El mensaje de la creación
Profesando ser sabios, se volvieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por una imagen en forma de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. (Romanos 1:22-23)
Sería una ridiculez y una gran tragedia que un hombre amara más el anillo de bodas que a su novia. Pero este pasaje dice que eso ha sucedido.
Los seres humanos se enamoraron del eco de la excelencia de Dios en la creación y perdieron la capacidad de oír el incomparable grito original de amor.
El mensaje de la creación es el siguiente:
Hay un gran Dios de gloria y poder y generosidad detrás de todo este asombroso universo; ustedes le pertenecen a él; él es paciente sosteniendo su vida rebelde; vuélvanse a él, depositen su esperanza en él y deléitense en él, no en la obra de sus manos.
El día transmite las «palabras» de aquel mensaje a todos los que escucharán en el día, expresándose por medio del deslumbrante sol radiante y el cielo azul y las nubes y todas las incontables formas y colores de todas las cosas visibles. La noche revela la «sabiduría» del mismo mensaje para todos aquellos que escucharán en la noche, expresándose a través de increíbles vacíos en la oscuridad y lunas de verano y estrellas sin número y sonidos extraños y brizas frescas y auroras boreales (Salmos 19:1-2).
El día y la noche proclaman lo mismo: ¡Dios es glorioso! ¡Dios es glorioso! ¡Dios es glorioso!