El aborto, la raza, el género, y Cristo
La santidad de la vida domingo
1Éstos son los nombres de los hijos de Israel que, acompañados de sus familias, llegaron con Jacob a Egipto: 2Rubén, Simeón, Leví, Judá, 3Isacar, Zabulón, Benjamín, 4Dan, Neftalí, Gad y Aser. 5En total, los descendientes de Jacob eran setenta. José ya estaba en Egipto. 6Murieron José y sus hermanos y toda aquella generación. 7Sin embargo, los israelitas tuvieron muchos hijos, y a tal grado se multiplicaron que fueron haciéndose más y más poderosos. El país se fue llenando de ellos. 8Pero llegó al poder en Egipto otro rey que no había conocido a José, 9y le dijo a su pueblo: « ¡Cuidado con los israelitas, que ya son más fuertes y numerosos que nosotros! 10Vamos a tener que manejarlos con mucha astucia; de lo contrario, seguirán aumentando y, si estalla una guerra, se unirán a nuestros enemigos, nos combatirán y se irán del país. 11Fue así como los egipcios pusieron capataces para que oprimieran a los israelitas. Les impusieron trabajos forzados, tales como los de edificar para el faraón las ciudades de almacenaje Pitón y Ramsés. 12Pero cuanto más los oprimían, más se multiplicaban y se extendían, de modo que los egipcios llegaron a tenerles miedo; 13por eso les imponían trabajos pesados y los trataban con crueldad. 14es amargaban la vida obligándolos a hacer mezcla y ladrillos, y todas las labores del campo. En todos los trabajos de esclavos que los israelitas realizaban, los egipcios los trataban con crueldad. 15Había dos parteras hebreas, llamadas Sifrá y Fuvá, a las que el rey de Egipto ordenó: 16mdash;Cuando ayuden a las hebreas en sus partos, fíjense en el sexo: 127 si es niño, mátenlo; pero si es niña, déjenla con vida. 17Sin embargo, las parteras temían a Dios, así que no siguieron las órdenes del rey de Egipto sino que dejaron con vida a los varones. 18Entonces el rey de Egipto mandó llamar a las parteras, y les preguntó: — ¿Por qué han hecho esto? ¿Por qué han dejado con vida a los varones? 19Las parteras respondieron: —Resulta que las hebreas no son como las egipcias, sino que están llenas de vida y dan a luz antes de que lleguemos. 20De este modo los israelitas se hicieron más fuertes y más numerosos. Además, Dios trató muy bien a las parteras 21y, por haberse mostrado temerosas de Dios, les concedió tener muchos hijos. 22El faraón, por su parte, dio esta orden a todo su pueblo: — ¡Tiren al río a todos los niños hebreos que nazcan! A las niñas, déjenlas con vida.
Hay una conexión entre el mensaje de la semana pasada sobre la armonía racial y el matrimonio interracial, (Racial Harmony and Interracial Marriage) y el mensaje de hoy sobre el aborto, la raza, el genero y Cristo. Cuando el matrimonio interracial es rechazado, se debe a menudo a que el resultado reproductivo del mismo, es ofensivo para la raza dominante. Ejemplo de ello es que los hijos de matrimonios entre blancos y afro americanas, o blancos y asiáticas, o blancos y cualquier otro grupo étnico no son lo suficientemente blancos. Presentando el tema de esta manera, podemos empezar a ver la conexión entre el aborto y el racismo1 implícito en esta actitud hacia el matrimonio interracial. Si el mestizaje es visto como un resultado indeseable del matrimonio interracial, ¿Pudiera emplearse también en el uso del aborto para reducir el predominio del mestizaje en una cultura dominante blanca?
Íntimamente relacionadas a las implicaciones raciales del aborto, están las implicaciones de género. Y no quiero decir simplemente, que el asunto gira en torno al derecho de la mujer sobre su propio cuerpo como a menudo vemos. Me refiero a que millones de abortos son realizados para escoger el sexo. Las bebés hembras son sistemáticamente aniquiladas en el útero porque los varones son preferidos.
