No Comáis el Pan de la Ansiedad por el Trabajo Duro
Salmos de verano
Mensaje del domingo por la noche
Mientras existan personas cuyos corazones no estén preocupados o llenos de ansiedad o de un frenesí inquieto, sino más bien sientan una tranquilidad en el corazón y una especie de pacífico abandono, que les inste a pensar en las preocupaciones de los demás, en lugar de ensimismarse en las propias, mientras exista gente así, el mundo se alzará y prestará atención. Y es precisamente así, porque con toda probabilidad en ello hay implicado algo fuera de este mundo y que es anhelado por todos, incluso si no están seguros de lo que es. El mundo está lleno de gente ansiosa: estudiantes ansiosos por si los otros se reirán de sus zapatos nuevos, por sacar buenas notas, por hacer una buena exposición de un libro ante la clase; existen adultos ansiosos por impresionar al jefe, por perder un cliente, por acabar un informe a tiempo, por deshacerse de una inversión estúpida o de un extraño dolor en el pecho. De vez en cuando, se instala sobre todos nosotros un oscuro, gris y pesado manto de deprimente ansiedad, que por momentos todo lo oscurece y parece imposible deshacerse de él. La experiencia es tan común que aquellos que viven en paz, libertad y júbilo brillan como estrellas en la oscuridad. Aquellos que han encontrado el modo de obedecer las palabras de Jesús "No estéis ansiosos por nada". Ellos son la sal de la tierra y la luz del mundo. Ellos aportan sazón y luz a lugares en los que la sigilosa niebla gris de la ansiedad lo ha tornado todo en oscuro e insípido.
No Estéis Ansiosos
En el pasado año, por encima de todos los textos ha destacado uno que me ayudó a desvanecer aquella niebla. Lo he usado a menudo. Tengo el persistente recuerdo de salir de mi despacho para dirigirme a impartir mis clases sobre 1ª de Pedro y Romanos 9-11 cargando bajo el brazo una pila de libros y notas y diciéndome: "Padre, a menos que impartas la clase, mi preparación será en vano." Y se me aliviaba el corazón con la buena noticia de que últimamente sería Dios el que traería o no los frutos de mi esfuerzo.
El texto pertenece al Salmo 127:1–2. "Si el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican; si el Señor no guarda la ciudad, en vano vela la guardia. Es en vano que os levantéis de madrugada, que os acostéis tarde, que comáis el pan de afanosa labor, pues Él da a su amado aun mientras duerme". Pienso que la idea central de los tres versículos es la siguiente: "No comáis el pan de afanosa labor". Significa lo mismo que Jesús dio a entender cuando dijo "No estéis ansiosos por lo que comeréis". Cuando nos hacemos adultos debemos trabajar para ganarnos el pan. Y podemos trabajar, bien nerviosamente, preocupándonos sobre lo que pensarán los demás sobre nosotros, con lo que estaremos comiéndonos el pan de afanosa labor, o podemos trabajar con el corazón sereno, sirviendo a Cristo y no a los hombres, con lo que estaremos comiéndonos el pan de la paz. Así lo quiere Dios para sus hijos. De hecho, la señal de si somos hijos o no está en que nosotros no comamos el pan de afanosa labor.
Dios no establece reglas específicas sobre la hora de levantarse para ir al trabajo o lo tarde que terminamos de trabajar por la noche. Pero sí establece el siguiente principio para sus hijos: No madruguéis y os retiréis tarde a descansar llenos de ansiedad, miedo y displicencia. Si el placer del trabajo fructífero os empuja a trabajar 12 horas al día, que así sea. Pero procurad no decepcionaros, dejándoos llevar por la ansiedad o por su hermana gemela la ambición egoísta. Los Cristianos trabajarán duro, pero trabajarán más por el placer de las cosas buenas que su trabajo proporciona a los demás, que por el miedo de lo que pensarán los demás si fracasan. Entonces,
Sed diligentes seguid al Señor
Y comed el pan que os ganáis,
Que no os inquiete la necesidad
Y que no quemen las preocupaciones.
