La Destrucción No Está Dormida
El punto principal de 2 Pedro 1, que respalda y detalla todo lo demás, es el versículo 10: "Hermanos, sed tanto más diligentes para hacer firme vuestro llamado y elección de parte de Dios, porque mientras hagáis estas cosas nunca tropezaréis". Pedro quiere que disfrutemos la certeza de nuestra salvación. Quiere que estemos tan firmemente consolidados en Dios, que no podamos ser perturbados por ninguna tentación o por falsas enseñanzas. En el 3:17, cierra su carta con una advertencia: "No sea que arrastrados por el error de hombres libertinos, caigáis de vuestra firmeza". Pedro dedica su última voluntad y testamento (1:14-15) a ayudarnos a permanecer firmes, estables e inquebrantables en nuestra fe.
La manera en la que nos ayuda en el capítulo 1 es recordándonos las grandes y valiosas promesas de Dios. Nos asegura que si confiamos firmemente en estas, el poder de Dios fluirá en nosotros y nos permitirá "escapar de la corrupción que hay en el mundo por causa de la concupiscencia" (v 4) y crecer en la piedad, el dominio propio y el amor (vs. 6,7). Él nos recuerda que la fuente de estas promesas, las Escrituras, "no fue dada jamás por un acto de voluntad humana, sino que hombres inspirados por el Espíritu Santo hablaron de parte de Dios" (v 21). Y no solo eso, sino que esta palabra profética está aún más asegurada por la experiencia de Pedro como testigo, quien vio la majestad de Cristo en el monte de la transfiguración (v 16). En resumen, entonces, la confirmación de la palabra de Dios nos conduce a la confianza en sus promesas, las cuales nos proveen del poder para la piedad, lo cual nos da una confirmación personal y por experiencia de nuestro llamado y elección.
El Mismo Objetivo, Diferente Estrategia
Ahora, viene el capítulo 2 con un cambio muy significativo en la estrategia de Pedro. Digo un cambio en la estrategia, no en el objetivo. Su objetivo aún es afirmarnos, estabilizarnos y hacernos inquebrantables en nuestra fe. Pero, su estrategia es muy diferente. El capítulo 1 es, principalmente, un estímulo para hacer uso del poder de Dios para llevar vidas de piedad y amor. El capítulo 2 es, mayormente, una advertencia contra la destrucción que les ocurrirá a aquellos que no hagan uso de ese poder. Si el capítulo 1 es el estímulo, el capítulo 2 es aplicar la ley del rigor. No hay mandatos, ni advertencias ni maneras imperativas en el capítulo 2; solo la descripción pura y aterradora de lo que le sucederá a aquellos que resulten presa de los falsos maestros en la iglesia.
Lo principal del capítulo 2 está expresado en cuatro lugares. La última parte del versículo 1: aquellos que niegan al Señor que los compró hacen que caiga sobre ellos una destrucción repentina. La última parte del versículo 3: "el juicio de ellos, desde hace tiempo, no está ocioso, ni su destrucción dormida". Versículo 12: "Pero estos, como animales irracionales, nacidos como criaturas de instinto para ser capturados y destruidos, blasfemando de lo que ignoran, serán también destruidos con la destrucción de esas criaturas, sufriendo el mal como pago de su iniquidad". La parte final del versículo 17: "Para quienes está reservada la oscuridad de las tinieblas". Lo principal del capítulo es que la destrucción les espera a los falsos maestros y a sus seguidores. El capítulo 2 es el otro lado de la moneda, según lo que dijo Pedro en 1:10-11. Allí dijo: "Sed más diligentes para ser firmes en vuestro llamado y elección de parte de Dios, porque mientras hagáis estas cosas nunca tropezaréis; pues de esta manera os será concedida ampliamente la entrada al reino eterno de Nuestro Señor y Salvador Jesucristo". Aquí, en el capítulo 2, dice que si contradicen la doctrina y la naturaleza de los elegidos de Dios caerán y no habrá entrada al reino de nuestro Señor, sino a la destrucción eterna en la penumbra del infierno.
