Tu alegría yace en manos de la justicia de Jesús
¿Qué sucedería si creyésemos de verdad que Dios está 100% por nosotros? ¿Que no solo nos acepta, sino que nos acepta completamente debido a la persona y obra perfecta de su Hijo? ¿Que nuestros mayores éxitos no pueden darnos más acceso a Él y nuestros errores no podrán quitárnoslo? Si creyeramos eso - si realmente lo creyeramos – cambiaría todo en la búsqueda del gozo en nuestra vida.
La doctrina cristiana sobre que Dios nos acepta a una buena relación con Él se llama justificación. Es la palabra larga que empieza con j y que tiene mucho que ver con otra palabra más corta que empieza con j y que todos buscamos a nuestra manera: júbilo.
Justificación solo por la fe
La justificación tiene que ver con la manera en que nos ponemos a cuentas con Dios. Aquí, el escenario es un tribunal. Existe un acusado (nosotros) y existe un juez (Dios). Y todos estamos acusados justamente de injusticia – una ofensa traidora contra el propio Juez.
Estar justificado significa que el Juez nos declara justos en lugar de culpables. Significa estar absueltos de cualquier delito. Lo increíble, de acuerdo con el evangelio cristiano, es que, aun cuando en realidad somos culpables, Dios “justifica al impío” a través de la fe (Romanos 4:5).
Pero, ¿sobre qué bases nos declara Dios justos? Esto ha sido motivo de controversia durante casi 500 años. Algunos dicen que Dios nos acepta completamente basado, no solo en el trabajo de Cristo aparte de nosotros, sino también en el trabajo del Espíritu Santo en nosotros. Dios nos llena de justicia y nos declara justos tomando esto en cuenta.
Otros dicen – siguiendo más la visión del Nuevo Testamento- que Dios nos acepta completamente debido a la justicia de otro, Jesucristo (1 Juan 2:1). Somos declarados justos y aceptados completamente por Dios, no sobre la base de alguna justicia en nosotros, sino solo por la fe, mirando fuera de nosotros y uniéndonos a una justicia que no es obra nuestra - Jesús quien es nuestro justo (1 Corintios 1:30; Romanos 5:19; 10:4; 2 Corintios 5:21).
Esta justificación solo por la fe está en el corazón del evangelio. Martín Lutero la llamó la doctrina sobre la cual la iglesia se sostiene o cae. Y aquellos quienes se aferran firmemente a la justificación solo por la fe, se convierten en las personas más libres del mundo, los amantes más verdaderos, los más emprendedores, todo debido a que encontraron la capacidad y el potencial más grandes y profundos para el gozo.
Su justicia, nuestro regocijo
Un pasaje bíblico clave que explica por qué la justificación solo por la fe es esencial para el verdadero gozo en Dios es Filipenses 3:1 y los versículos que le siguen.
En el capítulo 2, Pablo resalta que es el gozo lo que lo mantiene en el camino del ministerio y es el gozo lo que espera que inspire a los filipenses a buscar unidad y humildad. Vuelve al tema del gozo en algunos versículos posteriores cuando habla acerca de la orientación de la iglesia hacia sus enemigos.
“Regocijaos en el Señor” (Filipenses 3:1) no es solo la conexión con lo anterior, también es la bandera que ondea sobre lo que viene. No es una transición simple. Esto es lo que separará a los verdaderos creyentes de los religiosos impostores. Pablo hace énfasis en lo que une a la iglesia y en lo que le da los recursos para mantenerse firme ante la oposición: el gozo en Jesús. Regocijaos en el Señor.
Pablo señala que la diferencia más importante entre la iglesia y sus adversarios está en las distintas fuentes de confianza. La confianza de los adversarios, para estar a bien con Dios, está en su propio rendimiento, pero el pueblo verdadero de Dios no pone “la confianza en la carne” (Filipenses 3:3). No algo de confianza, sino ninguna confianza en la carne. En otras palabras, acepta la justificación solo por la fe. Cualquier motivo que podamos tener para confiar en nosotros mismos, lo hemos dejado a un lado para “gloriarnos en Cristo Jesús” (Filipenses 3:3). La aceptación de Dios está totalmente basada en Cristo.
