Mantener la Mente Intacta para Proteger la Esperanza
Por lo tanto; ceñid vuestra mente para la acción; sed sobrios en el Espíritu, poned vuestra esperanza plenamente en la gracia que se os traerá en la revelación de Jesucristo.
El primer mandato de Pedro: ¡Tengan esperanza en la gracia de Dios!
Para unificar todas las traducciones que existen, voy a darles una interpretación literal de este versículo, de manera que puedan ver más claramente la relación entre las palabras. Pedro dice: “Por lo tanto, habiendo ceñido vuestro entendimiento para la acción” – es como la imagen de una persona que usa vestimentas largas y sueltas, que ciñe su ropa con un cinturón para poder correr y moverse libre y rápidamente sin tropezarse. Y la parte que se libera con este ceñir es la mente de ustedes – “el entendimiento de vuestra mente”.
Luego, sigue: “Sed sobrios”- es la imagen de no estar ebrio cuando se trata de cosas espirituales. Implica estar alerta y evaluar las cosas correctamente, porque pueden ver claramente y sus mentes no están adormecidas por influencias que las intoxican.
Después sigue el verbo principal, por primera vez en esta carta es un verbo imperativo, una orden: “Tened esperanza plena” o “poned vuestra esperanza completamente”. El primer mandato de esta carta es una acción que se hace con la mente y con el corazón. Es un mandato a tener esperanza. La esperanza no es una acción del cuerpo. Es una experiencia del alma. Pedro nos ordena tener esperanza.
Ese es el verbo principal, la cláusula principal, de este versículo. Las dos primeras eran subordinadas de participio: “Habiendo ceñido vuestro entendimiento para la acción” – esa es la primera y “sed sobrios”- es la segunda. Luego viene el predicado principal. “¡Tened esperanza plena!”. Lo cual significa simplemente que ceñir el entendimiento y estar sobrios son medios para el fin principal, es decir, tener esperanza plena.
Finalmente, Pedro nos dice cuál es objeto de la esperanza – qué estamos esperando, es decir, la gracia de Dios. “Poned vuestra esperanza completamente en la gracia que se os traerá en la Revelación de Jesucristo”. Cuando Jesús vuelva, va a traer la gracia al pueblo de Dios. La gracia está en camino. Tengan esperanza. ¡Tengan esperanza plena! Tengan plena esperanza en la gracia de Dios.
El mandato y el deleite de Dios: La esperanza en Dios
Tenemos un gran letrero en el lado oeste de la iglesia que dice: TENGAN ESPERANZA EN DIOS. Y tenemos una pancarta en el techo mirando hacia el este que dice: TENGAN ESPERANZA EN DIOS. Esto no es una coincidencia. Es porque creemos que este mandato, “Tengan esperanza en Dios” es el verdadero centro de lo que Dios manda y con lo que se deleita. Salmos 147:10-11,
No se deleita en la fuerza del caballo,
Ni se complace en las piernas ágiles del hombre.
El SEÑOR favorece a los que le temen,
A los que esperan en su misericordia.
En otras palabras, el mandato y el deleite de Dios, no es principalmente lo que puedan hacer por Dios mediante su esfuerzo, principalmente es que tengan esperanza en lo que Él puede hacer por ustedes con su fuerza. La principal contrapartida humana a la gracia divina es la esperanza. La gracia está llegando a ustedes; tengan esperanza.
En Romanos 11:6, Pablo dice: “si es por gracia, ya no es a base de obras, de otra manera la gracia ya no es gracia”. La reacción apropiada a la gracia es ante todo la esperanza. Es falso decir que la gracia no ordena – que no tiene condiciones. Lo que hace que sea gracia es que su primer mandato es: ¡Tengan esperanza! Tengan esperanza plena. Permitan que su alma entera se involucre en la esperanza. No tengan mitad esperanza y mitad dudas. Tengan plena esperanza. Ríndanse a la experiencia de la esperanza. Déjense llevar completamente por la esperanza.
¡Dejen que la gracia obtenga toda la gloria! ¿Cómo? Dejando que obtenga toda la esperanza. Si sustraen esperanza de la gracia, sustraen gloria de la gracia. Satúrense de esperanza. Muéstrenle al mundo que la gracia lo satisface todo. Satisface todas las necesidades.
