No se preocupen por su vida
“24 Nadie puede servir a dos señores; porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o se apegará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. 25 Por eso os digo, no os preocupéis por vuestra vida, qué comeréis o qué beberéis; ni por vuestro cuerpo, qué vestiréis. ¿No es la vida más que el alimento y el cuerpo más que la ropa? 26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, y sin embargo, vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois vosotros de mucho más valor que ellas? 27 ¿Y quién de vosotros, por ansioso que esté, puede añadir una hora al curso de su vida? 28 Y por la ropa, ¿por qué os preocupáis? Observad cómo crecen los lirios del campo; no trabajan, ni hilan; 29 pero os digo que ni Salomón en toda su gloria se vistió como uno de éstos. 30 Y si Dios viste así la hierba del campo, que hoy es y mañana es echada al horno, ¿no hará mucho más por vosotros, hombres de poca fe? 31 Por tanto, no os preocupéis, diciendo: “¿Qué comeremos?” o “¿qué beberemos?” o “¿con qué nos vestiremos?” 32 Porque los gentiles buscan ansiosamente todas estas cosas; que vuestro Padre celestial sabe que necesitáis de todas estas cosas. 33 Pero buscad primero su reino y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. 34 Por tanto, no os preocupéis por el día de mañana; porque el día de mañana se cuidará de sí mismo. Bástele a cada día sus propios problemas”
Algunos reyes encuentran muy efectivo mantener a sus súbditos bajo constante preocupación. Si la gente se angustia por su vida y se preocupa de dónde vendrá su próxima comida, quizás estará más dispuesta a cumplir con los requerimientos del rey, para conseguir la comida que necesita de sus almacenes. La preocupación mantiene a la gente en su sitio. El miedo afirma la monarquía.
El reinado de Dios y la preocupación de su pueblo
Pero una de las cosas mas grandes de Jesús es que Él no quiere que su pueblo este preocupado. El punto principal del texto de hoy es que Dios no asegura su reino promoviendo la preocupación. Por el contrario, la meta del reino de Dios es liberarnos de la preocupación. Dios no tiene necesidad de mantenernos preocupados para establecer su poder y superioridad. En lugar de eso, exalta su poder y superioridad eliminando nuestra preocupación.
Si han nacido de nuevo; si se han alejado del pecado y siguen a Jesús como Señor en la obediencia de la fe, su deseo para ustedes en esta mañana es que no estén preocupados por nada, sino que disfruten de una profunda serenidad, paz y seguridad. Jesús habló estas palabras en Mateo 6:24-34 precisamente para ustedes—para ayudarles a superar lo que les esté preocupando en esta mañana.
La lucha de cada persona
Supongo que escogí este texto de hoy tanto para mí como para cualquier otra persona. Me siento preocupado cada vez que regreso de vacaciones. Es como cuando regresaba a la escuela después de unas largas vacaciones de verano. No estaba seguro de si todavía sabía escribir. O quizás ese nuevo maestro iba a pedir que hiciésemos resúmenes orales de libros frente a la clase.
Mi lucha
Pero mi lucha con la preocupación no se produce solamente después de las vacaciones. Me despierto preocupado prácticamente todas las mañanas. Tal vez es una extraña peculiaridad de mi personalidad, o quizás algún vestigio de una crianza desequilibrada, o posiblemente que hay pecado en mi mente y en mí corazón a diario. Cualquiera que sea la razón, es una experiencia muy real, que odio y que tengo que enfrentar todos los días. Por tanto, este sermón es para mí. Probablemente iré a la biblioteca a retirar esta cinta magnetofónica en unas semanas, para escucharla alguna mañana temprano mientras corro con mi chándal antes del desayuno.
