Libres del pecado, esclavos de la justicia, parte 1
¿Qué significa "bajo la ley” y “bajo la gracia”?
Primera Parte: ¿Qué Significa”Bajo la Ley” y “Bajo la Gracia”?
Porque el pecado no tendrá dominio sobre vosotros, pues no estáis bajo la ley sino bajo la gracia.15 ¿Entonces qué? ¿Pecaremos porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? ¡De ningún modo!16 ¿No sabéis que cuando os presentáis a alguno como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquél a quién obedecéis, ya sea del pecado para muerte, o de la obediencia para justicia?17 Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, os hicisteis obedientes de corazón a aquella forma de enseñanza a la que fuisteis entregados; 18 y habiendo sido libertados del pecado, os habéis hecho siervos de la justicia.19 Hablo en términos humanos, por causa de la debilidad de vuestra carne. Porque de la manera que presentasteis vuestros miembros como esclavos a la impureza y a la iniquidad, para iniquidad, así ahora presentad vuestros miembros como esclavos a la justicia, para santificación.
Sed de Dios
Hace dos semanas describí un cuadro de los versículos 11-13. Si confiamos en Cristo, nuestro cuerpo es como un castillo con Dios como el rey que reina; nuestros deseos son como siervos en el castillo; el pecado es un rebelde, un pretendiente engañoso al trono el cual quiere reinar sobre el castillo; la estrategia de la rebelión del pecado contra el rey es tomar cautivos a nuestros deseos siervos, engañarles, corromperles y enviarles como traidores dentro del castillo como Judas para traicionar al rey, capturar uno de nuestros miembros (por ejemplo la lengua) y transformarla en un arma de iniquidad contra el Rey.
Argumenté que aquí hay una gran batalla que pelear. De esto trata todo Romanos 6 — ¿Cómo la gente que ha sido justificada por gracia por medio de la fe derrota el pecado? Hice notar seis estrategias, y la última estaba basada en el versículo 12, “Por tanto, no reine el pecado en vuestro cuerpo mortal para que no obedezcáis sus lujurias.” En otras palabras: No desee el pecado tanto como usted desea a Dios. No desee la mentira del pecado tanto como usted desea la verdad de Dios. Cuando se trata del conflicto entre el deseo por lo que el pecado ofrece y el deseo por lo que Dios ofrece, prefiera a Dios. Lo que significa que una gran estrategia al vivir la vida cristiana es poner a Dios y sus caminos delante de nosotros como nuestro tesoro — como preferible.
Que la iglesia — la iglesia tibia, mundana, la iglesia de medio corazón—comprendiera que la vida cristiana, la única vida que conduce al cielo, es una vida de deseos que compiten. No es un accidente o una coincidencia que el brazo de distribución de esta iglesia se llame “Ministerios Sed de Dios.” El versículo 12 dice, “No reine el pecado en vuestro cuerpo mortal para que no obedezcáis sus lujurias.” En otras palabras, vivimos la vida cristiana no para obedecer los deseos del cuerpo que el pecado ha capturado y corrompido. Y si usted escoge no obedecer un deseo, es porque usted desea otra cosa mucho más. ¿Pero que pasa si usted ha aprendido un tipo de vida cristiana que es toda fuerza de voluntad y no es sed de Dios? ¿Qué pasa si usted nunca invierte ninguna oración, meditación o conversación en cultivar fuertes deseos por Cristo en vez de fuertes deseos por el pecado? ¿Qué pasa si usted solo piensa de Cristo como la verdad, pero no le desea como su tesoro?
Bien, en el texto de hoy hay una ventana dentro del alma con ese tipo de cristianismo. En el versículo 15 Pablo dice, “¿Entonces qué? ¿Pecaremos porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? ¡De ningún modo!” Pablo está citando a alguien aquí. La misma persona que estaba citando en el versículo1, “¿Qué diremos, entonces? ¿Continuaremos en pecado para que la gracia abunde?” Puede usted ver que Pablo aun está tratando de ayudar a estos pobres compañeros que no comprenden la esencia de la vida cristiana enraizada en la justificación por gracia solo por la fe. Estos cristianos escuchan el evangelio de Pablo de la justificación por gracia por medio de la fe aparte de las obras, y dicen, “Bien, si he alcanzado buena posición delante de Dios por la fe, y si todos mis pecados, pasados, presentes y futuros están perdonados entonces yo puedo también dejar que el pecado reine en mi cuerpo mortal y disfrutar haciendo sus deseos.” Esa es la manera en que habla una persona cuyo cristianismo es simplemente un grupo de ideas y no una experiencia de la preciosidad de Cristo.
