¿Cómo glorificas a Dios a través del ejercicio físico?
Lo siguiente es una transcripción editada del audio.
¿Cómo glorificas a Dios a través del ejercicio físico?
Escribí una vez un artículo titulado “Cómo beber jugo de naranja para la Gloria de Dios”, ya que Pablo dijo: “Entonces, ya sea que comáis, que bebáis, o que hagáis cualquier otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios” (1 Corintios 10:31, LBLA), así que más vale que sea capaz de contestar a esto.
Estas son algunas formas en las cuales Dios es glorificado a través del ejercicio.
1. Mediante el ejercicio físico fomentamos nuestra gratitud a Dios por las piernas, corazón y pulmones. A medida que pasan los años y envejezco, me hago más consciente de lo frágil que soy. Y por cada respiración, si pudiera ser capaz de mantener conciencia de la verdad, tendría que dar gracias a Dios por poder hacerlo.
Por lo tanto, cuando te colocas la ropa deportiva y los zapatos y empiezas a trotar, exclamas “Dios, te agradezco mucho que puedo caminar, mover estos brazos, correr con estas piernas, y que mi corazón y mis pulmones estén funcionando. Este es un verdadero regalo de tu parte que no tendría de otra forma”.
2. ¿Cuáles son tus motivos para realizar ejercicio físico? Si tu motivo es que puedas comer chocolate sin engordar (porque tienes una adicción al chocolate), no es un buen motivo en comparación con el deseo de estar en plena forma tanto física como mentalmente para el ministerio Cristiano. Tú quieres glorificar a Dios por tus motivos.
El trote, como mucha gente sabe, hace bien al cerebro y no te sientes tan deprimido cuando realizas ejercicio. También provoca cosas buenas en el cuerpo para que puedas utilizarlo más plenamente para la Gloria de Dios.
Así que mostrar gratitud es una manera de glorificar a Dios y estar correctamente motivado es otra.
3. La tercera forma de glorificar a Dios a través del ejercicio físico es la manera en que lo realizas. ¿Cómo vistes cuando haces ejercicio? ¿de manera decente? Vestir decentemente glorificará a Dios más que hacerlo de manera indecente. ¿Empujas a la gente cuando estas trotando? No es una buena idea. ¿Haces ruido cuando te preparas y siempre despiertas a tu esposa impidiéndole dormir lo suficiente?
En otras palabras, ¿estás realizando ejercicio de manera amorosa? ¿Es evidente para la gente que lo tuyo no es por vanidad sino por pura intención de honrar al Señor?
4. Finalmente, ¿lo aprovechas para convertirlo en ministerio? En otras palabras, ¿haces que te acompañe otra persona que necesite ayuda con su disciplina? ¿Estás dispuesto a detenerte durante el recorrido para ayudar a alguien, como el buen Samaritano? ¿Estás dispuesto a detenerte para proclamar el evangelio y hablar de Jesús? ¿Es un ministerio?
Estas son algunas ideas de cómo algo como salir a trotar puede redundar en hacer lucir a Dios. Y eso es lo que significa “Glorificar a Dios”: hacer que Dios se vea bueno, como realmente es.