El Cristianismo: Primero la gracia, segundo la esperanza
Este orden de en primer lugar la gracia, en segundo lugar la esperanza, se confirma mediante la palabra “por lo tanto” al comienzo del versículo 13. “Por lo tanto . . . poned vuestra esperanza plenamente”. “Por lo tanto . . . tened plena esperanza”. Esta palabra hace que el primer mandato de Pedro dependa de toda la gracia que él ha estado exultando durante 12 versículos.
En resumen:
- Versículo 2: puesto que Dios los ha elegido.
- Versículo 3: puesto que Dios los ha hecho nacer a una esperanza viva.
- Versículo 4: puesto que Dios les reserva una herencia incorruptible, inmaculada e inmarcesible.
- Versículo 5: puesto que Dios los protege mediante la fe para que no pierdan esa herencia.
- Versículos 6 y 7: puesto que Dios purifica la fe de ustedes mediante el fuego, para que reciba alabanza, gloria y honor.
- Versículo 8: puesto que nadan con las brazadas del amor, la fe y el gozo en Cristo.
- Versículos 10-13: puesto que los profetas y los ángeles están en puntas de pie para ver todo lo que la gracia de Dios va a hacer en la vida de ustedes,
por lo tanto, tengan plena esperanza en esta gracia. El Cristianismo no es en primer lugar una ética. No es primeramente una fe, un sentimiento o una teología. Ante todo, es la iniciativa soberana del actuar de Dios. Solo ahora escuchamos un mandato: DESPUÉS de que Pedro (durante 12 versículos) celebre la acción soberana de Dios en la elección, la Resurrección de Jesús, el hacer nacer a una vida nueva, proteger nuestra herencia,la preservación de los santos, el obrar providencialmente en la aflicción para perfeccionarnos y en la obra predictiva y predestinada de los profetas – sólo ahora podemos escuchar un mandato. Y el primer mandato es TENER ESPERANZA EN LA GRACIA. “Poned vuestra esperanza plenamente en la gracia que se os traerá en la Revelación de Jesucristo”.
El Cristianismo es, primero, la obra voluntaria y llena de gracia de Dios para salvar a su pueblo, y segundo, el hombre teniendo plena esperanza en esa gracia. Esa es la esencia del Cristianismo.
Pedro no deja el mandato de esperanza pendiendo sin ninguna ayuda. Nos habla de fomentar nuestra esperanza de dos maneras. Una es ceñir nuestra mente y la otra es estar sobrios. Estos son las subordinadas de participio que nos dicen cómo llevarse bien con la esperanza. No son los mandatos principales. Son secundarios. Obtienen su estado imperativo del mandato principal: Tengan plena esperanza en la gracia.
Entonces, ¿qué nos dicen –estos mandatos secundarios?
Ceñid vuestra mente para la acción
El primero es “ceñid vuesrta mente para la acción”. Conviertan las túnicas de sus mentes en pantalones cortos para correr. Súbanlas poniéndolas entre las piernas y métanlas debajo del cinturón. Pero, ¿qué significa eso en la vida real? Sabemos que ceñir la mente es un medio para tener esperanza plena en la gracia. “Habiendo ceñido vuestra mente para la acción, tened esperanza plena . . . ”Para eso es para lo que corren nuestras mentes. Pero, ¿qué están persiguiendo? ¿En qué están tan activas? ¿Qué va a estar haciendo la mente en forma tan activa que produce esperanza?
La respuesta es la VERDAD. La esperanza sucede cuando nuestras mentes están ceñidas de la verdad e involucradas en la verdad. Digo esto por dos razones. Una proviene del versículo siguiente (al que vamos a referirnos la semana próxima): “No os conforméis a los deseos que antes teníais en vuestra ignorancia”. La razón por la cual alguna vez nos dejamos llevar por toda clase de lujurias en vez de dejarnos conducir por la esperanza en la gracia es porque nuestras mentes estaban “en la ignorancia”. Por lo tanto, si queremos que la esperanza florezca en nuestros corazones, debemos rodear el entendimiento en nuestras mentes con la verdad en vez de la ignorancia.
