contra un ladrón? Cuando estaba con vosotros cada día en el templo, no me echasteis mano”. Luego dice algo lleno de soberanía y de sumisión a Dios: “pero esta hora y el poder de las tinieblas son vuestros”.
¿Qué quiere decir, “esta hora es vuestra”? Él quiere decir: Por ahora ustedes tienen el control. Es como si el todopoderoso simplemente colgara sus guantes de boxeo durante un asalto. Él es maltratado a golpes, y todo el mundo cree que la lucha ha terminado.
Pero Amós y Joel, e Isaías y Sofonías, y Malaquías y Pablo y Juan nos dicen que Dios tendrá su día al final. La hora es del poder de las tinieblas, pero llegará el día de Dios, y será el último día, y su causa será totalmente victoriosa. No sólo se levanta de la lona, sino que también todo el estadio está rodeado de diez millones de ángeles poderosos, y Cristo ajustará cuentas con todos los que aclamaron su derrota.
Así que la profecía del día del Señor es una profecía de la victoria de Dios y la victoria de su causa y su pueblo. Es una gran locura quedarse en el otro bando.
Dios es misericordioso
Especialmente en vista del otro tema en este versículo, a saber, que Dios es misericordioso y que da muchas advertencias y hace muchas invitaciones antes de que venga el día grande y terrible del Señor. “He aquí, yo os envío al profeta Elías antes que venga el día del Señor, día grande y terrible”.
Si tuviéramos tiempo, me gustaría realizar un estudio detallado con ustedes sobre la expectativa de Elías. De mi estudio más reciente sobre esto, diré que así como la expectativa de la venida del Mesías se cumplirá en dos etapas: la primera y la segunda venida de nuestro Señor, de igual manera se cumplirá la expectativa de Elías en dos etapas.
Juan el Bautista vino como el primer cumplimiento de esta profecía. Pero hay buenos argumentos acerca de que ni él ni Jesús ni los escritores del Nuevo Testamento pensaron que Juan fuera el Elías final. (Lucas 1:17, él viene en “el espíritu y el poder de Elías”, Mateo 11:14, “si queréis aceptarlo”; Juan 1:21, Juan dice que él no es Elías; Mateo 17:11, “Elías ciertamente viene, y restaurará todas las cosas”).
Por el contrario, Apocalipsis 11:3-12 describe dos testigos al final de la era haciendo una última llamada extraordinaria a Israel a arrepentirse y prepararse para el juicio inminente. Uno de estos es casi seguro el Elías final, porque él tiene “poder para cerrar el cielo a fin de que no llueva", tal como lo hizo el primer Elías.
Aparte de los detalles, ¿cuál es el punto principal de esta profecía? El punto principal es que Dios precede a la ira del juicio con el llamado de la misericordia. Él envía mensajeros a Sodoma y Nínive, a Jerusalén y Minneapolis antes de derramar fuego y azufre. Y no sólo uno, sino toda una fila de mensajeros.
No es casualidad que usted esté aquí en esta mañana y que yo esté hablando sobre este mensaje. Yo no soy el Elías bíblico, pero soy un tipo de Elías, una voz que clama a ustedes en el desierto del siglo XX en esta mañana: ¡Prepárense para el día del Señor! Su presencia aquí y mi mensaje sobre este texto es la invitación del Dios de la misericordia para ustedes hoy. Ustedes son la creación de Dios, pertenecen a su bando. El puente está construido con una cruz. La amnistía está firmada con la sangre de su Hijo. Vuelvan a casa antes del día del Señor, día grande y terrible.
En el versículo 4 miramos hacia atrás y recordamos la ley de Dios. En el versículo 5 miramos hacia delante y vemos la victoria de Dios y la misericordia de Dios.
3. Teniendo en cuenta los efectos de la palabra misericordiosa de Dios
Ahora, en el versículo 6 vemos uno de los efectos de esa misericordia, y algo inesperado.
Cuando Elías predica y clama al pueblo que se preparen para el día del Señor, día grande y terrible, ¿qué sucede? El versículo 6 dice: “Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que venga yo y hiera la tierra con maldición”.
Las relaciones entre padres e hijos
Su objetivo es evitar que el pueblo sea maldito. Esa es la misericordia que vimos en el versículo 5. Sin embargo, para evitar que el pueblo sea maldito, el pueblo debe cambiar. En específico, dice que sus corazones deben cambiar; y aún más específicamente, dice que la disposición del corazón hacia los padres y los hijos debe cambiar.
Algunos toman este versículo como referencia a los padres Abraham, Isaac, y Jacob, por lo que el significado es simplemente este: que el pueblo volverá a la fe de los padres. Pero el problema con esto es que dice que Elías también volverá el corazón de los padres hacia los hijos. Sería poco probable que Dios hablara de Elías cambiando los corazones de Abraham, de Isaac y de Jacob. Así que Lo tomo en su sentido más simple: Se hará volver el corazón de padres cotidianos e hijos cotidianos los unos hacia los otros.
