El siguiente contenido es una transcripción editada de un audio.

¿Qué es tan importante acerca de la esperanza cristiana?

Si nuestro futuro no está asegurado y satisfecho ante los ojos de Dios, entonces nos encontraremos excesivamente ansiosos. Como resultado, estaremos paralizados en temor o manejándonos a nosotros mismos con ávido control. Terminamos pensando únicamente en nosotros, en nuestro futuro, en nuestros problemas y en nuestro potencial; y esto nos impide amar a otros.

En otras palabras, la esperanza es el lugar de nacimiento del amor en el cristiano que se auto-entrega a otras personas. Esto sucede simplemente porque dejamos que Dios tome cuidado de nosotros y no nos preocupamos en trabajar para cuidarnos. Decimos: "Señor, simplemente quiero estar presente para ayudar a otras personas el día de mañana, porque tú vas a estar ahí para mí."-

Si nosotros no tenemos la esperanza de que Dios está presente con nosotros, entonces estaremos ocupados en protegernos y exaltarnos a nosotros mismos. Pero si permitimos que Dios tome cuidado de nuestro futuro--ya sea de cinco minutos o cinco siglos a partir de ahora--entonces estamos libres para amar a otros. Entonces la gloria de Dios brillará aún más, porque es así como él se hace más visible.

Cuando Dios nos satisface de una manera tan profunda que podemos amar a otras personas, entonces él se hace aún más manifiesto. Y esto es lo que queremos más que nada.

¿Cuál es la diferencia entre la definición cristiana de esperanza y la manera en que se utiliza generalmente?

La palabra esperanza en el vocabulario [en inglés] ordinario es generalmente diferenciada de certeza. Diríamos: "No sé qué es lo que va pasar, pero espero que pase."

Cuando lees la palabra esperanza en la biblia (por ejemplo en 1 Pedro 1:13 "pon tu esperanza en la gracia que se te dará en la revelación de Jesucristo"), esperanza no es un pensamiento de deseo. No es: "No sé si va suceder, pero espero que suceda." Esta idea no es en absoluto a lo que se refiere la esperanza cristiana.

La esperanza cristiana es cuando Dios promete que algo va a suceder, y uno pone su confianza en esa promesa; es la seguridad de que algo va a ser pasajero porque Dios así lo ha prometido.

¿Cómo construimos nuestra esperanza en Dios?

La esperanza es una porción o parte de la fe. La fe y la esperanza, en mi mente, son realidades que coinciden: la esperanza es fe en tiempo futuro. Así que la mayor parte de la fe es esperanza.

La biblia dice: "Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios" (Rom. 10:17). Esto implica que la esperanza, como la fe, es también fortalecida por la palabra de Dios. La esperanza viene cuando leemos sus grandes y preciosas promesas [de Dios], y vemos a Cristo, quien compró estas promesas.

Resumiré todo lo anterior de la siguiente manera: El versículo más importante de la biblia para mí es probablemente Romanos 8:32:

El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?

¡Esa última parte es un generador de esperanza! Y está fundamentada en la declaración sólida de que Dios "no escatimó ni a su propio Hijo."

Así que la esencia de lo que vemos en la biblia para construir nuestra esperanza es ¿Qué ha hecho Cristo por mí en mi condición de pecador que me permite saber que no vendré a juicio y condenación, y que todas las cosas están trabajando para mi bien? La respuesta es que Cristo murió por mí, resucitó por mí, y por lo tanto todas las promesas de Dios son SÍ en él.

Entonces, quitemos nuestra mirada de las circunstancias que hoy enfrentamos, y miremos a Cristo. Miremos a las promesas y agarrémonos de éstas. La esperanza viene de las promesas de Dios, arraigadas en el trabajo de Cristo.