El ritmo de la fe

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Founder & Teacher, Desiring God

Cuando estamos a punto de morir, gran parte de la vida se ve diferente. Gran parte del frenesí anterior parece tonto. Cuando estamos en nuestro lecho de muerte, el 99% de la ansiedad de nuestras vidas parece ridícula.

Entonces, ¿por qué no aprenderlo ahora? En las palabras de Isaías 28:16 (LBLA), "El que cree no será perturbado". Confiar en un Dios amoroso y soberano elimina la ansiedad de la vida.

Tengo un pastor amigo que nunca parece tener prisa, pero completa montones de trabajo. Cuando la gente llega tarde, él no pierde el tiempo paseándose de un lado a otro. Cuando se funde un fusible en medio del servicio, él no se mortifica ni se enfurece. Cuando las cosas no salen como él quiere en la reunión de la junta directiva, no se muerde las uñas ni se pone tenso. Tienes la marcada impresión de que él sabe algo que no sabes. Algo así como la persona que ya ha leído el libro y sabe el desenlace.

Su secreto es Isaías 28:16: "El que cree no será perturbado". ¿Creer qué? Que Dios es Dios, y siempre está trabajando para aquellos que confían en Él. Si Dios está trabajando para nosotros cuando las personas llegan tarde, cuando los fusibles se funden y cuando las reuniones de la junta directiva no salen como queremos; si Dios está siempre trabajando en todo para nuestro bien, entonces, ¿por qué tener frenesí? ¿Por qué sentir ansiedad? ¿Por qué sentirse perturbado?

Cuando Pablo dice: "La vida que ahora vivo en la carne, la vivo por fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí", quiere decir: "Momento a momento siento confianza en que el amor que movió a Jesús a la cruz por mí, también lo está moviendo ahora a trabajar en mis circunstancias para mi bien". Es por eso que Pablo pudo decir: "he aprendido a contentarme cualquiera que sea mi situación" (Filipenses 4:11). Él creía en el presente poder y bondad de Dios y por lo tanto no estaba perturbado: no tenía frenesí ni ansiedad.

La perturbación es un desperdicio. Desperdicio de paz. Desperdicio de salud. Desperdicio de alegría. El Señor nunca está perturbado porque tiene todo bajo control. ¡Qué poder tan estable debería marcar a su pueblo! Lo deshonramos por nuestra fastidiosa prisa. Los hijos del rey no entran en pánico cuando pierden sus llaves.

Imaginemos a un sargento en el ejército de Israel en el mar Rojo mientras el Faraón se acerca desde atrás. Está muy perturbado y con gran frenesí, moviéndose de un lado a otro mientras prepara una flotilla, organizando equipos para buscar madera, sogas y herramientas, quedándose despierto hasta tarde, preocupándose por los trabajadores perezosos, lamentando el trabajo de mala calidad. Luego, una mañana temprano, un gran dolor se apodera de su pecho, y su brazo izquierdo se adormece y siente náuseas. Sus trabajadores lo llevan a su tienda de campaña en la cima de la colina. Y lo último que ve es que las aguas del mar Rojo se abren con un susurro divino, y al pueblo caminando hacia la seguridad, dejando atrás su flotilla.

¡Bethlehem!, ¡Bethlehem! Tu Dios nunca duerme ni se adormece. No te preocupes ni estés ansiosa. Tu Padre sabe lo que necesitas antes de preguntarle. Él está trabajando para ti ahora mismo. Confía en Él. Estabiliza tu ritmo. Porque "el que cree no será perturbado".

Movido por la fe,

El Pastor John