Lo mejor de las partes aburridas de la Biblia
Admitámoslo, existen ciertas partes de la Biblia que pasamos de largo porque… bueno… pensamos que son aburridas. Son repetitivas, demasiado detalladas, llenas de nombres y lugares que ni siquiera podemos pronunciar. Así que, ¿para qué molestarnos en leerlas? La realidad es que existen muchas razones por las cuales esas partes de la Biblia que catalogamos como aburridas son significativas, pues son la Palabra de Dios para nosotros. Aquí está mi lista de las mejores 10 cosas que podemos encontrar en las secciones aburridas de la Biblia.
10. Genealogías
Después de una creación poética y un desastre cósmico, la historia de la Biblia desacelera en Génesis registrando a detalle los hijos del hijo de Adán y Eva, Seth, a través de numerosas generaciones. ¿Por qué necesitamos saber esto? Porque Dios hizo una promesa en Génesis 3 acerca de un descendiente particular de Eva. Toda la Biblia significativamente gira alrededor de este descendiente. Así que, el lugar número 10 de las mejores cosas que podemos encontrar en las secciones aburridas es:
El seguir la línea de descendientes desde Adán y Eva en adelante nos mantiene conectados con lo más importante en la historia de la Biblia o más bien con la persona que es más importante: el descendiente prometido que nacería y que ganaría la batalla contra la descendencia de la serpiente antigua.
En Génesis 6-9 somos testigos de que la población mundial se redujo solamente a Noé y las familias de sus 3 hijos. Nuevamente la Biblia en Génesis 10 se enfoca en la descendencia de uno de los hijos de Noé, Sem, y finalmente en uno de los descendientes de Sem, Abraham, a quién Dios le hace promesas maravillosas. Las listas siguientes nos ayudan a seguir la pista del descendiente prometido a través de Isaac, Jacob, Judá y David hasta que leemos en Gálatas 4:4 “Pero cuando vino la plenitud del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer”. Cuando mantenemos nuestro enfoque en el Prometido, nos ayuda a que no veamos la Biblia como a algo que se trata de nosotros y sino de Él.
9. Detalles sobre el tabernáculo
El libro de Éxodo comienza con la vívida historia de un niño en una canasta en el Río Nilo, quien se convierte en el libertador de la esclavitud que sufría el pueblo de Dios en Egipto. En el camino a la tierra prometida, Dios le da a Moisés instrucciones detalladas para diseñar la tienda en donde Dios habitaría para estar entre su pueblo. En los detalles de ese diseño podemos ver calabazas y flores bordadas en las cortinas, una vasija hecha en forma de lirio y candeleros hechos de manera tal que parecen árboles con ramas. El escritor de Hebreos nos dice que el tabernáculo y el posterior templo fueron “copia y sombra de las cosas celestiales” y “la sombra de los bienes futuros”. (Hebreos 8:5, 9:24 y 10:1).
El lugar número 9 de las mejores cosas que podemos encontrar en las secciones aburridas es:
Los detalles en el diseño del tabernáculo y del templo nos recuerdan el Edén y nos llenan de expectativa acerca de la belleza y perfección de los cielos nuevos y la tierra nueva.
8. La ropa del sumo sacerdote
Mientras continuamos Éxodo leemos detalles exactos acerca de cómo debía ser la vestimenta a ser usada por el sumo sacerdote, quien serviría en el tabernáculo. Debía ser santa, gloriosa y hermosa como Dios mismo, lo cual es muy apropiado ya que el sacerdote representaba a Dios en medio del pueblo. El sacerdote también representaba al pueblo delante de Dios. Usaba un efod y una coraza que tenía 12 piedras en representación de las tribus de Israel. De manera que cuando el sacerdote entraba a la presencia de Dios, era como si el sacerdote llevara a todo el pueblo y sus preocupaciones a la presencia de Dios con él.
Los detalles en la ropa del sumo sacerdote nos asegura que nuestro Gran Sumo Sacerdote, Jesús, lleva nuestras cargas en sus hombros y nuestras preocupaciones en su corazón mientras intercede por nosotros en la presencia de Dios.
7. Los sacrificios del Antiguo Testamento
En Levítico 1-7 encontramos instrucciones detalladas para ofrecer sacrificios que eran como señales de luces neón diciendo: “el pecado trae muerte…el pecado trae muerte”. Los sacrificios también revelaban que Dios aceptaba la sangre de un sustituto inocente como pago por el pecado.
Los requerimientos de los sacrificios en el Antiguo Testamento nos ayudan a ver el costo del pecado, así como también la plenitud del perdón hecho posible por a través del sacrificio único, perfecto y eterno de Cristo.
6. Leyes levíticas
Seamos honestos: las leyes acerca de las cosas que hacen a una persona ceremonialmente pura o impura encontradas en Levítico 11-15, son extrañas. Aún así, cuando las estudiamos, observamos que todas las cosas que hacen a una persona impura es algo que refleja los efectos de la maldición del pecado en este mundo. Después de la caída, los animales se alimentan de otros animales. Nuestros cuerpos sangran y desarrollan enfermedades justo después de la maldición del pecado. El moho y la oxidación, evidencias visibles del deterioro, se hicieron presentes después de la maldición. Todas las cosas señaladas como impuras en Levítico demuestra que las cosas no son lo que solían ser en el jardín del Edén- no son de la forma en la que Dios las creó originalmente.
