Planificar la vida durante las vacaciones
Muchas experiencias escapan de nuestras manos sin cobrar ninguna importancia o solo un mínimo de significancia. Eso nos deprime porque vemos la vida caer en gotas que no tienen significado alguno. Queremos que la vida sea rica en alegría, amor e intensidad; pero una y otra vez parecemos flotar medio despiertos y sin rumbo a través de nuestras experiencias. La vida se convierte en un simple y aburrido pasar del tiempo. Y nuestros corazones anhelan la euforia y la intensidad de las experiencias vividas al límite.
Las vacaciones son una de esas experiencias que pueden dejarnos deprimidos si sentimos que se nos escaparon como arena entre los dedos sin sentido. Espero con ansias que esto no nos pase a Noël, a los chicos y a mí en agosto, cuando tomemos vacaciones. Quiero evitar la “depresión post-vacaciones”. Quiero que el viaje por la carretera en agosto esté lleno de vida. Hay tres cosas que voy a hacer para que eso ocurra.
Primero, voy a orar. Necesito que Dios me enseñe a planificar, y solo Dios puede darnos la gracia para evitar que nos devoremos los unos a los otros en las 2 500 millas de camino. Segundo, voy a tomarme el tiempo para pensar cuáles deberían ser mis metas para las vacaciones. La vida se nos suele escapar de entre las manos porque no nos tomamos el tiempo para reflexionar acerca de lo que queremos obtener de la vida. Tercero, estoy planificando formas específicas de asegurar el cumplimiento de estas metas durante las vacaciones.
Déjenme contarles algunas de mis metas. Esto los ayudará a orar por nosotros y tal vez se sientan inspirados a establecer también sus propias metas.
1) Quiero regresar descansado, no agotado. Esto quiere decir que debemos planificar acostarnos temprano porque nuestros hijos se levantan alrededor de las siete. O tal vez sea necesario tomar siestas. También será necesario hacer nuestras paradas temprano durante el viaje para preparar el campamento.
2) Quiero darle alegría a los abuelos de mis hijos. Así que pasaremos tiempo en Easley, Carolina del Sur, donde vive mi papá, y en Barnsville, Georgia, donde viven los padres de Noël.
3) Quiero pasar mucho tiempo de calidad con Noël para reafirmar mi gran amor por ella y mi inmenso agradecimiento por su compañía, para evaluar nuestra vida juntos tras un año como pastor, para soñar juntos acerca de nuestro futuro (la educación de nuestros hijos, el testimonio que damos a nuestro vecindario, nuestro ministerio de hospitalidad a la iglesia, nuestro estilo de vida material), para leernos un libro en voz alta el uno al otro y, finalmente, para orar juntos (¡es tan necesario que las parejas oren juntas más seguido!). Para hacer todo esto, Noël y yo pensamos irnos una semana solos a Carolina del Norte.
4) Quiero enriquecer a mis hijos con algunas experiencias nuevas y hacerlos felices. Así que pienso hacer paradas en puntos importantes a lo largo del camino, tener un tiempo devocional especial en familia, hacerles muchas preguntas, y hacer todo lo posible para no enojarme cuando me interrumpen.
5) Quiero leer libros que profundicen mi comprensión de la verdad bíblica y que me motiven a ser un pastor y maestro más entusiasta. Por eso ahora estoy tratando de decidir qué libros llevar.
6) Quiero pasar una buena cantidad de tiempo solo, orando por el futuro de la iglesia y planificando mis sermones para hasta la primavera.
7) Quiero refrescar mi espíritu y mi imaginación. Pienso leer un poco de poesía y literatura imaginativas y abrir los ojos al mundo que me rodea.
8) Quiero esparcir la fragancia del Evangelio dondequiera que vaya. Así que pienso llevar algunos libros para cuando se presente la oportunidad de predicar a Cristo.
¿Orarían por nuestra familia mientras preparamos nuestras vacaciones y cuando estemos de viaje en agosto? Y que Dios nos ayude a todos a “vivir con todas nuestras fuerzas mientras vivamos”.
El pastor John