La otra razón, por la que creo que Pedro se refiere a que la mente esté alerta y corriendo en la verdad, es que eso es exactamente lo que Pablo dice cuando usa esta misma metáfora en Efesios 6:14: “Estad, pues, firmes, ceñida vuestra cintura con la verdad”. Creo que sería el significado exacto que Pablo expresa allí si dijéramos: “Permaneced, pues, firmes en la esperanza, ciñendo vuestra cintura con la verdad”. Ceñir la mente con la verdad y permitirle actuar en la verdad es el medio de mantener una esperanza plena en la gracia de Dios.
Por lo tanto, el primer mandato secundario de Pedro “Ceñid vuestra mente para la acción,” significa que comprometamos nuestra mente con la verdad en servicio de la esperanza. Especialmente la verdad sobre la gracia que encontramos en la Biblia. Manejarse con la verdad de las Escrituras. Obrar con la verdad de las Escrituras. Vivir con la verdad de las Escrituras. “Todo lo que fue escrito en tiempos pasados, para nuestra enseñanza se escribió, a fin de que por medio de la paciencia y del consuelo de las Escrituras tengamos ESPERANZA”. (Romanos 15:4).
Sed sobrios, tened esperanza plena
En Pedro 1:13, el otro mandato secundario es: “Sed sobrios en el Espíritu”. Literalmente, dice simplemente: “Siendo sobrios, tengan esperanza plena”. La sobriedad – sobriedad mental, espiritual- es un medio de tener esperanza en la gracia. ¿Qué significa esto en la vida real?
Significa que, si realmente quieren obedecer el mandato de tener esperanza plena en la gracia de Dios, no se dejen fascinar por cosas que insensibilizan sus mentes (y sus corazones) respecto al valor de la gracia de Dios. El gran problema con la embriaguez es que distorsiona la realidad al insensibilizar la mente en cuanto a lo que es cierto, real y valioso.
Cuando mi esposa Noël tiene que elegir un lugar para pasar las vacaciones, elige el mar la mayoría de las veces y yo las montañas. Una de las razones por la que no me inclino por el mar proviene de este texto, créanlo o no. Las playas están al lado del mar, la gente usa trajes de baño cuando están en la playa y los diseñadores de los trajes de baño femeninos parece que están constantemente tratando de encontrar maneras creativas para excitar los deseos sexuales de los hombres.
Mi preocupación acerca de esto no es que podría tentarme por una de esas mujeres y cometer adulterio. Mi preocupación va más allá de eso. Mi preocupación es de qué manera potenciar al máximo en mi corazón la esperanza en la gracia de Dios. Esto es lo que dice este texto sobre lo que tengo que preocuparme. “¡Esperar plenamente en la gracia!”. Se, por mis 34 años de experiencia y por advertencias bíblicas, que excitar esta mente con estímulos sexuales es espiritualmente embriagante. Esa es mi mayor preocupación. Si permito que, a través de mis ojos, esto me fascine durante mucho tiempo o con frecuencia, mi pasión por la verdad, la intensidad y la plenitud de mi esperanza en la gracia de la gloria de Dios disminuye. Ese es el problema para mí.
Esta es la derivación. Si hacen propia esta cuestión – tener plena esperanza en la gracia de Dios y no dejar que, durante mucho tiempo, nada se meta en sus mentes que los insensibilice respecto a la gloria de las cosas espirituales o disminuya su pasión por Dios – si ese es su campo de batalla, entonces puede que nunca tengan que luchar contra la tentación inmediata de adulterio o fornicación.
El sexo no es la única droga que intoxica y embriaga la mente con respecto a la realidad espiritual; lo mismo puede ocurrir con el dinero, la carrera, el poder, las novelas románticas, las novelas televisivas, los comerciales de televisión, la pesca, la colección de monedas, los ordenadores, la rehabilitación, y la jardinería. El punto principal es: conozcan qué es lo que hace que sus mentes sean insensibles a Dios y evítenlo. Manténganse sobrios por el bien de la esperanza plena y apasionada en la gracia de Dios.
La preocupación de Dios en este pasaje
En este pasaje de su Palabra, la gran preocupación de Dios es que no seamos moderados en nuestra esperanza. Que no nos conformemos con corazones que tengan la mitad de la esperanza. Sino que comprometamos nuestras mentes con la verdad productora de esperanza de las Escrituras y que protejamos nuestras mentes de las causas del mundo que disminuyen la esperanza.
Hagámoslo juntos como iglesia. Mantengan intactas sus mentes, sean sobrios, tengan esperanza plena en la gracia de Dios que recibirán en la revelación de Jesucristo.