Ovejas, Lobos, Serpientes, y Palomas
Pensamientos sobre Mateo 10:16
Mateo 10:16
"Mirad, yo os envío como ovejas en medio de lobos; por tanto, sed astutos como las serpientes e inocentes como las palomas."
Cuando Jesús nos envía a testificar al mundo, no lo hace como si fuésemos fuertes y dominantes, sino como débiles y aparentemente indefensos. La única razón por la que digo "aparentemente" indefensos es por que es posible que, ya que "toda la autoridad" pertenece a Jesús, él podría intervenir y callar las bocas de los lobos, como lo hizo con las bocas de los leones que rodeaban a Daniel.
Pero no parece que esa sea su intención. El texto continúa diciendo que los "lobos" llevarán a las "ovejas" a los tribunales, y las azotarán, y las llevarán delante de los gobernadores, y causarán la muerte a padres y a hijos, y las odiarán, y las perseguirán de una ciudad a otra, y las matarán (Mateo 10:17-31). Así que está claro que cuando Jesús dice que nos envía como ovejas en medio de lobos, quiere decir que seremos tratados como los lobos tratan a las ovejas.
Pero aunque las ovejas son comunmente consideradas tontas — lo cual, a primera vista, es lo que parece cuando caminan hacia los lobos y no lejos de ellos—Jesús contrarresta esa noción diciendo "sed astutos como las serpientes." Por tanto, es la vulnerabilidad y no lo tonto lo que hace que seamos llamados ovejas. Sean como serpientes, no como ovejas, cuando se trata de ser astutos. A mi me parece que significa que las serpientes son rápidas para quitarse del camino. Se esconden bajo la roca.
Así que, sí, vayan entre los lobos y sean vulnerables al predicar el evangelio, pero cuando arremetan contra ustedes, apártense. Cuando abran sus bocas, no salten dentro de ellas. Y no sólo eso, sean tan inocentes como las palomas. Esto es, no les den ninguna razón legítima para acusarles de injusticia o inmoralidad. Mantengan su reputación tan limpia como puedan.
Tanto la inteligencia de la serpiente como la inocencia de la paloma están diseñadas para mantener a las ovejas fuera del peligro. Jesús no quiere que nos metamos en tantas dificultades como podamos. Lo que quiere decir es: Arriesguen sus vidas como ovejas vulnerables, pacíficas, testigas valientes, pero intenten dar su testimonio de tal forma que no acarree persecuciones innecesarias.
Esto nos lleva al dilema que han enfrentado muchos testigos fieles: ¿Cuándo huir del peligro? ¿Y cuándo aceptarlo y dar testimonio a pesar del mismo? en 1684, John Bunyan publicó un libro llamado Seasonable Counsels, or Advice to Sufferers (Consejos Convenientes, o Advertencia a los Sufridores). En él, trataba esta cuestión: ¿Cuándo debe un sufridor huir (del peligro) y cuando debe mantenerse firme (y sufrir el peligro)? Bunyan sabía como contestar en cuanto a él. Él tenía cuatro hijos, uno de ellos ciego, y eligió permanecer en prisión durante doce años en lugar de prometer no predicar el evangelio. ¿Cómo contesta él esta pregunta en cuanto a otros? ¿Podemos tratar de escapar?
Puedes hacerlo si eso es lo que está en tu corazón. Si está en tu corazón el huir, huye; si está en tu corazón el permanecer, permanece. Haz cualquier cosa que no sea negar la verdad. El que huye, tiene autorización para hacerlo; el que se mantiene; tiene la autorización para hacerlo. Sí, el mismo hombre puede huir y permanecer, según el llamado y la obra de Dios sea en su corazón. Moisés huyó; Éxodo 2:15; Moisés permaneció, Hebreos 11:27. David huyó, 1 Samuel 19:12; David permaneció, 1 Samuel 24:8. Jeremías huyó, Jeremías 37:11-12; Jeremías permaneció, Jeremías 38:17. Cristo se retiró, Lucas 9:10; Cristo permaneció, Juan 18:1-8. Pablo huyó, 2 Corintios 11:33; Pablo permaneció, Hechos 20:22-23. . . .
Hay algunas reglas en este caso. La misma persona es la mejor dispuesta para juzgar con respecto a sus actuales fuerzas, y el peso que este o aquel argumento tiene sobre su corazón para quedarse o huir. . . .No huyas a causa de un miedo servil, sino más bien porque huir sea una orden de Dios, abriendo una puerta para el escape de algunos, que la puerta sea abierta por la providencia de Dios, y que el escape esté contemplado en la palabra de Dios. Mateo 10:23.
Si, por tanto, cuando hayas huido, eres atrapado, no te ofendas con Dios o los hombres: no con Dios, porque eres su siervo, tu vida y tu todo pertenece a él; no con el hombre, porque no es otra cosa que el báculo de Dios, y ha sido dispuesto, en esto, para hacerte bien. ¿Has escapado? Ríe. ¿Te han atrapado? Ríe. Es decir, has de estar complacido con cualquier cosa que suceda, porque la balanza está aún en manos de Dios. (p. 726)
Seamos lentos para juzgar al misionero que elige la muerte antes que el escape. Y seamos lentos para juzgar al misionero que elige la vida. Más bien, entreguémonos diariamente a las disciplinas de ser saturados por la palabra y la obediencia que nos transforma por la renovación de nuestras mentes para que podamos comprobar la voluntad de Dios, que es buena y aceptable y perfecta en el momento de absoluta urgencia (Romanos 12:2).
Buscando el caminar cerca del Maestro con ustedes,
Pastor John</p