Acaba con la Ira antes de que esta acabe contigo o con tu matrimonio
La ira compite con la lujuria como factor capaz de matar el matrimonio. Mi creencia es que la ira es un enemigo peor que la lujuria. También destruye otros tipos de compañerismo. Algunas personas tienen más ira de la que imaginan, porque esta se disfraza. Cuando la fuerza de voluntad impide que aparezca la rabia, la ira arde bajo la superficie, y los dientes del alma rechinan con frustración. Puede asomar en forma de lágrimas que parecen que fueran dolor, pero que el corazón ha aprendido que pueden ser la única manera de devolver el dolor; puede aparecer en forma de silencio porque hemos decidido no pelear; puede mostrarse a través de críticas quisquillosas y correcciones incesantes; puede arremeter contra personas que no tienen nada que ver con su origen. A menudo se considerará justificado por lo equivocado de la causa. Después de todo, Jesús se enfadó (Marcos 3:5), y Pablo dijo, “Airaos, pero no pequéis” (Efesios 4:26).
Sin embargo, la ira buena entre los perdidos es poco frecuente. Por eso Santiago dice, “Cada uno sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para la ira; pues la ira del hombre no obra la justicia de Dios.” (Santiago 1:19-20, LBLA). Y Pablo dice, “Los hombres oren levantando manos santas, sin ira ni discusiones.” (1 Timoteo 2:8). “Sea quitada de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritos, maledicencia” (Efesios 4:31).
Por eso, una de las batallas más importantes en la vida es la de “apartar la ira”, y no sólo controlar sus manifestaciones. Para ayudarte a librar esta batalla, aquí tienes nueve armas bíblicas.
1. Medita sobre el derecho de Cristo a estar enfadado, y cómo soportó la cruz, como ejemplo de paciencia.
para este propósito habéis sido llamados, pues también Cristo sufrió por vosotros, dejándoos ejemplo para que sigáis sus pisadas. (1 Pedro 2:21)
2. Medita cuántas veces te han perdonado, y cuántas misericordia se te ha mostrado.
Sed más bien amables unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, así como también Dios os perdonó en Cristo. (Efesios 4:32)
3. Medita sobre tus propios pecados y quítate la viga de tu ojo.
¿Y por qué miras la mota que está en el ojo de tu hermano, y no te das cuenta de la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo puedes decir a tu hermano: "Déjame sacarte la mota del ojo", cuando la viga está en tu ojo?¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás con claridad para sacar la mota del ojo de tu hermano. (Mateo 7:3-5)
4. Piensa en cómo no quieres dar lugar al diablo, porque, como dice la Biblia explícitamente, la ira encubierta es la que abre la puerta y le invita a entrar.
AIRAOS, PERO NO PEQUEIS; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis oportunidad al diablo. (Efesios 4:26-27)
5. Medita la necedad de tu propia inmolación, es decir, los muchos efectos perjudiciales de la ira hacia quiénes están enfadados –algunos espirituales, otros mentales, otros físicos, y otros relacionales.
No seas sabio a tus propios ojos, teme al SEÑOR, y apártate del mal. Será medicina para tu cuerpo y refrigerio para tus huesos. (Proverbios 3:7-8)
6. Confiesa también tu pecado de ira a algún amigo de confianza y a ser posible con el culpable de tu ira. Este es un gran acto de sanidad.
Por tanto, confesaos vuestros pecados unos a otros, y orad unos por otros para que seáis sanados. (Santiago 5:16)
7. Deja que tu ira sea la llave que abra las mazmorras del orgullo y la autocompasión en tu corazón y los reemplace con amor.
El amor es paciente, es bondadoso; el amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no es arrogante; no se porta indecorosamente; no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal recibido ; no se regocija de la injusticia, sino que se alegra con la verdad; todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. (1 Corintios 13:4-7)
8. Recuerda que Dios va a trabajar por tu bien mientras tú confies en su gracia futura. El culpable te está incluso haciendo bien si le respondes con amor.
Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito. (Romanos 8:28)
Tened por sumo gozo, hermanos míos, el que os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia, y que la paciencia ha de tener su perfecto resultado, para que seáis perfectos y completos, sin que os falte nada. (Santiago 1:2-4)
9. Recuerda que Dios justificará tu causa justa y liquidará todas las cuentas mejor que tú. O el culpable pagará en el infierno, o Cristo ha pagado por él. Tu venganza sería un mal doble o una ofensa a la cruz.
Amados, nunca os venguéis vosotros mismos, sino dad lugar a la ira de Dios, porque escrito está: MIA ES LA VENGANZA, YO PAGARE, dice el Señor. (Romanos 12:19)
y quien cuando le ultrajaban, no respondía ultrajando; cuando padecía, no amenazaba, sino que se encomendaba a aquel que juzga con justicia; (1 Pedro 2:23)
Luchando por la alegría y el amor contigo,
Pastor John