Buenas noticias: Dios es feliz
El glorioso evangelio del Dios bendito... (1 Timoteo 1:11)
Esta es una hermosa frase de 1 Timoteo que está enterrada bajo la superficie de las palabras de la Biblia con las que estamos familiarizados. Pero cuando la desenterramos, suena más bien así: «las buenas nuevas de la gloria del Dios feliz».
Una gran parte de la gloria de Dios es su felicidad.
Para el apóstol Pablo, era inconcebible que a Dios se le negara el gozo infinito y que aun así fuera totalmente glorioso. Ser infinitamente glorioso significaba ser infinitamente feliz. Él uso la frase «la gloria del Dios feliz» porque es algo glorioso que Dios sea tan feliz como él es.
La gloria de Dios consiste en gran manera en el hecho de que él es más feliz de lo que podamos imaginar jamás. Como dijo el gran predicador del siglo XVIII, Jonathan Edwards: «Parte de la plenitud que Dios comunica es su felicidad. Esta felicidad consiste en disfrutar y regocijarse en sí mismo; en esto también consiste la felicidad de la criatura».
Y ese es el evangelio: «el evangelio de la gloria del Dios feliz». Que Dios sea gloriosamente feliz es una buena noticia. Nadie querría pasar la eternidad con un Dios infeliz.
Si Dios no fuera feliz, la meta del evangelio no sería un objetivo feliz, y esto significa que, al fin y al cabo, no sería evangelio. Pero Jesús nos invita a pasar la eternidad con un Dios feliz cuando nos dice: «entra en el gozo de tu señor» (Mateo 25:23).
Jesús vivió y murió para que su gozo —el gozo de Dios— esté en nosotros y nuestro gozo sea completo (Juan 15:11; 17:13). Por lo tanto, el evangelio es «el evangelio de la gloria del Dios feliz».