Millones de Abortos Alrededor el Mundo Son el Resultado del Sexismo y del Racismo
Desde 1987, yo he predicado al menos 17 sermones sobre el modo en que el aborto y el movimiento antiabortista, se relaciona con Cristo y su causa en el mundo. Todos disponibles para leer en www. Desiring God Org. El enfoque de cada uno ha sido diferente. Hoy nuestra reflexión está sobre esta afirmación: “Millones de abortos en el mundo son el resultado del racismo y el sexismo”. Por “resultado” quiero decir, que estos abortos tienen raíces en el racismo y en el sexismo, y el fruto es lo que los racistas y sexistas quieren; es decir, menos negros (como en los Estados Unidos) y menos chicas (como en la India, y China).
Se define el término “sexismo” de la misma manera que se define el término racismo: “Sexismo es una creencia o práctica explícita o implícita, que cualitativamente distingue o valora un sexo por encima del otro”. Esto no significa que no haya diferencias entre ambos sexos ni que estas diferencias no sean importantes. ¡Son muy importantes! Esto refiere que las diferencias son valiosas y cuando todas las diferencias son sumadas sobre cada lado del libro masculino y femenino, la suma de calidad y la suma de valores al pie del libro, son las mismas para el varón y para la hembra. Es igualmente precioso, tener una bebita como tener un bebito. La personalidad masculina y la personalidad femenina son por igual pecadoras y valiosas ante Dios. Al ser ambos redimidos sin distinción, reflejan el valor de Dios igualmente. Y ustedes saben que digo esto, pensando en el contexto, en el cual los hombres humildes como Cristo, deben ser las cabezas de familias y los mayores de la iglesia.
Hoy mi objetivo es exponer otra consecuencia negativa del aborto, junto a todos sus otros males, y hay muchos: En la manera en que hiere a las mujeres, a los bebés, a los hombres, a la sociedad, y deshonra a Dios (Vea los otros sermones). Expondremos a la luz de las Escrituras este mal adicional y específicamente que: Millones de abortos alrededor del mundo son el resultado del racismo y del sexismo.
Las Cuatro Medidas Más Radicales: Éxodo 1: 1-22
Antes de ilustrar esto más claramente, pongámoslo a la luz de las Escrituras en Éxodo 1: 1-22, vemos al grupo étnico dominante, los egipcios, dar cuatro pasos cada vez más radicales para eliminar la amenaza de otro grupo étnico, Israel.
Dese cuenta de la amenaza, en los versículos 8-9: Después se levantó un nuevo rey en Egipto que no había conocido a José, el cual dijo a su pueblo: “He aquí, el pueblo de los hijos de Israel es más numeroso y fuerte que nosotros (Éxodo 1:8-9). RVI) Israel era diferente. No eran egipcios, ellos no pertenecían a allí. Eran unos extraños étnia, cultural, y religiosamente para los egipcios. Y estaban creciendo. Esa es la amenaza.
Ahora presten atención a las cuatro medidas que tomó el rey de Egipto para eliminar esta amenaza. Evidentemente ellos no se sentían libres ni seguros, para matarlos a todos en el acto, como hizo Hitler. La amenaza podía ser anulada más indirectamente. ¿Cómo?
1. Los Egipcios los Esclavizaron (Éxodo 1: 1-12)
Primera, los egipcios los esclavizaron: Israel. Éxodo 1: 1-12 (RVI): "Entonces les impusieron jefes de tributo laboral que los oprimiesen con sus cargas, y edificaron para el faraón las ciudades almacenes de Pitón y Ramesés. Pero cuanto más los oprimían, tanto más se multiplicaban y se propagaban, de manera que los egipcios se alarmaron a causa de los hijos de Israel." La medida número uno no estaba funcionando.
2. Los Egipcios Intensificaron la Esclavitud (Éxodo 1: 13-14).
Segunda, ellos intensificaron la esclavitud, y se volvieron más despiadados y severos. Éxodo 1: 13-14 (RVI): "Entonces los egipcios los hicieron trabajar con dureza, 14 y amargaron sus vidas con el pesado trabajo de hacer barro y adobes, aparte de todo trabajo en el campo; y en todos los tipos de trabajo les trataban con dureza." Evidentemente esto no era suficiente para debilitar al pueblo. Así que fueron a la medida número tres.
