Dios demuestra Su amor para con nosotros
Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; 4 y la paciencia, carácter probado; y el carácter probado, esperanza; 5 y la esperanza no desilusiona, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue dado. 6 Porque mientras aún éramos débiles, a su tiempo Cristo murió por los impíos. 7 Porque a duras penas habrá alguien que muera por un justo, aunque tal vez alguno se atreva a morir por el bueno. 8 Pero Dios demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
Estamos persistiendo por tercera semana en la experiencia consciente descrita en el verso 5, la experiencia de ser amados por Dios. Lo que he estado enfatizando es que esta experiencia es algo que podemos sentir. Algo que conocemos en el corazón y que es más que un hecho que inferimos a partir de un argumento. Usted puede saber ciertas cosas a partir de un argumento que no ha experimentado en su corazón. Pudiera argumentar: 1) La Biblia dice: “Por que de tal manera amó Dios al mundo” (Juan 3:16); 2) Soy parte del mundo; 3) Por tanto Dios me ama. Esa es una manera de conocer que es amado por Dios.
O pudiera ir un poco más adelante y decir: 1) Cristo le dijo a sus discípulos: “Nadie tiene un amor mayor que éste: que uno dé su vida por sus amigos” (Juan 15:13; 2). Soy uno de sus amigos porque sigo y guardo sus mandamientos (Juan 15:14); 3) por tanto, Cristo me ama con el amor más grande.
Partiendo de un argumento, estas son algunas maneras de conocer que se es amado. Y eso es importante, necesitamos ver estas cosas y utilizarlas como parte de nuestro arsenal en la batalla de la fe. Pero no es de eso de lo que está hablando Romanos 5:5. Romanos 5:5 dice que la “esperanza no desilusiona , porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue dado ”. Esta experiencia del amor de Dios por nosotros no es esencialmente una inferencia lógica. Es algo que ha sido derramado. Es algo que sentimos en el corazón. Algo que conocemos de la manera en que el corazón conoce.
Cuatro Puntos Acerca de la Experiencia del Amor de Dios
La semana pasada enseñamos dos puntos a partir este texto concernientes a esta experiencia de ser amados por Dios.
1. Esta experiencia del amor de Dios es derramada por medio del Espíritu Santo.
Basé este primer punto en la última frase del verso 5 –“por medio del Espíritu Santo que nos fue dado”. Esta experiencia es sobrenatural, no es manejada por medios humanos.
2. Esta experiencia tiene un contenido basado en hechos, objetivo.
Es mediada, o comunicada, por medio de una verdad objetiva acerca de Cristo. Usted no recibe esa experiencia al dejar su mente en blanco. La recibe al ver la gloria del amor de Dios en la obra histórica y real de Cristo.
El segundo punto está basado en la conexión entre el verso 5 y los versos 6-8. Fíjese de nuevo en la conexión, por ejemplo, entre el verso 5 y el verso 8. En el verso 5, el amor de Dios por nosotros ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo. En el verso 8, el amor de Dios está siendo demostrado en la historia por medio de la muerte de Cristo. Lea el verso 8 cuidadosamente y note algo: “Pero Dios demuestra su amor para con nosotros , en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.”
¿Ve algo inusual en los tiempos verbales? Mire la última cláusula: “Cristo murió por nosotros”. Eso es pasado, es historia, es algo fijo, objetivo, inconmovible. Cuán natural debió haber sido entonces, para Pablo, escribir: en este hecho histórico Dios “demuestra su amor para con nosotros”. Esto es tiempo presente, una acción que está en curso. Dios demuestra su amor hoy. Él exalta su amor hoy por medio del hecho pasado, objetivo e histórico de la muerte de su Hijo por nosotros.
Ahora enlace eso con el derramamiento del amor de Dios por medio del Espíritu en el verso 5. ¿Puede ver la conexión? Dios derrama su amor en nuestros corazones, y Dios demuestra su amor al dirigir nuestros pensamientos hacia la muerte de su Hijo. Es por esto que digo que la experiencia del amor de Dios tiene un contenido real y e histórico. Es mediado, o comunicado, por medio de la verdad objetiva de la muerte de Cristo. Usted no recibe la experiencia al dejar su mente en blanco. La recibe al ver la demostración –al ver la gloria del amor de Dios en la obra histórica y real de Cristo.
Hoy quiero enseñar otros dos puntos sobre esta experiencia del amor de Dios.
3. Es experimentada en alguna medida por todos los cristianos
¿Por qué digo esto? La razón por la que digo que todos los cristianos tienen en alguna medida esta experiencia está dada por lo que Pablo dice en el verso 5: “el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue dado”. Fíjese que “nuestros” y “nos” se refiere al mismo grupo. El mismo grupo de personas que recibieron el Espíritu Santo tienen también el amor de Dios derramado en sus corazones. Pero ¿a quiénes fue dado el Espíritu Santo?