No podemos estar realmente felices a menos que Dios nos acepte totalmente en base a Cristo.
No es nuestro linaje ni rendimiento
Pablo acepta esta realidad con humildad y valentía. Si hubiese estado tentado de apoyarse en su propio linaje y rendimiento, podría haber superado a cualquiera (Filipenses 3:4-6). Pero en lugar de confiar en su historial de buenas acciones, Pablo ha recibido la vida y la libertad en el evangelio para la incomparable búsqueda de la alegría. Todos sus logros extraordinarios los contó como pérdidas,
a fin de ganar a Cristo, y ser hallado en Él, no teniendo mi propia justicia derivada de la ley, sino la que es por la fe en Cristo, la justicia que procede de Dios sobre la base de la fe, (Filipenses 3:8-9)
Por lo tanto, el gozo en Dios está unido de forma inextricable a la justificación solo por la fe. El “incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor” no será disfrutado plenamente si está separado de la unión con Jesús a través de la fe y de su justicia, que supera con creces la nuestra, como la única razón por la cual Dios nos acepta. La aceptación sólida, firme de la justificación solo por la fe es esencial para la vida de gozo cristiano.
En la medida en que pensamos que la aceptación de Dios aumenta o disminuye gracias a nuestros propios méritos, nuestro gozo peligra.
“Ahora mis cadenas cayeron”
John Bunyan (1628–1688), el pastor bautista perseguido y autor de El progreso del peregrino (Pilgrim’s Progress), recuerda el día cuando, mientras caminaba por un campo, el Espíritu abrió para él la gloria de la justificación solo por la fe - y con esto abrió para él las puertas de la búsqueda del gozo. Después de mucha desesperanza y angustia en el corazón, finalmente vio
que no era la buena intención de mi corazón lo que haría mejorar mi justicia, ni aún mi mala intención lo que empeoraría mi justicia, pues mi justicia era Jesucristo mismo. “Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos”. Hebreos 13:8. Ahora que ciertamente cayeron las cadenas de mis piernas. . . . Ahora fui también a casa regocijándome por la gracia y el amor de Dios.
Ese ha sido el testimonio de muchos, muertos o vivos. Como escribe John Piper,
La mejor arma del evangelio en la lucha por el gozo es la sólida realidad de que somos contados justos en Cristo solo por la fe. . . Ese arma del evangelio es poderosa solo en la medida en que mantengamos la base de nuestra justificación libre de nuestras acciones. Dios nos acepta en base a la justicia de Cristo, no la nuestra. . . . Oh, qué diferencia hace estar seguro, dentro de la oscuridad desalentadora de nuestra imperfección, que tenemos una justicia perfecta – es decir, la de Cristo. (Cuando no deseo a Dios, 85)
Así que, tanto Bunyan como Piper han experimentado, al igual que Pablo, que la aceptación total de Dios, solo por la fe, basada solo en la justicia de Cristo, es esencial para la búsqueda sin obstáculos y sin riesgos del gozo.
La alegría de la aceptación
¿Ha sentido la alegría que viene cuando la justificación solo por fe derrama sus luces en su alma oscura? Existen muchas causas de infelicidad en los cristianos, pero una que es subestimada con frecuencia es la siguiente: si somos débiles en justificación, seremos débiles en gozo.
El verdadero gozo cristiano es inconsistente con cualquier teología que comprometa la justificación solo por la fe. Si quienes profesan ser cristianos no pueden creer que han sido aceptados completamente por Dios (sin esperar algún decisivo veredicto futuro) su búsqueda del gozo en Dios inevitablemente se detendrá, secará y marchitará.
Aquellos que son fuertes en justificación solo por la fe serán más libres en su búsqueda del gozo.