3. El Rey Egipcio Dio Instrucciones a Las Parteras de Matar a los Bebés Varones al Nacer (Éxodo 1: 15-16)
Tercera, el rey dio instrucción a las parteras, de matar a los bebés varones al nacer. Éxodo 1: 15-16 (RVI): También el rey de Egipto habló a las parteras de las hebreas, una de las cuales se llamaba Sifra y la otra Fúa, y les dijo: Cuando asistáis a las mujeres hebreas a dar a luz y veáis en la silla de parto que es niño, matadlo; pero si es niña, dejadla vivir." El objetivo aquí era debilitar al pueblo. Reducir al mínimo los varones y dominar a la nación. De nuevo no funcionó, porque las parteras se rehusaron a matar a los varoncitos. Así que el rey fue del sutil infanticidio clínico, al infanticidio público y abierto.
4. El Rey Egipcio Ordenó a la Nación Egipcia Completa, Matar a los Bebés Varones Israelitas (Éxodo 1: 22).
Cuarta, el rey mandó a toda la nación egipcia (No solo a las parteras) matar a todos los bebés varones israelitas. (Éxodo 1:22) (RVI) "Entonces el faraón mandó a decir a todo su pueblo: “Echad al Nilo a todo niño que nazca, pero a toda niña conservadle la vida.” Evidentemente esto tampoco funcionó porque 80 años después había en Israel 600.000 hombres (Éxodo 12:37)
Cuatro Observaciones Para Ver la Analogía Entre Aquella Epoca y la Actual
Ahora hagamos algunas observaciones para ver la analogía entre esta situación y la situación del aborto en el mundo de hoy.
1. El Sutil Infanticidio Precedió al Infanticidio Abierto
El rey de Egipto intentó primero con un infanticidio sutil y después recurrió a un infanticidio abierto. Si él hubiera conseguido que las parteras mataran a los varones en el alumbramiento, entonces todo hubiera parecido un parto. ¿Cómo podrían hacer eso? Del mismo modo que nosotros lo hacemos. Nosotros lo llamamos aborto. Solo que ellas lo harían más gentilmente. Primero liberaban la cabeza y antes que todo el nené estuviese afuera y pudiera llorar, ellas le apretaban el cuello hasta que estuviese muerto, y después extraían el resto del cuerpo.
Este sutil modo de infanticidio se parece tanto al aborto de hoy, que moralmente no existe ninguna diferencia importante;2 de hecho “Sutil infanticidio” es una manera exacta de describir el aborto; es matar niños, echo de un modo tal que la gente no lo reconozca como matar de modo explícito. Es por esa situación que existe la palabra aborto. Algunos vocablos son creados para envolver la realidad, al igual que los procedimientos están creados para lo mismo. “Aborto” está encubriendo “Matar niños”, justo como el rey de Egipto quiso encubrirlo.
2. El Sutil Infanticidio Era Selectivo
El sutil infanticidio o parto parcial de aborto, era selectivo. En este caso, solamente matar a los varones. ¿No es esto idéntico al aborto por selección del sexo de nuestros días? Es justo una analogía. Es un indicador. Esto nos despierta a la reflexión de que esto ocurre por razones diferentes, en épocas diferentes.
3. El Sutil Infanticidio Era Etnicamente Específico
El sutil infanticidio o el parto parcial de aborto, era étnicamente específico. Solamente háganlo a los judíos, ellos son la amenaza. De nuevo este llamado a despertar. La limpieza étnica ocurre y en más modos de los que usted piensa. Por ejemplo, existe un juego computarizado disponible en la Web, llamado limpieza étnica (No le recomiendo que vaya allí).
Se corre a través del disco volando negros y latinos, en un intento por ganar la entrada al sistema subterráneo, donde los judíos han escondido para evitar la matanza. Entonces, si usted es afortunado... puede volar judíos, vuestro camino hacia el centro de mando de ellos, mientras gritan ¡Oy Vey!
4. Dios Recompensa la Desobediencia Civil Que se Rehusó a Participar en el Sutil Infanticidio
Dios recompensó la desobediencia civil que sé rehusó en el sutil infanticidio. Éxodo 1: 17-2. (RVI):
Pero las parteras temían a Dios y no hicieron como el rey de Egipto les mandó, sino que dejaban con vida a los niños varones. Entonces el rey de Egipto hizo llamar a las parteras y les dijo: — ¿Por qué habéis hecho esto de dejar con vida a los niños varones? Las parteras respondieron al faraón: — Las mujeres hebreas no son como las egipcias. Ellas son vigorosas y dan a luz antes de que llegue a ellas la partera. Dios favoreció a las parteras, y el pueblo se multiplicó y se fortaleció muchísimo. Y sucedió que, porque las parteras tuvieron temor de Dios, él también les dio a ellas su propia familia.