Dejemos que Pablo responda a partir de Romanos 8:9: “Sin embargo, vosotros no estáis en la carne sino en el Espíritu, si en verdad el Espíritu de Dios habita en vosotros . Pero si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de El”. Aquí Pablo utiliza tres términos: Espíritu, Espíritu de Dios, y Espíritu de Cristo. Es el mismo Espíritu, no son espíritus diferentes. Entonces fíjese lo que dice en el verso 9b: “si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de El”. Eso significa que todos los cristianos verdaderos tienen el Espíritu de Cristo, el Espíritu Santo.
Por tanto, de él es de quien habla Pablo en Romanos 5:5 cuando dice: “... el Espíritu Santo que nos fue dado”. “Nos” se refiere a todos cristianos verdaderos. Por tanto, a eso es también a lo que se refiere cuando dice “nuestros” un poco antes en el verso: “el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue dado” sobre ‘nos’, sobre los creyentes en Cristo, en nuestros corazones. Así que concluyo que todos los cristianos verdaderos han probado al menos el derramamiento del amor de Dios en sus corazones. Cada cristiano verdadero conoce el amor de Dios no solo como un argumento, sino como una experiencia. El Espíritu Santo ha abierto los ojos de nuestro corazón para que veamos la belleza y hermosura del amor de Dios en Cristo por lo que realmente es, y hemos sido motivados al haber experimentado ese amor espiritual en el corazón para que podamos apreciar, valorar, atesorar, y confiar en este Cristo y el amor de Dios en él. Eso es lo que significa convertirse en cristiano.
4. La experiencia varía según el tiempo y la persona y puede ser (y debe ser) buscada en medidas cada vez más elevadas.
Ahora, ¿por qué digo esto? Primero, porque los tiempos verbales son diferentes en el verso 5, entre el derramamiento del amor de Dios y la dádiva del Espíritu Santo. Fíjese: “el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue dado”. La diferencia es que el primer tiempo en el griego original implica que hubo un hecho en el pasado para todos los creyentes, pero que también hay un efecto que está en curso o una acción que está en curso. Pero el tiempo de “nos fue dado” implica una acción completa y definitiva. El Espíritu que nos fue dado una vez y por todas y que derrama el amor de Dios en alguna medida en todos los cristianos, lo hace de formas variadas según el momento y la persona.
¿Hay evidencia para esta afirmación en algún otro lugar que nos ayude a saber cómo debemos buscar la plenitud de esta experiencia? Sí, mencionaré otros tres textos (¡no son todos los que hay!).
Considere primero a 2da a los Tesalonicenses 3:5: “Que el Señor dirija vuestros corazones hacia el amor de Dios y hacia la perseverancia de Cristo”. Aquí tenemos a Pablo orando para que Dios hiciera algo inmediatamente por los tesalonicenses. ¿Qué quiere él que haga el Señor ahora? Quiere que Dios dirija sus corazones. ¡Esta es una frase asombrosa! El corazón tiene una dirección. Puede ir hacia una cosa u otra. Se mueve hacia lo que aprecia como atractivo, satisfactorio, y valioso. Así que Pablo está orando para que Dios le dé al corazón una visión del amor de Dios como algo más atractivo y satisfactorio y valioso que las cosas terrenales ordinarias. “Que el Señor dirija vuestros corazones hacia el amor de Dios.”
¿Qué puede ser esto sino una experiencia del amor de Dios? Debe ser eso, aunque seamos cristianos, es necesario el movimiento desde donde estamos hacia el amor de Dios. De lo contrario Pablo no oraría así. Por tanto, la experiencia del amor de Dios es diferente según el momento y la persona. Aquí somos como cristianos. Todos hemos probado el amor de Dios en nosotros y hemos sido dirigidos a confiar en todo lo que Dios es por nosotros en Cristo. Pero nuestros corazones no son siempre perseverantes, van a la deriva y titubean: Como solían decir los puritanos: “Hay demasiada insensibilidad con respecto a las cosas divinas entre los cristianos.”
Es por eso que necesitamos el avivamiento. Y para esto es que el avivamiento existe. El avivamiento no es la conversión del que está perdido. El avivamiento es la primera respuesta a la oración de Pablo en 2da a Tesalonicenses 3:5: “Que el Señor dirija vuestros corazones hacia el amor de Dios”. Cuando el Señor toma los corazones de su pueblo y les dirige al amor de Dios, el pueblo puede experimentar el derramamiento del amor de Dios por medio del Espíritu Santo. Cuando esto sucede a muchas personas en el mismo momento y lugar, le llamamos avivamiento.