Cuatro Maneras de Trabajar en Vano
Según creo, la idea central es la siguiente: Los hijos de Dios no deben emprender sus tareas con ansiedad. Entonces, además de la idea central veo que se dan dos razones por las que es inútil e innecesario y, de hecho, un error para los hijos de Dios, comerse el pan de afanosa labor. La primera razón se aporta en el versículo 1: "Si el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican; si el Señor no guarda la ciudad, en vano vela la guardia". ¿Qué significa edificar en vano y guardar la ciudad en vano? ¿Como es posible que los esfuerzos de un hombre que construye su casa se muestren como fútiles, vacíos y vanos? Se me ocurren cuatro maneras:
1) Si Dios no está contigo
En primer lugar, si Dios no está construyendo la casa con él, puede que, sencillamente, no la termine. Recordaréis los constructores de la Torre de Babel en Génesis 11. La construyeron, pero Dios no estaba en ello, y por eso trabajaron en vano. No les permitió acabarla. Esta es la primera manera en que nuestro trabajo podría resultar en vano por no estar Dios en él.
2) Si el edificio se desmorona en un año
La segunda manera es que con la buena providencia de Dios se complete la obra y se desmorone más tarde por su deficiente cimentación. "El hombre insensato que edificó su casa sobre la arena; y cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y azotaron aquella casa; y cayó, y grande fue su destrucción". Dios nos puede sostener y permitir que construyamos con un total desconocimiento de su apoyo secreto. Luego, cuando estamos orgullosos levantando la cabeza por nuestra labor, la arena tiembla y caemos de espaldas, y quizás aprendamos, antes de que sea demasiado tarde, que, a menos que confiemos nuestra construcción al Señor, nuestro trabajo será en vano.
3) Si mueres antes de entrar en la casa
Pero existe una tercera manera de que mi trabajo sea en vano. El proyecto se completa sin interrupciones, el logro es pleno y duradero. Pero el mismo día en que voy a entrar en la casa, muero de un ataque al corazón. Salomón fue dolorosamente consciente de lo que escribió en Eclesiastés 2:20 y siguientes:
Por tanto me desesperé en gran manera por todo el fruto de mi trabajo con que me había afanado bajo el sol. Cuando hay un hombre que ha trabajado con sabiduría, con conocimiento y con destreza, y da su hacienda al que no ha trabajado en ella, esto también es vanidad y un gran mal.
La vida y la muerte están en manos del Señor y ninguno de nosotros puede alargar nuestras vidas ni un segundo más allá del tiempo fijado.
Quizás algunos esgriman que el salmo dice que trabajamos en vano sólo si el Señor no está en nuestro trabajo, pero la gente muere incluso cuando el Señor está en su trabajo. ¿No será que ellos también trabajaron en vano, a pesar de haber confiado en Dios para que les ayudara en su construcción? Mi respuesta es que desde luego que no, ya que la muerte no es el final de los hijos de Dios. Bien es cierto, que cuando mueren no llevan consigo sus casas, negocios o familias, pero todo el trabajo realizado confiando en el Señor va con ellos y es el testimonio de su fe hacia Dios. Como se dice en Apocalipsis 14:13 " Y oí una voz del cielo que decía: Escribe: "Bienaventurados los muertos que de aquí en adelante mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, para que descansen de sus trabajos, porque sus obras van con ellos". Y como escribió el apóstol Pablo en 1 Corintios 15:58 "Por tanto, mis amados hermanos, estad firmes, constantes, abundando siempre en la obra del Señor, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano".
Sin embargo, para aquellos que en esta vida trabajan sin confiar en el Señor, una tercera manera en que esto muestra ser vano es cuando consiguen el objetivo y antes de su uso, mueren y no obtienen placer por ello.