No es un Juego
¿Qué pensaríamos de los comandantes de las fuerzas armadas argentinas y británicas que desplegaran sus tropas como si la guerra fuera un juego, y que nunca se detuvieran a reflexionar que en esta o aquella misión hijos, maridos y padres resultarían lisiados o muertos? Probablemente, los llamaríamos despiadados. ¿Cuánto más, entonces, debemos considerar despiadado a un pastor, maestro, consejero que no se detiene a reflexionar que la vida eterna y la muerte están en juego en la predicación, la enseñanza y el asesoramiento? Es cruel dar la impresión de que en cuestiones de doctrina, fe y obediencia estamos jugando. Es ser insensible fomentar la impresión de que las preocupaciones más importantes de nuestra predicación, enseñanza y asesoramiento son la alteración de los estados psicológicos y la modificación del comportamiento. Si eso fuera nuestra preocupación más importante, entonces nuestra predicación, simplemente, sería una variedad de psicoterapia, la doctrina cristiana sería simplemente otro medio para la salud mental, y la iglesia solo sería otra institución para el avance del bienestar psicológico y social. Esa es exactamente la manera en la que, cada vez más gente, ve la predicación, la doctrina y la iglesia. Es despiadado porque trata la vida como si fuera un juego, cuando en realidad la alegría eterna en el reino de Cristo y la miseria en el infierno están en juego. Esa es nuestra preocupación más importante y lleva a la iglesia a diferenciarse de todas las otras instituciones humanas.
2 Pedro 2 tiene el propósito de impedir que sea un pastor insensible. Tiene el objetivo de impedir que juegue en este púlpito. Tiene como meta evitar que mis sermones sean discursos motivacionales sobre el poder de los pensamientos positivos. Apunta a hacerme serio con respecto a mi llamado y que me enoje acerca de las falsas enseñanzas y me contriste por la destrucción de los impíos. Este capítulo no es accidental en las Sagradas Escrituras. Es la Palabra de Dios y es útil para enseñar, reprender, corregir, e instruir en justicia, para que todos nosotros seamos muy, muy celosos al confirmar nuestro llamado y elección.
Falsos Profetas que Niegan al Señor
Veamos hoy los 10 primeros versículos. Versículo 1: "Pero, se levantaron falsos profetas entre el pueblo, así como habrá también falsos maestros entre vosotros, los cuales, encubiertamente, introducirán herejías destructoras, negando incluso al Señor que pagó por ellos, trayendo sobre sí una repentina destrucción". Donde sea que estén en juego verdades importantes, se presentarán falsificaciones. En el Antiguo Testamento, había hombres que declaraban hablar en nombre de Dios, cuando Él no los había mandado (Deuteronomio 18:20) y en el Nuevo Testamento de la iglesia surgieron aquellos cuyas explicaciones y aplicaciones de la doctrina apostólica eran falsas y destructivas. Aunque Pedro dice que estos falsos maestros surgirán en el futuro, está claro en el resto de la carta que la profecía ya se está cumpliendo. Los falsos maestros están en escena.
Lo primero que aprendemos sobre ellos es que niegan al Maestro que pagó por ellos. ¿Qué significa esto? Como en la mayoría de las herejías, en cierta manera Jesucristo era menoscabado. Se niegan ciertos aspectos de su persona y su obra. Pero Pedro nunca nos dice qué aspectos. En realidad, del capítulo 2 se tiene la impresión de que el error de los falsos maestros era un error en moralidad, no en doctrina. Aunque, en realidad, ambas cosas nunca van separadas. La manera de vivir y la manera de valorar a Cristo nacen y mueren juntas. Es posible vivir de manera desobediente de tal modo que Cristo es menospreciado y subestimado por nuestro propio comportamiento. Eso parece ser lo que estaba pasando aquí.
