Pensamientos acerca de la Suficiencia de la Escritura

Lo que significa y lo que no

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Founder & Teacher, Desiring God

Mi mensaje biográfico en la conferencia de pastores de este año fue sobre Atanasio que nació en 298 a.C. Así que dediqué una buena parte del tiempo estudiando las discusiones doctrinales del siglo cuarto. La principal disputa tenía que ver con la deidad de Cristo. Arrio (y los arrianos) decían que el Hijo de Dios fue una criatura que no existió. Atanasio defendía la deidad eterna del Hijo y ayudó a ganar esa batalla con la redacción del Concilio de Nicea: "Creemos en... el Hijo de Dios... de la esencia del Padre, Dios de Dios, y Luz de Luz, verdadero de Dios del verdadero Dios , engendrado, no creado, consustancial con el Padre".

Un hecho sorprendente que no esperaba encontrar fue que los herejes protestaban más fuerte acerca del lenguaje no-escritural del credo ortodoxo. Señalaron que las frases "de una esencia con el Padre" y "consustancial con el Padre" no existían en la Biblia. Los herejes pedían "ningún credo salvo la Biblia" precisamente para poder usar el lenguaje bíblico y evadir así verdades bíblicas. Por ejemplo, iban a llamar a Cristo "Hijo de Dios", y luego argumentar que, como todo hijo, debería haber tenido un comienzo. Así que para mi sorpresa una parte de la doctrina de la "suficiencia de la escritura" era usada para socavar la verdad de las Escrituras.

Esta estrategia de evadir la verdad bíblia usando sólo lenguaje bíblico se ha usado a lo largo de la historia de la iglesia. Por ejemplo, en 1719 casi un centenar de pastores presbiterianos, congregacionales y bautistas se reunieron en Londres para tratar sobre el problema de que algunos, tras leer a Samuel Clark, rechazaran firmar el credo trinitario de sus denominaciones. Se habían convertido en esencia arrianos. ¿Cuál fue el tema clave? "El problema técnico era si era suficiente para los ministros prometer seguir sólo las Escrituras" (Mark Noll, The Rise of Evangelicalism [Downers Grove, Ill.: InterVarsity Press, 2003], p. 43). Los arrianos insistieron en "ningún credo salvo la Biblia", o ningún lenguaje salvo el bíblico. La votación fue 57-53 en contra de los tradicionales trinitarios. De nuevo, una forma de la "suficiencia de las Escrituras" se ha empleado para socavar la verdad de la Escritura.

Hay muchos hoy que solicitan "ningún credo salvo la Biblia" como hicieron los arrianos. Pero deberíamos aprender de la historia que el lenguaje bíblico no es suficiente cuando se trata de defender el sentido del lenguaje bíblico. R. P. C. Hanson explicó el proceso así: "Los teólogos de la Iglesia Cristiana fueron conducidos gradualmente a darse cuenta de que las preguntas más profundas con que se enfrenta el Cristianismo no pueden ser contestadas en un lenguaje puramente bíblico, porque las preguntas son sobre el significado mismo de lenguaje bíblico" (R. P. C. Hanson, The Search for the Christian Doctrine of God: The Arian Controversy [Edinburgh: T. and T. Clark, 1988], p. xxi).

¿Qué implica esto para la doctrina de la suficiencia de las Escrituras? Esa doctrina está basada principalmente en 2ª Timoteo 3:15-17 y Judas 1:3.

Las sagradas escrituras ... te pueden dar la sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús. Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra. ... Contender ardientemente por la fe que de una vez para siempre fue entregada a los santos.

En otras palabras, las Escrituras son suficientes en el sentido que son las únicas ("de una vez para siempre") inspiradas y (por tanto) infalibles palabras de Dios que necesitamos, para saber el camino de salvación ("dar la sabiduría que lleva a la salvación") y el camino de obediencia ("equipado para toda buena obra").

La suficiencia de la Escritura no significa que la Escritura es todo lo que necesitamos para vivir en obediencia. Para ser obedientes en ciencias necesitamos leer ciencia y estudiar la naturaleza. Para ser obedientes en economía debemos leer sobre economía y observar el mundo de los negocios. Para ser obedientes en deportes necesitamos saber las reglas del juego. Para ser obedientes en el matrimonio necesitamos conocer la personalidad de nuestro cónyuge. Para ser un piloto obediente necesitamos saber cómo hacer volar un avión. En otras palabras, la Biblia no nos dice todo lo que necesitamos saber para ser administradores obedientes de este mundo.

La suficiencia de la Escritura significa que no necesitamos ninguna otra revelación especial. No necesitamos más palabras inspiradas, infalibles. En la Biblia que Dios nos ha dado, tenemos los estándares perfectos para juzgar todo conocimiento. El resto de conocimientos están bajo el juicio de la Biblia incluso cuando sirven a la Biblia. Por ejemplo, el inglés sirve a la Blibia haciéndola accesible a los lectores anglosajones. Pero incluso cuando el inglés permite esto, se encuentra bajo la Biblia y es regulado por la Biblia. Así pues la palabra inglesa "sí" no puede traducir la griega "no". La Biblia es suficiente para prevenir el uso erróneo del inglés.

De esta modo la Biblia se sirve de nuestros conocimientos extra-bíblicos de muchas formas. Por ejemplo, la palabra "hormiga" aparece dos veces en la Biblia (Proverbios 6:6; 30:25).Nunca es definida. La Biblia espera de nosotros que sepamos qué es una hormiga por nuestra experiencia. Pero si decimos que la lección que aprendemos dela hormiga es que deberíamos ser perezosos, la Biblia es suficiente para prevenir ese error.

Es lo mismo en las disputas doctrinales con el lenguaje. El lenguaje no bíblico sirve a la Biblia descartando algunos significados e incluyendo otros. La palabra "trinidad" y la frase "consustancial con el Padre" son términos extra-bíblicos. Pero contienen verdades bíblicas esenciales. Afirmar con lenguaje extra-bíblico que Dios es "uno en tres personas" (=trinidad) y que el Hijo es "consustancial con el Padre" es más bíblico que usar el lenguaje bíblico para llamar a Cristo la criatura de Dios. La suficiencia de las Escrituras no dictan el lenguaje que usamos para interpretar la Biblia; sino que regula el signficado del lenguaje que usamos. Para esto es completamente suficiente.

En completa sumisión a la Escritura contigo,

Pastor John