Hirviendo por Cristo
No sean perezosos; fervientes en Espíritu, sirviendo al Señor.
Ahora bien, por fin retrocedemos al versículo 11. Hemos estado reflexionando sobre el versículo 12 por mucho tiempo: “Regocíjense en la esperanza, sean pacientes en la tribulación, constantes en la oración.” Lo que he tratado de demostrar es que Cristo vino a este mundo de pecado, un mundo lleno de enfermedades, y gobernado por Satanás. Y llevando todo esto sobre sí mismo, murió para librarnos de ello, por ahora parcialmente y luego completamente en la resurrección. Este es el cimiento de nuestra esperanza. En esto nos regocijamos. En este mismo gozo resistimos la tribulación. Con esta fuerza amamos cuando es difícil amar, y con este amor glorificamos a Dios.
En aquel entonces planteamos la pregunta: ¿Si la esperanza es el fundamento de toda la vida cristiana, como, pues, podemos sostener y mantener viva esta esperanza? Respondimos: “Sed constantes en la oración” (Efesios 1:18) y meditad en las Escrituras (Romanos 15:4). Ahora volvamos al versículo 11 y allí encontraremos que estas dos estrategias de lucha espiritual, son fundamentales para entender este versículo también. El versículo 11 dice, “No sean perezosos, sean fervientes en espíritu, sirvan al Señor.” Pablo ya había tocado este tema en el mismo capítulo. Recuerden el versículo 8: “Que el que dirige, dirija con solicitud.” Así que una manera de pensar en la relación entre el mandato de regocijarse, resistir y orar del versículo12 y los mandatos del versículo 11 es que el versículo 11 simplemente dice: Hágalo todo apasionadamente. El versículo 11 da intensidad y énfasis: La intensidad esta en la frase: No perezosos, sino fervientes. Y el énfasis está en la persona del Señor Jesús Cristo. Que todo sea para su servicio.
1. Intensidad: No Sean Perezosos en el Celo; Sean Fervientes en el Espíritu.
“No sean perezosos, sean fervientes en espíritu.” A mí me parece que está es una manera positiva y negativa de decir una cosa: Negativamente, no sean perezosos en lo que requiere diligencia. Positivamente, sean fervientes en espíritu. Lo que Pablo está diciendo es: Hagan muchas obras para Cristo apasionadamente.
Cada una de estas dos declaraciones aclara y protege a la otra del malentendido. “No sean perezosos en la obra de Dios. No sean holgazanes. Esto podría interpretarse así: Sean pragmáticos, trabajen, trabajen, trabajen, y no se preocupen por sus emociones o por como se sientan. Lo que importa es acabar las cosas. Sean ávidos, serios y celosos para terminar las cosas. La holgazanería es un gran defecto. La gran virtud es la eficiencia y el trabajo duro.
Esto pudiera ser algo muy injusto si no tenemos en cuenta la contraparte positiva y esclarecedora del versículo. La palabra “ferviente” viene del Latín “fervens” que significa “hirviendo.” Eso es exactamente lo que esta palabra significa en el Griego original (Zeontes): Hirviendo- en espíritu. Así que la idea está clara, no es ningún mero trabajo duro o eficiencia. El espíritu está a la vista, no-solo el cuerpo, el sentimiento está a la vista, no-solo el hacer así que la intención de ambas cláusulas juntas es: No solo hagan mucho, sientan mucho.
Y esto funciona con la otra parte. Si usted solamente lee la segunda exhortación: “Sean fervientes en espíritu”. Usted podría llegar a la conclusión: La vida cristiana es una vida de pasión de corazón. El hacer y la eficiencia no son cruciales. Sentir fervencia, Hervir en espíritu-- eso es lo que importa. Pero eso no se hará. La primera exhortación nos evita esa vista torcida: No solo sienta mucho, sido también hagan mucho.
