Lo que vimos la semana en las reacciones Islámicas sobre las caricaturas Danesas de Mahoma, fue una vívida imagen de las diferencias entre Mahoma y Cristo y lo que significa ser seguidor de cada uno de ellos. No todos los musulmanes están de acuerdo con la violencia. Pero una lección penetrante queda de esto: La obra de Mahoma se basa en ser honrado y la obra de Cristo en ser insultado. Esto produce dos reacciones bien distintas a la burla.

En el mundo no habría salvación si Cristo no hubiese sido insultado. De esta manera fue su obra de salvar: ser insultado y morir para rescatar pecadores de la ira de Dios. En los salmos el camino de la burla ya se prometía: "Todos los que me ven, de mí se burlan; hacen muecas con los labios, menean la cabeza" (Salmo 22:7). "Fue despreciado y desechado de los hombres . . . como uno de quien los hombres esconden el rostro . . . y no le estimamos" (Isaías 53:3).

Cuando realmente sucedió fue aún peor de lo esperado. "Y desnudándole, le pusieron encima un manto escarlata. Y tejiendo una corona de espinas, se la pusieron sobre su cabeza. . . . y arrodillándose delante de Él, le hacían burla, diciendo: ¡Salve, Rey de los judíos! y escupiéndole..."(Mateo 27:28-30). La respuesta de Cristo a todo esto fue una paciente resistencia. Había sido enviado a realizar este trabajo. "Como cordero que es llevado al matadero, y como oveja que ante sus trasquiladores permanece muda, no abrió Él su boca" (Isaías 53:7).

Esto no es cierto en cuanto a Mahoma. Y, por otro lado, los musulmanes no creen que fuese cierto en cuanto a Jesús. A la mayoría de musulmanes se les ha enseñado que Jesús no fue crucificado. Un musulmán sunita escribió: "Los musulmanes creen que Alá salvo al Mesías de la humillación de ser crucificado."¹ Otros agregan: "Nosotros los musulmanes honramos mas a Jesús que ustedes los cristianos. . . . nos negamos a creer que Dios le permitiese sufrir la muerte en la cruz."² Un impulso esencial de un musulmán es evadir la "ignominia" de la cruz.

Esa es la diferencia básica entre Cristo y Mahoma y entre un musulmán y un seguidor de Cristo. Para Cristo, soportar la burla de la cruz fue la esencia de su misión. Y para un verdadero seguidor de Cristo soportar al sufrimiento pacientemente para la Gloria de de Cristo es la esencia de la obediencia. “Bienaventurados seréis cuando os insulten y persigan, y digan todo género de mal contra vosotros falsamente, por causa de mí.” (Mateo 5:11). Mientras Jesús anduvo por la tierra, fue llamado bastardo, (Juan 8:41), borracho (Mateo 11:19) blasfemo (Mateo 26:65), diablo(Mateo 10:25); y prometió a sus seguidores que les sucedería lo mismo: “Si al dueño de la casa(A) lo han llamado Beelzebú, ¡cuánto más a los de su casa!” (Mateo 10:25).

La caricatura y burla de Cristo se ve hasta el día de hoy. Martin Scorsese hizo un retrato de un Jesús desecho por la duda y acosado por la lujuria en La ultima tentación de Cristo . Andrés Serrano recibió fondos de la Donación Nacional para las Artes para hacer un retrato de Jesús en la cruz hundido en una botella de orina. El Código Da Vinci retrata a Jesús como un simple mortal que fue esposo y padre.

¿Como han de responder sus seguidores? Por un lado, estamos enojados y entristecidos, por otro lado nos identificamos con Cristo, aceptamos su sufrimiento, nos gozamos en nuestras aflicciones y decimos con el apóstol Pablo que la venganza es del Señor, amemos a nuestros enemigos y ganémoslos con el evangelio. Si Cristo hizo su trabajo siendo insultado, nosotros debemos hacer el nuestro de la misma manera.

Cuando Mahoma fue dibujado en doce caricaturas en el periódico danés Jyllands-Posten, la ira de todo el mundo musulmán fue intensa y en ocasiones violenta. Se quemaron banderas, se incendiaron embajadas con antorchas y por lo menos una iglesia cristiana fue apedreada. Los dibujantes se escondieron por miedo, como Salman Rusdie antes que ellos. ¿Qué significa esto?

Significa que una religión sin un Salvador insultado no soportará los insultos para ganarse a los que se burlan. Significa que esta religión está destinada a soportar la imposible carga de mantener el honor de alguien que no murió y resucitó para hacerlo posible. Quiere decir que Jesucristo es aún la única esperanza de paz con Dios y paz con el hombre. Y al mismo tiempo significa que sus seguidores deben estar dispuestos a "participar en sus padecimientos, llegando a ser como Él en su muerte" (Filipenses 3:10).

¹ Badru D. Kateregga and David W. Shenk, Islam and Christianity: A Muslim and a Christian in Dialogue (Nairobi: Usima Press, 1980), p. 141.

² Citado de The Muslim World in J. Dudley Woodberry, editor, Muslims and Christians on the Emmaus Road (Monrovia, CA: MARC, 1989), p. 164.