Considere en segundo lugar a 2da a los Corintios 13:14. Está es una bendición de despedida: “La gracia del Señor Jesucristo , el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros”. Ahora ¿qué está haciendo Pablo aquí? Está clamando a Dios en la presencia del pueblo, para que su amor se presente manifiesta y realmente ante ellos: “el amor de Dios [...] sea con todos vosotros” – que se presente, se manifieste en ustedes.
¿Qué quieres decir con que se presente manifiestamente? Para los cristianos, ¿no está siempre presente el amor de Dios? Romanos 8:35 y 39 dice que nada nos puede separar del amor de Dios. Así que se nadie nos puede separar del amor de Dios ¿por qué Pablo ora diciendo: “el amor de Dios [...] sea con todos vosotros”? La razón es que aunque el amor de Dios está siempre presente con los creyentes, no siempre lo experimentamos como si estuviera presente. Por tanto, queremos que Dios haga que su amor sea conocido de manera más manifiesta, más obvia, más tangible. Por tanto, creo que lo que Pablo realmente está pidiendo en 2da a los Corintios 13:14 es que el amor de Dios se derrame más completa y más conscientemente en nuestros corazones.
Por último, considere la extraordinaria oración de Pablo en Efesios 3:14-19. Él está orando por los cristianos, eso es lo que hace que parte de su oración sea sorprendente.
Por esta causa, pues, doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, 15 de quien recibe nombre toda familia en el cielo y en la tierra, 16 que os conceda, conforme a las riquezas de su gloria , ser fortalecidos con poder por su Espíritu en el hombre interior ; 17 de manera que Cristo more por la fe en vuestros corazones ; y que arraigados y cimentados en amor, 18 seáis capaces de comprender con todos los santos cuál es la anchura, la longitud, la altura y la profundidad , 19 y de conocer el amor de Cristo que sobrepasa el conocimiento , para que seáis llenos hasta la medida de toda la plenitud de Dios .
Creo que algún día predicaré quince mensajes sobre estos versos. Ningún otro pasaje de la Biblia me ha llenado tantas veces con anhelos en oración como este. Tiene niveles y niveles de profundo significado. Pero muy superficialmente considere lo que Pablo está pidiendo a medida que leemos la oración desde el final. En el verso 19, está pidiendo que seamos llenos de toda la plenitud de Dios. Eso es una experiencia. No siempre tenemos eso, lo queremos, lo buscamos.
¿Cómo Viene la Experiencia?
¿Cómo viene? Viene a través de un conocimiento experimental del incomprensible amor de Cristo -“de conocer el amor de Cristo que sobrepasa el conocimiento ”. ¿Y cómo viene ese conocimiento experimental del amor de Cristo? En el verso 17 Pablo pide que estén “arraigados y cimentados en amor” para que sean “capaces de comprender” este amor incomprensible. Bien, ¿cómo llegaremos a estar arraigados y cimentados en el amor? Pablo ora para que ocurra (en los versos 16-17) por la fortaleza del Espíritu en el hombre interior, de manera que Cristo more (manifiestamente) en el corazón por la fe.
Así que aquí estamos nuevamente ante la obra del Espíritu Santo. ¿Y no es toda esta experiencia de Efesios 3:14-19 simplemente una extensión de la sencilla declaración de Romanos 5:5 de que el amor de Dios es derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado?
Y si es así, ¿entonces no está claro que la experiencia varía según la persona y el momento? De lo contrario Pablo no oraría por eso tan a menudo como lo hace.
Y, por último, ¿No está claro entonces, cómo deberíamos buscar la plenitud de esta experiencia como un pueblo? Primero: no dejamos nuestra mente en blanco, sino que la llenamos con la verdad de Cristo y la demostración de su amor por nosotros cuando vino y vivió y murió y resucitó. Segundo, oramos por ella. ¡Realmente oramos por ella!
Estas son las dos cosas que Pablo hizo una y otra vez. Él escribió a su pueblo para dirigir sus pensamientos hacia la verdad de Dios en Cristo. Y oró para que el Espíritu Santo les diera ojos para ver la gloria de lo que él escribía.
Ese es el llamado que les hago en esta temporada de preparación para la celebración de la natividad de Jesús. Lean las demostraciones del amor de Dios en Cristo. Piensen así mismo en ellas, y oren con todo su corazón las oraciones de Pablo. Oraciones como la de Efesios 1:18-19: “Mi oración es que los ojos de vuestro corazón sean iluminados , para que sepáis cuál es la esperanza de su llamamiento , cuáles son las riquezas de la gloria de su herencia en los santos , 19 y cuál es la extraordinaria grandeza de su poder para con nosotros los que creemos”. Cuando los ojos de nuestro corazón son abiertos a la grandeza del amor de Dios, el amor de Dios es derramado en nuestros corazones por el Espíritu santo que nos ha sido dado. Busque esta experiencia, búsquela en su plenitud y con todas sus fuerzas.