El aviso acerca de no ser “perezoso” aclara que Pablo quiere que seamos fuertes trabajadores. Una de las declaraciones, más claras sobre esto, es lo que él dice en 1 Corintios 15:58. Él acaba de escribir u capítulo completo sobre la resurrección de Cristo, como la base de nuestra propia resurrección, y ahora él alarga la implicación para la clase de vida que debe vivir. Ya que tenemos espectacular esperanza tan dura como una roca: “Así que, hermanos míos amados, estén firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que este trabajo en el Señor no es en vano.”
Creciendo en la obra del Señor, significa: Hagan muchas, muchísimas obras para el Señor. Eso es lo que significa Romanos 12:11: “No sean perezosos en el celo” Así, cuando usted junta las dos primeras parte del versículo 11, dicen algo como: hagan muchas obras para Cristo apasionadamente. Trabajen para Cristo apasionadamente. Sientan mucho al trabajar sean tan pragmáticos como un hombre de negocio-- y tan apasionados como un poeta- o un amante. No digan: Yo soy práctico, no apasionado. Tengan la intención de ser más apasionado. No digan, yo soy apasionado. Tengan la intención de ser más apasionado. No digan, yo soy apasionado, no práctico. Tengan la intención de ser más prácticos.
Cuando Jonathan Edwards era todavía un hombre joven, escribió setenta resoluciones. Creó que la sexta resolución captura el significado de las palabras de Pablo, “Edwards escribió “He resuelto: Vivir con todas mis fuerzas mientras viva.”
Jesús pronuncia terribles palabras de advertencia, para aquellos que se instalan con un cariño tibio hacia él. Revelaciones 3:15-1, “Yo conozco tus obras: No eres ni frío ni caliente ¡Ojalá fuese o frió o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frió ni caliente, te vomitaré de mí boca.”
El gran mandamiento es “Amaras al Señor tu Dios con todo tú corazón y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tú mente” (Lucas 10:27) Y Dios promete ser hallado por nosotros cuando lo vea con total seriedad, en vez de con media seriedad, Jeremías 29:13-14, “Me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón, y seré hallado por vosotros dice el Señor” (Jeremías 29:13-14). Una y otra vez la Biblia dice: La intensidad importa, el celo importa. La incondicionalidad importa. No té conformes con nada menos. Existimos para difundir una pasión por la supremacía de Dios. Usted no puede difundir lo que no tiene pídaselo a Dios orando constantemente y devuelva la palabra de Dios para encontrar maravillas que lo hagan hervir por Cristo. Esa es la parte referente a “intensidad” en el versículo 11.
2. El Foco: Servir al Señor.
Ahora para la parte que corresponde al foco o enfoque del texto.
Dice que el versículo 11 le da intensidad y foco al llamado por la esperanza, y el gozo, y la resistencia y el amor; que hace el versículo 12. La intensidad está dada en “No sean perezosos en el celo, sean fervientes en espíritu.” Vivan con todas vuestras fuerzas mientras vivas. La parte del foco. Servir a Cristo para esto es la pasión.
Pablo no está diciendo que hay una personalidad general de rasgos de pasión que tiene su valor en sí misma. Él está diciendo: Cuando la pasión viene para servir a Cristo; el desgano, la tibieza, la vagancia, la inactividad, la pereza es completamente inapropiado. Ser salvado por Jesús Cristo, es la cosa más grandiosa del mundo. Esto significa tener vida eterna. Usted no puede morir. Usted vivirá para siempre con desbordante gozo. Nada lo puede separar de Cristo. Todo funciona para vuestro bien. Todos vuestros problemas y glorias producen un eterno peso en gloria. No estar apasionado por esto, es señal de sería ceguera y de incapacidad emocional.
Servir a Cristo, es el más alto privilegio en el universo para los seres humanos: Así que reflexionemos sobre lo que esto significa: Haremos esto mediante una comparación entre servir a Cristo, y servir a otras tres cosas. Al comparar el servir a Jesús, con el servir a estas tres cosas, veremos lo que significa servir a Cristo y porque es el privilegio más grande del mundo.