Quiero cerrar este año rogando con ustedes para que volvamos nuestros corazones hacia nuestros padres o nuestros hijos, o hacia ese pariente o amigo que usted. . . que ¿usted qué?
Padres que necesitan volver sus corazones
¿Qué significa para un padre volver su corazón hacia su hijo? Bueno, ¿qué es lo contrario de volver el corazón hacia un hijo? Lo contrario es alejar el corazón. Tres ejemplos:
- Padres, ustedes pueden alejar su corazón de sus hijos al simplemente ignorarlos. Al estar tan absortos en su trabajo que todo lo que ellos obtienen son las sobras de su vida.
- Pueden alejar su corazón de sus hijos al ser abusivos. Puede ser que ni siquiera se escuchen a si mismos, pero su comunicación con ellos sea una letanía de desaprobación y humillaciones. ¿Por qué? Porque su corazón no está vuelto hacia ellos. No sienten lo que ellos sienten. Su corazón está congelado en una postura de falta de amabilidad habitual. O peor aún, en nuestros días es el aumento en (o mayores denuncias de) el abuso sexual de niños. ¿Y dónde, entonces, está el corazón del padre? Se enrolló como una serpiente enamorada con su propia cola y se consume en sus propias pasiones inmundas.
- O puede alejar su corazón de sus hijos a través de un espíritu amargado de decepción: diciendo que lo han olvidado, o que ellos le han defraudado por la forma en que viven, o que le dan por hecho y nunca le dieron las gracias por todo lo que hicieron. ¿Dónde está el corazón entonces? En el charco envenenado de autocompasión que amenaza con convertirse en un océano de resentimiento.
Hijos que necesitan volver sus corazones
¿Qué pasa al otro lado? ¿Qué pasa con los hijos cuyos corazones necesitan volverse a sus padres y madres? ¿A qué tipo de corazones aplicaría esto el día de hoy?
Se aplicaría a los niños rebeldes y desobedientes. Podría ser un niño de cinco años o de quince años. ¿Dónde está su corazón? Se sienta frente al espejo del alma tratando de convencerse de que la cara de la bruja del engreimiento y la independencia es realmente el rostro más hermoso de la tierra.
Y se aplicaría a los niños de cualquier edad que descuidan a sus padres y abuelos. Todavía me queda una abuela. Sus dos hijos han muerto, incluyendo a mi madre. Todo lo que tiene es cuatro nietos y yo soy uno de ellos. Ella tiene noventa años, vive en un hogar de ancianos en las afueras de Filadelfia, y por lo general no reconoce a los visitantes y menos las postales que le envío. Es una de las cosas más frustrantes de mi vida, vivir a esta distancia y sin tener forma de hacerle saber mi aprecio. Y la implicación del texto es aflicción para los hijos que agonizan con este tema.
Por último, el texto se aplicaría a las amargadas víctimas del abuso.
La palabra de Dios para padres e hijos
Noten que no dice que cualquier padre o hijo puede volver el corazón del otro. Esa no es su responsabilidad, pero su propio corazón sí lo es. Así que la palabra de Dios a los padres (¡y madres!) hoy es la siguiente:
- Vuelvan sus corazones hacia sus hijos:
-
- no les den las sobras de su vida.
- Vuelvan sus corazones hacia sus hijos:
-
- no sean crueles,
-
- no critiquen constantemente,
-
- ni siquiera tengan los malos pensamientos que llevan al abuso sexual.
- Vuelvan sus corazones hacia sus hijos:
-
- suelten la amargura, al menos perdonen por parte suya, y dejen la carga a Dios.
Y la palabra a los hijos es la siguiente:
- Vuelvan sus corazones hacia sus padres (¡y madres!):
-
- no se rebelen; ¡obedezcan!
- Vuelvan sus corazones hacia sus padres, madres y abuelos:
-
- no los olviden ni los descuiden; cuídenlos.
- Vuelvan sus corazones hacia sus padres:
-
- el camino a la restauración puede ser tan largo como la vida. Puede involucrar mucha consejería con un terapeuta cristiano sabio. Pero en su corazón puede tomar el paso decisivo, debe tomarlo: la sensación de haber sido víctima debe dejar de justificar el resentimiento.
¿Por qué?
Es la respuesta del porqué nuestros corazones deben volverse en cada uno de estos casos: Jesús era la gran víctima, nosotros fuimos los grandes abusadores, nuestros pecados lo clavaron en la cruz. Y Jesús ha vuelto su corazón hacia usted esta mañana; ese es el significado de este mensaje. Ya sea que miremos hacia atrás y recordemos la ley de Dios, o que miremos hacia adelante y veamos la victoria de Dios, el propósito es: Dios ha vuelto su corazón hacia usted en Cristo Jesús, no lo rechace. Es algo agradable y maravilloso no tener rencores.