El rey dijo: Maten a los varones. Las parteras se rehusaron y Dios las bendijo por hacer lo que era correcto y desobedecer al rey. No analizaremos si mintieron en el proceso, lo más relevante en este punto es que esto no impidió que Dios estuviese contento con sus valientes anti-abortistas; las cuales se rehusaron a matar a los bebés, e hizo que pareciera como que ellas no mintieron.
A la vista de todo esto, yo concluyo, que Dios nos ha dado en estos eventos y en este texto de las escrituras una luz viva que brille sobre el mal del sutil infanticidio, que es aborto en nuestros días; especialmente sobre los millones de abortos que son el resultado del racismo y el sexismo.
El Aborto y el Sexismo
Así que permítame ilustrar esto más claramente. Tome primero el sexismo. Esto es más prominente en la India y China, donde está profundamente arraigada, la preferencia de los hijos por encima de las hijas en la estructura de la vida social. Veamos como ejemplo el estado de Maharashtra:
En un hospital, desde junio1976 hasta junio 1977, 700 individuos buscaron la determinación del sexo prenatal. De estos fetos, se determinó que 250 eran varones y 450 eran hembras. Mientras todos los fetos varones conservaron su vida, 430 de los 450 fetos hembras fueron abortados. (Miller 1985).3
En la India y China las leyes han aprobado restringir los abortos por selección de sexo, pero la práctica continúa en la medida que la determinación del sexo se torna más fácil y se logra más temprano.
Las cuotas estrictamente obligadas de China sobre el número de hijos que un matrimonio puede tener hacen aún más evidente el por qué el aborto para escoger el sexo y el infanticidio de hembras, se han vuelto tan frecuentes. De hecho, existe un número creciente de aldeas en ambas naciones, China e India que prueban esto, al decir de un campesino chino: “El año pasado nació solamente una hembra en la aldea. Todos los demás tuvieron varones (Kristof 1993, 1). Cuando estos aldeanos fueron cuestionados acerca de la posibilidad de que sus hijos no fueran capaces de encontrar esposas en el período de veinte años, los aldeanos no parecían preocupados. Su preocupación inmediata era tener hijos que pudieran ayudar en los campos, cuidar de ellos en la vejez y que pudieran continuar con la tradición familiar.4
Mi intención aquí, no es decir que estos motivos para abortar los bebés hembras, sean peores que los motivos para el aborto en los países occidentales, sino es sencillamente decir, que en la práctica del aborto, diferentes tipos de males crecen y se multiplican. Y a medida que lo hacen, la posición de la gente pro-selectivas se vuelve menos y menos defendible. Por ejemplo, los proselectivos feministas que se oponen al aborto por selección de sexo (Ya que ellos casi siempre van en contra de las niñas), se encuentran luchando para no llamar a esta masa de tejidos “una pequeña niña”. Cuando el mal del sexismo se une con el mal del aborto, ellos tienden a exponer más claramente el mal de ambos.
El Aborto y el Racismo
¿Y qué hay sobre el aborto y el racismo? Planned Parenthood, la más grande proveedora de aborto en América, fue fundada por una racista, Margaret Sanger. Corinne Cords ha documentado los cimientos de Planned Parenthood en el racismo de Margaret Sanger, quiero elogiarla aquí en Bethlehem, por su ministerio antiabortista llamado Self Evident Truth. Randy Alcorn, ha hecho lo mismo en su boletín informativo Eternal Perspectivas.5 Sanger apoyó mucho la eugenesia que favorecía la esterilización y otros medios para limitar la reproducción de la raza negra. Marvin Olasky comenta, “El proyecto negro de Margaret Sanger, en los años 1930, fue similarmente ensalzado por su labor de difusión, de la anticoncepción entre aquellos que los eugenecistas más profundamente temieron”.6
Para mi conocimiento Planned Parenthood, nunca ha renunciado a estas raíces. En lugar de eso, forma parte de una industria que ha llevado a la muerte a más de 10 millones de bebés negros, desde 1973. Solamente el racismo puede regocijarse en eso.