4) Si se convierte en un hogar trágico
La cuarta manera en que podemos trabajar en vano si Dios no está con nosotros es la siguiente: quizá se haya construido la mansión sin complicaciones; puede estar bien y ser duradera y la providencia de Dios nos ha permitido entrar a vivir allí sólo para ver que se ha convertido en un hogar trágico: un matrimonio roto, hijos rebeldes, en medio de una abundancia de banales adornos y estanterías de mármol. Vacío, futilidad, vanidad porque Dios no edificó la casa.
Me parece que la idea del versículo 1 es que no importa lo duro que trabajes para conseguir algo, ya que la consecución y el pleno disfrute de la satisfacción dependen de Dios de forma decisiva. Si no confiamos en Dios con todo nuestro corazón en lugar de confiar en nuestra propia inteligencia, podríamos, si así lo desease Él, crear un monumento, que, a fin y al cabo, sólo sería un tributo a la futilidad.
Dije que el versículo 1 era la primera de las dos razones por la que los hijos de Dios no deben sentir ansiedad en su trabajo. ¿Cómo nos ayuda dicho pasaje, pues, a superar la ansiedad? A mi me funcionó de la siguiente manera. Cuando salía del despacho de camino a clase, pensaba que si mis mayores esfuerzos los hacía en vano sin la ayuda especial de Dios, entonces, el éxito o fracaso de la clase dependía, en última instancia, de él, no de mí. De este modo, me quitaba un enorme peso de encima, con el que no me correspondía cargar, es decir, la responsabilidad final del éxito o fracaso de cualquier acción que emprendiera. En ocasiones estaba tan empapado de esta verdad que me sentía tan ligero como una mariposa. No puedo llevar el peso de si le voy a gustar a esta clase de hoy, Señor. No puedo llevar el peso de si me preguntarán algo que esté más allá de mi conocimiento, Señor. No puedo llevar el peso de abrir sus corazones a creer en la doctrina de tu soberanía, Señor. ¡Estas son cargas muy pesadas! ¡Te pertenecen! Y he descubierto que Dios no sólo está dispuesto sino que quiere cargar con el peso de la responsabilidad final sobre si la casa se construye o la ciudad se salva. Y para mí esa es una poderosa razón para no sentir ansiedad en mi trabajo.
Dios da a sus hijos mientras descansan
La segunda razón se aporta en el versículo 2: No comáis el pan de afanosa labor porque "Él da a su amado aun mientras duerme". Algunas traducciones dicen: "Él da a su amado descanso". Las dos son posibles traducciones del hebreo. Una da a entender que Dios ayuda a una persona a descansar por la noche y la otra da a entender que mientras una persona descansa Dios está ocupándose de trabajar en el mundo para bendecirlo ¿Cuál es más apropiada para el contexto?
La primera mitad del versículo 2 dice que es vano madrugar y retirarse tarde a descansar, pero ¿cómo podría la simple afirmación de que Dios da el sueño desanimar a alguien de levantarse temprano y se retirarse tarde a descansar? Él no está interesado en su sueño, se preocupa y quiere preocuparse sobre su trabajo. Sin embargo, si Salomón quiso decir, como así creo, "Dios da a sus hijos mientras duermen", entonces, existe un incentivo monumental para dejar de sentir ansiedad y reducir nuestras horas de descanso. El incentivo es el siguiente: Dios puede hacer más cosas buenas por quienes confían en él mientras duermen, de la que ellos mismos pueden hacer con un trabajo ansioso por si mismos mientras están despiertos. ¿Se os ocurre una mejor razón para no madrugar y retirarse tarde a descansar, comiendo el pan de afanosa labor?