Hay una pista en la pequeña frase "el Señor que los compró" (v 1). En Corintios 6:20, Pablo dice: "No sois vuestros; Pues por precio habéis sido comprados; por tanto, glorificad a Dios en vuestro cuerpo". Y Pedro dijo en su primera carta: "Fuisteis redimidos de vuestra manera de vivir heredada de vuestros padres... con la preciosa sangre de Cristo (cf. Apocalipsis 14:3,4; Hechos 20:28). Cuando los apóstoles hablaban de haber sido comprados o redimidos por Cristo (como lo hace Pedro en el versículo 1) nos describen como esclavos del pecado y de Satanás, comprados y liberados del pecado para servir a Cristo y glorificar a Dios. El contexto en ambos, 1 Corintios y 1 Pedro 1 tiene que ver con la moralidad sexual (1 Pedro 1:14 y en Corintios 6:18-19). Ser comprados por Cristo es ser liberados de la dominación de las pasiones sexuales que nos llevan a las preocupaciones sexuales y a la relación sexual ilícita. Pertenecemos a un nuevo Maestro, cuyas promesas son tan superiores a las promesas sexuales que (como dice 1:4) podemos escapar del dominio de la pasión. Cuando esto sucede, exaltamos a Cristo y afirmamos su valor. Pero, si vivimos bajo la fascinación de la dominación sexual menospreciamos a Cristo y "negamos al Maestro que nos compró".
Hay algunas indicaciones en el texto acerca de que, realmente, los falsos maestros propagaban la inmoralidad sexual en nombre de la libertad cristiana. Por ejemplo, el versículo 2: "Muchos seguirán su sensualidad, y por causa de ellos, el camino de la verdad será blasfemado". Noten que justo después de decir que niegan al Maestro que los compró, manifiesta que el peligro tentador está en seguir su sensualidad. "Sensualidad" es una palabra sofisticada que se usa para definir a la "inmoralidad sexual evidente" - inmoralidad sexual con un destello arrogante (cf.2 Pedro 2:10-18) y libertino (Romanos 13:13; 2 Corintios 12:21; 1 Pedro 4:3). ¿Se acuerdan que pasaba en Corinto? En 1 Corintios 5:1 Pablo decía: "En efecto, se oye que entre vosotros hay inmoralidad, y una inmoralidad tal como no existe ni siquiera entre los gentiles, al extremo de que alguno tiene la mujer de su padre. Y os habéis vuelto arrogantes". Esta misma actitud parece marcar a estos falsos maestros en 2 Pedro. En 2:18 dice: "Pues hablando con arrogancia y vanidad, seducen mediante deseos carnales, por sensualidad, a los que hace poco escaparon de los que viven en el error". En estos falsos maestros la arrogancia y la inmoralidad van codo a codo. Presten atención al versículo 10: "los que andan tras la carne en sus deseos corrompidos y desprecian la autoridad. Son atrevidos y obstinados". "Desprecian la autoridad" porque no toleran ningún control sobre sus pasiones. Esto nos ayuda a entender el versículo 1, donde dice que niegan al Señor que los compró. No quieren un amo, porque significa autoridad y sumisión. Desprecian la autoridad.
Esto empieza a aclarar muchísimo el capítulo 1. Por ejemplo el versículo 4, donde Pedro nos dice que las promesas de Dios nos permiten "escapar de la corrupción que hay en el mundo por causa de la concupiscencia". Y el versículo 6 donde Pedro enfatiza que agreguemos "templanza" a nuestro conocimiento. Queda claro que, ya en el capítulo 1, Pedro estaba eligiendo las palabras en vista a las falsas enseñanzas a las que se oponía.
