Ganar lo que no se puede perder
Mirándolos Jesús, dijo: Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque todas las cosas son posibles para Dios. (Marcos 10:27)
He aquí dos grandes incentivos por parte de Jesús para convertirse en lo que llamamos World Christian (cristiano para el mundo) y para dedicarse a la causa de Frontier Missions (Misiones Frontera).
Toda imposibilidad para el hombre es posible para Dios (Marcos 10:27). La conversión de pecadores endurecidos será por obra de Dios y será conforme a su plan soberano. No necesitamos temer ni mortificarnos por nuestras debilidades. La batalla es del Señor, y él dará la victoria.
Cristo promete obrar por nosotros y estar a nuestro favor de manera tal que, cuando nuestra vida misionera haya terminado, no podremos decir que hemos hecho sacrificio alguno (Marcos 10:29-30).
Cuando seguimos su receta misionera, descubrimos que incluso los efectos secundarios dolorosos obran para mejorar nuestra condición. Nuestra salud espiritual y nuestro gozo mejoran cien veces más; y cuando morimos, no morimos, sino que ganamos la vida eterna.
No les pido que refuercen el coraje y el sacrificio que le están ofreciendo a Cristo. Les ruego que renuncien a todo lo que poseen para obtener la vida que satisface sus deseos más profundos. Les ruego que consideren todas las cosas como basura en vista del incomparable valor de estar al servicio del Rey de Reyes. Les ruego que se quiten los harapos comprados en tiendas y que se vistan con las vestiduras de un embajador de Dios.
Les prometo persecuciones y privaciones, ¡pero «recuerden el gozo»! « Bienaventurados aquellos que han sido perseguidos por causa de la justicia, pues de ellos es el reino de los cielos» (Mateo 5:10).
El 8 de enero de 1956, los indios Auca de Ecuador mataron a Jim Elliot y a los cuatro misioneros que lo acompañaban, cuando ellos intentaban llevar el evangelio a la tribu Auca de sesenta personas.
Cuatro jóvenes esposas perdieron a sus maridos y nueve niños perdieron a sus papás. Elizabeth Elliot escribió que el mundo llamó a esto la pesadilla de una tragedia. Luego añadió: «El mundo no reconoció la verdad de la segunda cláusula del credo de Jim Elliot: "No es un necio aquel que da lo que no puede retener para ganar lo que no puede perder"».