Auténtico descanso duradero
¿Alguna vez has luchado contra la soberanía de Dios? ¿Alguna vez te has preguntado por qué Él ha dispuesto que te enfrentes a lo que te enfrentas? ¿Te has sentido tentado de dudar de su bondad o amor? ¿O experimentas paz en el corazón incluso cuando tus relaciones son caóticas y las circunstancias difíciles? El siguiente texto trata sobre dónde se puede encontrar descanso.
Lo hice una y otra vez cuando nuestros hijos se oponían a nuestra instrucción y corrección. Y de nuevo cuando discutían una orden o dudaban sobre nuestros planes. También cuando se oponían a nuestra autoridad y buscaban su propia autonomía. Lo hice una y otra vez por dos buenas razones.
Para empezar, mi esposa y yo habíamos traído unos niños al mundo que pensaban que ¡no nos necesitaban! Como nosotros, cada uno de ellos en algún momento, comenzaron a creer que eran mucho más listos y capaces de lo que realmente eran. Como nosotros, a menudo asumían que sus intenciones eran buenas y que sus planes eran sensatos. Y al igual que nosotros, solían pensar que eran capaces de determinar qué era lo mejor, incluso cuando les faltaba información importante o experiencia. Como muchas veces hacemos nosotros, simplemente sentían que conocían un camino mejor.
Pero había una segunda razón por la cual lo hice tantas veces. Nuestros hijos eran demasiado jóvenes como para entender las intenciones abstractas, estratégicas y a veces teológicas subyacentes en mi enseñanza. Incluso cuando explicaba todo de una manera entendible para su edad tanto como podía, seguían sin entenderlo realmente. Simplemente no poseían todavía las categorías o capacidades para comprender la lógica parental tras el plan o la orden.
Así que hice lo mismo una y otra vez. Me arrodillaba delante de ellos a su misma altura y les decía: "Por favor, mira a Papá a la cara. ¿Sabes cuánto te quiero? ¿Sabes que Papá no es un hombre egoísta o malo? ¿Sabes que nunca te pediría que hicieras algo que te hiciera daño o que te hiciera enfermar? Siento que no puedas entender por qué Papá te pide que hagas esto. Ojalá pudiera explicártelo, pero eres demasiado joven para entenderlo. Así que te voy a pedir que hagas algo, confía en Papá. Cuando caminas por el pasillo a hacer lo que Papá te ha pedido que hagas, recuérdate a ti mismo: “Mi Papá me ama. Nunca me pediría hacer algo malo. Voy a confiar en Papá y dejar de intentar ser el Papá de mi Papá”.
Dios hace lo mismo con nosotros, una y otra vez. Se encuentra con nosotros en uno de los pasillos difíciles de nuestra vida, se agacha con amor condescendiente, y nos pide que confíemos en su amorosa y sabia orden, incluso cuando no tienes ni idea de lo que está haciendo.
Él sabe que hay muchos momentos en los que parece que no hay nadie guiando nuestra vida, y menos alguien sabio y bueno. Sabe que habrá momentos en los que desearemos poder ser los autores de nuestra propia historia, y que a veces nos sentiremos abrumados por lo que tenemos delante. Y también que su plan nos desconcertará y confundirá. Sabe que el auténtico descanso no se encuentra en el entendimiento, porque, como con mis hijos, hay cosas que como ser humano limitado, no tenemos capacidad de entender.
El auténtico descanso se encuentra al confiar en la Persona que está en control de las cosas que no entendemos.
Él está dispuesto a tener la conversación con nosotros muchas veces, y se ha cerciorado de que su Palabra afirme su dominio una y otra vez. (Para ver algunos ejemplos mira: 1 Crónicas 29:11-12, Salmos 103:19, Salmos 115:3, Proverbios 21:1, Isaías 46:9-10, Daniel 4:35 y Efesios 1:11.)