Pero, parecía casi imposible que una cosa tal como la arrogante inmoralidad sexual pudiese realmente enseñarse en la iglesia. ¿Qué decían los falsos maestros? El versículo 3 nos lo dice: "En su avaricia os explotarán con palabras falsas". No es que llegaban y seducían a la gente con una buena impresión. Ellos enseñaban. Daban razones por las que la gente debía abandonar sus reglas sobre sexualidad. Probablemente dirían: "Está bien que los niños experimenten la sexualidad. Está bien que una pareja conviva sin casarse. Está bien que un esposo y una esposa satisfagan sus deseos con una prostituta o con la pareja de otra persona". No hay nada nuevo en la agresión contemporánea a la santidad de la relación sexual en el matrimonio. Ni siquiera habían pasado más de 30 años de la muerte de Jesús y ya los falsos maestros en la iglesia anunciaban el sexo abierto, como un legítimo estilo de vida cristiano. Entonces escuchen, jóvenes. ¿Saben quienes son los verdaderos retrógrados hoy? Son los que intercambian parejas y viven juntos sin casarse, los que intercambian esposas, los clientes de las prostitutas, los jóvenes que se mandan mensajes para hacer contactos para el fin de semana. Todo eso es antiguo; incluso la pervertida autorización cristiana para hacerlo, es tan antigua como la iglesia.
Lo pueden observar en el versículo 19: "Les prometen libertad mientras ellos mismos son esclavos de la corrupción". ¿Les parece conocido? La presión por el sexo libre ya existía mucho antes de que hubiera alguna ética puritana o victoriana para rebelarse. Los falsos maestros convertían la gracia de Dios en libertinaje (Judas 1:4). Ellos decían que lo que hacemos con nuestros cuerpos no tiene importancia y, en realidad, cuanto más sensualidad se persigue más se demuestra la verdadera libertad cristiana con respecto a la ley que se tiene. En el nombre de la gracia y en el nombre de Cristo pervirtieron la enseñanza moral cristiana y de esa manera negaban al Maestro que pagó por ellos.
La respuesta que le podemos dar a una persona, (pertenezca o no a la iglesia), que dice que estamos esclavizados a una moralidad sexual antigua es esta: 1) La inmoralidad es tan antigua como la moralidad bíblica. 2) ¿Por qué debemos considerarla esclavitud si libremente elegimos gobernar nuestras pasiones de acuerdo a los principios divinos, y en cambio sí llamarla libertad cuando se siguen los dictados de las pasiones? Si nosotros elegimos seguir a Dios y ustedes eligen seguir sus impulsos ¿quiénes son los necios? ¡Escuchen! ¡No dejen que el mundo los moldee! El mundo está lleno de oscuridad (1:19). Está esclavizado a pasiones irracionales. Y a menos que se convierta y se arrepienta, está condenado.
El Juicio de Dios en el Pasado
De esto es de lo que trata el resto de nuestro texto. El punto de los versículos 4-10 es advertirnos que, así como Dios ha castigado la injusticia en el pasado, hará lo mismo en el futuro. Pedro ilustra la ira de Dios con tres casos en los versículos 4-8 y luego llega a una conclusión en los versículos 9-10. Primero, en el versículo 4, está el caso de los ángeles pecadores: "Porque si Dios no perdonó a los ángeles cuando pecaron sino que los arrojó al infierno y los entregó a fosos de tinieblas (o cadenas de oscuridad) reservados para juicio . . . " ¡Qué lección hay aquí! Los ángeles son los seres más gloriosos y poderosos debajo de Dios. Pero, todo su poder y dignidad no sirvieron de nada cuando pecaron. Dios fue implacable en su sentencia. Fueron expulsados de su presencia y reservados en la oscuridad, hasta el gran día del juicio cuando sean enviados "al lago de fuego y azufre para ser atormentados día y noche por los siglos de los siglos" (Apocalipsis 20:10). Los falsos maestros deben aprender que si ellos "desprecian la autoridad" (v.10) y niegan al Señor (v.1) escucharán la sentencia de Jesús, la cual predijo en Mateo 25:41: "Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno que ha sido preparado para el diablo y sus ángeles".
