¿Cómo sigues siendo humilde?
La siguiente es una transcripción editada del audio.
¿Cómo se mantiene humilde?
No lo soy. ¿Qué les hace pensar que soy humilde? Mucha gente no piensa que lo sea.
Voy a tomar la pregunta con el significado de "¿Cómo lo trabajas?" Y es una buena pregunta. Trato de trabajar en ello.
Por lo pronto, les pido a los demás que oren por mí. Y yo oro al Señor, "Antes de que ceda a cualquier tipo de abuso orgulloso de esta influencia para satisfacer mi ego, mátame. Llévame antes de que arruine esta iglesia, este ministerio y estos libros. Si tengo que terminar empañando toda una vida de esfuerzo, por favor llévame antes de que eso suceda".
La oración, el rogar a Dios pidiendo humildad, es realmente crucial.
En segundo lugar, Dios siempre utiliza medios, y los medios son tanto la providencia como la verdad. La verdad es que soy un pecador. No sólo era un pecador. Soy un pecador. "Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos" (1 Juan 1:8, LBLA). Así que soy un pecador. Saberlo no requiere una enorme discusión, ni el uso continuado de un espejo. Simplemente lo veo una y otra vez.
Ayer por la mañana le dije a nuestro equipo, cuando estábamos hablando acerca de reputaciones de la iglesia, etc., que oremos para que nosotros como equipo podamos sorprendernos cotidianamente por la gracia en nuestras vidas. Porque si no nos asombramos de la gracia para con nosotros, seremos principalmente una iglesia acusadora.
Esa fue la cuestión. Bethlehem apoya multitud de causas, por lo tanto no estamos contentos con los puntos de vista de muchas personas y podemos llegar a ser muy negativos. Les dije que la única solución a esto —dado que Pablo tenía una cantidad de cosas con las que no estaba de acuerdo y se enojó con mucha gente—la única respuesta, es estar más asombrado de que tú seas salvo, que de que ellos estén perdidos.
Deberíamos estar sorprendidos de que Dios nos haya tratado tan generosamente. Trabajar para ver eso significa que debemos conocer nuestro pecado y conocer bien la cruz.
Una tercera cosa es pedirle a la gente a tu alrededor que sea honesta y que te diga cuando estás arruinando las cosas, ya sea que las estés arruinando en formas grandes o pequeñas.
De vez en cuando le digo al equipo,
Por favor. Sé que tengo mucha autoridad aquí, y que es difícil discutir conmigo, pero por favor, si ven una actitud, una acción o algún tipo de pereza, codicia, lujuria o egoísmo, ¿podrían venir a decírmelo? Si es muy duro para decirlo cara a cara, envíenme un e-mail, o simplemente vengan y díganmelo.
¡Y lo hacen! Algunos de los jóvenes son valientes y dicen, "¿No es necesario que hables con esa persona después de haber dicho eso?" Y lo hago. El otro día tuve que enviar un e-mail a alguien y decir que había mencionado su nombre en un grupo y había dicho algo negativo cuando no hubiera debido hacerlo. Estaba bromeando, pero en realidad no era una broma. Le pedí perdón, y él me contestó con otro e-mail. Y fue algo lleno de gracia. "Ningún problema", dijo. "Yo he hecho lo mismo y te perdono."
Y, cuando estaba leyendo esta respuesta en el avión, le dije a Nathan, mi asistente: "¡Qué agradable es que los hermanos vivan juntos en armonía! ¡Y qué horrible es cuando estás nervioso en la noche porque alguien está enojado contigo!"
Por lo tanto es crucial tener gente alrededor que te exhorte y te reproche.
Por último, reconocer que todo lo que haces, lo haces con la fortaleza que Dios provee. Puede ser una frase vacía si realmente no la crees. Sin embargo, Pablo dijo: "Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia para conmigo no resultó vana; antes bien he trabajado mucho más que todos ellos". Él podría haberse detenido ahí y vanagloriarse de su trabajo, pero continúa: "Aunque no yo, sino la gracia de Dios en mí".
Pienso que esa fue una realidad muy poderosa para Pablo. El podía vanagloriarse. De hecho, se jactó de ciertas cosas del Evangelio. Pero cuando volvió en sí, dijo que cualquier bien que hubiera hecho había sido hecho por la gracia. También vemos esto en Romanos 15:18: "Porque no me atreveré a hablar de nada sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí para la obediencia de los gentiles".
Entonces, si escucho a la gente decir que recibieron ayuda de un libro o una conferencia, me estremezco en mi interior porque no arruiné las cosas, no decaí, o no renuncié. Y digo "Dios, ¿cuánto tiempo vas a mantener esto? ¿Durante cuánto tiempo vas a tener tu mano sobre mí? No puedo creer que seas tan perseverante y amable con alguien que es tan imperfecto".