2.1 Sirvan a Jesús No al Vientre
Primero, Pablo dice, sirvan a Jesús, no al vientre, Romanos 16:17-18, “Más os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido; y que os apartéis de ellos: 18 porque tales personas no sirven a nuestro Señor Jesús Cristo, sino a los apetitos de ellos mismos. “Literalmente” sirven a sus propios vientres.
De modo que servir a Cristo contrasta con servir a vuestro vientre, lo cual está a un palmo de servir a vuestros apetitos. Usted sirve a vuestros apetitos, cuando usted los trata como si fueran la fuente de placer más convincente. Si Cristo os llama a auto control, castidad y pureza de mente; y vuestros apetitos os llaman, a la auto- complacencia, y a la libertad sexual, y a los pensamientos impuros; y usted sigue a vuestros apetitos en lugar de seguir a Cristo, usted esta sirviendo a los apetitos y no a Cristo. Usted esta diciendo que ellos son una oferta de placer, más convincentes. El servir a Cristo no se puede medir con lo que estos apetitos ofrecen. Decir que ellos son más convincentes es algo muy serio. Este contraste entre servir a nuestros apetitos y servir al Señor, atraer nuestra atención al hecho de que servir a Cristo es mejor que comer, y servir a Cristo es mejor que el sexo(Juegos preliminares, o pornografía o fantasía sexuales o masturbación) y servir a Cristo es mejor que los placeres que brinda el óseo. De modo que si algo podemos decir acerca de servir a Cristo, es que ello significa experimentar su valor, y su belleza, y su camaradería como algo más deseable y convincente que lo que puedan ofrecer los apetitos.
2.2 Sirvan a Jesús, No a la Gente
Segundo, Pablo dice, sirvan a Jesús no a la gente. Ahora bien, por supuesto, en un sentido debemos servir a la gente Gálatas 5:13 dice “No uséis vuestra libertad como ocasión para la carne, sino servios por amor los unos a los otros” Estamos para servirnos los unos a los otros, en el sentido de hacernos bien los unos a los otros, y conocer nuestras necesidades, los unos a los otros.
Pero existe una manera completamente errónea, en la que a veces servimos a la gente, y Pablo dice, que el modo de no hacerla es servir a Cristo en lugar de a la gente. Por ejemplo, en Efesios 6:6-7. Pablo le dice a los siervos que trabajen “No sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios; sirviendo de buena voluntad como al Señor y no a los hombres.” La manera incorrecta de servir al hombre es ser esclavo de su aprobación. Esto es una gran maldad y una gran servidumbre para muchas personas. Muchos son esclavos de la opinión de otros. Muchos viven vigilando lo que otros piensen de ellos. Su alegría aumenta y disminuye, con lo que otros piensan y dicen. Pero esta clase de servicio pertenece- en última instancia- a una persona: Jesús Cristo. Finalmente un único público importa.
Entonces, en este sentido servir a Jesús es una gran libertad. Estamos librados de las opiniones inconstantes de los hombres. Nosotros cuidamos de una sola cosa: ¿Aprobará Jesús Cristo, el Señor del cielo y la tierra, las cosas que estoy diciendo y haciendo?
Así que este contraste entre servir al hombre y servir al Señor, atrae nuestra atención al hecho de que servir a Cristo es mejor que contar con el aprobación de los hombres. Agradar a Cristo es infinitamente más importante que agradar a la gente. De hecho, servir a Cristo puede definirse como: Ver la aprobación de Cristo como algo más valioso que la aprobación de los hombres y el actuar según esa convicción.
2.3 Sirvan a Jesús, No a la Ley
Tercero, Pablo dice, sirvan a Jesús no a la ley. Romanos 7:6, “Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra.” Pablo contrasta servir bajo el régimen viejo de la letra con servir bajo el código nuevo del espíritu. Una vez nos enfocábamos en los requerimientos de la ley para la justificación y nuestro servicio era aburrido. Ninguno es justificado por las obras de la ley (Romanos 3:20). Pero ahora que Cristo ha llegado, hemos muerto a este enfoque en la ley y sus demandas, y nos enfocamos en Cristo y su espíritu de la vida (Romanos 7:4).
