La clave para la experiencia
Y Dios puede hacer que toda gracia abunde para vosotros, a fin de que teniendo siempre todo lo suficiente en todas las cosas, abundéis para toda buena obra. (2 Corintios 9:8)
Sabemos que la fe en la gracia de Dios para el futuro es la clave para experimentar la generosidad, porque Pablo abraza esta promesa maravillosa: «Y Dios puede hacer que toda gracia abunde para vosotros, a fin de que teniendo siempre todo lo suficiente en todas las cosas, abundéis para toda buena obra» (2 Corintios 9:8).
En otras palabras, si quieren ser libres de la necesidad de acumular dinero, si quieren poseer sobreabundancia (¡de gracia!) para toda buena obra, entonces pongan su fe en la gracia de Dios para el futuro. Confíen en la promesa de que «Dios puede hacer que toda gracia abunde para vosotros» en todo momento del futuro con este mismo propósito.
Acabo de decir que fe en la gracia de Dios para el futuro es «la clave para la experiencia» de la generosidad, no para negar el hecho de que también hay una clave histórica. Existe una clave de experiencia y una clave de historia. Al hablar de la gracia que ellos recibieron, Pablo le recuerda a los corintios: «Porque conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que siendo rico, sin embargo por amor a vosotros se hizo pobre, para que vosotros por medio de su pobreza llegarais a ser ricos» (2 Corintios 8:9).
Sin esa obra histórica de la gracia, la puerta de la generosidad que exalta a Cristo seguiría cerrada. Esa gracia del pasado es la clave del amor.
Notemos cómo esa gracia en el pasado funciona en este versículo. Esta creó la base (Cristo se hizo pobre) para la gracia del futuro (de que llegáramos a ser ricos). Es así que la clave histórica a nuestra generosidad opera al poner en nuestras manos la clave para la experiencia de fe en gracia para el futuro.
Por lo tanto, la clave para la experiencia del amor y la generosidad es la siguiente: pongamos nuestra fe firmemente en la gracia para el futuro —la fe en que «Dios puede hacer [en el futuro] que toda gracia [venidera] abunde para vosotros», de manera que cubra nuestras necesidades y que así podamos sobreabundar en la libertad del amor—.
La libertad de avaricia es el resultado de la fe en la gracia de Dios para el futuro.