Confiable en asuntos mundanos
Pero buscad primero su reino y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. (Mateo 6:33)
Uno de los testimonios más poderosos de la plena suficiencia de la gracia venidera es el «principio de la fe» que ha gobernado la vida de tantos misioneros, y en particular los de la Overseas Missionary Fellowship (que se traduce literalmente como Asociación de Misioneros en el Extranjero y se conoce como OMF por sus siglas en inglés).
Sin desaprobar a aquellos que siguen un modelo diferente, los que siguen los pasos de Hudson Taylor acostumbran a mover los corazones de las personas para que ofrenden hablando con Dios y no con la personas.
James H. Taylor, el bisnieto del fundador, explica cómo esta fe en la gracia venidera, basada en las demostraciones de la gracia pasada, honra a Dios:
Comenzamos... desde una posición de fe. Creemos que Dios en verdad existe. Nos hemos convencido de esto de varias maneras, pero todos hemos experimentado la gracia de Dios que nos ha llevado a conocerlo por medio de Jesucristo y del nuevo nacimiento en el Espíritu. Creemos que tenemos un buen fundamento para creer en él por el hecho histórico de la resurrección de Jesucristo de entre los muertos: creemos que alguien que declaró que iba morir y luego resucitar, y lo lleva acabo, es creíble en todos los demás aspectos. Por lo tanto, estamos listos para confiar en él, no solo para la salvación eterna de nuestras almas, sino también para a la provisión práctica del pan de cada día y del sustento financiero.
La OMF publica testimonios acerca de la asombrosa fidelidad de Dios a fin de mostrar la gloria de su gracia venidera que todo lo suple:
Queremos demostrar que se puede confiar en que Dios hará todo lo que dice que hará. Por eso relatamos la manera en que él ha provisto, durante más de cien años, para necesidades tan mundanas como boletos de avión, comida, gastos médicos, y el sustento cotidiano de todo un grupo de creyentes.
La OMF se dedica a glorificar la fiabilidad de Dios con su mensaje y con su método. Hudson Taylor lo expresaba del siguiente modo: «Hay un Dios vivo. Ha hablado en la Biblia. Lo que dice, lo dice en serio; él hará todo lo que prometió».
Las vidas de fe son el gran espejo de la fiabilidad de Dios.