Fui alertado por Job está mañana

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Founder & Teacher, Desiring God

Yo tomo esto como una seria y sobria alerta a personas con una influencia importante y respetadas en sus iglesias y comunidades. Job era un buen hombre. "y era aquel hombre intachable, recto, temeroso de Dios y apartado del mal" (Job 1:1). El decaimiento de su salud, sus riquezas y de su familia entera no se debió a un mal estilo de vida.

Sin importar el remanente de orgullo que yacía al fondo de la copa de santidad de Job, que Dios quiso exponer y purgar, Job era un hombre fiel, no fue peor que tu o yo.

Pero el era prominente. Muy prominente. Era exitoso en gran manera. Venerado por los jóvenes y respetado por los ancianos. El poseía autoridad y gran influencia.

He aquí un ejemplo que saco de Job 29:

  • Era yo en los días de mi juventud, cuando el favor de Dios estaba sobre mi tienda,
  • Mis hijos estaban a mi alrededor.
  • En leche se bañaban mis pies, y la roca me derramaba ríos de aceite.
  • Me veían los jóvenes y se escondían.
  • Los ancianos se levantaban y permanecían en pie.
  • Los príncipes dejaban de hablar y ponían la mano sobre su boca.
  • La voz de los nobles se apagaba.
  • Libraba al pobre que clamaba, y al huérfano que no tenía quien le ayudara.
  • Al corazón de la viuda lo llenaba de gozo.
  • De justicia me vestía, y ella me cubría.
  • Fui un padre para los necesitados, y examinaba la causa que no conocía.
  • Quebraba los colmillos del impío, y de sus dientes arrancaba la presa.
  • Me escuchaban y esperaban, y guardaban silencio para oír mi consejo.
  • Yo les sonreía cuando ellos no creían, y no abatían la luz de mi rostro.

Y así Dios le quitó todo a Job. Lo puso a prueba. ¿Son los éxitos de Job - aún sus logros santos - su tesoro? ¿O es Dios su tesoro? Esa es la pregunta que todos nosotros debemos preguntarnos. Y no hay razón para creer que Dios no va a probar a alguno de nosotros de la manera que lo hizo con Job.

Cuando Dios nos despoja de todo ¿lo amamos más que a las cosas, más que a la salud, más que a la familia y más que a la vida? Esa es la cuestión. Esa es la alerta. Esa es la maravillosa invitación.