Lo que esto significa es que servir a Cristo no es principalmente seguir una nueva ley. Más bien, ahora una persona, “Jesucristo”, permanece donde una vez permanecía la ley y esa persona divina está primero y es principalmente un cumplidor de la ley no un demandante de la ley. Y en esa manera él es completamente diferente a Moisés “Así conviene para nosotros” dijo Jesús, “Que cumplamos toda justicia” (Mateo 3:15) Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho maldición por nosotros. (Gálatas 3:13). Él cumple la ley perfectamente. Por tanto servir a este Cristo es radicalmente diferente a servir la ley. Servir a una demanda y servir a una persona divina que conoce la demanda aun antes de que esta se haga, es radicalmente diferente.
Así que servir a Cristo, no a la ley, significa: Creer quién es él, el Mesías el Hijo de Dios; y creer en lo que él ha hecho, proveernos un perfecto perdón y una perfecta justicia; y después, buscar con todas nuestras fuerzas convertirnos en la práctica, en lo que somos en él. Este servicio encierra una gran libertad. Esta esclavitud en Jesucristo, nuestra justicia, es libertad y gozo.
Entonces hemos visto que servir al Señor significa 1) Ver al Señor como algo mucho más valioso, que lo que ofrecen los apetitos. Y servir al Señor significa. 2) Ver la aprobación del Señor como algo más valioso, que la aprobación de los hombres y actuar según ella; y servir al Señor significa. 3) Creer que él ha muerto por nosotros y ha cumplido la ley por nosotros, de modo que todo nuestro servicio atrás, está recibiendo ahora como un regalo, lo que él al menos, tres veces, Pablo nos muestra como trabajar con celo, intensidad y pasión en el servicio de Jesús Cristo, pero en todo nuestro trabajo- todo nuestro servicio- es eso realmente lo que Cristo nos está dando, lo que él compró, y es él “Cristo” el que nos está sirviendo a nosotros. Por ejemplo, Romanos 15:18, “Porque no osaría hablar sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí para la obediencia de los gentiles,- con la palabra y con las obras. “Pablo ha servido efectivamente. Él ha servido con toda su fuerza y ha sufrido grandemente. Sin embargo el dice, Cristo ha logrado todo, obrando a través de mí. Mí servicio ha sido recibir a Cristo sirviéndome a mi. Mi vida es un constante confiar, depender, y recibir.
Él lo vuelve a decir en Colosenses 1:28-29. “(Cristo)” a quién anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría. A fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre 29 para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de él, la cual actúa poderosamente en mí.” Pablo sirve. Pablo se esfuerza. Pablo forcejea y lucha. Pero en lo profundo, debajo de todo su servir, y todo su esfuerzo, todo su forcejeo y lucha, están los regalos de aquel a quién Pablo sirve. Servir a Cristo es un continúo confiar, depender y recibir.
Y finalmente, Pablo lo dice de nuevo en Corintios 15:10, “ Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo”. Pablo trabaja duro, el no es perezoso. Pero toda su obra y todo su servicio es el resultado de Cristo sirviéndole a él.
Al comienzo dije que servir a Cristo es el privilegio más grande del mundo. Ahora está más claro el porque esto es verdad. Esto es verdad porque la persona más grandiosa del universo, no-solo nos ha llamado a su servicio, sino que se ha vuelto nuestro sirviente, de modo que nuestro servicio sea: Confiar, depender y recibir.
Y la razón por la que él ha hecho esto, es que quién da es quién recibe la gloria. Si nosotros le sirviéramos a Cristo porque él necesitará algo de nosotros, nosotros recibiríamos la gloria. Pero si como dice 1 Pedro 4:11, nosotros le servimos, “conforme al poder que Dios da”. Entonces él recibe la gloria. En nuestro servir a Cristo, nosotros obtenemos la ayuda, él obtiene la gloria.
Esta es la más grandiosa forma de vida. Por lo tanto, no sea perezoso con respecto al celo, sino hierva en espíritu cuando usted sirva al Señor.