La lucha de los jóvenes
Pero se que no es solo problema mío. La semana pasada recibí una carta de una joven de otro estado, que ha terminado su relación con un hombre únicamente porque él no tomó liderazgo espiritual alguno en su relación. Terminó su carta así: "quiero vivir una vida que honre a Dios, y fue fácil soñar por un tiempo, pensando en ser esposa y madre. Pero sin un hombre que en realidad confíe en Dios no será sino tristeza. A veces, pierdo la esperanza de que haya hombres que en realidad vivan así—pero se que los hay. Por lo tanto continuaré confiando en que Dios tiene guardado lo mejor para mí". Existen muchos jóvenes que se preocupan pensando si algún día se casaran.
La lucha de los misioneros
Recibí otra carta la semana pasada de David Jaeger, uno de nuestros misioneros en Liberia. David fue bastante honesto sobre algunas de las dificultades de vivir en el pueblo con miembros de la tribu Gola. Escribió, "veo el futuro de nuestra obra aquí en Liberia con mucha preocupación. Me pregunto si los musulmanes escucharan nuestras explicaciones con un corazón abierto. ¿Creerán? Me preocupa el puñado de creyentes de aquí. ¿Cambiaran su forma de ser y serán obedientes? El estudio del idioma es una fuente constante de preocupación, como también lo es la preparación de las clases de estudio bíblico y los sermones. . . etc.". Los misioneros se preocupan, los jóvenes se preocupan, los pastores se preocupan, todos se preocupan.
Necesitamos una palabra del Señor Jesús esta mañana para recordarnos que su reino no esta erigido sobre la preocupación de su gente. Él se ha convertido en nuestro rey justo con el propósito contrario, es decir, quitarnos la preocupación. En mi propia vida, el solo enunciado del Señor de que Él no quiere que me preocupe tiene una gran tendencia a hacerme sentir paz. Pero cuando le sumas a esto las razones que Él nos da del porqué no necesitamos estar preocupados, su palabra se hace tremendamente poderosa. Así que pasemos el resto de nuestro tiempo viendo algunas de estas razones en Mateo 6:24-34.
El punto principal – en negativo y positivo
Todos pueden ver claramente que el punto principal de este texto es que los discípulos de Jesús no deben preocuparse. El versículo 25: "No os preocupéis por vuestra vida" El versículo 31: "Por tanto, no os preocupéis, diciendo: '¿Qué comeremos?'". Versículo 34: "Por tanto, no os preocupéis por el día de mañana". Por eso, cuando salgan esta mañana, algo debe repicar en sus oídos, "Jesús no quiere que nos preocupemos".
Pero esa es sólo la forma negativa de expresar el punto principal de este pasaje. Hay un aspecto positivo en el versículo 33; concretamente, en lugar de estar preocupados, "buscad primeramente el reino de Dios". En otras palabras cuando piense en su vida, su comida, su ropa, su cónyuge, su trabajo o su misión, no se angustie por ellos. En su lugar haga de Dios el rey en ese asunto y en ese momento. Deje la situación a su poder majestuoso, y haga su justa voluntad con confianza en que Él obrará por usted y satisfará todas sus necesidades. Buscar el reino de Dios primero en todo asunto y todo momento de la vida es una forma emocionante de vivir. Es una vida repleta de libertad, paz, gozo y aventura—y dificultades; y todo vale la pena. Si creen en el reino de su Padre celestial, no necesitan preocuparse por nada. Veamos algunas de las razones de por qué es así.
Ocho razones para no preocuparse
Veo por lo menos ocho razones que Jesús da por las cuales sus discípulos no deben preocuparse. No hay mucho tiempo, pero trataré de mencionarlas todas. ¿Quién sabe cual pueda estar perfectamente diseñada para satisfacer su necesidad concreta?
1. La vida es más que comida y ropa
La primera razón aparece en el versículo 25. "No os preocupéis por vuestra vida, qué comeréis o qué beberéis; ni por vuestro cuerpo, qué vestiréis". ¿Por qué? "Porque la vida es más que el alimento y el cuerpo más que la ropa". ¿Qué significa esto?