¿Qué puedo hacer por tal tipo de persona en esta mañana? 1) Puedo predicar a Cristo y tratar de presentar su corazón, su mente, su gracia y su obra para que él aparezca como lo que realmente es, es decir, precioso, mas allá de todo lo que este mundo puede ofrecer. 2) Y puedo pedir que Dios abra los ojos de vuestros corazones para ver esta preciosidad y así él despierte vuestra alma para gustar y ver que él es mas deseable que todo lo que compita por tu corazón. 3) Por gracia, puedo atestiguar al tesoro en que se ha convertido en mi propio corazón.
Pasaremos dos semanas en este texto mientras tratamos de hacer esto. La manera en que quiero enfocarlo hoy es desenvolver lo que significa estar bajo la ley y lo que significa estar bajo la gracia. Esto mostrará la preciosidad de Cristo y de la gracia en una forma que pocas cosas pueden hacerlo.
¿Qué, significa entonces, estar bajo la gracia y no bajo la ley?
“Bajo la Ley”—Proveemos Nuestra Propia Justicia
Versículo 14: “Porque el pecado no tendrá dominio sobre vosotros, pues no estáis bajo la ley sino bajo la gracia.” La frase “bajo la gracia” no es usada en ningún otro lugar en los escritos de Pablo (o el Nuevo Testamento) excepto aquí y en el verso próximo. Pero la frase “bajo la ley” Pablo la usó otras siete veces (una vez en 1 a los Corintios 9:20, y cinco veces en Gálatas — 3:23; 4:4-5, 21; 5:18). Esos usos nos dan un cuadro claro de lo que probablemente Pablo tiene en mente aquí.
Echémosle un vistazo a dos de ellos. Mantenga esta pregunta urgente en mente, en caso de que usted esté propenso a pensar que esta es una pregunta sin sentido. ¿Cómo se ve usted delante de Dios y cómo vive usted soportando sea que usted está bajo la ley o bajo la gracia? ¿Qué significa “bajo la ley”?
Primero considere Gálatas 4:4-5, “Pero cuando vino la plenitud del tiempo, Dios envió a su hijo nacido de mujer, nacido bajo [la] ley, (5) a fin de que redimiera a los que estaban bajo [la] ley, para que recibiéramos la adopción de hijos.” La palabra “la” aquí no está en el original. La frase es idéntica a lo que tenemos aquí en Romanos 6:14. Cristo nació “bajo la ley” para redimir a los que estaban “bajo la ley.”
Aquí está lo que aprendemos de este uso: 1) Alguien está en serios problemas por estar bajo la ley, porque Pablo dice que Cristo necesita redimirles; 2) Cristo nació bajo la ley, y así estar bajo la ley no era un peligro o un pecado para Cristo, como parecía ser para el resto. En otras palabras, estar “bajo la ley” es algo que nosotros criaturas pecaminosas queremos evitar a toda costa si podemos, pero Cristo abrazó rescatarnos de ella. ¿Qué podría significar esto?
Yo sugeriría esto. Estar bajo la ley significa que guardar la ley es la manera en que proveeremos una justicia que nos permita pararnos delante de Dios. Si tratamos la ley de tal manera que guardarla provea la justicia que nos justifica, entonces estamos bajo la ley. Y esto es cierto ya que usted está confiando en Dios para que le posibilite guardar la ley o confiar en usted mismo. No hay ninguna diferencia cuando el asunto es: ¿Qué provee la justicia que me justifica? Si es guardar la ley, estoy “bajo la ley.”