La población afroamericana de América es más o menos el 14% de la población total. Pero los bebés afroamericanos acumulan cerca 33% de las vidas perdidas en abortos. 74% en Washington DC, 62% en Mississippi, 52% en New York City, 50% en Georgia. ¿Qué debemos opinar de esto? Algunas personas lo llaman genocidio. Yo prefiero utilizar las bien balanceadas y soberanas palabras de Randy Alcorn al decir:
No creo que la mayoría de las personas que apoyan los derechos al aborto sean racistas, más allá de lo que crea, no existen racistas entre los antiabortistas. Yo estoy simplemente refiriendo que a pesar de los motivos, una mirada más cercana a ambas, la historia y las estrategias del presente del movimiento pro-selectivo sugiere que para la minoría, el aborto no sirve para la igualdad, ni para la supremacía de los saludables, los pudientes y los blancos.7
Un Reto a Seguir por los Cristianos Afro Americanos
Mi oración y mi grito es para que los cristianos afro americanos en toda América abran los ojos a lo que está ocurriendo, y lleven a este país hacia un lugar donde el aborto se convierta en algo tan impensable como la esclavitud. Cuando los negros le vuelven la espalda al movimiento antiabortista, debido a que hay demasiados blancos en él que son indiferentes al prejuicio racial; están haciendo, lo que hacían los cristianos conservadores de raza blanca en la era de los derechos civiles, rehusarse a la unión con el movimiento por la justicia racial, debido a que habían demasiados liberales en dicho grupo que no creían en la deidad de Cristo.
¡OH! Más bien, unamos nuestras manos- negros, blancos, asiáticos, hispanos, y amerindios. Digamos juntos, con una voz clara: ¡Existe un mejor camino hacia la libertad, que matar a los bebés!
Terminando: La Diferencia Entre Moisés y Jesús.
Al terminar, regrese conmigo a Egipto un momento; en el tiempo del peor infanticidio nació Moisés. Moisés, el libertador, el rescatador, el salvador del pueblo. Y después el profeta como Moisés (Deutonomio18:15; Hechos 3:22) –el Hijo de Dios, Jesús Cristo, el último y decisivo rescatador, salvador y libertador – nació, y a duras penas escapó de la matanza de bebés que tuvo lugar en Belén. Él vivió una vida perfecta, murió por los pecadores y resucitó de la muerte.
Y aquí está una de las más grandes diferencias entre él y Moisés. Este último liberaba a las personas que estaban siendo oprimidas. Jesús libera al oprimido y al opresor. Moisés liberaba a la raza odiada, Jesús libera al odiado y al que odia. Moisés no podía liberar a los bebés estrangulados o los lanzados dentro del Nilo, pero Jesús libera a los bebés, a las madres, a los proveedores de abortos, a los novios irresponsables. Él ama y salva a cualquier pecador que confié y crea en su nombre.
Así que unamos las manos y digamos con una voz clara, siendo uno en Cristo: Existe un mejor camino hacia la libertad que matar a los bebés. Y ese camino es Jesús Cristo.
1 La definición que yo estoy utilizando es la que adoptó la “Iglesia Presbiteriana en América” el verano del 2004. “El racismo o implícita, que cualitativamente, distingue o valora una raza por encima de las otras”.
2 Vea la presentación de Scott Klusendorf “Tomando el Aborto Serio” donde él emplea las siglas de Stephen Scwarz S.L.E.D. Para mostrar que ninguno de los estados del desarrollo del feto o condiciones del feto, son argumentos morales para el aborto. Talla, nivel de desarrollo, entorno y grado de dependencia- utiliza todas estas cuatro pruebas al final, para mostrar que los argumentos utilizados para apoyar al aborto lógicamente apoyan al infanticidio.
3 Radhika Balakrishnan, “The Social Context of Sex Selection and the Politics of Abortion in India," in Power and Decision: the Social Control of Reproduction (Cambridge: Harvard School of Public Health, 1994), 267-286(se accedió a Internet 1-21-05).
4 Gail Weiss, “Sex-selective Abortion: A Relational Approoach,” en Hypatia 12:3 (Winter 1995) (Se accedió a Internet 1-21-05)
5 Randy Alcorn, “Planned Parenthood: A Closer Look At Its Founder and Philosophy,” Eternal Perspectives (Sept-Oct, 1993), 8-9.
6 Marvin Olasky, Abortion Rites: A Social History of Abortion in America (Washington D.C.: Regency, 1995), 259-263.
7 Alcorn, “Planned Parenthood,” 9.