¿Por qué tenemos la tendencia de preocuparnos sobre la comida y la ropa? Porque hay tres cosas que perderíamos si no tuviéramos comida y ropa. Primero, perderíamos algunos placeres. La comida sabe bien. Es un placer comer. Segundo, perderíamos algunos elogios humanos y miradas de admiración si no tuviéramos ropas bonitas. Tercero, perderíamos una larga vida si no tuviéramos comida o si no tuviéramos nuestra ropa cálida que nos protege contra el frío. Por lo tanto nos preocupamos por la comida y la ropa porque no queremos perder placeres humanos, halagos humanos, o una larga vida.
Y a esto responde Jesús: Si se sienten oprimidos por la preocupación debido a estas cosas, han perdido la visión de la grandeza de la vida. La vida no se nos ha dado principalmente para los placeres físicos, sino para algo mas grandioso—disfrutar de Dios. La vida no se nos ha dado principalmente para la aprobación del hombre, sino para algo más grandioso—La aprobación de Dios. La vida ni siquiera se nos ha dado primordialmente para que se extienda en esta tierra, sino para algo más grandioso-la eternidad con Dios en la era por venir.
No deberíamos estar preocupados por la comida y la ropa porque la comida y la ropa no pueden proporcionar las grandes cosas de la vida—el disfrutar de Dios, la búsqueda de su favor lleno de gracia, la esperanza de la eternidad en su presencia. Nos preocuparemos por la comida y la ropa en el mismo grado en que perdamos perspectiva de los grandiosos propósitos de una vida centrada en Dios.
2. Los pájaros del aire trabajan, y cuentan con Dios
La segunda razón que Jesús da para no estar preocupados está en el versículo 26: "Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, y sin embargo, vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois vosotros de mucho más valor que ellas?". Lo que vemos cuando miramos a los pájaros no es una lección de holgazanería. Ellos cavan buscando lombrices, arrebatan insectos y acolchan sus nidos con cordeles y hojas. Pero Jesús dice que es Dios quien los alimenta. Lo que vemos cuando miramos a los pájaros es unas criaturas que no actúan como si Dios solo fuera un proveedor misericordioso para el hoy, pero no para el mañana. Los pájaros no acumulan cosas ansiosamente para el día en que Dios desaparezca. Ellos continúan con su labor como si mañana, cuando salga el sol, Dios fuera a seguir siendo Dios.
Cuanto más, entonces, debemos tomar nosotros en cuenta la realidad y la misericordia de Dios para el mañana, ya que no somos pájaros sin inteligencia, sino hijos de nuestro Padre celestial. La gran diferencia entre un discípulo de Jesús y un pájaro es que tenemos la capacidad de honrar a Dios con nuestra fe. Y Dios valora el ejercicio de nuestra fe más de lo que valora los pájaros. Por lo tanto no deberíamos estar preocupados, ya que los pájaros nos han enseñado que se puede contar con Dios para que mañana haga su obra por nosotros igual que la hace hoy.
3. La preocupación no lleva a ningún sitio
La tercera razón para no estar preocupados está en el versículo 27: " ¿Y quién de vosotros, por ansioso que esté, puede añadir una hora al curso de su vida?" El argumento es muy pragmático: la preocupación no lleva a ningún sitio. No nos hace ningún bien. Ante cualquier cosa que cause preocupación, pueded estar seguros de que preocuparse no aliviará el problema. Sólo les abatirá mientras tratan de enfrentarlo. Por tanto no se preocupen. Es inútil.
4. A Dios le encanta adornar las cosas
La cuarta razón que Jesús da para que no se preocupen está en los versículos 28 al 30—esta vez viene de los lirios. "Y por la ropa, ¿por qué os preocupáis? Observad cómo crecen los lirios del campo; no trabajan, ni hilan; pero os digo que ni Salomón en toda su gloria se vistió como uno de éstos. Y si Dios viste así la hierba del campo, que hoy es y mañana es echada al horno, ¿no hará mucho más por vosotros, hombres de poca fe?".