Una Elección Mortal
La razón por lo cual eso es mortal para nosotros los pecadores es que ninguno de nosotros puede triunfar usando la ley para proveer la justicia que nos hace justos delante de Dios. Por otra parte, cuando Pablo dice que Cristo nació “bajo la ley” (Gálatas 4:4) para redimir a aquellos de nosotros que estábamos condenados por nuestras fallas para guardar la ley, probablemente quiere decir que Cristo no fallará en relación a la ley de esta manera. O sea, Cristo guardará la ley perfectamente (¡por fe!) y así representar una justicia que, de hecho, mantendrá una posición correcta delante de Dios. Y lo que hemos aprendido en Romanos es que esta justicia de Cristo se nos acredita a nosotros.
Veamos si esto está confirmado en Gálatas 4:21, “Decidme, los que deseáis estar bajo la ley, ¿no oís la ley?” Había un grupo de maestros que habían venido a Galacia y les habían dicho que una parte esencial de la justificación era guardar la ley, especialmente, el ser circuncidados. En otras palabras, parte de la justicia que les concedería una justa posición delante de Dios sería el guardar la ley, y la circuncisión. Pablo dijo, esto es lo mismo que querer estar “bajo la ley.”
El lo describió en Gálatas 5:2-4,
Mirad, yo, Pablo, os digo que si os dejáis circuncidar, Cristo de nada os aprovechará. Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a cumplir toda la ley. De Cristo os habéis separado, vosotros que procuráis ser justificados por la ley; de la gracia habéis caído.
Tres observaciones:
1) Si quieres afirmar que guardar la ley parcialmente, digamos el acto de la circuncisión, es parte de tu justicia que te justifica, entonces tienes que reconocer que estás endeudado como para guardar toda la ley (versículo 3). Si quieres proveer algo de tu justicia como la base de tu posición justa delante de Dios, debes proveer toda justicia. Eso es lo que significa estar “bajo la ley.” Cristo lo hizo. Nosotros no podemos. Nosotros necesitamos su justicia, no la nuestra.
2) En el versículo 4 “que procuráis ser justificados por la ley” es lo mismo que “querer estar bajo la ley” en 4:21.Es decir, querer estar “bajo la ley” es lo mismo que querer guardar la ley para ser parte de nuestra justicia ante Dios. Eso es lo que significa “justificado por la ley.”
3) Si tratas de proveer algo o todo de de tu propia justicia ante Dios, Cristo no te será de ningún beneficio. Versículo 2: “Si os dejáis circuncidar, Cristo de nada os aprovechará.” En otras palabras, Cristo será toda tu justicia o ninguna. Si tratas de proveer algo de tu justicia junto con la justicia de Cristo como la base de tu justificación, nulificas la gracia (Gálatas 2:21). O podemos decir, no estáis “bajo la gracia.”
“Bajo la Gracia” — Cristo es Nuestra Justicia
Lo que significa, entonces, estar “bajo la gracia” es que Cristo es toda nuestra justicia para justificación. La recibimos en él como un regalo por gracia por medio de la fe nada más. Y lo opuesto es estar “bajo la ley,” lo que significa que Cristo no es nuestra justicia para justificación, sino que el guardar la ley lo es.
Veamos ahora si esto está confirmado aquí en el contexto de Romanos 6. Lo está, creo, en dos maneras. Una es que tiene sentido fuera de la objeción del versículo 15, ¿Entonces qué? ¿Pecaremos porque no estamos bajo la ley sino bajo la gracia?” La persona que pablo tiene en mente aquí piensa que estar “bajo la gracia” es una licencia para pecar sin castigo. Y verdaderamente, así es como parece ser si “estar bajo la gracia” significa que toda justicia para justificación es de Cristo y no nuestra. Entonces la objeción parece meritoria.
En adición a eso, la misma objeción fue levantada en el versículo 1 en respuesta a Romanos 5:20-21, lo que además confirma que estamos sobre la pista correcta. Recuerde que en Romanos 5:17 Pablo se refirió a “los que reciben la abundancia de la gracia y el don de la justicia.” La gracia de Dios se expresa en un regalo de justicia. Ese regalo de justicia es la justicia de Cristo, y no la nuestra. Usted puede verlo en el próximo versículo. Versículo 18b: “Por un acto de justicia resultó la justificación de vida.”Así que el regalo de justicia (versículo 17) es el acto de justicia de Cristo (versículo 18) el cual resulta en nuestra justificación, y conduce a la vida eterna. Es la justicia de Cristo imputada a nosotros.