Las leyes en cuanto a lo que es puro e impuro en Levítico, nos dan esperanza a nosotros que somos impuros de que podemos ser purificados a través de un sacrificio aceptable, y que algún día seremos hechos santos para estar en la presencia de Dios.
Jesús, quien fue perfectamente limpio, tomó nuestra inmundicia sobre sí mismo para que pudiéramos ser limpios, y Él aún está trabajando en nosotros, a través de su Espíritu, haciéndonos santos. ¡Dios no abandonará su creación a su inmundicia para siempre! Él la hará limpia.
5. Las actas del censo
El libro de números comienza y termina con un censo. En Números 1 encontramos el registro de la generación que se rebeló y rehusó creer que Dios les daría la tierra de Canaán y por eso murieron en el desierto. En Números 26 leemos el censo de la segunda generación mientras se preparaban para entrar en su herencia y abundante vida en la tierra prometida. ¿Para qué necesitamos esta información?
Los registros del censo en Números nos animan a examinar si nuestros nombres han de ser contados entre los que se rehúsan a creer y morirán en el desierto de este mundo, o si van a ser contados entre los que creyeron en la promesa de herencia de Dios y tendrán vida en la abundancia de la tierra prometida.
4. Asignaciones del territorio
En Josué 13-21 leemos los detalles geográficos de la tierra de Canaán repartida a cada tribu. Como desconocemos la geografía antigua, puede parecernos una lista muy aburrida. Pero si estuviéramos familiarizados con estos lugares y con esta gente, podríamos imaginar de una mejor manera la gran admiración y sorpresa que sintió el pueblo de Dios, mientras le fue dada a cada uno una parte inmensa de la tierra prometida. Probablemente las personas de cada tribu se miraron preguntándose unos a otros: “¿Todo esto es para nosotros?”
La repartición de territorios a las tribus en la tierra de Canaán nos da un adelanto de cómo será cuando nuestro gran Joshua, Jesús, nos dirija dentro de la tierra prometida eterna donde heredaremos todo lo que Dios nos ha prometido.
Un día nuestro gran Joshua dará lectura a la herencia que será nuestra en los cielos nuevos y en la tierra nueva, y ¡no nos aburriremos! Lo más seguro es que estaremos sin aliento preguntándonos: ¿Todo esto para mí?
3. Más genealogías
Primera de Crónicas incluye capítulo tras capítulo de genealogías que comienzan desde Adán y llegan hasta los descendientes de Judá, Benjamín y Levi—las tribus reales y sacerdotales—que componen a la mayoría de los que regresaron a la tierra después del exilio.
Las genealogías en 1 Crónicas nos ayudan a enfocarnos en lo que nos espera adelante en la historia—el hijo de David, sentado en el trono del universo.
Estas listas deberían reorientar nuestros corazones a la venida de nuestro gran Rey cuando escuchemos la fuerte voz del cielo diciendo: “He aquí, el tabernáculo de Dios entre los hombres, y el habitará entre ellos y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará entre ellos.” (Apocalipsis 21:3)
2. Nombres y más nombres
Cuando Nehemías investigaba quiénes de entre los que regresaron del exilio habitarían en los muros reconstruidos de Jerusalén, el sacó el libro que tenía escritos los nombres de todos los que regresaron a Judá cuando Ciro dio a estos, la oportunidad de retornar a casa.
La lista de nombres que leyó Nehemías, que incluía a todos aquellos a quienes Dios movió sus corazones para que dejaran Babilonia por Jerusalén, debería alegrar nuestros corazones al saber que a Dios le gusta mantener una lista con los nombres de aquellos cuyos corazones fueron movidos por un amor a su ciudad, aquellos que habitarán la gran Jerusalén.
En Apocalipsis 21:27 Juan nos dice: “sólo aquellos cuyos nombres están escritos en el libro de la vida del Cordero” habitarán la Nueva Jerusalén. No nos aburriremos para nada cuando la lista de nombres sea leída. Estaremos esperando ansiosamente por la lectura de nuestro nombre.
1. La genealogía de Jesús
El Nuevo Testamento comienza con la genealogía de Jesucristo, el hijo de David, el hijo de Abraham. ¡Oh, la gracia que encontramos en esta parte tan aburrida de la Biblia! Allí en el linaje de Jesús está Abraham que mintió sobre su esposa diciendo que era su hermana y la dio a un rey sin el temor de Dios; Judá quién fue el padre de Perez y Zerah a través de Tamar, su nuera; Rahab, una cananita que era prostituta y arriesgó todo para ser parte de las promesas de Dios; Ruth, una moabita que dejó todo atrás para hacer del Dios de Israel su Dios; David, que tomó la mujer de otro hombre y después lo mató; Salomón que permitió que muchas mujeres paganas llevarán su corazón lejos de amar al Señor. Así que, el lugar número 1 de las mejores cosas que podemos encontrar en las secciones aburridas es:
La genealogía de Jesus nos muestra como Jesús no tiene problema alguno en perdonar a evidentes pecadores haciéndolos parte de su familia.
Esto nos da esperanza a extranjeros y rebeldes como tú y yo. Él no se avergüenza de llamarnos hermanos y hermanas.