Cuando miran a un lirio, que no tiene voluntad propia para trabajar o hilar, y aun así esta adornado con bellas formas y colores, si creen en Dios, por lo menos deben llegar a la siguiente conclusión: A Dios le encanta adornar las cosas. Pero si su deleite encuentra expresión en adornar la yerba, que está aquí hoy y mañana ya no lo está, entonces, sin duda, ¡su deleite en adornar se expresará en la forma en que viste a sus hijos!
Pero alguien podría protestar: ¡Dios no me ha adornado! Él no ha adornado a los cristianos pobres de nuestro país o del extranjero. ¿Está seguro? Muy pocos de nosotros están vestidos como Salomón. Cierto. Pero no podríamos hacer nuestro trabajo si lo estuviéramos. Sólo haré la siguiente pregunta: ¿Dónde ha visto alguna vez a un discípulo de Jesús sin el atavío necesario para hacer lo que Dios le ha llamado a hacer? Tengan cuidado. No midan la perfección de la provisión de Dios bajo estándares que están por debajo de su llamado. Y no olviden que cuando en esta vida terminemos de cargar sobre hombros desgarrados con nuestras cruces como Jesús, habrá togas majestuosas para todos nosotros.
5. Los incrédulos se preocupan por la comida y la ropa
La quinta y sexta razones por las que un seguidor de Jesús no debe preocuparse están en el versículo 32: No debemos preocuparnos por lo que comemos o bebemos o la ropa que nos ponemos "Porque los gentiles buscan ansiosamente todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que necesitáis de todas estas cosas". La preocupación por cosas de este mundo nos pone en el mismo nivel con los incrédulos. Demuestra que en realidad nos parecemos mucho al mundo en relación a los que nos hace felices. Y no debería ser así.
6. El Padre Celestial conoce tus necesidades
También demuestra que no creemos que nuestro Padre en los cielos conozca nuestras necesidades. O quizás no creemos que tenga el corazón de un padre amoroso. La preocupación muestra que estamos muy cerca del mundo y muy lejos de Dios. Por lo tanto no se preocupen—el mundo no tiene nada eterno que ofrecer, y su amoroso Padre celestial conoce sus necesidades ahora y por siempre.
7. Dios llevará tu carga si primero buscas su honra.
La séptima razón por la que no debemos preocuparnos, en el versículo 33, es que cuando buscamos el reino de Dios primero, Él obra por nosotros y satisface todas nuestras necesidades. La mejor razón para dejar de preocuparse es que cuando lo hacemos, Dios se comienza a preocupar por nosotros. Es una tontería insistir en cargar con el peso de la preocupación que Dios prometió cargar por nosotros cuando ponemos su honra suprema en primer lugar en todo lo que hacemos.
8. El mañana traerá su propia preocupación
El último argumento en el versículo 34 dice: "No os preocupéis por el día de mañana; porque el día de mañana se cuidará de sí mismo. Bástele a cada día sus propios problemas". En otras palabras, Dios ha asignado a cada día su porción de placer y de preocupación. Y así como son nuestros días serán nuestras fuerzas. Por lo tanto no se apropien de los problemas que Dios ha asignado para el día de mañana. No traigan los problemas de mañana al día de hoy en forma de preocupación. Confíen en que Dios será Dios también mañana.
Jesús no quiere que sus Seguidores se preocupen
El punto principal de todo esto es claro e inequívoco: Jesús no quiere que sus seguidores se preocupen. Él no asegura su reino manteniendo a sus súbditos en un estado de preocupación. Por el contrario, según el versículo 33, cuanto más primordial y central sea su reino en nuestras vidas, menos preocupación tendremos. Jesús vino, vivió, murió y resucitó de entre los muertos para poder reinar como Rey sobre un pueblo libre de preocupación.
Por tanto vengan a Jesús. Renuncien a toda otra fidelidad. Hagan su voto de lealtad al Rey de los Reyes. Y en todo lo que hagan, busquen primero dar a conocer su reino sobre sus vidas. Esto y sólo esto es el camino hacia una existencia libre de preocupación.