Ahora con esto en mente, leemos Romanos 5:20-21, lo que llevó a la objeción en romanos 6:1: Bien podemos pecar para que la gracia abunde. Versículos 20-21 dicen “Pero donde el pecado abundó, sobreabundó la gracia, para que así como el pecado reinó en la muerte, así también la gracia reine por medio de la justicia para vida eterna, mediante Jesucristo nuestro Señor.” En otras palabras, la gracia de Dios (versículo 17) reina a través de la imputación a nosotros de la justicia de Cristo para justificación y conduce a la vida eterna. A lo que alguien dice “¡Bien, entonces, pequemos para que abunde la gracia!” (6:1) Es también lo que dijo en el versículo 15, “¿Entonces qué? ¿Pecaremos porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia?” Así que vemos que la conexión de pensamientos en Romanos 5:17-6:1 confirma el significado de “bajo la gracia” que hemos visto en Gálatas y en Romanos 6:14, 15.
De todo esto concluyo que estar “bajo la ley” significa que guardar la ley es la manera en que proveeremos una justicia que nos permite una posición delante de Dios. Si tratamos la ley de tal manera que guardar la ley provea la justicia que nos justifica, entonces estamos “bajo la ley.”
Pero estar “bajo la gracia” significa que recibimos toda nuestra justicia como un regalo, es decir, la justicia de Cristo, por gracia como el fundamento de nuestra justificación. Ese es el regalo. Esa es la base de de nuestra posición justa con Dios. Cristo nació y vivió bajo la ley y la cumplió perfectamente por fe. Esa es su justicia. Nosotros escapamos de estar “bajo la ley” al confiar en Cristo como nuestra justicia. Eso es lo que significa estar bajo la gracia.
Ahora la pregunta es: ¿Porqué el estar bajo la gracia y no bajo la ley, garantiza que el pecado no triunfará en vuestra vida y no se convertirá en vuestro Señor? Eso es lo que dice el versículo 14: “Porque el pecado no tendrá dominio sobre vosotros, pues no estáis bajo la ley sino bajo la gracia.” Esto no es un mandamiento sino una promesa. “El pecado no tendrá mas dominio sobre vosotros.” Y esto es lo que retomaremos el próximo domingo.
Deseo, no Solo Decisión
Hoy quiero concluir donde comenzamos — con la vida cristiana como el triunfo del deseo, no solo la decisión. Relacione esto ahora con lo que hemos visto. Quién está en esto en el versículo 15 que habla así: “Pequemos porque no estamos bajo la ley sino bajo la gracia. Ya que Cristo es nuestra justicia para justificación, porque nuestra posición justa con Dios está basada en su justicia no en la nuestra, entonces pequemos, porque no puede haber ningún castigo. Cristo es nuestra justicia. ¿Quién habla así?
Al principio dije, es gente cuyo cristianismo es un grupo de ideas acerca de Cristo, y no una experiencia de la preciosidad de Cristo. Su cristianismo es toda verdad y no tesoro. Todo “elecciones” y no ternura. Toda lógica acerca de Cristo y no amor por Cristo. Todo “decisión” y no deleite. ¡Y cuanta gente hay que vienen a la iglesia y están en esta categoría!
Mi oración de clausura es que durante el próximo Adviento 2000, podamos todos buscar la preciosidad de Cristo. Y la preciosidad de la justificación por la fe. Y la preciosidad de estar bajo la gracia, y no bajo la ley. Adviento significa: “Pero cuando vino la plenitud del tiempo, Dios envió a su hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, a fin de que redimiera a los que están bajo la ley, para que recibiéramos la adopción de hijos.” (Gálatas 4.4-5). El vino bajo la ley y cumplió la ley, para que pudiéramos ser redimidos de la ley y convertirnos en hijos de Dios.
Si esto no le parece a usted precioso, si este no es el tesoro de su vida — mas precioso que el oro y mas dulce que la miel — ¿Buscaría usted la preciosidad de Cristo en el Adviento? Pida a Dios que abra los ojos de su corazón. Apague la televisión. Ponga su mente en las cosas de Cristo. Apresúrese orar, “Sácianos por la mañana con tu misericordia, y cantaremos con gozo y nos alegraremos todos nuestros días.” (Salmo 90:14).