Dos Razones por qué el Amor nos Protege del Engaño
En mi sermón del domingo pasado argumenté de 2 Juan 1:5-7 que el amor de los cristianos es una gran protección contra el engaño. Juan escribió: "Amaos unos a otros. . . . Pues muchos engañadores han salido al mundo". Así que considero que el amor nos ayuda a protegernos de estos engañadores.
Mencioné que vi cuatro razones en 2 Juan en las que el amor funciona de esta manera. Pero solo tuve tiempo para describir dos de ellas en el sermón. Así que, aquí están las otras dos.
1. El amor toma muy en serio todos los mandamientos de Dios.
Verso 6: "Y este es el amor, que andemos según sus mandamientos". Juan dijo esto en 1 Juan 5:2, "En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos".
Esto no significa que el amor no tiene afecto por las personas. Pero sí significa que el amor tiene una clara dirección de Dios. Juan está de acuerdo con Pablo que debemos "amarnos unos a otros con amor fraternal" (Romanos 12:10). Pero el amor cristiano es más que afecto. Es un afecto por las personas que comparten un compromiso a todos los mandamientos de Dios que se aplican a nosotros hoy.
El afecto cristiano es cristiano y es afecto. Tiene contenido cristiano. Y tiene emoción. Lo que nos une con otros creyentes es que compartimos una lealtad sincera a lo que Dios nos dice que es bueno para las personas - sus mandamientos. No inventamos los caminos del amor. Los aprendemos de la palabra de Dios.
Una comunidad de personas que se aman así mismas no serán fácilmente engañadas. Por ejemplo, cuando su cultura les dice que la manera de amar es aceptando el así llamado matrimonio homosexual, la comunidad dirá: "No, Dios sabe lo que es bueno para las personas. Vamos a amar a las personas a Su manera". Y el amor que se tienen el uno con otro se profundiza y endulza su lealtad a permanecer juntos en "todos los mandamientos" de Dios. Les protege del engaño.
2. El amor cristiano se basa en la Verdad que está "con nosotros por siempre".
Juan dice: "Los amo [a ustedes] por causa de la verdad que tenemos en nuestro corazón y que estará con nosotros para siempre" (2 Juan 1:2). Nuestro amor el uno por el otro se basa en dos cosas: 1) La verdad permanece en ti y en mí, y 2) la verdad estará contigo y conmigo para siempre.
Esto es insólito. Lo tomo como que la verdad cristiana es siempre más que convicciones, que guardamos en nuestra mente y corazón; la verdad es también el mismo Cristo--la Verdad con V mayúscula--que no es una convicción en nuestras mentes, sino una persona real con nosotros para siempre en la comunidad de amor. "Yo soy el camino, y la verdad , y la vida" (Juan 14:6).
Lo que esto implica, entonces, es que mi amor por los demás creyentes tiene su origen no solo en nuestra verdad compartida sobre; Jesús, sino también en la presencia de Jesús mismo como el personaje central de esta comunión. Y como tal, lo que nos une en amor es el afecto compartido más profundo posible por nuestro Tesoro supremo, Jesucristo.
Así que cuando el engaño nos tienta a ver a cualquier persona o cualquier actividad o cualquier tesoro como más deseable que Jesús, el mismo amor que nos tenemos el uno al otro nos protegerá de ese engaño, porque ese amor es un afecto compartido por el que es más deseable que cualquier cosa que el engaño pueda ofrecer.