Transcripción del audio
Unos pocos años atrás, tuve la oportunidad de sentarme con algunos de nuestros amigos en el CCEF, la Fundación Cristiana de Asesoramiento y Educación en Filadelfia. Esto incluía a Ed Welch, un consejero bíblico y el autor de un magnífico libro titulado "Huyendo asustado: el temor, la preocupación y el Dios del descanso". Ed ha llamado a la batalla contra la ansiedad una batalla bendita. Le he preguntado ¿cómo es que esta batalla contra la ansiedad es una batalla bendita?
La batalla contra el temor es una batalla bendita. Suena un poco raro, ¿no es así? Pero, pienso que he dicho tales cosas y las he pensado, por lo cual algo debe haber. Y he aquí uno de los modos de verlo.
Cuando John Wesley se moría y, supuestamente, tenía un grupo de personas a su alrededor hablando, rogando y leyendo las promesas de Dios, les dijo: “Sí, todas estas cosas son verdaderas, pero la mayor es esta. Dios está con nosotros”. Y en la batalla contra el temor, si eres propenso al miedo y la ansiedad, es una magnífica batalla, porque parece como si las cosas más bellas que Dios dice estuviesen reservadas para las personas que luchan contra el temor.
Considera el Salmo 23. Todo se resume en “Yo estoy contigo”,¿de acuerdo? “Yo estoy contigo”. Creo que para aquellos que están interesados en asuntos teológicos mayores, están esas ceremonias de renovación del pacto que aparecen por todo el Antiguo Testamento, en las que Dios repite el pacto. Tal parece como si lo que estuviese sucediendo es que hay personas quienes debieran, con razón, sentirse asustadas.
O, consideremos el pacto con Noé. ¿Qué va a suceder la próxima vez que venga una nube sobre nuestras cabezas? Y he aquí al Señor haciendo promesas. Y las promesas a Noé, a Abraham, a Isaac, y muchos más a través de todo el Antiguo Testamento son sistemáticas. “Yo sé que tendrás razones para estar temeroso. ¿De acuerdo? Por ello, permíteme decirlo nuevamente. Permíteme enumerar mis promesas para ti una vez más”. Por ello, en ese sentido, es una batalla bendecida, porque anticipas el escuchar las cosas más hermosas que Dios le dice a los seres humanos.