¿Nunca os habéis preguntado porque Dios nos hizo de tal modo que pasamos durmiendo un tercio de nuestra vida? Dios podría haber diseñado a un hombre que siempre estuviera fresco y descansado y no necesitara dormir. ¿Por qué decretó que el sueño fuera parte de la experiencia humana? Os daré mi opinión. Dios quería dar un recordatorio universal a la raza humana de que no somos más que niños y deberíamos admitirlo. Somos tan débiles que tenemos que convertirnos en alguien indefenso, inconsciente, ciego y débil todos los días para poder vivir. El sueño es una experiencia terriblemente humillante. En ningún momento somos tan débiles, tan niños como cuando dormimos llenos de fe. ¿Acaso no dijo Dios: "mi poder se perfecciona en la debilidad" Y "si no os hacéis como niños, no entraréis en el reino de Dios"?
Si el poder de Dios se perfecciona en la debilidad, podemos creer con seguridad cuando el salmo dice que si descargamos nuestras ansiedades en Dios y descansamos en paz, Dios trabajará durante toda la noche con todo su poder a nuestro favor.
La gran prueba de fe es creer que cuando sólo veamos un pequeño resultado en alguna situación y no vemos venir nada bueno de ella, Dios todopoderoso creará a partir de la nada una serie de situaciones o actitudes portadoras de grandes bendiciones. Y puede hacer esto mientras dormimos. Procura no interpretar su trabajo apresuradamente, puesto que puede que no sea lo que esperas o puede no haberlo terminado aún. William Cowper escribió un gran himno que me ha ayudado bastante en cuanto a esto.
No juzgues al Señor con débil sentido
Más confía en la gracia de Él,
Tras una providencia difícil
Esconde un rostro sonriente. Sus propósitos madurarán rápido
Desplegándose a cada hora
Quizá el brote sepa amargo
Pero la flor será dulce. La incredulidad ciega se equivoca
Y escruta sus obras en vano.
Dios es su propio intérprete
Y Él lo dejará claro.
Finalizaré con una experiencia personal. Recuerdo que hace algunos años sufrí insomnio durante algunas semanas. Incluso cuando pensaba que era inútil preocuparse, seguía sin poder dormir. Finalmente, la solución llego bajo la forma de una imagen que visualizaba cada noche antes de dormir.
Me veía en una embarcación sobre un mar embravecido y la tripulación se esforzaba frenéticamente en mantener la proa en la dirección del viento y asegurar la carga. Yo me dirigía hacia una parte de la embarcación en la que estaba Jesús durmiendo en un catre. No se apreciaba tensión en su rostro y su cabeza se balanceaba a merced de las olas. Me abalancé sobre su hombro y le dije "Jesús no puedo dormir, por favor, ayúdame". Se levantó lentamente y se sentó en el borde del catre. Me indicó que me tumbara y pusiera mi cabeza sobre su regazo. A continuación, me puso la mano en el hombro y dijo: "Cuidaré de ti esta noche, no te preocupes". Me aseguraré de que estarás preparado para las clases de mañana."
No os podría decir cuántas noches fui a dormir en esa posición. Pero fueron muchas. A veces, sigo adoptando esa posición cuando no me duermo. Porque Él da a sus hijos mientras descansan.
Así pues, no os comáis el pan de afanosa labor, porque no importa los mucho que os esforcéis en conseguir algo, ya que Dios os ha quitado de la espalda el peso de la responsabilidad final por el éxito y puede hacer más cosas buenas por aquellos que creen en Él mientras duermen, de las que ellos pueden hacer por si mismos trabajando con ansiedad mientras están despiertos.
Textos complementarios 1 Cor 3:7; 15:10; Fil 2:13; 1 Pet 5:7; 4:19
¿Quienes son los "amados"? Cf. Sal 146:8 (Sal 32:8, 11); Jn 16:27
1 Reyes 3:3–15—Recepción de Salomón de la promesa en sus sueño
Is 43:13—Yo trabajo y quien lo puede impedir
Sal 60:11; 108:12—vana es la ayuda del hombre
Jer 46:11—En vano has multiplicado los remedioss