A continuación se encuentra la transcripción editada del audio.

A menudo creemos que orar y leer la Biblia son dos actividades diferentes en la vida de un cristiano. ¿Hay alguna manera en que debamos usar la Biblia en nuestras oraciones?

Para mí es inevitable y absolutamente necesario. Por ejemplo, si trato de orar por personas o sucesos sin tener la Palabra de Dios frente a mí para que guíe mis oraciones, entonces varias cosas negativas pueden pasar. Una de ellas es que tiendo a ser muy repetitivo día tras día y hora tras hora, y mis oraciones son siempre las mismas. Otra de las cosas negativas es que mi mente tiende a divagar, y en vez de orar pienso en la ropa que estoy usando, o que hay una persiana veneciana a medio abrir, o en que hay una sirena en la calle y me pregunto qué estará pasando. Me disperso constantemente por mi falta de atención.

Pero la Biblia atrae mi atención porque la estoy mirando y leyendo. Y me ofrece razones bíblicas para orar de manera que mis oraciones no son pedidos vacíos y difusos como “Dios bendícelos” o “Dios bendice esto”. Más bien pido por cosas específicas que la Biblia encomienda.

Para mi es absolutamente esencial que mis oraciones estén guiadas, llenas, sostenidas y controladas por la Palabra de Dios. Le he dicho a la gente “Pueden orar todo el día si oran la Biblia”. Hay personas que se preguntan cómo hacer para orar más de cinco minutos, porque ya no tendrían razones para orar. Pero yo digo que si abren la Biblia, empiezan a leerla, y hacen una pausa en cada versículo y lo convierten en una oración, entonces pueden orar todo el día de esa manera.