Somos Cristianos. Radicales, vigorosos, saturados de la Biblia, que exaltan a Cristo, teocéntricos, que avanzan en las misiones, que ganan almas, que aman la iglesia, que persiguen la santidad, que saborean la soberanía, enamorados de la gracia, con el corazón roto, felices seguidores del Omnipotente y crucificado Cristo. Al menos ese es nuestro imperfecto cometido.

En otras palabras, somos Calvinistas. ¡Pero esa etiqueta no es tan útil como decirle a las personas lo que realmente crees! Así que olvídate de la etiqueta, si ayuda, y diles claramente, sin evasión o ambigüedad, lo que crees acerca de la salvación.

Si te dicen, "¿Eres Calvinista?", diles, "Tú decides. Esto es lo que creo..."

Yo creo que espiritualmente soy tan corrupto, orgulloso y rebelde que nunca hubiera llegado a la fe en Jesús sin la misericordiosa y soberana victoria de Dios sobre los últimos vestigios de mi rebelión. (1 Corintios 2:14; Efesios 2:1-4; Romanos 8:7).

Yo creo que Dios me eligió para ser su hijo antes de la fundación del mundo, teniendo en cuenta nada en mí, conocido de antemano o de alguna otra manera. (Efesios 1:4-6; Hechos 13:48; Romanos 8:29-30; 11:5-7).

Yo creo que Cristo murió como un sustituto para los pecadores para proveer un auténtico ofrecimiento de salvación para todas las personas, y que tiene un diseño invencible en su muerte para obtener a su novia elegida, esta es, la asamblea de todos los creyentes, cuyos nombres fueron eternamente escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado. (Juan 3:16; Juan 10:15; Efesios 5:25; Apocalipsis 13:8).

Cuando estaba muerto en mis delitos y pecados, y ciego a la belleza de Cristo, Dios me dio vida, abrió los ojos de mi corazón, me permitió creer, y me unió a Jesús, con todos los beneficios del perdón, la justificación y la vida eterna. (Efesios 2:4-5; 2 Corintios 4:6; Filipenses 2:29; Efesios 2:8-9; Hechos 16:14; Efesios 1:7; Filipenses 3:9).

Estoy eternamente seguro, no principalmente por algo que yo haya hecho en el pasado, pero definitivamente porque Dios es fiel para completar la obra que empezó - sustentar mi fe, guardarme de la apostasía y del pecado que lleva a la muerte. (1 Corintios 1:8-9; 1 Tesalonicenses 5:23-24; Filipenses 1:6; 1 Pedro 1:5; Judas 1:25; Juan 10:28-29; 1 Juan 5:16).

Llámalo como quieras, esta es mi vida. Lo creo porque lo veo en la Biblia y porque lo he experimentado. ¡Alabanza sin fin a la grandeza de la gloria de la gracia de Dios!