¿Cómo debemos responder a amigos que están considerando el divorcio?

Con lágrimas en los ojos debes buscarlos y rogarles que no destrocen la imagen de Dios y de su iglesia.

La razón por la cual Dios dice que no nos divorciemos-- y por qué le llama adulterio cuando alguien se divorcia y se casa con otro--es que él decretó que la relación de Cristo a la iglesia fuera representado claramente en los matrimonios de su gente.

Cristo nunca se divorcia de su iglesia--nunca, bajo ninguna circunstancia. Y nos llama a ser fieles como él.

Así que yo le rogaría a mi amigo, ¡No lo hagas! Luego iría a su lado y les preguntaría, ¿Qué pasa? ¿Cuál es el problema? Luego les ayudaría, ya sea a través de ayuda financiera, o aconsejería, o reproche, abordar el problema que sea que les hace pensar que la continuación del matrimonio es inviable.

A veces puedes rescatarlo. Pero también hemos perdido gente en Bethlehem. Hace poco tuvimos que expulsar a un hombre porque rehusó todo tipo de consejo, amor, y exhortación que le dimos para ayudarlo a no abandonar a su esposa.

Estoy un poco desanimado acerca de este problema porque hay muchos creyentes hoy día que encuentran justificaciones eruditas para hacer el divorcio más fácil. Francamente, en nuestra cultura necesitamos hacerlo más difícil--no más fácil--para poder divorciarse.