La segunda ilustración del juicio de Dios es el caso de la generación de Noé en el versículo 5: "Si no perdonó al mundo antiguo, sino que preservó a Noé, un predicador de justicia, con otros siete, cuando trajo el diluvio sobre el mundo de los impíos . . . " Si los falsos maestros no aprenden la lección de los ángeles pecadores, que la aprendan del diluvio. Dios aniquiló a los impíos en juicio. Y aunque en la actualidad los rebeldes y los licenciosos pueden pensar que están seguros, deben aprender que "El juicio de ellos, desde hace mucho tiempo no está ocioso, ni su perdición dormida" (v.3). Caerá sobre ellos con una rapidez espeluznante.
La tercera ilustración es el caso de Sodoma y Gomorra en los versículos 6-8: "Si condenó a la destrucción las ciudades de Sodoma y Gomorra, reduciéndolas a cenizas, poniéndolas de ejemplo para los que habrían de vivir impíamente después; si rescató al justo Lot, abrumado por la conducta sensual de hombres libertinos (porque ese justo, por lo que veía y oía mientras vivía entre ellos, diariamente sentía su alma justa atormentada por sus hechos inicuos) . . . " Si el caso de los ángeles pecadores y el caso de la generación de Noé no disuaden a las personas de no seguir a los falsos maestros, seguramente la destrucción de Sodoma y Gomorra va a hacer que tomen en cuenta la ira de Dios. Porque estas ciudades fueron juzgadas por la misma sensualidad que los falsos maestros recomendaban.
Para hacer más simple la lección de historia, Pedro manifiesta en los versículos 9 y 10: "El Señor, entonces, sabe rescatar de la tentación a los piadosos (como Noé y Lot) y reservar a los injustos bajo castigo para el día del juicio, especialmente a los que andan tras la carne en sus deseos corrompidos y desprecian la autoridad". Y por supuesto, Pedro no quiere decir solamente que Dios sabe cómo hacerlo. Quiere decir que lo ha hecho en el pasado, y que lo hará en el futuro. La destrucción no está dormida.
Lecciones para Hoy
¿Qué aprendimos hoy, entonces, para nuestras vidas? Primero, la iglesia no es inmune a los falsos maestros. Debemos hacer nuestro mejor esfuerzo para mantenernos arraigados, con una base sólida en la Palabra de Dios, para no perder nuestra estabilidad y no ser arrastrados por el error (3:17).
Segundo, apoyar la inmoralidad sexual es una herejía. Es una ofensa contra Jesucristo, el Señor. La práctica y la propagación de la actividad sexual fuera del matrimonio es una negación al Maestro que nos compró, porque murió por nosotros para liberarnos de la dominación de la pasión sexual. Debemos glorificarlo en nuestro cuerpo sometiéndonos a su modelo de realización sexual. No hay nada nuevo acerca del sexo libre. Debemos resistirlo hoy con determinación, como los apóstoles de antaño.
Tercero, el juicio divino va a caer sobre aquellos que niegan a Cristo de esta manera. Es cruel alentar a la gente a seguir con sus asuntos y a que vivan sus vidas como si nada muy importante estuviera en juego. El Cielo y el Infierno dependen de si seguimos a Cristo en la justicia o lo negamos en la inmoralidad.
Cuarto, se pueden salvar del juicio si se arrepienten y confían en el Maestro que pagó por ustedes con su sangre. Cuando dice que Dios sabe como salvar a los piadosos (v.9), no quiere decir que solo salva a los perfectos. Lot estaba lejos de ser perfecto. Si ponen su confianza en Jesucristo y continúan amando lo que Él ama: "porque mientras hagáis estas cosas nunca tropezaréis; pues de esta manera os será concedida ampliamente la entrada al reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo".